Turégano

Potenciar el turismo y cuidar el medio ambiente

Turégano trabaja para encauzar su futuro hacia el sector turístico y la conservación de la naturaleza

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

El castillo de piedra rosa, una peculiar construcción bien conservada que surgió como una iglesia y que con el paso de los años se fue fortificando, se divisa desde lejos. A sus pies, el pueblo que se asentó hace tiempo y cuya fecha tratan de datar los estudios que se realizan en la fortaleza tureganense, uno de los mayores atractivos del municipio, pero no el único, que casi sin promoción atrae hasta la localidad a miles de visitantes cada año. De paso, el viajero puede disfrutar del encanto de la plaza porticada –que en unos meses tornará su aspecto para convertirse en un peculiar coso taurino con los días contados–, la iglesia de Santiago, los palacios Miñano y Episcopal, la antigua sinagoga y el barrio judío, el museo forestal y el de Los Ángeles.

Muchos atractivos que hacen de Turégano un destino turístico que el Ayuntamiento trata de explotar en conjunto con los atractivos de los otros cuatro pueblos que componen este peculiar municipio, con un encanto especial que pasa desde la zona serrana en la que se encuentran Carrascal, La Cuesta, Berrocal y Aldeasaz, hasta la llanura en la que se asienta Turégano. «El turismo no está explotado ni de lejos», advierte el alcalde, Jesús Bravo.

Más de un centenar de plazas hoteleras en casas rurales, posadas y un hostal cubren la oferta turística que el Consistorio trata de potenciar para encauzar el futuro del municipio hacia este sector. «Se está haciendo un cierto esfuerzo en poner en valor lo que son las maravillas del pueblo», apunta el alcalde, que en este sentido destaca proyectos municipales como los trámites para intentar recuperar el retablo tallado en piedra que se oculta bajo el altar mayor de la iglesia de Santiago. «Si es así, seguramente será una de las maravillas del románico de toda Europa porque es único», subraya el regidor.

Industrias
Junto al turismo, también llamado por la prestigiosa hostelería tureganense, en la que destacan el cordero asado y el bacalao al ajo arriero, el futuro del pueblo, que gana población gracias a la llegada de inmigrantes, también depende en buena parte de la puesta en marcha de la planta de cogeneración. Una iniciativa que, después de muchos años de esfuerzo, ha comenzado a funcionar para contribuir a mejorar la conservación del medio ambiente a través del tratamiento de los purines de las numerosas explotaciones porcinas.

Jesús Bravo confía en que su entrada en funcionamiento, junto con la previsible ubicación de nuevas instalaciones similares y otras relacionadas, favorezca el asentamiento de población joven en el pueblo, por ahora una asignatura pendiente.

También relacionado con los sectores hasta ahora predominantes en el municipio –la agricultura y la ganadería–, el alcalde espera en que se puedan instalar otras industrias en el municipio. «Nos gustaría, y se ha hecho alguna petición para ver la posibilidad de poner en marcha un planta de transformación de toda la producción que hay aquí, que es enorme. Tengo la esperanza de que la nueva normativa de la Unión Europea nos va a favorecer porque los mataderos están muy distantes y el transporte va a ser exigente», apunta el regidor que pone en estas iniciativas «nuestras esperanzas» para mantenerse y crecer.

De actuación en actuación

Turégano ha programado actividades culturales durante todos los fines de semana de agosto como aperitivo de las fiestas mayores

Isabel Jimeno.

El verano cultural ya ha dado el pistoletazo de salida, aunque el grueso de las actividades se centrarán en el mes de agosto. La Escuela de Teatro Aldaba ha sido la encargada de inaugurar el calendario con una intensa actividad de calle por los principales rincones de Turégano. El lugar más destacado de la villa, su iglesia-castillo, será el primer escenario. En la parte posterior de la fortaleza, en el fondo del foso, los actores comenzarán la representación de una obra de teatro infantil. ‘La cabeza del dragón’ es la pieza elegida para enganchar al público que desde la muralla partirá hacia otro rincón del pueblo. Llevados por el pasacalles, en las denominadas Plazas Nuevas, comienza otra actuación. La zarzuela toma las riendas de un fin de semana diferente que concluirá con la representación en el salón de la Casa Consistorial de ‘Don Gil de las cabezas verdes’.

Este es solo el aperitivo del verano diferente que ha querido programar el Ayuntamiento para dinamizar la vida del pueblo los fines de semana estivales, cuando los tureganenses pueden disponer de más tiempo libre y cuando más gente acude al municipio.

