Sebúlcor

Jóvenes y emprendedores

La iniciativa empresarial y el potencial turístico permiten a Sebúlcor contar con buenas perspectivas de futuro para seguir incrementando su rejuvenecida población

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Contar con un entorno privilegiado y jóvenes con iniciativa que en la década de los ochenta decidieron regresar al pueblo permiten a Sebúlcor contar con buenas perspectivas de futuro que no solo pasan por mantener los servicios y la población actual, sino que van más allá y esperan que pronto el censo vuelva a crecer.

La alcaldesa, Carmen Ortiz Barrio, tiene claro que la inclusión de parte de su término en el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón «a esta zona le dio una riqueza, otra manera de vivir» que tiene en el turismo su base principal y que se pretende seguir explotando.

Alojamientos, establecimientos hosteleros y empresas dedicadas al ocio, como las cuatro que permiten recorrer el cuece en piragua bajo el vuelo de los buitres y con el convento de la Hoz asomado a uno de los cortados, son las posibilidades que ofrece Sebúlcor. Aunque la llegada masiva de visitantes también genera inconvenientes en un pueblo de trescientos habitantes que los fines de semana debe dar servicio a cientos de personas y en épocas puntuales como agosto a los casi mil que viven en el pueblo y a los centenares que llegan al parque. «Es un movimiento de gente increíble lo que hay por aquí y, a veces, nos genera problemas, no estamos preparados para dar buenos servicios», lamenta la regidora, que también subraya los beneficios que este flujo de población genera. «Es bueno, pero estamos muy limitados porque es un pueblo pequeño y no podemos ir al ritmo de lo que nos llega, pero siempre agradecidos de que venga gente».

El deficiente estado de la red de abastecimiento es una de las mayores preocupaciones del Ayuntamiento, ya que hay fines de semana en los que el agua no llega a lo pisos altos. «El 50% del agua se nos va», advierte Carmen Ortiz, que ve en la sustitución total de las tuberías y la instalación de un grupo de presión en el depósito la única solución al problema. «Ahora hay momentos de agobio», añade la alcaldesa, que ve aquí una limitación al crecimiento de Sebúlcor.

Y es que la cercanía con Cantalejo, una localidad con muchos servicios, y la tranquilidad de un pueblo con un entorno privilegiado hacen de la localidad un sitio atractivo para vivir y así lo han decidido muchos jóvenes que residen en un pueblo muy rejuvenecido y con nacimientos todos los años. «Se nota mucho que es un pueblo donde hay gente joven, hay iniciativa y a la larga se ve. Se ve que el pueblo va subiendo», apunta Carmen Ortiz, ambiciosa en sus objetivos para relanzar aún más Sebúlcor.

Piscina climatizada

Concluir el museo del agua en los antiguos lavaderos que aún se siguen usando, mejorar el frontón y mantener los tres profesores en el colegio figuran entre los objetivos a corto plazo, entre los que destaca un ambicioso proyecto: la construcción de una piscina climatizada comarcal que durante el verano esté al aire libre para la que el Ayuntamiento requiere la colaboración de las instituciones para su puesta en marcha y mantenimiento.

Otro de los proyectos estrella es mejorar la señalización para acceder a las Hoces desde Sebúlcor y crear un centro de recepción de visitantes a la entrada con un centro de interpretación, zona de duchas y aseos y locales en alquiler para la venta de artesanía. Si la Consejería de Cultura y Turismo aporta la subvención necesaria, la alcaldesa de Sebúlcor apunta la disposición de las empresas y el Ayuntamiento para aportar el resto, mientras la dirección del Parque Natural construirá un aparcamiento con capacidad para dos mil vehículos que regulen el incesante trasiego de vehículos por la zona gracias rutas en autobús.

Sebúlcor organiza desde hace seis años una feria del libro en octubre

El desfile de carrozas es uno de los actos más atractivos de las fiestas de Fuentepelayo

Isabel Jimeno.

