Hontanares de Eresma

Comienza el peregrinaje

El camino de Santiago cruza algunos de los municipios de la provincia

MÓNICA RICO / SEGOVIA

Aprovechando que en unos días dejaremos atrás los duros fríos del invierno, las calles de muchos de los municipios de la provincia vuelven a tornarse de colores especiales. Gracias, por una parte, a los propios vecinos, que pasan más horas en las calles, pero también a los hijos del pueblo que regresan todos los fines de semana. Sin embargo existe una figura que llena los caminos de forma especial durante estas fechas. Se trata del peregrino, que en su andadura hacia Santiago toma diferentes rutas y recorre puntos de todo el país.

Una de esas rutas es la denominada del Camino de Santiago de Madrid, un trayecto en el que nos encontramos algunos municipios de la provincia de Segovia. Pero no hace falta ser peregrino para conocer esas localidades y sus encantos, sino simplemente tener un poco de tiempo y ganas de pasear por la provincia.

Este primer paseo comenzará por Los Huertos, un municipio de la Campiña Segoviana, situado en la vega del río Eresma y uno de los pasos del Camino de Santiago de Madrid. Tras unos primeros pasos por el municipio, un entorno agradable, un parque y una iglesia, invitan al descanso y conocimiento del patrimonio.

Es el entorno que rodea a la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, situada en lo alto del municipio y que ofrece unas vistas inmejorables del entorno, como si de un mirador se tratase.
La iglesia es el monumento principal de Los Huertos, un templo que data del siglo XVI, época de la que mantiene elementos góticos, aunque sufrió una fuerte reforma posterior, ya en época barroca, por lo que la mayoría de sus elementos actuales proceden de la obra ejecutada en el siglo XVIII.

Tras un pequeño descanso admirando la vista del municipio y la iglesia, merece la pena un paseo por el interior del templo, en el que disfrutar de las piezas más destacadas del mismo, como la imagen de la patrona, fechada en el siglo XVIII, así como otras tallas que se encuentran en buen estado de conservación. Pero sin duda el elemento principal es el Retablo Mayor, que según los expertos dataría del año 1606. Cuenta también con variedad de tallas y tiene un carácter especial gracias a las vidrieras de 1662, que lo llenan de diferentes dibujos y motivos.

Entre los años 1884 y 1985 transcurrió por el municipio la línea férrea Segovia-Medina del Campo, hoy desmantelada. Sin embargo, no contaba con parada en el lugar, sino que los vecinos debían acudir a Hontanares de Eresma, nuestra siguiente parada de hoy.

Los trenes, ahora ya comerciales, continuaron dando vida al municipio hasta el año 1993. Los pasajeros habían desaparecido y con ellos buena parte del personal que trabajaba en la estación. Hoy en día esta estación se ha convertido en un edificio para el recuerdo. Sin embargo, su abandono y deterioro han conseguido que el recuerdo se convierta en casi decadencia, un aspecto que no afectó al municipio, que desde los años 90 no ha parado de crecer.

En el entorno del viejo edificio de la estación de trenes nos encontramos con un nuevo barrio lleno de modernas urbanizaciones y cientos de vecinos que han conseguido la revitalización que el municipio de Hontanares de Eresma necesitaba. Un Hontanares de Eresma que apuesta por la naturaleza, de la mano de vías verdes, áreas de descanso, parques y el Camino Natural del Eresma; pero también por la cultura como forma de inserción de los vecinos de la zona. Para ello se levantó el Centro Cultural, un edificio modernista, cubierto de metal, que se ha convertido en el máximo exponente de esta apertura a la cultura.
Tras recorrer dos edificios tan diferentes como la vieja estación de tren y el moderno Centro Cultural regresamos a la ruta inicial, con la que volvemos a retomar el camino de Santiago en su periplo por la provincia de Segovia, cuya siguiente parada será el municipio de Añe, donde naturaleza y patrimonio se mezclan formando una difícil elección. En patrimonio se puede disfrutar de la iglesia parroquial de San Juan Bautista, que recibe al caminante en una de las entradas del pueblo. El principal elemento del templo, construido en época gótico mudéjar, es la espadaña, de ladrillo. Más sencillo es el otro elemento principal del patrimonio histórico artístico del municipio: la ermita del Santo Cristo de los Afligidos, un edificio de planta rectangular, en cuyo interior se encuentra un pequeño púlpito y un retablo barroco.

Pero sin duda el elemento más bello del lugar es el soto de Añe, un entorno natural en el que conviven alamedas y árboles nuevos y centenarios, que se convierten en el hábitat elegido por muchos animales. Aunque este rincón tan especial del municipio también debe su encanto al agua, ya que se encuentra bañado por el río Moros, que suma variedad de especies de fauna acuática al poblado soto de Añe.