Pensado para todos los públicos, el programa incluye actuaciones teatrales, musicales y actividades para niños como un atractivo más del verano, que este año volverá a celebrar el certamen de pintura que se convoca cada dos años desde hace casi diez. Un certamen para «aficionados, pero ya van surgiendo especialistas permanentes», comenta el alcalde, Jesús Bravo Solana, quien también apunta que se trata de convocar en una fecha que no coincida con otros premios similares.

La festividad de Santiago Apóstol, patrón de Turégano, pero que hasta ahora solo se celebraba con actos religiosos marcará el inicio del intenso verano cultural de la villa. La víspera, el 24 de julio, una fiesta infantil con baño de espuma, castillos hinchables o futbolín humano por la tarde y la rondalla por la noche marcarán el punto de partida. Ya el 25, además de los actos religiosos, una actuación del veterano teatral del Taller Cultural de Fuentepelayo.

El último sábado de julio, una actuación de música ‘country’, una semana después Salva y Parra llevarán hasta la villa los sonidos del folclore y los clásicos romances. Un tributo a Joaquín Sabina, la actuación del grupo de rock segoviano Adobe, otra de gaitas gallegas y una de ‘swing’ se sucederán durante los sábados de agosto como aperitivo a la semana cultural y las fiestas en honor del Dulce Nombre de María, a principios de septiembre, cuando la bella plaza porticada quedará casi oculta por las tablas del coso taurino que ocupa el ágora con la espectacular vista del castillo.

La Feria de San Andrés y la Semana Santa, dos fechas señaladas Isabel Jimeno.   El mercadillo toma las calles durante la Feria de San Andrés. / Mónica Rico   El primer fin de semana de diciembre, unos días después de San Andrés, cuya festividad se celebra el 30 de noviembre, Turégano se viste de feria. La maquinaria agrícola y ganadera, junto a los puestos de artesanía, alimentación y el mercadillo toman las calles y la plaza de la villa para continuar con la tradición de la feria que comenzó hace un siglo y que con el paso de los años se ha ido adaptándose a las demandas de la sociedad. Tras sus inicios dedicada a la ganadería, un sector fundamental en aquellos tiempos, la moderna maquinaria ha ido tomando el relevo hasta convertirse en la protagonista de esos días. La feria de San Andrés es uno de los eventos más destacados de Turégano y que más público atrae hasta sus calles y los numerosos establecimientos hosteleros de un municipio que se extiende desde la llanura de la tierra de pinares hasta el pie de la sierra de Guadarrama con sus anejos. Las fiestas del Dulce Nombre de María, en las que se puede disfrutar de la espectacular imagen de una corrida de toros en una plaza de madera con el castillo-iglesia de fondo, también es otro de los eventos singulares de Turégano. Otra fecha que no se puede olvidar es la Semana Santa. Desde 1702 la Cofradía de la Vera Cruz se encarga de dar ese toque especial a los actos sacros de estos días de recogimiento y dolor. Tras el concierto de Jueves Santo llegan las cautivadoras imágenes de las procesiones del Viernes Santo. Por la mañana, la conocida como ‘La Carrera’, en la que cuatro pasos procesionan por las empinadas cuestas del castillo. Ya por la noche, a la luz de las velas que iluminan las calles, ventanas y balcones y los hachones encendidos en el castillo, los pasos salen en la procesión del ‘Silencio’ o ‘De las velas’ por el entorno de la fortaleza tureganense.

Plaza turística

Turégano quiere explotar su potencial turístico como una alternativa de futuro

Isabel Jimeno.

