Abades

Tradición contra el tiempo

Nuevas infraestructuras modernizan la vida de la localidad, que sigue manteniendo sus ancestrales costumbres

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Subirse al tren de la modernidad no significa dejar definitivamente a un lado el carro en el que ha viajado el pasado. En él está el bagaje de un pueblo, todo un legado sobre el que se asientan los cimientos en los que se sustenta la actualidad. Y en Abades han sabido muy bien conjugar tradición y modernidad. Las nuevas y modernas infraestructuras salpican el paisaje de un pueblo en el que las costumbres de sus cerca de novecientos vecinos se sobreponen con mucho éxito al paso de los tiempos. Un polideportivo prácticamente acabado, piscinas, una depuradora para el agua, un nuevo Ayuntamiento, un remodelado centro médico y hasta una guardería –el mejor símbolo de que Abades sigue siendo un tren de largo recorrido con renovados pasajeros– pretenden hacer más cómoda la vida de sus vecinos.

Unos habitantes que miran al futuro de la misma manera que a un pasado del que han heredado numerosas costumbres que no olvidan y recuerdan en el día a día. Son sobre todo tradiciones religiosas que los vecinos respetan, comparten y participan. Un pueblo tradicional en el que, como manda la tradición, los niños toman la Comunión el 15 de mayo, se celebra el Corpus, un centenar de mujeres festeja Santa Águeda, los agricultores honran a su patrón San Isidro y se conserva la tradición de que cuatro jóvenes solteras celebren el último domingo de mayo la fiesta de las Hijas de María.
También otras costumbres laicas, como los quintos o la cita que tienen todos los miércoles, viernes, sábados y domingos las mujeres de todos los barrios para jugar a los bolos, siguen manteniendo el mismo fuelle en el siglo XXI.

Pero si hay una tradición que tiene peso en la vida de los abadeses es la celebración de la Romería de la Virgen de los Remedios el 4 de junio, una fiesta con la que se recuerda y piden que no se vuelva a repetir una gran granizada que en 1878 asoló Abades y en la que, según cuentan, se apareció la Virgen.
Cuna de personajes ilustres como Elena Fortún, cuya familia desciende de Abades, o del Poeta Labrador, la localidad también es conocida nacional e internacionalmente por su famoso paloteo, que incluso permitió a los abadeses viajar en los años treinta a Londres para hacer una representación.
Mucho ha cambiado desde entonces la fisonomía del pueblo, con más y mejores infraestructuras, que siguen creciendo. Entre las obras proyectadas destaca la intención de construir 18 viviendas protegidas, que ya han sido solicitadas a la Junta de Castilla y León, para poder fijar más población en el pueblo. La puesta en marcha de un centro sociocultural que se construirá en las antiguas escuelas y cuyas obras (con un coste de unos 204.000 euros) han comenzado a ejecutarse gracias a los planes provinciales de la Diputación es otro de los proyectos en marcha. La ayuda económica de la institución provincial también servirá para mejorar este año el abastecimiento de agua conectando los dos pozos que surten al pueblo.

Población

Con los años tampoco ha variado el principal motor de la economía de los abadeses, basado en la agricultura y la ganadería, y que, sin cambios muy bruscos, en los últimos años ha logrado estabilizarse en torno a los novecientos habitantes (un 20% son menores de 18 años y un 30% supera los 65). Para mantener o incluso incrementar esa cifra desde el Ayuntamiento se pretende explotar la cercanía con Segovia (17 kilómetros) para atraer a más gente pues Abades dispone de «mucho suelo público y privado», subraya la alcaldesa, Magdalena Rodríguez Gómez.

Carambolas de diversión

Un centenar de mujeres de Abades conservan la tradición de jugar a los bolos todo el año

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Julia, Gema y Carmen llegan a la plaza. El reloj de la torre está a punto de dar las cinco. La partida va a comenzar. Es miércoles y la cita es obligada para este grupo de 25 mujeres, aunque todas no pueden ir siempre. De casa de Pilar, la más veterana del grupo, sacan el carrito con los bolos y las bolas, fabricados por un hombre del pueblo. Y es que las partidas de bolos son una de las señas de identidad en Abades, cuyos orígenes son difíciles de datar.

Pero fue en 1975 cuando la tradición se recuperó con más intensidad. Si antes solo se jugaba los miércoles y domingos de Cuaresma, ahora las partidas se suceden los miércoles, viernes, sábados y domingos de todo el año. «Y si hay alguna fiesta, también nos juntamos a jugar y lo celebramos», apunta Carmen. «Hasta nevando, con el paraguas, hemos jugado», advierte Mariana, una de las jugadoras, que hace dos años participó en este deporte en el Fórum de las Culturas de Barcelona.

