Castroserracín

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Datos

Distancia a la capital: 67 kilómetros.
Superficie (en Km²): 21,10.
Altitud: 1.148.
Población: 50 habitantes.
Pedanías: -
Comarca:Tierras de Sepúlveda.
Lugares de interés: Iglesia de Santo Tomás Apóstol. Ermita de San Gregorio.

Curiosidades: Dentro de la iglesia parroquial de la localidad llama la atención una pila bautismal románica, decorada en forma de cáliz de flor, con cabezas humanas y animales esculpidas entre los pétalos.
Tradiciones: Durante las fiestas son tradionales las danzas regionales. Además, durante la celebración de la Inmaculada existen actividades que se han convertido en toda una tradición, como los pasacalles con cabezudos para divertir a los más pequeños.
Gastronomía: Como lugar histórico de pastoreo destaca su ganado churro y sobre todo los productos derivados del mismo, por lo que uno no se puede marchar del municipio sin probar la carne de cordero lechal, o bien asada en horno de leña o a la parrilla.
Fiestas: Celebran San Antonio de Padua, cada 13 de junio, y en verano las fiestas en honor de la Virgen de la Inmaculada, que todos los años tienen lugar el fin de semana más próximo al 20 de agosto.
El nombre: En la primera referencia que existe por escrito del municipio aparece denominado como Castiel Serrazín. Fue en el año 1247. Entonces su significado era castillo o campamento de Serracín. Este apellido parece que podía hacer referencia a la familia de sus primeros pobladores. Al menos desde el siglo XVI se le conoce como en la actualidad: Castroserracín.

DESCRIPCIÓN

El nombre de la villa de Castroserracín se apoya principalmente en el topónimo castro, vocablo latino derivado de castrum «campamento o castillo», al cual se ha anexionado el nombre (antropónimo) del que pudo ser su primer repoblador Serracin o Sarracín, nombre muy común en la Alta Edad Media. Un fiel colaborador alavés del conde Fernán González, se llamaba Sarracín Fernandez. En Castilla y León hay varias villa que tienen un nombre parecido: Sarracín (Burgos), Sarracín de Aliste (Zamora), Villasarracino (Palencia), y un Serracín segoviano, dentro del término de Riaza. Tambien sabemos que dentro del término Castroserracín existieron dos despoblados: La Torre o Aldealatorre y Valdecheña.
La compacta y sencilla iglesia parroquial de Castroserracín se dedica a santo Tomás Apóstol, y por la posición que ocupa y el entorno que la rodea, se intuye que allí también existió una pequeña fortificación o torreón defensivo que posiblemente dio nombre al pueblo. El origen de este templo es románico, aunque dentro de él veremos algunas reformas realizadas ya en tiempos de transición al gótico. También se cree que debió de tener un pórtico de ingreso, del que no ha quedado huella alguna, pues de esa época solo veremos la puerta de ingreso que se sitúa dentro de su actual porche y que se adorna con dos arquivoltas decoradas. Dentro del templo nos llamará especialmente la atención su pila bautismal románica figurada, así como algunos arquillos ciegos del presbiterio, sustentados por capiteles figurados. El retablo mayor es barroco y en él destaca el santo titular, junto a otro que entroniza a san Bartolomé.
Así mismo, sin salirnos del casco urbano de la villa se localiza la ermita de san Gregorio.

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De Pueblo en Pueblo

De Pueblo en Pueblo, 17/08/2005

Un nuevo depósito para acabar con las limitaciones

Castroserracín confía en que la nueva perforación ponga fin a las restricciones de agua en el pueblo, que en estos días previos a las fiestas multiplica por diez su población habitual

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Las mujeres se arremolinan en torno a una pequeña furgoneta. Es un vendedor ambulante que en el suelo exhibe su muestrario de ropa. Poco después, otros vecinos salen de sus casas nada más oir la bocina que anuncia la llegada del panadero de la vecina localidad de Urueñas.