Con la ganadería, especialmente vinculada al porcino, en una delicada situación, uno de los pilares de la economía tureganense se tambalea, por lo que el turismo se presenta como una posible salida. «El futuro va a ser el turismo», asegura el alcalde, Juan Montes. Y en este sentido van encaminadas algunas iniciativas municipales, que tratan de revitalizar y poner en valor el atractivo de esta villa con castillo, iglesia, palacios, plaza porticada, barrio judío y varios museos.
Por el momento, desde este mes, el castillo que vigila el caserío de Turégano está abierto al público de miércoles a domingo como un reclamo para que la actividad se mantenga durante toda la semana. Una clara apuesta por este campo es el propósito de habilitar una oficina de turismo con información sobre la localidad y los atractivos de los pueblos serranos anejos al Ayuntamiento. Más de setenta kilómetros cuadrados de contraste de paisajes en los que conviven el turismo rural y monumental y que cuenta con cerca de doscientas plazas hoteleras.
A esos atractivos, en breve se unirá uno más. Tras años oculto y con una inversión de medio millón de euros, el ábside románico labrado en piedra en el altar mayor saldrá a la luz, mientras que el retablo barroco que lo cubría se trasladará a otro lugar de la iglesia de Santiago.
En esa protección del patrimonio también se encuadra el proyecto de peatonalizar la Plaza Mayor. El ágora porticada, conocida como Plaza de los Cien Postes, desde donde se divisa la iglesia transformada en castillo, debe dejar de ser un aparcamiento y lugar de continúo paso de vehículo y conservar ese encanto tradicional que las casas aún mantienen. Una zona de estacionamiento construida en las proximidades y la futura circunvalación harán posible este objetivo. «Que sea una plaza de recreo», subraya el regidor.
El siguiente paso, sacar los espectáculos taurinos de la plaza. Por el momento, el 26 de julio, con motivo de la celebración del patrón, Santiago, se hará una prueba con una plaza portátil en otra ubicación, conscientes de que el tradicional ruedo de maderas en el centro del pueblo «no se puede cambiar de un día para otro». Si cuenta con el apoyo del pueblo, se llevará a cabo el cambio, aunque todavía sin fecha concreta.
Crear una zona recreativa junto al complejo deportivo y en 2011 comenzar con la rehabilitación integral de la Casa Consistorial que acoge otras dependencias como el juzgado, correos o el salón de cine son otros de los proyectos en los que se encuentra embarcado el Ayuntamiento de Turégano, a la vez que concluye la renovación de la red de abastecimiento de la localidad y se dispone a acometer el cambio en los barrios anejos, los que más problemas de abastecimiento padecen, sobre todo en verano.
Entre esos proyectos destacados también figura la construcción de un nuevo colegio. La necesidad de más aulas ha dejado pequeño el centro y el Ayuntamiento ya ha adquirido una finca de 12.000 metros cuadrados para la edificación de las nuevas dependencias. Una gran parcela con espacio suficiente para las clases y para que en un futuro pueda levantarse un pabellón cubierto, otro de los objetivos en mente.
Aunque el colegio no estará terminado hasta finales de 2010, el Consistorio ya hace planes para el nuevo uso de las viejas aulas de propiedad municipal. Una biblioteca, sede de asociaciones o salón cultural son algunas de las posibilidades que maneja el Ayuntamiento para dinamizar la vida de Turégano.  

Villa de obispos

Uno de los personajes fundamentales de Turégano fue Juan Arias Dávila, quien transformó en castillo la iglesia de San Miguel

Elena Rubio Aragoneses

Turégano es uno de los destinos fundamentales para todos aquellos que acuden a la provincia. Por eso, no es de extrañar que uno de los objetivos del Ayuntamiento de la localidad sea potenciar el turismo que acude a este pueblo. De momento, de los 205.129 euros que le han correspondido al municipio del Fondo Estatal de Inversión Local, el Equipo de Gobierno ha decido invertir 175.128 euros en la primera fase de una oficina de turismo y un centro de cultura.

Y es que a este pueblo llegan todos los años cientos de turistas para descubrir la belleza de esta localidad cuya historia está marcada desde 1123 cuando la reina Doña Urraca hiciera la donación de la villa y el señorío de Turégano a Pedro de Agen, primer obispo de la diócesis de Segovia. Aunque quizás fue el siglo XV el más relevante para la historia de la villa ya que Turégano fue sede durante seis meses cada año de la Cancillería y Audiencia del reino durante el reinado de Juan II de Castilla. Incluso el propio monarca acudió a la villa en 1428 para reconciliarse con su valido, el poderoso Álvaro de Luna.

En 1440 se celebró el primer sínodo diocesano de Turégano, auspiciado por el obispo Lope de Barrientos. Pero sin duda, Juan Arias Dávila fue uno de los hombres que más ha marcado a este localidad ya que fue uno de los impulsores de la transformación en castillo de la antigua iglesia románica de San Miguel. Esta iglesia-fortaleza ha dado fama internacional a Turégano.

Declarado monumento nacional en 1931, su emplazamiento recuerda la función defensiva por la que fue erigido. En su construcción se han de distinguir los distintos conjuntos que lo componen: el 'castrum' y sus torres, la primitiva iglesia de San Miguel, el castillo y el traslado de la espadaña a su lugar actual.
Las obras que dan lugar al recinto amurallado se encuadran en el siglo XV, siendo emprendidas por Arias Dávila en 1471, continuadas por Arias del Villar y concluidas por Diego Rivera siguiendo el plan trazado por el Prelado Arias Dávila. La última fase de la construcción es la colocación de la espadaña en 1703. Es de estilo barroco y está rematada con frontón curvo. Sin duda, una de las peculiaridades de esta edificación es la piedra rosada que llama la atención al visitante desde lejos.

Vista panorámica

Y no menos interesante es la vista que se obtiene de toda la localidad. Desde el castillo se puede contemplar la fantástica plaza porticada la villa, la plaza de España o de Los Cien Postes. Sus soportales son característicos de los mercados castellanos.

