Navalilla

Agua revitalizante para el futuro

Navalilla deposita sus esperanzas de futuro en el proyecto para la construcción de un centro termal

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Con la primera edición de la Milla Popular el día 14, Navalilla comenzará a calentar este año de una manera diferente de cara a las fiestas de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque. Aunque la competencia de pueblos mayores en esta época es férrea, la masiva llegada de veraneantes que multiplica por cinco la población habitual de Navalilla permite vivir unos días muy intensos en este pequeño pueblo que en invierno apenas roza el centenar de vecinos, pero que durante el estío alcanza el medio millar. Y es que «el pueblo da un aspecto diferente a lo que realmente es», advierte el alcalde, Pedro Lobo Fernández, que lamenta que se haya convertido en un municipio de fin de semana, aunque es cierto que esa llegada de foráneos da un aire nuevo a la vida cotidiana.

Esa vida en la que aún se mantienen tradiciones como la fiesta de la Cendera, el lunes y martes de Carnaval. Dos días de fiesta, pero también de trabajo en los que los vecinos del pueblo, de forma altruista, aúnan esfuerzos para arreglar los rincones del municipio. «Es una fiesta que quiero potenciar para que la gente participe y haya mejor armonía», apunta el alcalde.

Junto a la transitada carretera CL-603 por la que los vehículos apenas frenan y han ocasionado más de un trágico accidente, se esconde Navalilla. Un pueblo en el que hay que adentrarse para observar su verdadera dimensión. «Llegas y ves un pueblo de una magnitud que no se corresponde con la gente que tiene. No tiene sentido que haya más de doscientas casas y solo hay 136 vecinos censados y cada uno no vive en una casa», advierte el regidor.

Turismo
Pero Pedro Lobo está dispuesto a revitalizar el pueblo y a las obras para mejorar el día a día de los vecinos –renovación de la red de abastecimiento y continuar avanzando en el asfaltado de las calles– se une un ambicioso proyecto ligado al sector turístico y de ocio. Aprovechado la cercanía con el Parque Natural de las Hoces del Duratón y el entorno rodeado de pinares, el turismo rural ya ha llegado al municipio y el regidor confía en que las nuevas iniciativas previstas para la construcción de más alojamientos también cuajen, a la vez que ponen en marcha actuaciones conjuntas con otros pueblos de la zona.

Pero si de verdad hay un proyecto en el en que el Ayuntamiento tiene puestas las esperanzas de futuro es la iniciativa de una empresa privada para construcción de un centro termal en la localidad. Un proyecto embrionario que ya está dando los primeros pasos y que deberá saltar muchos obstáculos, empezando porque la ubicación en un monte de utilidad pública requiere su reclasificación o permuta por otros terrenos.

Aunque las aguas encontradas todavía se están analizando, las primeras perforaciones invitan a la esperanza. En el subsuelo, a seiscientos metros de profundidad bajo los antiguos lavaderos se ha encontrado agua a 52 grados de temperatura, ideal para el centro termal.

Para su extracción es necesario bombearlo y su ubicación no es necesario que coincida con el punto de encuentro porque «el agua solo pierde un grado de temperatura por kilómetro», apunta el Pedro Lobo Fernández, que sueña con que esta estación termal y zona de ocio de carácter regional se haga realidad. «Las perspectivas son altamente halagüeñas», subraya. «Sería la vida para este pueblo», añade el alcalde, que advierte de la beneficiosa repercusión tanto en Navalilla como en toda la zona.

Carrera de diversión

La milla popular volverá a ser uno de los principales atractivos de las fiestas de Navalilla

Isabel Jimeno.

El éxito de la primera edición, celebrada del año pasado, ha animado a celebrar la segunda cita atlética y, si todo marcha según lo previsto, el próximo 14 de agosto, Navalilla volverá a convertirse en circuito deportivo.

Bajo la organización del veterano y prestigioso Club de Atletismo Popular de Alcobendas, el Ayuntamiento, con la colaboración de empresas privadas, volverá a convocar la Milla de Navalilla como aperitivo de las fiestas mayores en honor de Nuestra Señora y San Roque.

Antes de comenzar los festejos y de que la música de la orquesta vuelva a sonar, la carrera congregará de nuevo a vecinos, foráneos y visitantes que acuden para presenciar y competir en la prueba. Y junto a los más profesionales del deporte, muchos aficionados, de todas las edades. Desde los más pequeños hasta la veterana señora que a sus 80 años se atrevió con la competición y logró completar el trazado.
Otra prueba deportiva entrará también a formar parte del programa de fiestas. Una vez que se ha reparado la cancha polideportiva, el alcalde, Pedro Lobo Fernández, apunta la intención de celebrar el primer campeonato de fútbol sala.

Misa, procesión y verbenas nocturnas tampoco faltarán durante esos días, en los que los más pequeños disfrutan de los juegos infantiles; los mayores compiten en juegos de cartas y el concurso de disfraces pone una nota de color a una jornadas diferentes en Navalilla, que llega a cuadruplicar su población habitual.