Los propios vecinos destacan el espíritu festivo de Sebúlcor, que desde mayo hasta septiembre casi celebran una fiesta en cada mes. Primero el Patrocinio de San José a las cuatro semanas de la Pascua, después San Antonio el 13 de junio y para finalizar San Miguel Arcángel el 29 de septiembre.
Pero antes, las fiestas mayores, las de la Magdalena en torno al 22 de julio, en las que además de las verbenas y el desfile de disfraces, destaca la paellada que reúne a los vecinos junto al Duratón.
Pero la actividad no termina con San Miguel, a finales de septiembre. Unos días después llega una de las fechas más llamativas de Sebúlcor: la feria del libro, que desde hace unos años organiza el Ayuntamiento. Una iniciativa que surgió hace seis años y que cada vez tiene más acogida tanto entre los sebulcoranos como entre los habitantes de otros pueblos del entorno, que también acuden a la cita el fin de semana más próximo al 12 de octubre, fiesta de la Hispanidad.

Centrado en la puesta en marcha de actividades de fomento de la lectura, la feria incluye la venta de libros durante todo un fin de semana en el que los niños son los protagonistas. Los talleres les mantienen entretenidos la jornada del sábado y el domingo llevan a cabo la representación que han aprendido tan solo unas horas antes. El año pasado, un gran dragón fabricado por ellos mismos recorrió las calles del pueblo entre la admiración de los vecinos y el orgullo de los pequeños al ver reconocido su trabajo.

Asociaciones

La carrera pedestre por el convento de la Hoz, junto a los cortados del Duratón en una prueba que combina el deporte con el disfrute del entorno es otra de las fechas emblemáticas de Sebúlcor.
Las actividades estivales para niños organizadas por la asociación cultural, las de invierno puestas en marcha por la asociación de padres de alumnos los fines de semana y las marchas y exhibiciones de oficios antiguos en Semana Santa que promueve la agrupación juvenil también forman parte del dinámico calendario de los sebulcoranos.

Y los mayores tampoco paran. Además del local de reunión inaugurado hace poco, cuentan con un gran espacio en el que poner en escena sus montajes y las exposiciones con los trabajos que realizan. Pinturas, tallas de madera o maquetas de lugares del pueblo son algunas de las creaciones que el Ayuntamiento quiere dar a conocer a través de estas muestras estivales. «Se pretende sacar todo el trabajo que se hace en el pueblo», apunta la alcaldesa, Carmen Ortiz Rodrigo, quien destaca lo «manitas» que son los vecinos de Sebúlcor.

Con un poder especial

Las gentes de Sebúlcor son conocidos como ‘brujos’ por su don para curar enfermedades

Isabel Jimeno.

Su gentilicio es sebulcoranos, pero en la zona, a las gentes de Sebúlcor se les conoce más como ‘brujos’. A medio camino entre la leyenda y la realidad que se transmite de generación en generación, lo cierto que siempre se oyó hablar en el entorno que los vecinos de esta localidad segoviana se caracterizaban por tener un don especial que les permitía curar algunas enfermedades.

De padres a hijos y sin que salga de este entorno familiar, se transmiten los secretos de esa peculiar magia que ha llegado incluso al siglo XXI.

Cuentan que no sólo para curar enfermedades estaban dotados algunos de los sebulcoranos, sino que incluso eran capaces de tocar la campanas de la iglesia parroquial de la Magdalena de una manera tan especial que las temidas tormentas no descargaban sobre sus tierras.

Muchas personas han pasado a lo largo del tiempo por las manos de los curanderos de este pueblo, y es que su fama llegaba más allá del límite del término, ese del que sus gentes extraían buena parte del material de trabajo.
Servicios

No sólo para el cultivo de cereales con los que alimentarse y ganarse la vida sirven las tierras de la localidad cada vez menos agrícola y ganadera y sí más dependiente del sector turístico gracias a la explotación de esos mismos recursos naturales pero de una manera diferente. El bello paisaje en el que Sebúlcor tiene el privilegio de enmarcarse supone una riqueza y un potencial de desarrollo que sus vecinos han sabido explotar con la apertura de diversos negocios vinculados al sector turístico y de ocio.
Alojamientos, restaurantes y empresas de turismo activo dan trabajo a sus gentes y sirven de reclamo para los visitantes, que pueden conocer y disfrutar de ese bello paisaje enclavado en el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón.