El ‘Grupo de la Plaza’, como así se llaman, es el más veterano de los cuatro que, en diferentes barrios, disputan las boladas. En total, un centenar de mujeres, todas casadas, juegan a los bolos en Abades. «Pero los otros grupos juegan menos», comenta Gema. Aún así, la tradición puede con los nuevos quehaceres de las féminas abaderas, que con su empeño permiten que una de sus señas de identidad siga vigente.

En unos días, el domingo después de Santa Águeda, otra de las fiestas sonadas de la villa, los equipos (Tigres y Leones) se renovarán y permanecerán así durante todo el año. «Los equipos se renuevan para que no nos piquemos al ser siempre las mismas».

El reloj de la iglesia marca el principio y el final de la partida «para no discutir sobre la hora». Por delante, una hora y media de juego, y después a jugar una partida a las cartas. En juego, cuarenta céntimos por persona, que a lo largo del año darán para hacer una comida y una cena. El equipo que menos boladas haya ganado durante el tiempo estipulado pierde y debe pagar.

Una hora y media de juego que da para muchas boladas, en las que los bolos (ocho de madera de encina de unos 40 centímetros y otro algo superior denominado ‘michi’) pueden ser derribados con bola y con bolo. Las variantes, cuyas normas se ha exportado desde Abades hasta otros puntos de la provincia, son muchas. Bolos en cuadro, en hilera, separados, cinco bolos, tres, bolo solitario, el ‘pico’, en círculo o la casita son algunas de las posibilidades que practican las mujeres abaderas durante la partida. No hay tiempo que perder, mientras la lanzadora toma posición, el equipo contrario coloca con rapidez los bolos para el lanzamiento.

Lanzamientos que tienen numerosas variantes, pues además de tirar mirando al objetivo, también lo intentan de espaldas, sin mirar, entre las piernas... Todo un cúmulo de alternativas para hacer más amena la partida y la tarde, que al fin y al cabo es uno de los objetivos de la cita.

Fuerza y suerte

Aunque la tradición manda que sean las mujeres quienes juegan, en los últimos años, un campeonato organizado durante las fiestas también da cabida a los hombres, casados y solteros, que ya han cogido el punto al juego. «Al principio teníamos mejor puntería las mujeres, pero ahora nos van ganando los hombres», apunta una de ellas. «Tienen más fuerza», apostilla otra. Y es que la fuerza es una de las claves para firmar una buena bolada, sobre todo en el ‘saquibolo’, una variante que consiste en golpear el bolo con una bola o bolo y sacarlo de la distancia marcada. Habilidad y, sobre todo, fortuna a la hora de lanzar, también son claves. «Hay boladas en las que no solo es maña, sino también fuerza y, sobre todo, suerte. Lo mismo un día haces una bolada y otro día no», comenta Mariana, presta a otra tirada.

La fiesta del recuerdo

Abades celebra el 4 de junio una fiesta en recuerdo a la tormenta que asoló el pueblo en 1878

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

'El día cuatro de junio/se preparó un gran nublado,/ y en menos de cuarto de hora/ todo dejó asolado' relata Fermín Aragoneses en su poesía. El documento que aún se conserva de aquel fatídico día de 1878, cuando una fuerte tormenta cayó sobre la localidad y arrasó todo lo que a su paso encontró. 'Vertiendo sangre venía/ los que les cogió en el campo,/ y en el pueblo no se oye/ más que suspiros y llanto', continúa este abadero en el relato de aquel horrible día en el que, según cuentan, granizos de hasta el tamaño de una naranja cayeron.

Tal fue el impacto, la desolada situación que se apreció cuando tras la tormenta llegó la calma, que el término fue declarado zona catastrófica. Nada fue igual tras los quince minutos de horror que sobre las cuatro y media de la tarde, del 4 de junio de 1878, dejaron a Abades en la miseria.

Pero el pueblo se sobrepuso y cuatro años después decidió convertir esa jornada en día de fiesta, de recuerdo al horror vivido y de forma de dar gracias y pedir que no se volviese a repetir la dramática situación.

Tradicionalmente celebrada el segundo domingo de Pentecostés, una de las fiestas en honor de la Virgen de los Remedios se trasladó desde 1882 al 4 de junio. Y así se denomina la fiesta. La romería del Cuatrojunio, que en la fecha que su propio nombre indica reúne a vecinos e hijos del pueblo para honrar a su patrona.