El resto del año, la vida transcurre tranquila en esta pequeña localidad, que ve alterado el día a día por el continuo y rápido paso de vehículos por la transitada travesía. Y las asociaciones que hay en el municipio tratan de animar un poco la vida a los vecinos, que el lunes de carnaval se reúnen y aúnan esfuerzos para arreglar los caminos del pueblo en la clásica ‘Hacendera’.

Asociaciones

El año pasado comenzó a funcionar la agrupación de jubilados, entre cuyas actividades figuran las clases de gimnasia. El movimiento asociativo está en auge y los más jóvenes también han decidido constituir su propio colectivos, aunque todavía está dando los primeros pasos para funcionar. Más veterana en la Asociación Cultural San Sebastián, que en el local de las viejas escuelas reúne a los socios para aprender manuales, leer u organizar excursiones..

Futuro y pasado por agua

La zona pantanosa en que se enclava determinó el nombre de Navalilla, que trata de afianzar su futuro gracias a un proyecto para construir un centro termal

Isabel Jimeno.

En el fugaz paso por la travesía de Navalilla no da tiempo a conocer la verdadera dimensión de un pueblo que, aunque pequeño, es más grande de lo que parece. Tampoco ese veloz cruce permite conocer la belleza de la localidad. Una belleza que quizá queda difuminada al estar rodeada de un entorno más conocido. Y es que Navalilla se encuentra junto al privilegiado enclave del parque natural de las Hoces del Río Duratón, a escasos kilómetros del embalse de Burgomillodo.
Pero también Navalilla dispone de atractivos naturales. Terminan las casas y comienza el pinar por el que dar paseos y que en el pasado contribuyó a diversificar la actividad económica a través de la explotación maderera de los árboles.

En ese bello entorno que conforma el río Duratón y el embalse de Burgomillodo, el agua también supone uno de los atractivos medioambientales de Navalilla. Y es que en su término se localizan diversas lagunas como la del Tiemblo, la laguna Grande, la de los Hombres o la de las Zorreras, que durante las épocas de mayores precipitaciones reciben la visita de numerosas aves.

Ya en su nombre se reflejó la abundante presencia de agua en la zona. Y es que ‘nava’ hace referencia a un terreno llano y pantanoso. Y precisamente en el agua se encuentran depositadas buena parte de las esperanzas de crecimiento y progreso de la localidad, que trata de sacar adelante un proyecto para la construcción de un complejo termal y de ocio a través de la explotación de las aguas de un pozo junto a los viejos lavaderos en los que antaño las mujeres acudían a blanquear la ropa.

Dicen que del subsuelo, a unos seiscientos metros de profundidad, sale agua a elevada temperatura –a más de 50 grados centígrados-. Y ese es el punto de partida para impulsar el complejo que supondría un atractivo más para este pueblo que también trata de explotar turísticamente su cercanía a un punto tan interesantes como las Hoces del Duratón.

Sencillos y necesarios

Renovar la red de abastecimiento y concluir la pavimentación de calles centran la actividad de Navalilla

Isabel Jimeno.

Garantizar el abastecimiento y ahorrar agua. Éste es uno de los principales objetivos del Ayuntamiento de Navalilla, que «poco a poco» va renovando la red de tuberías y acabando con las continuas averías en el viejo entramado de canalizaciones. Sólo se ha cambiado cerca de un tercio, pero el resultado ya es evidente. La sustitución del tramo más viejo ha permito pasar de casi 9.000 euros en reparaciones hace cinco años a menos de 600 el pasado ejercicio. Una muestra de que el esfuerzo merece la pena, y eso que muchas veces es complicado detectar los fallos. Las arenosas tierras en las que se asienta Navalilla filtran muchas de las fugas y puede pasar tiempo hasta que salen a la luz.
Junto a la renovación de redes, otro de los «objetivos fundamentales» es continuar con la pavimentación de las calles, apunta el alcalde, Pedro Lobo Fernández. Cada vez quedan menos, pero aún hay tramos de arena, sobre todo, en el barrio más nuevo, en la zona de La Nava.
Y es que aunque la población no es elevada y supera con poco el centenar de habitantes, la construcción de viviendas no para. La mayoría son de hijos del pueblo que no pierden sus lazos con él. De hecho, hay más viviendas que vecinos en el padrón y buena parte de las más de doscientas casas permanecen cerradas durante la mayor parte del año y abren sus puertas y ventanas los fines de semana y en verano.
Ahora es una época diferente en este pueblo segoviano. El aspecto nada tiene que ver con el de la soledad del invierno. Más gente de la habitual y bastante más joven que ayudan a bajar la elevada media de edad. Y es que casi de la mita de la población ya ha cumplido los 65 años y los menores son un grupo muy reducido, lo que no alienta al optimismo.
Población estable
Aún así, «sorprendentemente», en los últimos años la cifra de habitantes se ha mantenido bastante estable, en buena parte gracias a la llegada de extranjeros. Aunque mantener la población, la batalla en la que se encuentra inmersos muchos pueblos, es complicado, al menos Navalilla tiene asegurada su supervivencia como lugar de segunda residencia. Al buen número de casas construidas en los últimos años se podrán unir más dentro de poco. El Ayuntamiento ya tiene confirmada una ayuda para enterrar unos cables de media tensión que impedían la construcción en varias parcelas.
Es uno de los pocos, pero importantes proyectos municipales, que se tienen que reducir casi exclusivamente a actuaciones sencillas para «conseguir que en el siglo XXI el pueblo tenga una mínima atención», apunta el alcalde. Todo depende de las subvenciones de otras administraciones. Los importantes ingresos derivados de la explotación del pinar ayudaban a acometer inversiones, pero hoy en día esas aportaciones son mínimas e impiden planificar grandes actuaciones a largo plazo en Navalilla.