Una obra de arte de la naturaleza de pronunciados y vertiginosos cortados entre los que se pasea el cauce fluvial y por los que se puede incluso viajar en piragua, viendo volar a los buitres sobre las cabezas.
Ese bello paisaje que ahora los sebulcoranos explotan a través del sector servicios y del que sus antepasados ya extraían las materias primas con las que curar los males. Expertos conocedores de las plantas y de sus propiedades, así se ganaron esa fama de ‘brujos’ por la que aún hoy se conoce a las gentes de Sebúlcor.

El fluir del tiempo

Sebúlcor quiere recuperar las conexiones entre manantiales y construir un Museo del Agua

Isabel Jimeno.

El agua es el elemento sobre el que giran varios proyectos del Ayuntamiento de Sebúlcor, especialmente sensibilizado con «la gestión» de este bien, advierte la alcaldesa, Sara Rodríguez. Rico en recursos hídricos, salpicado de fuentes y manantiales en los que no falta el agua en todo el año, el municipio quiere que este bien se convierta en el pilar de uno de los proyectos más ambiciosos en los que trabaja: el Museo del Agua.
Recuperar vieja maquinaria relacionada con el líquido elemento y habilitar los antiguos lavaderos como espacio expositivo es la culminación de una iniciativa más ambiciosa que pasa por recuperar y ampliar las conexiones entre manantiales, fuentes, pilones y el arroyo que riegan Sebúlcor y limpiar de maleza la Senda de las Fuentes que conduce hasta el Monasterio de la Hoz, sobre los cañones del Duratón.
Será uno de los atractivos añadidos a esta localidad enclavada en el Parque Natural de las Hoces del Duratón por la que muchos llegan a este espacio protegido. Por eso, uno de los objetivos del Ayuntamiento es crear un centro de recepción de visitantes con información sobre el entorno. También valora la posibilidad de que alguna de las propiedades municipales pueda convertirse en albergue o centro de formación relacionado con la naturaleza que incremente la oferta hotelera de Sebúlcor.
Cambiar el viejo y deficiente alumbrado público por otro más moderno, menos costoso y con reguladores de flujo para controlar el gasto y cambiar el sistema de calefacción del Ayuntamiento por una caldera de biomasa que acabe con el «derroche» de energía son otros de los proyectos en los que trabaja.
De cara al futuro, entre las iniciativas, la alcaldesa destaca la posibilidad de construir viviendas de protección oficial para que «se pueda venir gente a vivir» y dé continuidad a la estabilidad demográfica lograda en los últimos años. Y es que el asentamiento de varios jóvenes permite mantener el censo por encima de los doscientos habitantes y el colegio que hace unos años estuvo a punto de cerrar cuenta con cerca de treinta niños.
Pero la incertidumbre sobre el futuro hace que este asunto no se pierda de vista en el municipio, un pueblo con muchas fiestas y muchas actividades lúdicas y culturales a lo largo del año que se suman a los atractivos turísticos y medioambientales de Sebúlcor.

Aventura y proyectos acabados

Sebúlcor, sinónimo de naturaleza, acaba de renovar todas las infraestructuras de servicios

MÓNICA RICO | SEGOVIA

Espadaña y campanario de la iglesia de la Magdalena. :: MÓNICA RICO

Hablar de Sebúlcor es sinónimo de naturaleza, paisajes y turismo de ocio y aventura. Pero no se puede dejar pasar mentar también el patrimonio de la localidad, encabezado por las ruinas del Convento de la Hoz, una construcción levantada hace siglos gracias a las limosnas de los vecinos de la comarca.