Desde la iglesia sale la imagen de la virgen para regresar a la ermita de la que salió el último sábado de mayo y recibir así las honras de las Flores de Mayo. El sonido de la dulzaina marca el camino. Misa y refresco para reponer energías y por la tarde el momento más esperado. Tras el rezo del rosario, la Virgen los Remedios sale de su morada para procesionar arropada por el fervor y devoción de los abaderos, que no paran de bailar las típicas jotas delante de la imagen.

El recorrido finaliza con otro de los momentos más emotivos: los mayordomos de la Virgen conducen a la patrona al interior, donde los vecinos pujan por colocarla en el altar y después en el trono. El canto de la salve despide a la Virgen, que descansa en su habitual ubicación, pero no pone fin a los ritos de la romería del Cuatrojunio, en la que, como en toda romería, no falta la merienda en la pradera, eso sí, después de cumplir con la tradición y pasar por el camarín de la patrona para besar su manto.

Otra en septiembre

Y por la noche, verbena en la plaza del pueblo. Los bailes tampoco faltan en las otras fiestas de la Virgen de los Remedios, las que desde 1992 se celebran el primer fin de semana de septiembre, durante el siglo XVIII lo hicieron el 8 de ese mismo mes, y el último domingo durante buena parte del siglo XX. En una fecha o en otra, son las fiestas mayores, las que más actividades congregan y ahora se prolongan durante seis días. Desde el jueves hasta el martes, con el domingo como día más importante con la procesión por las calles del pueblo como momento más destacado. Y junto a los actos religiosos, conciertos, competiciones deportivas, comidas populares y disfraces llenan de colorido las calles de Abades, que estos días lucen un aspecto especial.

La Nochevieja del 30 de diciembre, una nueva tradición en Abades Isabel Jimeno.     Baile de Santa Águeda en la localidad. / El Norte Las mujeres de Abades acaban de celebrar uno de los días más importantes. Las más de cien abaderas casadas que forman la cofradía de Santa Águeda se han vuelto a unir para honrar a la mártir siciliana. Cuatro mayordomas son las encargadas de preparar los festejos y elaborar el 'Tío Pajas', el pelele que representa todo lo malo del género masculino y que queman en la hoguera la tarde de la fiesta. Después, lectura del testamento en el que el 'Tío Pajas' lega a sus sobrinas -las mayordomas- unos suculentos lotes de su fantasiosa hacienda. Y es que la diversión marca la fiesta en la que las mujeres mandan en Abades y cumplen así con la tradición. Y junto a las tradicionales fiestas de Santa Águeda, la de San Lorenzo -patrón de la iglesia- el 10 de agosto, la de las Hijas de María el último domingo de mayo, la Inmaculada el 8 de diciembre o la de San Antonio, en Abades también celebran otras más nuevas, pero que ya gozan de gran acogida. Es el caso de la Nochevieja anticipada o prenochevieja, que comenzó a celebrarse de manera espontánea en 1998 por un grupo de jóvenes para celebrar el fin de año con los amigos antes de que al día siguiente lo hicieran con sus familias. Sin uvas, pero sí con aceitunas sin hueso, y con cava y brindis comenzó lo que ya se ha convertido en una tradición más de Abades. La asociación cultural y el Ayuntamiento de la localidad también se han encargado de incentivar esta celebración, en la que, una noche antes del fin de año, abaderos y visitantes, celebran con cotillón, fuegos artificiales, uvas y verbena un fin de año especial.

Preparados para crecer

Las normas urbanísticas permitirán a Abades incrementar la superficie urbanizable para crecer «con identidad de pueblo»

Isabel Jimeno.

