Aldea Real

Colectivos en movimiento

La asociación Alde@ se mueve, la de jubilados y la de padres realizan actividades todo el año

Texto Isabel Jimeno.

Comenzó a funcionar hace solo año y medio y desde septiembre del 2004 la actividad de la asociación Alde@ se mueve ha sido intensa. Las excursiones a los más diversos lugares de la geografía nacional son una de las principales actuaciones del colectivo, que acaba de aterrizar de su viaje más largo, procedente de Roma, y ya está pensando en el destino de la nueva escapada.

Las comidas son otros de los actos que más gente mueven. La matanza del cerdo no ha faltado en el calendario de actividades invernales de Alde@ se mueve, que para el sábado tiene programada una gran judiada coincidiendo con Semana Santa, una época en la que regresan muchos hijos del pueblo. Y es que si el censo de Aldea Real no llega a los cuatrocientos habitantes, el número de socios supera el medio millar.

La gestión del equipo de fútbol sala que compite en la liga de Fuentepelayo; la organización, junto con los quintos, de los ‘aceitunazos jarreros’ para despedir el año un fin de semana antes al son de las campanas del reloj de la iglesia comiendo aceitunas, y la organización de conciertos también son otras acciones.

En las fiestas mayores, las de la Natividad de Nuestra Señora, el último fin de semana de agosto, también ha colaborado en la organización de actividades como el campeonato de mini-motos que reunió a numeroso público y participantes durante la semana cultural o las divertidas fiestas de la espuma que se repitieron durante varios días festivos.

Las otras dos asociaciones, mucho más veteranas, también colaboran. La agrupación de jubilados San Juan Bautista centra su actuación en la organización de excursiones, talleres de memoria y de gimnasia para sus 137 socios, que se reúnen en torno a una gran merienda el 24 de junio, festividad de San Juan. Un local en la Casa Consistorial también sirve de centro de reunión para ver la televisión, charlar o echar una partida a las cartas desde que comenzó a funcionar a finales de 1988.

Casi la misma antigüedad tiene la Asociación de Padres y Madres de Alumnos San Isidro, que además de ocuparse de los asuntos escolares, organiza una semana cultural a final de curso, heredera del gran ciclo de actividades que organizó con gran éxito entre pequeños y mayores en sus inicios a finales de la década de los ochenta.

De la tortilla a los aceitunazos

Los quintos de Alda Real celebraban una fiesta con motivo de su patrón, San Blas

Texto Isabel Jimeno.

Siempre han tenido y siguen teniendo un papel y protagonismo especial en diversas actividades a lo largo del año. En torno a los quintos giran muchas de las tradiciones que se conservan en los pueblos, y en Aldea Real, también, aunque algo ha cambiado, y no solo que antaño solo eran los varones quienes protagonizaban las celebraciones.

Durante mucho tiempo ellos eran los encargados de hacer la vieja plaza de toros de madera. Con la nueva normativa taurina y la llegada de los cosos portátiles, 1997 fue el último año en que los quintos picaron y colocaron las tablas del ruedo para las fiestas mayores, las de la Natividad de la Virgen, en las que los quintos, y también las quintas, siguen colaborando en la organización de las actividades de la semana cultural.

Ahora, continúan llamándose quintos quienes cumplen 18 años, pero tradicionalmente eran los que sorteaban para ir a cumplir el servicio militar. Quizá por eso, una de las tradiciones –que algunos años sigue vigente– es, nada más finalizar las doce campanadas de fin de año, colocar una tableta de madera o metal en la fachada del Ayuntamiento con las iniciales de los quintos, solo varones, con algún dibujo, antes siempre alusivo a la mili.

Nochevieja
En Aldea Real, los quintos tienen hasta su propio patrón: San Blas, en cuyo honor celebraban una fiesta el 3 de febrero. Ahora, esa fecha ya no destaca en el calendario, pues desde hace unos años, los jóvenes que cumplen 18 años promueven otras actividades, como los ‘aceitunazos’ con los que en el pueblo despide el año unos días antes de Nochevieja comiendo doce aceitunas al son de las campanadas del reloj de la torre de la iglesia.

Pero antes, la fiesta grande de los quintos era San Blas, en cuyo honor comenzaban las celebraciones 9 días antes del 3 de febrero con el traslado de la imagen desde la ermita, situada a la salida del pueblo, hasta la iglesia, donde se rezaba la novena. Y el día grande de los quintos, misa y procesión de regreso al templo de San Blas.

La celebración iba más allá de las celebraciones religiosas. Ese día, los quintos, recorrían las calles con un carro y un burro pidiendo la ramera de los pinos que luego vendían a los panaderos, y con el dinero que sacaban hacían una merienda, alguna vez acompañados por el sonido de la dulzaina y el tamboril.
Con los años, la costumbre de pedir ramera, se fue perdiendo, aunque los quintos, y también las quintas y los acompañantes, se seguían reuniendo para pasar el día de San Blas, en el que antes era típico que la gente merendase tortilla de chorizo.

Promoción cultural

Aldea Real quiere incrementar las actividades de ocio y formativas a través del nuevo centro cultural, en el que funcionará una radio local

Texto Isabel Jimeno.

Durante los últimos años ha sido el proyecto estrella, el que ha acaparado buena parte del presupuesto de Aldea Real y ahora que el nuevo centro cultural está acabado, «el afán principal» del Ayuntamiento es dotar de una importante actividad a esta moderna infraestructura de uso polivalente, destaca el alcalde de la localidad, Rafael Vallejo Herranz.