Y recorriendo los ríos del lugar, tras dejar atrás el Moros, encontramos el Eresma, que forma frontera natural entre el municipio de Garcillán y la localidad de Los Huertos, cerrando así el círculo de esta primera escapada por la campiña segoviana y parte del recorrido del camino de Santiago.

En Garcillán existen tres elementos patrimoniales que destacar: el palacio de Porres Tapia, particular; la ermita de la Piedad; y la iglesia parroquial, un templo irregular que ha sufrido numerosas reformas.

Recomendaciones ineludibles

Los Huertos: Iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción.
Hontanares de Eresma: Edificio de la vieja estación del ferrocarril de la línea Medina-Segovia.
Añe: El soto o fresneda centenaria, a las orillas del río Moros.
Garcillán: Si la visita se realiza en Semana Santa es obligado acudir a la iglesia, donde se sitúan una colección de sargas formadas por once lienzos que tapan el Altar Mayor y las capillas.

En plena expansión

La cercanía con Segovia y los precios competitivos han favorecido que el pueblo haya duplicado su población en dos años y prevé alcanzar los mil habitantes en el 2007

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Con el segundo término municipal más pequeño de la provincia de Segovia, las apenas 600 hectáreas de terreno de Hontanares de Eresma albergan mucha actividad, sobre todo desde que hace un lustro los constructores fijaron allí su mirada en busca de terrenos más baratos y cercanos a la capital donde poder edificar a precios más competitivos. La fórmula dio resultado y desde entonces, grúas y ladrillos rodean lo que hasta el momento era el casco urbano, y han convertido el tranquilo barrio de la estación, donde tan sólo había cinco viviendas, en una ‘macrourbanización’ con más de medio millar de nuevos hogares.
Aunque todavía no se ha terminado el grueso de la construcción, en dos años el pueblo ha duplicado su población. Si en el 2003 eran 150 vecinos ahora ya son 340. Pero esto es solo la punta del iceberg. En dos años se entregarán unas 600 viviendas que ya están en construcción y está previsto el inicio de otras tantas edificaciones, lo que supone que «en dos años se llegará a unos mil habitantes», destaca el alcalde de la localidad, Pedro Luis Cuesta Llorente. «Hontanares es de los pueblos de Segovia que, siendo tan pequeño, más crecimiento está teniendo», subraya el regidor, sorprendido, al igual que sus vecinos, por el «exagerado» crecimiento que está experimentando la localidad.

Pedro Luis Cuesta considera favorable el incremento de población, pero controlado. «Creemos conveniente que haya muchas casas, pero con servicios». Y es que la llegada de nuevos vecinos, por ahora, no se ha visto acompañada de más infraestructuras y servicios para atender sus necesidades. Ese es precisamente el foco de atención de las actuaciones municipales, que dedicarán más del 70% del presupuesto de este año, de 809.000 euros, a dotar Hontanares de Eresma de más infraestructuras.
Nuevas dotaciones para atender las necesidades pensando en la población que habrá en un futuro y para dotar a los nuevos vecinos que han llegado a Hontanares de Eresma de adecuados servicios.
Que Hontanares de Eresma se convierta en una población con cerca de mil habitantes requerirá contar con más instalaciones como un servicio médico más amplio o poner en marcha un colegio, pues «la mayoría de los que vienen son gente joven que tienen aquí su primera vivienda» y en unos años aumentará el número de niños. Desde el Ayuntamiento luchan por abrir un nuevo centro, pues la propuesta de la Administración por recuperar las antiguas escuelas no se ha aceptado. Aunque es solo un proyecto y el Consistorio está a la espera de las demandas que presente la población, pues la iniciativa de inaugurar una guardería, por el momento, no ha gozado de aceptación entre la población.

Pueblo dormitorio

Y es que la mayoría de los nuevos vecinos no se han integrado en la vida del pueblo y, por ahora, Hontanares de Eresma es una localidad dormitorio, lo que ha hecho variar la fuente de economía. La agricultura y ganadería, todavía presentes, han cedido terreno a los trabajadores por cuenta ajena y autónomos.

Sin tiendas y otros establecimientos, la actividad comercial se reduce al único bar que está abierto, pues la reducida población que había hasta hace un par de años –aunque en verano llega a triplicarse o incluso cuatriplicarse– hacían inviable la presencia de otros negocios, que con el crecimiento demográfico que se experimenta en estos momentos comienzan a hacerse cada vez más necesarios.

