Adrada de Pirón

Ofrenda floral para empezar

Adrada de Pirón conserva las fiestas de las Candelas y San Blas, pero reserva las mayores celebraciones para la Virgen de los Remedios

Texto de Isabel Jimeno.

Son pocos pero, por el momento, no quieren cambiar de fecha las fiestas. Ya han perdido muchas celebraciones y no quieren que con estas pase lo mismo, aunque lo cierto es que ya no hay tanta fiesta como antes y no descartan la posibilidad de tener que variar esos días señalados. El mes de febrero comienza fuerte en Adrada de Pirón, y más desde que hace un par de años se recuperó la celebración de Santa Águeda, el 5 de febrero, durante años en el olvido.

Pero los días verdaderamente importantes son el 2 y 3, las Candelas y San Blas. Aunque esa importancia se ha reducido con el paso del tiempo. Ya no es una fiesta grande como antaño y ni siquiera hay música para celebrarlo, pero los pocos vecinos que hay esos días en el municipio se visten de gala para asistir a la misa y la procesión, en la que ya no se realiza la subasta ni para sacar ni para meter a la virgen o al santo en el templo porque apenas hay gente.

Sin embargo, esa tradición sí que se mantiene en las otras fiestas, el último fin de semana de agosto, en honor de la Virgen de los Remedios. En esta época sí hay más personas en Adrada de Pirón y el remate de palos antes de salir en procesión, de regreso al templo y, una vez dentro, para devolver a la patrona a su trono sigue vigente.

También continúa celebrándose la ofrenda a la virgen para comenzar las fiestas. Tras el desfile de peñas, por la tarde, la ofrenda floral en la que participa todo el pueblo –los jóvenes vestidos de peña y algunas señoras ataviadas con el traje típico- marca el inicio de las fiestas, que continúan hasta el domingo con muchas actividades.

Semana cultural

También bastante actividad se registra durante la semana cultural que organiza la asociación La Fuente, que debido a la escasez habitual de personas en el pueblo tiene que limitar su actuación al verano o a épocas puntuales en las que llega más gente, como las Navidades, cuando monta un típico Nacimiento.
Pero en el verano es diferente. Los escasos vecinos de este pueblo al pie de la sierra de Guadarrama se multiplican, tanto que la agrupación cuenta con cerca de doscientos socios pese a que Adrada de Pirón apenas sobrepasa el medio centenar de habitantes.

Belleza natural

Las fuentes y el cañón del río, los tesoros naturales de Adrada de Pirón

Texto de Isabel Jimeno.

Vista de Adrada de Pirón y el valle del río desde la fuente de 1904. / I. JIMENO

Desde la fuente, ese rincón que tanto quieren en Adrada de Pirón, todo un símbolo del pueblo, se abre el cañón. Un paisaje en el que el ya silencioso discurrir por la pequeña localidad es aún mayor. Los sonidos de la naturaleza acompañan en el paseo por la senda perforada por el cauce del río Pirón. Surca y perfora el paisaje de este pueblo al pie de la sierra de Guadarrama y constituye uno de los atractivos medioambientales destacados de la comarca de Segovia Sur.

Aunque buena parte del recorrido se extiende por Losana de Pirón y Torreiglesias, comienza en Adrada de Pirón. Aquí se encuentra un rico ecosistema de ribera poblado de chopos, sauces, robles y fresnos que en primavera y verano tiñen de verde los valles de los dos ríos, que en otoño mudan su traje a las tonalidades amarillas, ocres y marrones.

Rico ecosistema

Además de la riqueza de flora y fauna de la zona, otro de los tesoros que esconde este vertiginoso paisaje son las abundantes aguas. Bajo la piedra caliza que cubre el suelo, la corriente fluye y sale a superficie en numerosos puntos. Algunos ya no manan como antes, otros son difíciles de encontrar pues se encuentran en mal estado desde que ya no son tan necesarios como tiempo atrás para que la ganadería y los animales que ayudaban en las tareas del campo bebiesen. Pero siguen estando en el recuerdo de las gentes de Adrada de Pirón como uno de los tesoros más queridos.

Y es que además de la fuente del barrio de arriba del pueblo, a la que algún vecino siguen acudiendo a por agua como lo hicieron de niños, hay otras muchas que salpican el término. El Moral y Santotello son algunos de esos manantiales que riegan el vergel que se abre ante las casas del pueblo.

