Carbonero el Mayor

Sonidos de la tradición

La Escuela de Dulzaina y Tamboril de Carbonero el Mayor, la más veterana de la provincia, forma músicos desde 1979

Isabel Jimeno.

Daniel e Ismael llegan puntuales al Centro Sociocultural. Es su segundo año en la Escuela de Dulzaina y Tamboril de Carbonero el Mayor para aprender bajo las instrucciones de Mariano Ramos, el profesor que los miércoles imparte clases de dulzaina y uno de los impulsores, junto con Lorenzo Sancho, de la escuela. A primera hora llegan los cinco principiantes, entre los que se encuentran Daniel e Ismael y una de las dos chicas que aprenden a entonar este tradicional instrumento.

Y es que aunque nunca han faltado, lo cierto es que la dulzaina tiene más aficionados entre los varones, que han pasado generación tras generación por las aulas desde que en 1979 comenzó a funcionar la escuela, la más veterana de la provincia de este estilo, que a finales del 2004 celebró sus bodas de plata con un homenaje que organizó el Ayuntamiento del municipio y con la edición de un disco, ‘Contradanza’, en el que se incluyen dieciocho temas del folclore tradicional –entre ellos dos del carbonerense Miguel Mayo– grabados por la Escuela de Dulzaina y Tamboril de Carbonero el Mayor.

Tras los alumnos de iniciación, llegan los de cursos más avanzados y así hasta el último turno, de diez a once de la noche. Cuatro horas en las que el sonido de la dulzaina y el tamboril se escapa por las puertas y ventanas del centro sociocultural de la Junta de Castilla y León, al igual que muchos sábados sale del interior de un bar. Y es que muy habitual escuchar a alguno de los cuatro grupos –hay otros dos ocasionales– de dulzainas de Carbonero el Mayor animando algún evento.

Como el sonido que recorre las calles parece que la afición por estos tradicionales instrumentos corre por las venas de los carbonerenses, aunque Mariano Ramos lamenta que ya no es lo que era, y eso se nota en la disminución del número de alumnos, pues mientras el año pasado eran 28 los que asistían a dulzaina, este solo son 18. Por su parte, las clases de tamboril que imparte Antonio Ayllón se mantienen con 15 aprendices.

Escuela municipal

Aún así, «el futuro es muy esperanzador», subraya Carlos del Campo, presidente de la Asociación Cultural Gente Nueva, encargada desde hace siete años de gestionar la escuela, junto con el Ayuntamiento de Carbonero el Mayor y el Centro Sociocultural. Precisamente el Consistorio muestra una gran implicación con la música y se está gestando la construcción de una escuela municipal para englobar a la de dulzaina y tamboril y a la banda de música clásica.

Las aportaciones de los alumnos, las subvenciones del Ayuntamiento y de la asociación Gente Nueva, junto con el dinero obtenido de las representaciones ayudan a costear los gastos de la escuela. Entre las actuaciones en las que nunca falta el sonido de la dulzaina y el tamboril de la escuela de Carbonero figura Navidad, las vísperas de la Romería de la Virgen del Bustar o el patrón San Juan. En unos días, con motivo de Semana Santa, la melodía de los tradicionales instrumentos inundará de nuevo las calles de Carbonero el Mayor, como lo hace muchos días en un pueblo que, gracias a la voluntad y tesón de sus vecinos, se afana en conservar las tradiciones mientras mira con la misma atención las necesidades del presente y de un esperanzador futuro.

Castillos y jotas

La Escuela de Dulzaina y Tamboril de Carbonero el Mayor, la más veterana de la provincia, forma músicos desde 1979

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Es algo muy especial. Una fecha esperada con ganas por los carbonerenses. Y es que la devoción por su patrona, la Virgen del Bustar, está fuertemente arraigada entre los vecinos de Carbonero el Mayor, sin importar la edad. En unos días, el 8 de mayo, festividad de San Miguel, tendrá lugar una celebración algo más íntima, pero de gran importancia para los cofrades. Y es que es día se produce el cambio de cargos. Mayordomos, priostres y comisarios ocupan su nueva responsabilidad durante todo el año y se encargan de avivar el fervor por la Virgen del Bustar.

Acompañados por sus familiares, van rezando el rosario hasta el santuario de la patrona, ubicado a unos kilómetros del pueblo, en el lugar en el que se apareció la imagen a un pastor, en el siglo XVI, en una gruta, en un bustar en el que se fabricaba el carbón que tanta fama dio al pueblo (de ahí el nombre de Virgen del Bustar), en la que permaneció escondida durante la invasión árabe.

Desde entonces, siglo tras siglo, la devoción continúa en Carbonero el Mayor, que celebra dos fiestas en su honor. Las mayores, ahora el segundo fin de semana de septiembre. En ellas no faltan los actos religiosos en honor de su querida patrona, pero tampoco la música y los festejos taurinos, algo sin lo que no se concibe la fiesta en el pueblo.