El pasado fin de semana se estrenó con la primera gran actuación: una representación teatral, en colaboración con Caja Segovia, que quiere ser sólo una muestra de lo que desde ahora será la actividad cultural de Aldea Real.

Además, el Ayuntamiento quiere trasladar allí la biblioteca y algunos ordenadores del telecentro que cuentan con acceso a la red gratuito para los vecinos de este pueblo que ya no supera la barrera de los cuatrocientos habitantes, pero que siempre ha apostado por las nuevas tecnologías como camino para el futuro. De tradición agrícola y ganadera, las telecomunicaciones juegan un papel importante en la vida de Aldea Real, el primer pueblo que contó con sistema de Internet Rural.

Otra de las iniciativas que albergará el centro cultural es el estudio de radio local, que ya está montado y en breve comenzará a operar con talleres los fines de semana impartidos por una monitora para que los niños y jóvenes del pueblo hagan sus propios programas.

Proyectar películas, acoger cursos y representaciones teatrales y convertirse en sede de diversas reuniones son otras de las actividades que se llevarán a cabo en esta nueva dotación de Aldea Real.

Mientras el centro cultural echa a andar, el Ayuntamiento continúa trabajando para sacar adelante otros proyectos como asfaltar algunas calles, renovar la red de abastecimiento o modificar y mejorar el alumbrado público, sin olvidar el ansiado arreglo de la carretera hacia la vecina localidad de Escalona del Prado. Además, intentará reforestar los espacios municipales de la Ceguilla, el Pinar Albar o el Pinar Viejo.

Eliminar ruinas

Todo para mejorar la imagen y la vida de los vecinos de este pueblo que aún conserva población infantil, pero que cada año pierde habitantes. Las dificultades para encontrar terreno para construir es uno de los frenos. El Ayuntamiento apenas cuenta con parcelas próximas al casco urbano y, aunque hay muchas casas vacías, o no se venden o tienen un precio demasiado elevado.

Una de las metas del Ayuntamiento es eliminar las ruinas que afean las calles del pueblo y, en muchos casos, suponen un peligro para sus vecinos. En breve, hará efectivas las órdenes para que los propietarios de algunas de esas parcelas las vallen o derriben y la imagen de Aldea Real luzca cada vez más bonita, con menos viviendas abandonadas y posibilidades de construir nuevas casas que faciliten el asentamiento de población en este pueblo de menos de cuatrocientos habitantes, pero todavía con vida y que mantiene servicios como colegio, tiendas, bares y consulta médica diaria.

La fiesta jarrera

Aldea Real inaugura sus festejos con el descendimiento de un muñeco desde el campanario de la iglesia

ELENA RUBIO ARAGONESES

Como en otras muchas localidades de la provincia segoviana, la llegada del verano supone también que acudan al pueblo numerosos vecinos. Son unos días en los que las calles de Aldea Real tienen vida por los cuatro costados, sobre todo a finales de agosto, cuando celebran la semana cultural y la Natividad de la Virgen. Entre los festejos de este pueblo destaca la denominada fiesta jarrera, que tiene lugar el último fin de semana de agosto. Esta celebración consiste en hacer descender un muñeco desde el campanario simbolizando la última persona que lo construyó: Leovigildo Jarrón.

La historia de este personaje se remonta al siglo XIII, a la época de la repoblación. Fue en aquel entonces cuando los nuevos habitantes tenían un deseo común: construir un templo en honor a San Juan Bautista. Es aquí donde aparece Leovigildo Jarrón, un artesano dedicado a la alfarería de teja mudéjar que en sus horas libres colaboraba en la edificación de la iglesia. Fue la noche del segundo viernes de septiembre de 1278 cuando Leovigildo puso la última piedra del actual templo, un momento muy importante para todos los vecinos de esta localidad.

Para avisarles de que la iglesia estaba terminada, el alfarero encendió un candil de aceite en el campanario para comunicárselo al resto de habitantes que estaban en la plaza esperando. En ese momento, la alegría y la celebración se extendieron por todo el poblado, de casa en casa durante cuatro soles y cuatro lunas.
Los jarreros han recuperado esta historia y todos los años el muñeco de Leovigildo Jarrón baja desde el campanario para entregar el pregón a quien ha de inaugurar las fiestas.

Otra de las costumbres típicas de Aldea Real es el llamado 'aceitunazo'. Se celebra el último fin de semana antes del 31 de diciembre. Los mozos toman doce aceitunas ante el reloj de la torre de la iglesia. La fiesta sirve también para hacer el cambio de quintos.

Patrimonio

Además de las tradiciones, en Aldea Real también se puede disfrutar de un rico patrimonio. Entre sus edificios religiosos destaca la iglesia de San Juan Bautista, que, al parecer, fue levantada sobre un templo anterior del siglo XIII del que se conserva su campanario.

En cuanto al entorno natural del municipio, a la entrada del pueblo se localiza una pequeña laguna conocida como la Balsa del Lavajo. En ella se pueden avistar algunas aves acuáticas, como zampullines y azulones, cigüeñuelas, correlimos y garzas. Además, cerca del arroyo del Valle, los expertos hallaron en una suave elevación un yacimiento arqueológico de la época tardorromana. En una superficie de seis hectáreas los arqueólogos descubrieron evidencias que permitían identificar este espacio como una explotación rural romana que podría datarse entre los siglos III y V.

La Casa Consistorial no es tan antigua, ni mucho menos. No obstante, el paso de los años hace necesario realizar alguna mejora. Por eso, el equipo de Gobierno ha decidido emplear los 64.601 euros procedentes del Fondo Estatal de Inversión Local en reformarla.