Estos días el reparto se prolonga durante más tiempo. De los menos de cuarenta habitantes que tiene el pueblo durante el crudo invierno, en verano la población pasa a ser diez veces mayor y durante esta semana el crecimiento de Castroserracín se nota especialmente. El aspecto de sus calles con gente, con niños que durante otras temporadas son inexistentes y con muchas casas abiertas hacen que sea casi imposible pensar que el censo se para en los sesenta habitantes.

Fiestas

Es la semana cultural previa a las fiestas en honor de la Natividad de Nuestra Señora que se celebran el próximo fin de semana y los hijos del pueblo regresan a Castroserracín. Hoy toca chuletada, ayer sardinada y mañana excursión Guadalajara. Un montón de actividades durante ocho días que se llevan a cabo gracias a la colaboración de la asociación cultural, con cerca de doscientos socios, y el Ayuntamiento. La traca final el domingo cerrará unas jornadas muy intensas salpicadas de juegos, comidas multitudinarias, concursos, actuaciones y orquestas.

Pero estos también son días de preocupación para el Ayuntamiento, sobre todo por la escasez de agua en años especialmente secos como este, que el alcalde, Jacinto Iglesias Pulido, espera solventar con la construcción de un nuevo depósito.

Y es que la necesidad es tanta que incluso el regidor prohibió hace semanas el riego de jardines y llegó a tener todo preparado para solicitar el abastecimiento mediante cisternas, como también fue necesario el año pasado. Finalmente, el agua de una pequeña balsa ha paliado temporalmente la escasez de agua en una zona en la que otras veces se podía disfrutar de ver brotar el agua de manantiales, pero que ya el año pasado comenzaron a reducir el flujo y este verano manan solo el 40% de lo habitual.

«Será mejor no regar que no tener agua solo cuatro horas al día», advierte el alcalde, que aplaude el comportamiento de sus vecinos y pide los mismos mismos derechos para los suyos pese a ser un un pueblo pequeño. «Tenemos los mismos derechos que los que viven en la Gran Vía», reclama el regidor, que destaca las dificultades que supone para Castroserracín afrontar cualquier proyecto de envergadura debido a su exiguo censo, aunque en temporadas altas como el estío deba prestar servicios a una población que se multiplica.

Aunque con pocos habitantes, en los últimos años, el asentamiento de gente joven ha permitido mantener el censo y, pese a las dificultades, Jacinto Iglesias, «siempre optimista», confiesa que «ya no veo el futuro tan oscuro».

Todavía no ha despuntado, aunque hay rumores, y el regidor espera que el turismo sea una vía de escape a la despoblación en Castroserracín, un pequeño pueblo del nordeste segoviano, que, según se mire, inicia o pone fin a la ruta por los castros.

De Pueblo en Pueblo, 05/07/2006

Pequeño, pero dinámico

Castroserracín programa una semana llena de actividades como anticipo a las fiestas

Texto y fotografías de ISABEL JIMENO CASTROSERRACÍN

Vista general de la localidad de Castroserracín. / Iisabel Jimeno

Causa admiración y casi hasta algo de envidia entre otros pueblos del entorno. Y es que con menos de cincuenta personas en el censo, Castroserracín programa una intensa semana cultural, plagada de actividades para todos los públicos. Sirve de aperitivo a las fiestas mayores, las que en torno al 20 de agosto se celebran en honor de la Natividad de Nuestra Señora durante tres días con orquestas, misa y procesión al ritmo de la dulzaina y el tamboril.

Unos instrumentos que ya no suenan en la clásica verbena en la que los mayores bailaban. Ahora una orquesta ameniza las multitudinarias veladas de Castroserracín. Y es que en esos días la mayor parte de las casas se abren y otras se llenan con mucha más gente, lo que hace posible que del menos de medio centenar de personas que se quedan en invierno se pase casi a los cuatrocientos, algunos más de los que normalmente están en verano. Y es que es la fiesta y nadie se la quiere perder. De hecho, los festejos están resurgiendo y se están recuperando tradiciones que se habían perdido como las dianas mañaneras, que gracias a los más jóvenes vuelven a pasear la música por las calles del municipio.