Cita en la ermita
Pero quizá la fecha más emotiva es la Romería de la Virgen del Bustar, el sábado anterior a la Pascua de Pentecostés. Aunque la fiesta continúa por la noche en el pueblo para los vecinos del pueblo y de otras localidades, ese día, la cita en la ermita es ineludible.

Lo religioso y lo profano se mezclan a la perfección en una de las romerías más populosas de la provincia. Muchos se reúnen en grupos para comer junto a la ermita, antes de la novena y de la procesión. Mayordomos, priostres y comisarios, junto a las autoridades, custodian a la patrona durante su recorrido por el entorno del santuario, hasta la Fuente del Pozuelo, el punto en el que estaba la imagen de la Virgen del Bustar, donde brotó un manantial. Delante, la larga fila de los romeros bailando sin cesar las típicas jotas.

El arraigado sonido de la dulzaina no cesa durante las horas de la procesión. Y es que pese a que el trayecto no es muy largo, las constantes jotas ralentizan el avanzar de la Virgen del Bustar, al igual que otro típico ingrediente de la romería: los castillos humanos que los jóvenes levantan delante de la imagen en honor de la patrona. Todo un ejercicio de riesgo y valentía que alcanza su punto álgido en el recta final.

Cada vez son más numerosos los castillos, dilatando así la llegada de la Virgen a la ermita. Cuando la patrona enfila la puerta del templo y antes de las subastas del pendón y de los objetos donados por los fieles, otro de los momentos más emotivos: el canto del himno de la Virgen del Bustar con el que los carbonerenses despiden a su patrona hasta la siguiente celebración.

Industria tradicional

Carbonero el Mayor aprovecha el tirón de la futura autovía entre Valladolid y Segovia para ampliar su superficie industrial y urbanizable

Isabel Jimeno

Hace poco más de tres meses que se inauguró el nuevo polígono industrial de Carbonero el Mayor y los 40.000 metros cuadrados de esta área ya están ocupados por seis empresas. La demanda de este tipo de suelo es creciente en esta localidad segoviana, por lo que, aprovechando el «tirón» generado por la construcción de la autovía Segovia-Valladolid que sitúa a este municipio en un enclave de privilegio, uno de los proyectos destacados del Ayuntamiento es hacer otro polígono industrial «de gran envergadura», destaca el alcalde, Tomás Galán.

Y es que esa actividad industrial que ya existe, unida a la variada cartera de servicios tanto sanitarios como educativos, comerciales y hosteleros, favorecen el asentamiento de población en Carbonero el Mayor, que en los últimos años ha conseguido crecer ligeramente. Muchos de sus jóvenes deciden echar raíces en el pueblo, por lo que la actividad inmobiliaria se mueve a buen ritmo en este municipio segoviano que destaca por la curación de jamón, pues es uno de los principales productores de España. Precisamente una de las actividades industriales más importantes, aunque no la única de su variado tejido empresarial.

Parcelas municipales y particulares, promociones de viviendas de protección, individuales o a través de una cooperativa que se quiere poner en marcha. Todas las fórmulas se dan en Carbonero el Mayor, donde ya se ha urbanizado una zona de más de cuarenta parcelas y en breve saldrán a la venta más de un centenar de terrenos urbanizables.

A la vez, el Ayuntamiento mira por mejorar la imagen del pueblo a través de la reparación de aceras, el acondicionado de las plazas, la recuperación del agua en las fuentes a través de sistemas de conducción de circuito cerrado, la adecuación de las entradas al pueblo y la construcción de más parques. Construir un aparcamiento para los numerosos camiones que hay y liberar las calles de los vehículos pesados es otro de los proyectos municipales encaminados a mejorar el aspecto de Carbonero el Mayor.

No se olvidan de uno de sus estandartes: el carácter dinámico y el espíritu festivo de los carbonarenses. Las actividades deportivas, culturales y de ocio son constantes en este pueblo en el que funcionan asociaciones y colectivos de todo tipo, y es en sus fiestas mayores cuando ese alma de fiesta es más palpable en este pueblo con vocación de convertirse en un referente del futuro, pero en el que sus tradiciones más ancestrales siguen muy arraigadas y vivas.

Las jotas y el sonido de las dulzainas son sinónimo de fiesta, al igual que los toros. La romería y la fiesta de la Virgen del Bustar atraen a cientos de personas y el Ayuntamiento quiere realzar aún más estas celebraciones que constituyen todo un símbolo y una de las cartas de presentación de Carbonero el Mayor.

Industria tradicional

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Isabel Jimeno

Hace poco más de tres meses que se inauguró el nuevo polígono industrial de Carbonero el Mayor y los 40.000 metros cuadrados de esta área ya están ocupados por seis empresas. La demanda de este tipo de suelo es creciente en esta localidad segoviana, por lo que, aprovechando el «tirón» generado por la construcción de la autovía Segovia-Valladolid que sitúa a este municipio en un enclave de privilegio, uno de los proyectos destacados del Ayuntamiento es hacer otro polígono industrial «de gran envergadura», destaca el alcalde, Tomás Galán.