Marcados por el paisaje

Pinares, lagunas y vides rodean el municipio cercano a las hoces del Duratón

MÓNICA RICO | SEGOVIA

Parque y zona de recreo junto al pinar de Navalilla :: MÓNICA RICO

Xin duda esta localidad de poco más de un centenar de habitantes ha vivido prácticamente toda su historia marcada por su paisaje y su naturaleza, donde destaca el pinar, como lo más representativo del municipio, un lugar que en la actualidad se utiliza prácticamente para la recogida de setas y hongos y para pasear, pero que en su día contribuyó de manera importante al sustento económico del municipio, especialmente por su aprovechamiento como medio resinable, aunque en la actualidad aún se siguen vendiendo las maderas.

Otra de las características de los alrededores del municipio son las lagunas, formadas gracias a los suelos arenosos por los que, durante siglos, se ha filtrado el agua de las lluvias, acumulándose en balsas a escasa profundidad. Entre las lagunas destacan las del Tiemblo, la Grande, Navazos ó Zorreras. Estas lagunas sirven de hospedaje a aves migratorias y de paso y en determinadas épocas del año son el lugar ideal para avistar distintas especies, según afirman expertos y entendidos en el arte de la ornitología.

Junto a estas lagunas, en ocasiones se encontraban muestras de la arquitectura hidráulica popular como son las norias, que en su día aportaban el agua para regar algunas de las huertas que los vecinos tenían en la zona. Aunque ya en desuso, aún es posible encontrar alguna paseando por el pinar.

Casi tan clásico como el paisaje del pinar en Navalilla durante su historia fue la viña. Sin embargo, un año fatídico en la década de los sesenta al que le acompañó una epidemia, pudo con la mayoría de las vides del lugar. A pesar de ello, la mayoría de los vecinos han mantenido algunas y en el municipio aún se conserva un lagar tradicional, con el que se realiza aún el vino cosechero ideal para después degustar con familia y amigos.

También el esfuerzo de una familia ha impulsado la recuperación del cultivo autóctono, y la localidad cuenta con una bodega cuyos caldos se encuentran incluidos en la Marca de Calidad Vino de Valtiendas. Aunque la producción es limitada, se busca la mejor calidad y, sin duda, a ello ayuda el clima extremo del valle del Duratón. Y es que la calidad de la uva de Navalilla viene de lejos y los más mayores cuentan que ya el rey Alfonso VII buscaba el vino de esta zona.

Ahora la historia puede volver a repetirse, y los más exquisitos paladares pueden regresar a navalilla a buscar sus modernos vinos realizados con las nuevas técnicas de la más especial viticultura o el cariño y trabajo de aquellos que aún trabajan en su lagar y dedican horas de su tiempo libre a cuidar de la viña, de la uva y posteriormente del vino, con el fin de degustar un caldo cosechero, pero también de calidad. Algunas de estas vides, que lograron sobrevivir a la enfermedad, se han mantenido entre pinares y hoy sirven de alimento para los pájaros que transitan entre estos parajes.

Más visitantes

Sin duda esta multitud de recursos paisajísticos y su cercanía al Parque Natural de las hoces del río Duratón han sabido ser aprovechados por algunos vecinos, que han encontrado en el turismo rural una nueva forma de explotación de la naturaleza del municipio.Ç

Un lugar que, por otra parte, se ha convertido prácticamente en pueblo para los fines de semana. Aunque existe algo más de un centenar de vecinos censados, no todos se encuentran durante el invierno en el municipio. Sí los fines de semana y especialmente durante la temporada estival. Entonces la población se duplica, tanto con hijos del pueblo como con nuevos vecinos que han encontrado en el lugar el espacio ideal para su segunda vivienda.
Además estas cifras aumentan gracias a los turistas que optan por la tranquilidad y los paisajes naturales para pasar sus vacaciones e incluso aquellos que deciden explorar la naturaleza durante sólo una jornada.

EL NOMBRE
Según los estudios, el nombre de la localidad de Navalilla procede de los términos de 'nava del Lillo'. El primer término hace referencia a un pequeño llano con pastos, mientras que Lillo al parecer puede ser el término en el que derivó el nombre de su repoblador 'Lilus'. Desde el siglo XII el término fue evolucionando hasta el actual Navalilla.