Otro tren de vida

El desfile de carrozas es uno de los actos más atractivos de las fiestas de Fuentepelayo

Isabel Jimeno.

Estación de ferrocarril en desuso de Hontanares de Eresma, con las viviendas de nueva construcción al fondo. / i. j.

Poco antes de que el reloj marcase las dos de la tarde el tren partió de la estación para no volver. Fue un 25 de septiembre de 1993 cuando el último convoy cubrió la línea Segovia-Medina del Campo. Y con el silbato de partida desde el kilómetro 13,215 y el traqueteo de los vagones se fue buena parte de la vida del barrio de la Estación de Hontanares de Eresma, una de las paradas que Renfe decidió suprimir por la escasa rentabilidad de la línea, aunque el servicio regular ya dejó de prestarse casi un decenio antes.
La clausura de la actividad ferroviaria también supuso el fin a buena parte de la esperanza de vida de un medio rural que desde la mitad del siglo pasado combate a duras penas la feroz amenaza de la despoblación.

Y cuando los ladrillos de la vieja estación comenzaron a pagar con su caída el paso del tiempo, al lado, nuevas construcciones han llevado un soplo de vida a Hontanares de Eresma.
Las seis casas que ocupaban el pequeño barrio, algo alejado del casco urbano, de camino hacia Los Huertos, se han multiplicado como si del milagro de los panes y los peces se tratara. El aspecto ha cambiado mucho desde hace poco más de un año. La actividad ha vuelto, y con intensidad, junto a la ribera del Eresma. Incluso el frenético ritmo de trabajo ha sorprendido a los hontanariegos, que durante los últimos meses han visto pasar ante sus ojos, ya más acostumbrados a su nueva situación, camiones y camiones de ladrillos, hormigoneras que ayudan a fraguar los cimientos de un nuevo pueblo en unos terrenos que los constructores descubrieron en el 2000 y ahora se han convertido en residencia de numerosas parejas jóvenes que optan por una vivienda en el alfoz de la capital. Los precios más competitivos son buena parte de la clave del éxito de la construcción en Hontanares de Eresma, que en la redacción de las normas urbanísticas de 1994 ya contemplaba la posible ampliación del casco urbano en estos terrenos.

Nuevos vecinos

Trescientas casas construidas, 177 a punto de finalizarse y más de ciento cincuenta en proyecto dan fe de las buenas perspectivas de futuro de un municipio que en el 2003 apenas rozaba los 150 habitantes y ahora cuenta con unos 470 censados, aunque se estima que hay unas mil personas viviendo en el municipio. Y las previsiones son optimistas, pues se prevé que se construyan más hogares en los próximos años.

Pero no todo es positivo en ese nuevo futuro que dibuja la construcción de 'macrourbanizaciones' en torno a un pequeño casco urbano en el que las hileras de adosados ya superan ampliamente la cifra de casas típicas de pueblo. Dos modelos de residencias muy diferentes y dos modos de vida que tampoco se parecen en mucho. La integración entre hontanariegos de toda la vida y nuevos vecinos queda pendiente y atender las necesidades de centenares de habitantes no es fácil, y se van acometiendo poco a poco.
Lograr que todos los vecinos se censen es otro de los retos, que desde el Ayuntamiento tratan de conseguir, aunque saben que la carencia de servicios como colegio o un continuo servicio médico hace que muchos vecinos no lleguen a empadronarse en el municipio. Las dificultades para instalar nuevos negocios que abastezcan a la población son otro de los inconvenientes que debe solventar Hontanares de Eresma, un pueblo en continuo crecimiento.

El agua que dio el nombre y la vida

Las abundantes fuentes y manantiales exisitentes en la zona decidieron la denominación de Hontanares de Eresma, en ela Edad Media conocido como Fontanares

Isabel Jimeno.

La abundancia de fuentes y manantiales existentes en la zona marcó el futuro de lo que hoy se conoce como Hontanares de Eresma, aunque no siempre ha sido así. Fascinados por la cantidad de fuentes y manantiales que regaban el lugar, los primeros pobladores, hace muchos, muchos siglos decidieron dejar clara esta característica en el nuevo asentamiento surgido cercano a Segovia, en las orillas del río Eresma, que con el tiempo también se ha hecho un hueco en la denominación de este pueblo al que la corriente fluvial y la estación de ferrocarril que allí se instaló siglos después hicieron gozar de buenos años. Tras el declive por el éxodo del medio rural, ahora empieza a repuntar con nuevos vecinos y viviendas.