De regreso, al fondo de nuevo el silencio del pueblo, cortado por el fluir de su querida fuente construida en el año 1904, al otro lado de la única carretera que conduce a la localidad. Más de un siglo de paseos hasta aquí porque el agua no ha dejado de manar, se resiste a secarse incluso en los años de sequía. A veces a duras penas, se mantiene con vida, como el pueblo, Adrada de Pirón, con menos de medio centenar de habitantes en el censo pero que, aferrado a la bella naturaleza que lo rodea y sirve de reclamo para el pujante sector del turismo rural, se resiste a desaparecer.

Para disfrutar

Adrada de Pirón es un buen lugar para descubrir los encantos de un pueblo tradicional

ELENA RUBIO ARAGONESES

Situado en una hondonada y al abrigo de unos pequeños cerros, Adrada de Pirón se encuentra en la encrucijada que separa la llanura y el piedemonte de la sierra. Sin duda alguna, el entorno que rodea al municipio es uno de los mayores encantos de este pueblo donde se puede disfrutar de primera mano del medio ambiente.

Y es que Adrada de Pirón es un lugar ideal para encontrar la paz y la tranquilidad que no se tiene en las ciudades, donde predomina el sonido de los coches y de los autobuses. Por eso, en los últimos años han surgido en el municipio varios establecimientos de turismo rural donde acuden todos aquellos que quieren dejar a un lado el estrés del trabajo para disfrutar de la tranquilidad de esta localidad y de sonidos inapreciables en las grandes urbes como el canto de los pájaros o el ladrido de algún perro.

Y es que darse una vuelta por las calles de este pueblo es darse cuenta de que Adrada de Pirón está formada por dos barrios, de ahí que sus casas estén distribuidas a distintos niveles de altura pero unidas a modo de círculo. Eso sí, da igual que se esté en la parte alta o baja del pueblo ya que desde cualquiera de estos puntos se puede distinguir la torre de la iglesia, el principal monumento de este municipio.

Dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, se trata de un templo de origen románico, anterior al siglo XII, aunque de este estilo sólo se conserva la cabecera debido a las reformas que se realizaron en siglos posteriores. Fue precisamente en los siglos XVII y XVIII cuando se añadió la sacristía. En el interior del templo destaca el retablo mayor en cuya hornacina central hay una imagen de la Virgen con el Niño, de unos sesenta centímetros de altura, de estilo románico. Precisamente el entorno de la iglesia se ha mejorado recientemente gracias a los 5.714 euros procedentes del Fondo Estatal de Inversión Local. También se ha acondicionado la Plaza Mayor.

Y de obras del presente a unas del pasado, las que se realizaron para construir la fuente situada a la entrada del municipio. Un bloque de granito recuerda el año de su construcción, 1904, debajo otra fecha, 2004. Un siglo en el que diferentes generaciones del lugar han visto brotar agua de sus caños. Y es que en este pueblo se dice de esta fuente que «siempre» tiene agua, incluso en las épocas más duras de sequía.

El nombre del pueblo también puede estar vinculado con el agua ya que el término de Adrada está relacionado con el vocablo árabe 'daur', que significa «el turno que los vecinos del lugar tenían que respetar para el aprovechamiento de las fincas o del agua para regar». Otras teorías apuntan a que el nombre de Adrada de Pirón hace referencia a su situación apartada, 'arredrada', de otra población más importante. Lo que sí se sabe gracias a diferente documentación es que Adrada de Pirón ha contado a lo largo de su historia con varios núcleos de población. Uno de ellos era conocido como 'La Armuñilla' y el otro como 'Cabanillas de Pirón'. Ambas aldeas eran muy pequeñas y desaparecieron poco después del siglo XIII.

El campo

Los vecinos de este pueblo se han dedicado siempre a las tareas del campo. En la radiografía de la provincia que Madoz realizó hace siglo y medio ya explicaba que los habitantes de Adrada cultivaban trigo, cebada, centeno, algarrobas, garbanzos, lino y algo de vino. También había más de quinientas ovejas así como bueyes y vacas para las labores del campo. Muchos de esos animales pasarían por el potro que servía para inmovilizar al animal durante el proceso de herrado o durante las labores de corte de astas, una cura o el rapado del pelaje. El potro de Adrada está en muy buen estado de conservación debido a una reciente restauración. Es una estructura de piedra y madera.