Aldealengua de Pedraza

Un rico entorno por explotar

Aldealengua de Pedraza espera la conclusión de la presa del Ceguilla para poner fin a los problemas de agua

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, entre los núcleos de Ceguilla, Martincano y Galíndez.

LLEVO aquí toda la vida y cada vez que hablamos en la conversación siempre sale que antes todas la casas estaban abiertas y ahora solo hay nueve o diez. En su día había quinientas personas y ahora cien. No hay futuro», lamenta el alcalde de Aldealengua de Pedraza, Manuel Ballesteros.
Y es que aunque entre el centenar de habitantes hay quince niños, el censo sigue bajando. Algunos barrios que integraban Aldealengua de Pedraza ya han desaparecido. Cotanillo, un anejo de Ceguilla, ha quedado como un pueblo de segunda residencia; y en Galíndez solo tres casas con poco más de media docena de personas permanecen abiertas durante todo el año. Los otros dos núcleos que componen el municipio, en los únicos en los que residen menores, superan con creces esa cifra, pero aún así el número de habitantes es escaso: poco más de cuarenta en Ceguilla y otros tantos en Martincano.
Trabajo y turismo
Un futuro poco esperanzador para el que el regidor considera indispensable articular puestos de trabajo femeninos, y también masculinos. «Somos siete u ocho ganaderos y ya está saturado», advierte Manuel Ballesteros. Y para crear empleo, el Ayuntamiento proyecta construir un pequeño polígono junto a la N-110 que ayude a reactivar la vida.
Otro de los pilares que Aldealengua de Pedraza espera poder explotar es el turismo. Y es con un entorno privilegiado, a los pies de la sierra de Guadarrama, el sector todavía no ha comenzado a despegar en el municipio y algunos turistas llegan gracias a la promoción de rutas por la Cañada Real Soriana Occidental, que pasa por Ceguilla. «Es una zona bonita que debe promocionarse», apunta el regidor. «De lo que se trata es que se vea gente, que es lo que gusta», añade.
Y es que el reducido número de habitantes y la ausencia de bares que sirvan de aliciente para salir, hace que sea «difícil que encuentres a cualquiera por la calle y menos por la noche», lamenta Manuel Ballesteros. Y para ir a la iglesia hay que recorrer un largo camino. El templo, conocido como la catedral de la sierra, está ubicado en el centro de los tres pueblos, lejos de las casas.
Pero en verano, como en muchos municipios, crece la población y algunos problemas se agravan. Este estío de especial sequía el abastecimiento ha atravesado un mal momento y ahora en Aldealengua de Pedraza, como en otros núcleos de la sierra, esperan con impaciencia la conclusión de la presa sobre el río Ceguilla que contenga el agua durante el invierno para abastecer a la población en verano.
Una presa que se edifica en el término del municipio y ahora el Ayuntamiento espera que las obras prometidas como contrapartida se hagan realidad, entre ellas habilitar un acceso a la presa o crear una zona recreativa apta para el baño en el río, del que reclaman la limpieza del margen. Mientras, el Consistorio trabaja en otros proyectos que ayuden a mejorar la calidad de vida del escaso centenar de vecinos.

De fiesta en fiesta

Aldealengua de Pedraza celebra durante cinco días consecutivos los festejos de los cuatro núcleos que componen el municipio

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Como en otros pueblos, la segunda quincena de agosto llega a Aldealengua de Pedraza cargada de fiestas. Empiezan y no paran en cinco días, los más activos en este pequeño pueblo, que olvida así la escasez de vecinos que se quedan durante el invierno al pie de la sierra de Guadarrama.

Antes cada núcleo celebraba sus fiestas por separado, en el momento en el que el calendario manda honrar a sus patrones, pero desde hace unos años decidieron unificarlas todas en torno al 15 de agosto, de tal modo que la fiesta y la música va saltando de uno a otro barrio un día tras otro, en todos menos en el más pequeño, Cotanillo, tan cercano a Ceguilla que parece el mismo núcleo.