Fuentes y manantiales –fontanares y hontanares en latín- muy numerosas. La Real del Caño, la de los Chorros, la de Valhondo, la del Cura, la del Regajo, la de Tabanera, la del Chopo, la del Aguapreñal y la del Bones de Valdesanchas son algunas de las fuentes que regaban Hontanares de Eresma y que hicieron que el nombre medieval de la localidad fuese Fontanares. Así se recoge en algún escrito en el que en 1247 figura con el nombre de Fontanares.

La fonética y la ortografía cambiaron y Hontanares pasó a ser el nombre de este pueblo que hasta el siglo XIX no contaba con el ‘apellido’, que le fue puesto años después.

Y es que el Eresma forma también parte de la vida y de la historia de la localidad. Las riberas llenas de chopos son uno de los rincones más bonitos de este pequeño pueblo que en los últimos años ha comenzado a crecer gracias a la construcción de nuevas urbanizaciones por a su cercanía a la capital.
Junto a la riqueza hídrica de las fuentes, la del río que propicia el cultivo de uno de los productos más típicos: los judiones que los agricultores hontanariegos producen en las proximidades del Eresma.

Cultura de integración

Hontanares de Eresma apuesta por la actividad cultural como modo de inserción de los nuevos vecinos en la vida del pueblo

Isabel Jimeno.

Nuevo centro cultural construido en el centro de Hontanares de Eresma. / I.J.

La apuesta por la cultura es uno de los pilares en los que basa su actuación el Ayuntamiento de Hontanares de Eresma para los próximos años y el nuevo centro cultural, el mayor exponente de esa decidida apuesta. «Es una cosa fuera de lo normal. Muy modernista y muy diferente a lo que se ve por estos pueblos», destaca el alcalde, Pedro Luis Cuesta Llorente, del «ambicioso proyecto» levantado junto a las viejas escuelas. El metal que recubre la figura exterior se cuela entre las típicas casas de pueblo. La tradición y la modernidad conviven en la calle de la Iglesia como en Hontanares de Eresma conviven sus vecinos de toda la vida y las decenas de nuevos moradores llegados en los últimos años a este pueblo del alfoz de Segovia atraídos por los precios de la vivienda más competitivos.

En estos momentos, el ‘boom’ de la construcción está parado y la actividad se limita a terminar los proyectos en marcha, pero Hontanares de Eresma ya ha cambiado. Decenas de casas se han sumado a su figura, sobre todo, en el entorno de la vieja estación del tren, lo que ha permitido pasar de los menos de doscientos habitantes que había en el 2003 a cerca de un millar en la actualidad, porque no todos están empadronados en el pueblo.

Nueva gente. Por eso, uno de los objetivos es integrar a los recién llegados en la vida de un pueblo que hace gala de ser muy acogedor.

Y la cultura es una de las vías que el Ayuntamiento de Hontanares tiene previsto explotar para favorecer la inserción en la vida cotidiana de todos su vecinos. Así, desde abril de este año a diciembre del 2009 pondrá en marcha «un ambicioso proyecto para acercar la cultura a todos», destaca José Antonio Sánchez, uno de los concejales. ‘Un libro en la puerta de tu casa’ es una de las novedosas iniciativas que llevara y que consiste en acercar libros a las vecinos, «como una biblioteca ambulante», pero que éstos deberán ir a devolver a la nueva biblioteca que se abrirá en el centro cultural. «Es para atraer a los nuevos vecinos», explicar.

De hecho, el centro cultural está llamado a ser uno de los referentes de la vida de Hontanares de Eresma. Cerca de 1.200 metros cuadrados en los que convivirán la sala de cultura, la de exposiciones, el espacio polivalente, la biblioteca, el auditorio o la de proyecciones. El edificio, construido a través de convenios de cesión de terrenos a las empresas constructoras que operan en el municipio, ya está terminado y ahora falta «el gran reto» de ponerlo a funcionar, a mediados de julio, con todas las dotaciones, personal y actividades.

Transporte

Que se implante definitivamente el transporte interurbano, «muy importante, sobre todo, para los jóvenes», reclama el alcalde; mejorar las carreteras de acceso y la limpieza del río Eresma y la conversión de su ribera en camino natural que se una a la futura vía verde que discurrirá por los raíles de la vieja línea de ferrocarril Segovia-Medina del Campo son otros de los retos para el futuro, sin olvidar seguir mejorando los servicios e infraestructuras.