Según cuentan, el edificio original, de gran belleza, no era muy consistente y en el año 1495 se produjo el derrumbe de un peñasco sobre el convento, que terminó con la mayoría de las dependencias, excepto la iglesia. Fue la reina Isabel la Católica quien lo reconstruyó e incluso dicen que se reservó para sí misma una celda, donde acudir en los momentos que necesitaba descanso y meditación. Pero lo fue la única monarca que se interesó por el templo franciscano, ya que Felipe II decidió ampliar las dependencias. Posteriormente fue colegio de misioneros.

Las desamortizaciones del siglo XIX acabaron con la vida en el convento y a principios del siglo XX, en el lugar vivía una familia de guardeses. Aún hoy, el edificio es de propiedad privada, pero son muchos los que lamentan su estado ruinoso. Piedras que van cayendo desde la ladera y arbustos y matorrales que ciegan la vista a tan espectacular monumento esperan la tan ansiada declaración como Bien de Interés Cultural, que se encuentra en trámites desde hace años. La intención del Ayuntamiento sí sería intervenir, pero para ello el templo debería pasar a manos públicas, por lo que aún queda mucho camino que recorrer y mucho en lo que trabajar.

Sin embargo, desde el Consistorio de la localidad, el trabajo no para, a pesar del momento delicado que viven los pequeños municipios. Uno de los principales proyectos que se acaba de cometer y concluir es la renovación de todo el alumbrado público, que incluye desde la renovación de la red hasta la sustitución de todas las luminarias, muy antiguas y las lámparas.

Mejora de servicios

Además, hace tan sólo unos días se firmó la certificación de fin de obra de la construcción de un nuevo depósito de agua, que se pondrá en marcha en breve y que dará servicio a la población del municipio, que se multiplica en verano, tanto con los hijos del pueblo como con los cientos de turistas que cada año conocen este bonito municipio.

También durante esta legislatura se ha llevado a cabo el cambio de prácticamente todas las redes de abastecimiento del municipio, una obra muy necesaria por la edad de las antiguas tuberías. Hoy el agua llega más limpio y con menos sabor. La actividad municipal no para, y como tal también era necesario un arreglo en el edificio que alberga la Casa Consistorial, especialmente en la planta baja, donde se han realizado nuevos baños, se han arreglado algunos despachos y se ha realizado una instalación para calefacción.

También se acaba de ejecutar una pequeña reforma en el colegio, en la que se ha adecentado el patio para que los más pequeños no tengan ningún problema en el lugar donde pasan gran parte de su tiempo de ocio y juegos, aunque no en verano. A pesar de todas estas iniciativas que se han desarrollado y concluido en los últimos meses, la alcaldesa del municipio, Sara Rodríguez, aún se lamenta. «Me gustaría hacer más cosas», explica, pero la ejecución de grandes proyectos se hace prácticamente imposible. El momento de crisis generalizado que vivimos impide la concesión de muchas subvenciones, pero aún así, Rodríguez no cesa en su empeño de presentar iniciativas.

De hecho, no descarta ninguna ayuda de las que puedan llegar, aunque ya con vistas al año 2011 afirma que no tendrá ninguna duda en aceptar la subvención de los Planes Provinciales.

Y es que a pesar del momento, las fiestas no se pueden detener en un municipio. Y en Sebúlcor son muchas: San Antonio, La Magdalena, San Miguel...

La iglesia
El templo parroquial de Sebúlcor está dedicado a Santa María Magdalena, patrona de la localidad. Románica en su origen, de una sola nave y de grandes proporciones, ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de su historia. Aunque no destaca de forma especial por su exterior, sí lo hace en su interior, donde se pueden encontrar algunos retablos de gran belleza, unos de ellos procedentes del monasterio de la Hoz y otro barroco de tres calles dedicado a San Antonio de Padua. También destaca su pila bautismal de piedra y las pinturas en las calles laterales representando pasajes bíblicos.