También es destacado el templo románico de Santiago. Se trata de la única parroquia que sobrevive de las cuatro que tuvo Turégano. El templo sufrió reformas entre los siglos XVII y XVIII, por lo que del siglo XII sólo se conserva la cabecera de esbeltas proporciones. Tras el gran retablo de gusto neoclásico quedaba oculto el interior de un ábside en el que se observan dos sorprendentes relieves románicos. Actualmente se encuentra cubierto para que dentro de un tiempo pueda contemplarse y se está restaurando el retablo mayor que se colocará en otro lugar de la iglesia.

Música, juventud e historia

El castillo fue y sigue siendo testigo de las crónicas y la cultura local

MÓNICA RICO | SEGOVIA

Vista del castillo desde la plaza.:: MÓNICA RICO

Sin duda acercarse a la localidad de Turégano supone al viajero un paseo por la historia. Una historia que se remonta a la segunda Edad del Hierro, pero que tiene su protagonismo a partir del siglo XII. Una historia marcada por una de sus principales construcciones, el castillo, que domina la villa desde lo alto, donde se alza vigilante sobre todo el caserío de la villa.Sus torres, iglesia, espadaña, sus muros e incluso su casi derruida barbacana recuerdan a diario a sus habitantes que fueron protagonistas de la historia.

Una historia marcada por la donación de la villa y señorío de Turégano por parte de la reina doña Urraca a don Pedro de Agen, primer obispo de la diócesis de Segovia, lo que marcó el devenir de la localidad como lugar y sede eclesiástica, acogiendo numerosos sínodos diocesanos en el siglo XV.
También en ese siglo, el municipio fue sede en varias ocasiones de la Cancillería y Audiencia del reino y el propio rey Juan II de Castilla estuvo en el municipio. Fernando de Aragón también era asiduo del municipio.

Sin duda la historia del municipio estuvo ligada a su castillo, construido sobre la antigua iglesia románica de San Miguel, aunque los expertos aseguran que antes de la actual construcción existió un castillo más antiguo que llegó a ser cárcel del obispado.

Fueron distintos obispos los que dieron la forma actual del castillo a la antigua iglesia, unos construyendo un recinto murado a su alrededor, otros sumando torres e incluso de la construcción de la gran espadaña, que reina sobre el castillo y que se construyó sobre la entrada de la antigua iglesia.

Pero la historia no sólo ha dejado tras de sí en Turégano su castillo. Paseando por sus calles se encuentra la plaza de España o de los Cien Postas, llamada así por las columnas que forman los soportales, arquitectura tradicional del mercado castellano. El antiguo palacio episcopal, la Casa Miñano y su patio segoviano ó el conjunto de pilones del municipio, una muestra singular de la arquitectura hidráulica de siglos pasados, convierten a la villa en un lugar especial.

Además, desde hace varios siglos Turégano no ha dejado de hacer historia. Aunque tal vez ahora no sea cuna de obispos ni lugar de residencia de Reyes, es un municipio activo, donde el ocio y la cultura tienen su espacio reservado. Entre las próximas citas cabe destacar la Fiesta de la Juventud, una iniciativa que surgió hace tan sólo unos años pero que ha despertado el interés de vecinos de toda la comarca, que durante todo un fin de semana llenan las calles de la localidad.

Entre las actividades que se organizan en esta singular Fiesta, que este año se desarrolla del 2 al 4 de julio, destaca la música de orquestas y charangas. Aunque es una fiesta organizada especialmente por y para la juventud del pueblo y son los propios vecinos quienes sufragan con sus aportaciones la mayoría de los gastos, los tureganenses no han cerrado sus puertas a la llegada de foráneos, que viven el fin de semana como un vecino más.

Otra cita cultural de importancia, marcada en rojo en el calendario de la localidad, es la celebración del festival 'Turégano suena a Música', que este año se desarrollará a partir del 22 de julio y que tiene como finalidad acercar la música clásica a los vecinos del municipio, así como a los hijos del pueblo que regresan al mismo durante el período estival.

Tras el éxito cosechado el año pasado, el festival trata de consolidarse este año con cuatro espectáculos de un alto nivel. En la plaza Porticada de la localidad se podrá disfrutar de zarzuela, música clásica y óperas en castellano en versión concierto, de la mano de la Orquesta Sinfónica Estatal Rusa Mitislav Rostropovich y el Coro del Teatro de la Real Maestranza de Sevilla, bajo la dirección de Ramón Torrelledó.

EL NOMBRE
La primera referencia documental de la villa es del año 1116 y en ella aparece con el nombre de Torodano, aunque posteriormente, en el año 1135 aparece como Toroda. A lo largo de su historia se le nombra también como Torodam ó Torodanum, e incluso como Toroganum . Todos estos términos evolucionaron hasta el actual Turégano.