Y es precisamente por Ceguilla, donde se encuentra la Casa Consistorial, por donde empiezan las celebraciones el día 14 con la víspera. Al día siguiente, de nuevo Ceguilla es el anfitrión con las celebraciones en honor de Nuestra Señora de la Asunción. Y el 16, Martincano honra a San Roque y el 17 hace lo propio con Nuestra Señora del Rosario. Para finalizar, Galíndez pone la guinda a las fiestas con el 18 de agosto dedicado a los Sagrados Corazones.

Cinco días intensos en los que la música va cambiando de escenario, los juegos de chito, petanca, mus, tute y brisca y las competiciones y atracciones infantiles ponen la nota festiva en cada uno de los barrios, dependiendo del día.

Pero hay un lugar que todos comparten y al que todos acuden. Se trata de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cercana, pero lejos de todas las casas. Allí se concentran los actos litúrgicos con la debida misa y procesión por cada uno de los patrones, de tal modo que del 15 al 18 de agosto, cada día una procesión y una imagen sale de la iglesia para procesionar por el bello paraje de la sierra acompañada de los bailes y música tradicional.

Subasta

Los cuatro días también los vecinos siguen cumpliendo con la subasta de los palos de las andas y la subida al trono de cada patrón. Y aunque todos participan en las fiestas de sus compañeros de municipio, son los del barrio que está en fiesta quienes más empeño ponen en la tradicional puja que se sigue manteniendo como uno de los ingredientes imprescindibles en los intensos días de fiesta en Aldealengua de Pedraza.

Lo contrario a su nombre

Ahora desaparecido, Aldealengua de Pedraza fue un pueblo con muchos habitantes que denomina a un municipio integrado por cuatro núcleos

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Pilón centenario en una plaza de Aldealengua de Pedraza. / I. J..

Fue en los convulsos tiempos de lucha entre moros y cristianos cuando nació Aldealengua de Pedraza, fundado a los pies de la sierra de Guadarrama por el señor de Pedraza como avanzada para proteger y vigilar el puerto de Navafría a Lozoya.

Pero de lo que fue ese asentamiento medieval ya solo queda el nombre, pues el lugar ocupado siglos atrás por las casas hoy es un despoblado, aunque en cierto modo Aldealengua de Pedraza sigue existiendo al dar su nombre al municipio del que formó parte, ahora integrado por cuatro núcleos. Ceguilla, Martincano, Galíndez y Cotanillo son los cuatro pueblos que comparten ayuntamiento bajo el nombre del desaparecido Aldealengua de Pedraza, del que tan solo se mantiene en pie la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, compartida por el resto de núcleos.

Fue hace años cuando dejó de tener vida ese pueblo que en sus orígenes se llamó tan solo Aldea Lengua, nombre que mantuvo hasta el año 1789, aunque en un documento de 1587 sí figura como Aldealengua de Pedraza. Una denominación que dibuja un panorama difícil de imaginar en estos momentos. Y es que con lo que fue el núcleo principal desaparecido y los otros cuatro que se mantienen con vida con menos de un centenar de habitantes en total, es complicado hacerse a la idea de que en tiempos de su fundación fue un pueblo grande, pues ‘luenga’ es el término utilizado en castellano antiguo para definir algo que era largo, aunque en este caso, al tratarse de una aldea, significaba grande y con muchos habitantes.

Algo impensable en estos momentos de continua sangría demográfica, tanto que lo que un día fue la inicial aldea con mucha población ya ni existe. La misma suerte que, años después, siguieron otros de los despoblados que salpican el término municipal, que se fueron quedando sin gente a lo largo del siglo XX.

De hecho, aún hay vecinos en Aldealengua de Pedraza que recuerdan a las gentes y las casas de lugares como Carazo, La Ermita, Guijerme, La Peña, San Polillo y Riachuelo, donde hasta el pasado siglo estuvo la escuela de niñas y el Ayuntamiento, que con la despoblación se trasladó a Ceguilla, que ahora ostenta la capitalidad como el pueblo más grande de los cuatro que forman este municipio de menos de cien habitates que, con su nombre, recuerda un pasado brillante en el que fue una aldea con muchos habitantes.