Y como aperitivo de las fiestas, la semana cultural organizada por el Ayuntamiento y la asociación cultural Castroserracín, del 12 al 20 de agosto. Juegos para mayores y para niños, una excursión, concursos gastronómicos, actuaciones y muchas comidas se suceden durante estos días a los que la gran traca pone punto y seguido hasta el próximo año. Atrás han quedado días diferentes, plagados de momentos divertidos y con mucha gente unida en torno a la chuletada, la sardinada o la chocolatada que organiza este colectivo con cerca de doscientos socios.

San Antonio

No hay que esperar un año para otra nueva fiesta, pues hace unos días los castreños celebraron otra de las fechas señaladas: San Antonio. Trasladados del 13 de junio al sábado más próximo, los festejos incluyen una noche de orquesta, misa y procesión desde la iglesia de Santo Tomás Apóstol, erigida en lo alto del pueblo, desde donde vigila las casas y ofrece una bella panorámica de este pueblo con zonas arboladas y paseos para disfrutar de la tranquilidad.

El local de la asociación sirve de punto de encuentro a los castreños

Isabel Jimeno.

Dicen que no hace falta un motivo especial para pasarlo bien, para celebrar una fiesta que rompa la monotonía de un pueblo con apenas cincuenta habitantes censados, pero algunos menos censados, y muchos ya mayores. Cualquier excusa es buena para reunirse a pasar un buen rato y la sede de la asociación cultural es el lugar ideal para que los vecinos se junten a charlar, echar una partida o reunirse en torno a una mesa. «Cuando se nos antoja nos a juntamos a hacer fiesta», comenta el alcalde del municipio, Jacinto Iglesias Pulido.
Y es que ante la ausencia de un bar que de forma habitual sirva de punto de reunión, el centro inaugurado hace un par de años hace las veces de lugar de encuentro para los castreños.
Una vez puesta en marcha esta instalación, la iniciativa municipal se centra en hacer frente otros proyectos, que son muchos, «pero nos dan el dinero con cuentagotas», se queja el regidor, ambicioso en sus pretensiones para hacer de Castroserracín un pueblo con los mismos servicios que otros de mayor tamaño. Arreglar la carretera de acceso y renovar la red de abastecimiento son dos de las reclamaciones, una vez que el problema de abastecimiento que acechaba la localidad el año pasado por estas fechas, sobre todo por la fuerte sequía, se ha solucionado, al menos de momento, con una pequeña captación que parece garantizar el suministro para los escasos sesenta habitantes que figuran en el censo y los cerca de trescientos que llegan a Castroserracín cada verano.

De Pueblo en Pueblo, 11/07/2007

Por senderos y cañadas

El entorno de Castroserracín es uno de los mayores atractivos de este pequeño pueblo

Texto de Isabel Jimeno.

Entre las laderas casi peladas de vegetación y las rocas prominentes, se cuelan las verdes tonalidades de los árboles que también rodean a Castroserracín, apreciables, sobre todo, desde el privilegiado mirador en que se asienta la iglesia de Santo Tomás Apóstol, en la zona más alta del casco urbano, dominando y vigilando su pequeño caserío, ese que ahora recupera la vida que la emigración le va usurpando a la localidad.

Casas que aún conservan la esencia de antaño. Fachadas de piedra salpican las empinadas calles de Castroserracín. Aunque ahora el censo disminuye, su estratégico enclave, a los pies del cerro en que se levanta su iglesia, hizo que hace siglos fuera apetecido por los antiguos pobladores. Testigo de mil y una historias, de múltiples avatares, es uno de los pueblos más antiguos de la provincia de Segovia, poblado al menos desde el siglo X.

Hoy, la tranquilidad es uno de los atractivos de este pequeño municipio, al norte de la provincia de Segovia. Pero, sin duda, uno de sus mayores tesoros es el entorno que rodea a las casas. Dos ingredientes que tratan de aprovechar en busca de nuevas alternativas de negocio, como el turismo rural.

