La bondad de interés
Cien vecinos disfrutan de los fetosines, implantados en 1954 por Alfonso González de la Hoz
Texto y fotografías de Isabel Jimeno.
Si la Cofradía de la Virgen de la Cruz, cuya existencia se remonta a 1620, es toda una institución en Escalona del Prado, mayor antigüedad e igual arraigo tiene la figura de los fetosines, fundados en 1454 por Alfonso González de la Hoz, miembro de una poderosa e influyente familia segoviana, sobre todo durante el reinado de Enrique IV.
Se trata de la explotación de las tierras, propiedad entonces de Alfonso González de la Hoz, que aún hoy llevan a cabo los vecinos de la localidad, cuyas rentas continúan pagando a los Marqueses de Quintanar, herederos de los González de la Hoz. Y es que aunque el usufructo de las parcelas es vitalicio y se sucede desde hace más de cinco siglos, nunca llegan a ser propiedad de los vecinos.
Un sistema de explotación de marcado carácter feudal propiciado por las constantes revueltas que se sucedían durante aquel periodo y que en más de una ocasión llevaron a algún terrateniente a verse privado de sus posesiones. La argucia para evitar esta situación, llevó a Alfonso González de la Hoz a arbitrar en Escalona del Prado el sistema de los fetosines, de tal manera que él continuaba con la posesión de sus tierras, mientras que los vecinos disfrutaban de su explotación.
Dona así toda su heredad mediante una escritura otorgada el 10 de diciembre de 1454 en la que los destinatarios son el Concejo de alcaldes, oficiales, «homes buenos», vecinos, moradores y herederos y sucesores, pues en el documento se destaca el carácter perpetuo de la donación.
Eso sí, a cambio, los beneficiarios de los fetosines deben pagar un tributo, fijado entonces en doscientas fanegas de pan, mitad de trigo y mitad de cebada, y diez pares de gallinas vivas que debían entregarse el día de San Bartolomé, el 24 de agosto. Una nueva escritura de 1462, en la que se amplía la donación a todos los bienes que Alfonso González de la Hoz poseía en Escalona, eleva a cuatrocientas fanegas de pan, que deben pagarse en el pueblo por San Bartolomé, y 25 pares de gallinas, que deben abonarse en Segovia en Navidad, de canon que los beneficiarios deben sufragar por la explotación anual de las tierras.
Ahora ya no se paga en especie como antaño, sino su equivalente en euros, cuya recaudación se encarga de recoger el Ayuntamiento, sucesor del Consejo, que además también se ocupa de la administración y regulación de este sistema salpicado por numerosos pleitos y discordias a lo largo de la historia, aunque todavía vigente y muy arraigado en Escalona del Prado.
Mayores de 21 años
El disfrute de las tierras, a las que se accede por antigüedad siempre que se sea mayor de 21 años –desde hace unas decenios también tienen derecho las mujeres–, es vitalicio, prolongándose hasta el cónyuge en caso de fallecimiento y, aunque deben cultivarse obligatoriamente, permite su arrendamiento para que otros vecinos las exploten.
Un centenar de vecinos disfrutan todavía de otras tantas suertes –como así se llama a cada parte o fetosín– de unas diez obradas cada una, lo que supone que desde el siglo XV, los vecinos de Escalona del Prado explotan, aunque no poseen, cerca de mil obradas (400 hectáreas) que continúan siendo propiedad de los herederos de Alfonso González de la Hoz.
Actractivos Turísticos
PATRIMONIO
La iglesia de San Zoilo, la ermita de la Virgen de la Cruz y una casa palacio
En un extremo de su amplia plaza se levanta la gran iglesia parroquial de Escalona del Prado, dedicada a la advocación de San Zoilo. En su interior sobresale el retablo mayor, obra de transición del barroco tardío al rococó, y los retablos laterales de la Inmaculada Concepción y de San José, que se remontan al siglo XVIII. Además, también se conserva una interesante colección de piezas de plata del siglo XVI entre las que destacan tres cálices, una caja hostiario y una custodia de sol. Enfrente de la iglesia se localiza la casa-palacio blasonada. A las afueras está la ermita de Nuestra Señora de la Cruz, construcción de finales del siglo XVI, en buen estado de conservación gracias a la devoción de los fieles por la patrona.
FIESTAS
Devoción por la patrona
El patrón es San Zoilo, cuya fiesta tiene lugar el 27 de junio, pero los vecinos de Escalona del Prado sienten especial devoción por la patrona de la localidad: la Virgen del Cruz, en cuyo honor celebran dos fiestas, una en mayo, al domingo siguiente de la Cruz, y otra el primer fin de semana de septiembre, también llamada de La Reseña. / i. j.
TRADICIONES
Cofradía de la Virgen desde el siglo XVII
El fervor que sienten los escalonenses por la Virgen de la Cruz queda demostrada por la pervivencia de la Cofradía, surgida en el siglo XVII e integrada por más de quinientos cofrades. Entre sus tradiciones destaca la subasta de los cordones de la carroza de la Virgen y la rosquilla que portan seis jóvenes durante las fiestas de La Reseña. / i. j.
ETIMOLOGÍA
En un escalón o desde Judea
El nombre de Escalona del Prado puede tener dos orígenes. Para unos procede del vocablo latino ‘scala’, traducido como escalón, escalera o subida, en referencia a su emplazamiento. Para otros puede ser de origen judío, en referencia a la ciudad de Judea. ‘Del Prado’ se añadió ya en el siglo XX, pues durante siglos fue conocido solo como Escalona. / i. j.
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