Precisamente el acondicionamiento, mejora y ampliación de las zonas deportivas; la construcción de parques públicos y la atención a las deficientes infraestructuras de agua, alcantarillado o depuración de aguas de algunas de las urbanizaciones levantadas han sido el objeto de atención durante los últimos años, junto la reapertura del colegio de Hontanares de Eresma, que este curso ha vuelto a abrir sus puertas con siete niños de Infantil. La oferta escolar se seguirá aumentando con el objetivo de favorecer desde pequeños la integración en el municipio de los nuevos vecinos que han llegado y evitar que Hontanares de Eresma se convierta en un pueblo dormitorio.

La vieja estación, en una maqueta

La peña La Estación recrea el apeadero de la línea de ferrocarril Medina-Segovia

ELENA RUBIO

Una niña contempla la maqueta de la antigua estación de Hontanares. Abajo, detalle del trabajo realizado. :: ELENA RUBIO

Hay en el pueblo nostálgicos del traqueteo del tren que pasó por este lugar durante 109 años
El 25 de septiembre de 1993, poco antes de las dos de la tarde, salió el último tren de la estación de Hontanares de Eresma. Desde entonces, este edificio situado en el campo ha ido perdiendo poco a poco su esplendor. Las inclemencias meteorológicas y el abandono han provocado que el inmueble tenga cristales rotos, tejas caídas y que las hierbas crezcan por doquier en sus alrededores.

De lo que no quedan prácticamente restos es de las vías por las que circularon los trenes de la línea Segovia-Medina del Campo. Sólo algunas piedras y traviesas recuerdan que hace años por este barrio se escuchó el traqueteo de los vagones que partían del kilómetro 13,215.

Pero los nostálgicos de esta vieja estación pueden volverla en todo su esplendor gracias a los integrantes de la peña de La Estación, de Hontanares de Eresma. Integrada por una docena de personas, estos vecinos de la localidad han construido una réplica de este inmueble con motivo de las fiestas que se celebran estos días en el municipio. «La estación pertenece al patrimonio cultural de este pueblo y aunque no tiene el uso que tuvo en el pasado, porque el tren no va a seguir pasando, nos gustaría que se rehabilitara la estación y que se la diesen otros usos para que las generaciones futuras la pudiesen disfrutar», asegura Esther García, componente de la peña.

Haciendo honor al nombre de su peña, a sus componentes se les ocurrió la idea de hacer esta maqueta las pasadas navidades. Sin embargo, no fue hasta el mes de julio cuando se pusieron manos a la obra para hacer este trabajo, utilizando poliespan, cartón, aglomerado y pintura. Cada uno de los integrantes de la peña ha dedicado el tiempo que ha podido, juntándose por las tardes un par de horas durante dos semanas. De esta manera, han logrado levantar esta réplica ya que «nos hemos repartido muy bien el tiempo porque cada uno tenía una tarea asignada. Es cuando la gente se une porque es cuando hay más cooperación», afirma García.

Los integrantes de la peña buscaron fotos por internet para intentar hacerla «lo más real posible». Una de las tareas más complicadas fue construir el tejado ya que «cortar el poliespan con cuter es complicado», explica otro integrante, Rafael González.

A la maqueta no le falta ni el más mínimo detalle desde el clásico reloj de una estación de tren, que lo han sacado basándose en una foto antigua, pasando por las vías, la chimenea o el letrero del nombre de la estación. Incluso las rejas de las ventanas se han hecho con alambres, para que tengan más realismo.

Durante estos días, la maqueta de la estación se encuentra en el salón del Ayuntamiento de Hontanares de Eresma, aunque la idea es dejarla en el centro Cultural del pueblo para que todo el que quiera pueda verla. La peña ha ganado con esta maqueta de la estación de tren de Hontanares de Eresma el primer premio del concurso de carrozas que se celebra en el pueblo con motivo del inicio de las fiestas. «Íbamos con ilusión de que podíamos ganar pero había competencia porque el segundo premio se lo habían trabajado muy bien, habían hecho el frontón con motivo de su centenario». Los integrantes de la peña La Estación ya trabajan en la preparación de la carroza del próximo año. De momento, están en la fase de «recopilar ideas», explica Esther García. De momento, durante estos días disfrutan de su primer premio, un rico jamón. La peña de la Estación ha ganado dos veces el primer premio y otra vez el segundo.

Las fiestas en Hontanares de Eresma finalizan este fin de semana. El sábado, se celebrará una fiesta de la espuma en la Estación, a partir de las seis de la tarde, y desde medianoche, la actuación del grupo, Los Teo, dentro del programa Difusión Cultural, de la Diputación. El domingo, a partir de la una y cuarto, misa en la iglesia y por la tarde, a partir de las seis y cuarto procesión. La entrega de trofeos será a partir de las diez menos cuarto de la noche.