Aprovechar el momento de expansión que atraviesan los pueblos más cercanos a Segovia haciendo valer sus servicios que ofrece la localidad y su ubicación en el mapa. Ése es el objetivo de Abades, que vive un momento dulce de crecimiento demográfico. El incremento es lento, pero constante. En cinco años el censo ha crecido en torno a los cincuenta habitantes, una cifra no demasiado grande, pero importante para un pueblo como éste. «Lo importante es que no vaya para atrás», subraya la alcaldesa, Magdalena Rodríguez, quien se fija como objetivo alcanzar el millar de habitantes.
Por el momento van por buen camino y se esfuerzan en ofrecer servicios que, junto a características como las buenas comunicaciones con Segovia, Valladolid o Madrid, incentiven a los jóvenes a quedarse a vivir en el pueblo.
Y para que esas metas se hagan realidad, un primer paso es contar con suficiente terreno en el que se pueda asentar la gente. Por este motivo, la pasada legislatura comenzaron a redactar las normas urbanísticas municipales que se acaban de aprobar. Permitirán ampliar las zonas urbanizables, «buscando un desarrollo lógico, pero sin perder la identidad de pueblo», subraya la regidora. «Sin normas ya no se podían informar proyectos», añade Rodríguez, quien apunta que hay licencias para construir 60 viviendas.
La amplia oferta de servicios de que dispone la localidad es una de las bazas que juegan en el Ayuntamiento para afirmar que Abades está en condiciones de asumir ese crecimiento demográfico. «Podemos garantizar los servicios», afirma la alcaldesa, quien destaca que en el pueblo cuentan, entre otros, con guardería, colegio, comedor escolar, residencia de ancianos, centro de día, instalaciones deportivas, farmacia y centro médico, además de una «amplia oferta de ocio y tiempo libre» que incluye desde el programa ‘Crecemos en verano’ para atender a los niños en las vacaciones estivales a conciertos y charlas a lo largo del año.
Vida social
Entre otras iniciativas como la remodelación de la travesía o el cerramiento completo del polideportivo, el Ayuntamiento de Abades fija ahora su atención en «dinamizar la vida social, cultural y deportiva» del pueblo en colaboración con los distintos colectivos que funcionan en la localidad. En esa atención a las personas figuran actuaciones como los 600 euros que concede por el nacimiento del tercer hijo o el programa de becas que el Ayuntamiento otorga a los alumnos con mejores expedientes. Iniciativas y mejoras que el Consistorio da también a conocer a través de página web oficial, una herramienta puesta en marcha a demanda de los vecinos y que les acerca la actividad municipal.

Lo nuevo y lo viejo

Suelo industrial para el futuro

Texto y fotografía de Elena Rubio Aragoneses

Abades se ha convertido desde hace unos años en un importante lugar de paso ya que dos de las principales carreteras de la red provincial confluyen en su casco urbano. No es de extrañar que en el término municipal se planeen realizar proyectos tan destacados como un polígono industrial, que se ubicará en el paraje conocido como Las Mangás, situado a ambos lados de la carretera que une Abades con Martín Miguel.

De momento, la Junta de Castilla y León ha impulsado la creación de este área destinando en sus presupuestos regionales un total de 18.731.667 euros, que serán gestionados a través de la sociedad Parques Tecnológicos y Empresariales de Castilla y León, conocida anteriormente como Gesturcal.

Para esta anualidad, la partida presupuestaria recoge una cantidad que se sitúa en los 578.368 euros con el propósito de iniciar la ejecución del proyecto durante este año. Los responsables del Ayuntamiento de Abades afirman que comenzaron a trabajar en esta iniciativa en el 2005, pero que hasta que no lo han tenido todo seguro no lo han querido hacer publico por eso «no entendemos la polémica que se ha creado con Valverde del Majano», asegura la alcaldesa de la localidad, Magdalena Rodríguez.

Prosperidad

Un proyecto que tendrá sesenta y seis hectáreas, permitiendo a la localidad crear riqueza y prosperidad en los próximos años. De momento, ya han ido dando muchos pasos para conseguir estos objetivos, como por ejemplo, con la construcción de una guardería, un centro social, un merendero, el acondicionamiento de la plaza de la iglesia y de la calle del Santo Cristo o la construcción de unas pistas de padel. Además, en esta legislatura finalizarán las obras de una residencia de ancianos con 79 plazas, las diecisiete viviendas de protección oficial y las obras del polideportivo.

Los trabajos se unen a los que se acometerán con el Fondo Estatal de Inversión Local por el que el Ayuntamiento de Abades recibe unos 160.000 euros. El dinero se destinará al proyecto denominado 'Dotación de servicios y renovación de aceras en parte de la calle Cantarranas', con el que se crearán ocho empleos.

Abades tiene en la actualidad 916 habitantes censados, que en breve se incrementarán con más nacimientos. Dentro de poco el Consistorio concederá a una familia de la localidad la primera ayuda de 600 euros por el nacimiento de su tercer hijo. Un pequeño que se sumará dentro de unos años a los más de ochenta niños que hay en Abades en edad escolar.

Y lo que también crece en Abades son las ganas de estar todos juntos el penúltimo día del año, jornada en la que celebran el Año Nuevo. A la última 'Nochevieja' acudieron unas 1.200 personas para comerse las uvas frente al reloj del Ayuntamiento.

Tradiciones de antes y ahora

En pleno siglo XXI, en Abades se mantienen arraigadas las tradiciones de hace décadas. Los vecinos participan en la festividad de Santa Águeda, San Isidro y San Lorenzo. Pero sin duda, una de las más significativas es la celebración de la romería del 'Cuatrojunio', fecha en la que se recuerda lo que ocurrió un día como ese pero de 1878, cuando una tormenta de granizo convirtió la localidad en una zona catastrófica. Cuatro años después, los vecinos decidieron honrar a la Virgen de los Remedios para que no volviese a ocurrir. Desde aquel entonces, sale en procesión desde la iglesia a la ermita, al son de la dulzaina y el tamboril.