Y es que esa actividad industrial que ya existe, unida a la variada cartera de servicios tanto sanitarios como educativos, comerciales y hosteleros, favorecen el asentamiento de población en Carbonero el Mayor, que en los últimos años ha conseguido crecer ligeramente. Muchos de sus jóvenes deciden echar raíces en el pueblo, por lo que la actividad inmobiliaria se mueve a buen ritmo en este municipio segoviano que destaca por la curación de jamón, pues es uno de los principales productores de España. Precisamente una de las actividades industriales más importantes, aunque no la única de su variado tejido empresarial.

Parcelas municipales y particulares, promociones de viviendas de protección, individuales o a través de una cooperativa que se quiere poner en marcha. Todas las fórmulas se dan en Carbonero el Mayor, donde ya se ha urbanizado una zona de más de cuarenta parcelas y en breve saldrán a la venta más de un centenar de terrenos urbanizables.

A la vez, el Ayuntamiento mira por mejorar la imagen del pueblo a través de la reparación de aceras, el acondicionado de las plazas, la recuperación del agua en las fuentes a través de sistemas de conducción de circuito cerrado, la adecuación de las entradas al pueblo y la construcción de más parques. Construir un aparcamiento para los numerosos camiones que hay y liberar las calles de los vehículos pesados es otro de los proyectos municipales encaminados a mejorar el aspecto de Carbonero el Mayor.

No se olvidan de uno de sus estandartes: el carácter dinámico y el espíritu festivo de los carbonarenses. Las actividades deportivas, culturales y de ocio son constantes en este pueblo en el que funcionan asociaciones y colectivos de todo tipo, y es en sus fiestas mayores cuando ese alma de fiesta es más palpable en este pueblo con vocación de convertirse en un referente del futuro, pero en el que sus tradiciones más ancestrales siguen muy arraigadas y vivas.

Las jotas y el sonido de las dulzainas son sinónimo de fiesta, al igual que los toros. La romería y la fiesta de la Virgen del Bustar atraen a cientos de personas y el Ayuntamiento quiere realzar aún más estas celebraciones que constituyen todo un símbolo y una de las cartas de presentación de Carbonero el Mayor.

Industria tradicional

Carbonero el Mayor aprovecha el tirón de la futura autovía entre Valladolid y Segovia para ampliar su superficie industrial y urbanizable

Elena Rubio Aragoneses

La historia de Carbonero el Mayor se empieza a escribir en plena Edad Media cuando se construyen los principales monumentos que hoy se pueden contemplar. Entre ellos destaca la iglesia de San Juan Bautista, fechada en el siglo XIII y que ha sufrido transformaciones en los siglos XV y XVIII. Lo que ha permanecido casi inalterable en su interior es el retablo del altar mayor de la iglesia, una auténtica joya renacentista. La primera referencia de este retablo se puede encontrar en el testamento de Juan de Almunya, un vecino de Carbonero el Mayor que el 2 de agosto de 1468 dejaba mil maravedíes para los arcos que se estaban construyendo en la iglesia y para «ayuda del retablo de la dha iglesia de Carvonero».

Este retablo se trata de una obra maestra de pintura de los primeros años del siglo XVI, a caballo entre dos formas distintas de representar la realidad: la flamenca y la renacentista. Se trata de un conjunto de veintiuna tablas entre pilastras, frisos y adornos de madera finamente tallada y estofada según el estilo del mejor plateresco. Sus autores fueron Baltasar Grande y Diego Rosales, probablemente fueron discípulos directos de Ambrosio Benson
En el primer cuerpo o calle central se encuentran las historias principales de este retablo. Las pertenecientes al sotobanco muestran a los cuatro evangelistas separados, en el centro, por un espacio vacío para el sagrario. Se representan sentados y acompañados de su símbolo alado. Cuatro tablas componen el cuerpo principal con una hornacina en el centro destina a la imagen de San Juan Bautista. Estas tablas representan la predicación del Bautista, el bautismo de Jesús, el banquete y baile de Salomé y la degollación de San Juan.

Siguiendo el segundo cuerpo, se encuentran distribuidas las historias del abrazo ante la puerta dorada, la casa del fariseo con el lavado y ungido de pies por la Magdalena, Santiago peregrino y la última, el martirio de San Bartolomé. En el centro, la Transfiguración. El tercer cuerpo lo compone el martirio de Santa Águeda, San Miguel Arcángel, en el centro Jesús atado a la columna con un orante, el martirio de San Lorenzo y la predicación de un obispo. Tres son las últimas tablas con el martirio de Santa Catalina, el calvario y el martirio de Santa Eulalia. La obra está rematada con unas veneras con la imagen central para Dios Padre bendiciendo la bola del mundo.

Romería en El Bustar

Por la talla por la que realmente sienten devoción los carbonerenses es por su patrona, la Virgen del Bustar. Cada año el sábado anterior al domingo de Pentecostés celebran una romería junto a su santuario, donde no falta la misa, la procesión hasta la Fuente del Pozuelo, las ofrendas y el pendón, los castillos de los mozos y una merienda campestre. En septiembre celebrarán la fiesta grande donde no faltan los toros ni la procesión a la Virgen, esta vez alrededor de la ermita