Aunque las fiestas en honor a la patrona suelen ser en verano. Este año, será del 28 de agosto al 1 de septiembre cuando los 'abaderos' o 'bubillos' disfrutarán de sus festejos en la calle con un programa repleto de verbenas y comidas populares, como una paellada, una caldereta y pollo al chilindrón.
Haya fiesta o no, unas cien mujeres de esta localidad tienen algo muy especial con lo que divertirse todas las semanas: los bolos. Un deporte en el que conjugan habilidad, fuerza y suerte para derribar los ocho bolos de madera de encina de unos cuarenta centímetros y otro que denominan 'michi'.

Trabajar por el futuro local

La villa apuesta por el bienestar de los mayores y el porvenir de los jóvenes

Mónica Rico

Las personas mayores de nuestros municipios son una fuente de sabiduría. Gracias a ellos conocemos parte de nuestra historia más cercana, la que aún no encontramos escrita en los libros. Su memoria es digna de guardar y hay que luchar por su salud, en ocasiones día a día.

Las necesidades de los mayores han sido valoradas en la localidad de Abades, que espera en los próximos meses la puesta en marcha de una residencia de personas mayores y centro de día. Aunque la iniciativa es privada, el Ayuntamiento se ha implicado en su puesta en marcha, de tal modo que dentro de 40 años las instalaciones pasarán a ser propiedad municipal. Hasta entonces se han concertado siete plazas para vecinos empadronados en la localidad. El centro geriátrico cuenta con más de 70 plazas.

Además, se ha solicitado la cesión de uso de un circuito biosaludable que se instalará en uno de los parques o jardines del municipio y que ayudará a mejorar el estado físico de los mayores de la localidad. Para su instalación se adaptará una zona cercana al centro cultural, obra que se pretende ejecutar después de Semana Santa y donde se incluirán bancos, papeleras y se acondicionará el firme.

La lucha por el bienestar de los mayores no significa estancarse en el pasado. Desde el Ayuntamiento también se lucha y se trabaja por el crecimiento de población y continuar la tónica de los últimos años. Entre otras medidas aparece una ayuda de 600 euros por el tercer hijo y sucesivos de los vecinos empadronados durante al menos 18 meses en la localidad. Sin olvidar la puesta en marcha, el año pasado, de una guardería infantil.

Para que estos pequeños Abaderos nacidos en el municipio puedan continuar en el pueblo tras su juventud, una de las principales iniciativas puesta en marcha desde el Consistorio es la creación de un polígono industrial, en el que la Junta de Castilla y León invertirá más de 18 millones de euros. Su cercanía a Segovia suma puntos para que distintas empresas puedan asentarse en el lugar. En estos momentos se están terminando de comprar los terrenos y en breve se redactará el proyecto para la puesta en marcha de esta zona industrial.

El trabajo de futuro también pasa por el turismo en el municipio. En estos momentos la única casa rural existente en la localidad se encuentra prácticamente llena todos los fines de semana desde su apertura, hace ahora algo más de un año. También el hostal tiene una buena ocupación. El verano pasado se inauguraron dos pistas de pádel, y tanto la gente que acude a visitar el municipio los fines de semana, como los propios vecinos utilizan estas nuevas instalaciones deportivas de forma habitual, por lo que desde el Consistorio se muestran muy satisfechos.

Virgen y ermita

Sin embargo, visitar Abades tiene como obligado conocer tanto la iglesia parroquial de San Lorenzo, como la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, situada en el paraje de Perocojo, existente ya en el siglo XV. Posteriormente desapareció todo el asentamiento, a excepción de la capilla, que se utilizó para la instalación de la imagen de la Virgen de los Remedios, talla llegada de América. Las leyendas en torno a esta imagen son muchas, en su mayoría sin documentar, pero lo que es seguro es que la imagen fue tallada en América en el tiempo de la Conquista.

La ermita que alberga esta talla se encuentra emplazada en una amplia pradera que dista unos dos kilómetros de Abades. La devoción de los abaderos hacia su Patrona es incuestionable como queda demostrado con las continuas visitas que los vecinos hacen a su santuario a lo largo del año, y muy especialmente en las fiestas de Septiembre que se celebran en su honor y en la Romería del Cuatrojunio. Sin olvidar que la Virgen de los Remedios tiene su propio himno.