Arroyo

Los frondosos pinares brotan junto al caserío y el verde de los chopos marca el sinuoso cauce del arroyo del Valle, que nacen y discurre por el término de Castroserracín antes de adentrarse en Valle de Tabladillo para desembocar en el río Duratón.

Es una de las corrientes que surcan y brotan en tierras castreñas, aunque hace años su caudal era más importante. Los senderos y caminos, e incluso una vieja cañada utilizada por los ganados en época de trashumancia, hoy en desuso, permiten disfrutar de un bello paisaje en este pueblo segoviano de apenas medio centenar de habitantes.

La iglesia de Santo Tomás, un templo de origen románico que pudo ser un torreón

Isabel Jimeno.

En lo alto de un cerro, en un privilegiado mirador, se alza la iglesia parroquial de Castroserracín. Por la posición que ocupa parece que allí existió una pequeña fortificación o un torreón defensivo que pudo ser el origen del nombre del pueblo, uno de los más antiguos de la provincia, por lo que las construcciones defensivas eran muy importantes para sobrevivir en aquellos tiempos de continuos enfrentamientos.

Dedicada a Santo Tomás Apóstol, en origen se trató de un templo románico, como lo demuestran las dovelas con decoración de rosetas que aún se conservan; aunque dentro se pueden apreciar reformas pertenecientes a la transición al gótico. En el interior sobresalen la pila bautismal románica, los arquillos ciegos del presbiterio sustentados por capiteles figurados y el retablo mayor barroco, con la imagen del santo titular de la iglesia.

Natividad de Nuestra Señora, en agosto

Castroserracín celebra sus fiestas mayores en torno al 20 de agosto en honor de la Natividad de Nuestra Señora. Del medio centenar de habitantes, la localidad pasa a cuatrocientas personas para disfrutar de unas celebraciones en las que no faltan los actos religiosos y las verbenas, además de otras tradiciones que se están recuperando como las dianas matinales, con las que los jóvenes llenan de música las calles.

Doscientos socios, cincuenta habitantes

Con cerca de doscientos socios, la asociación cultural Castroserracín es uno de los activos del pueblo y junto al Ayuntamiento organiza una intensa semana cultural previa a las fiestas mayores. Juegos para niños y mayores, excursiones, comidas, y actuaciones mantienen entretenidos a los castreños antes de la gran cita en honor a la Natividad de Nuestra Señora, en torno al 20 de agosto.

Campamento o castillo de Serracín

Un documento del año 943 ya prueba la existencia entonces de Castroserracín, uno de los pueblos más antiguos de la provincia, repoblado por Asur Fernández. En otro al año 1247 figura como Castiel Serrazin, derivado del latín, «castrum», es decir, campamento o castillos, mientras que Serracín es el nombre del posible repoblador, aunque ya desde el siglo XVI adopta la denominación actual.

De Pueblo en Pueblo, 23/07/2008

Como cada año

Otro manantial tratará de evitar los problemas de abastecimiento que cada verano padece Castroserracín

Texto y fotografías de Isabel Jimeno

Con la llegada del verano, el mismo problema de todos los años vuelve a repetirse. Aunque se limita a unas semanas en torno al 20 de agosto, coincidiendo con las fiestas mayores en honor de la Natividad de Nuestra Señora, la falta de suministro es recurrente en Castroserracín, un pueblo pobre en agua que este estío sumará otra fuente más al manantial que habitualmente surte a la población para evitar los cortes en la red o tener que abastecerse a través de camiones cisternas.
El incremento sustancial de población en esas fechas y la dependencia de manantiales que en primavera afloran con exceso y llegado el verano son insuficientes son la combinación para que el agua cause quebraderos de cabeza cada año. Desde el Ayuntamiento estiman que la solución es un sondeo, pero ya se han hecho algunos y el agua encontrada no era apta para el consumo, por lo que por ahora se tendrán que conformar con el de la nueva fuente que en breve se unirá la red de abastecimiento y así evitar los cortes de ejercicios anteriores. «A ver si podemos pasar el verano, aunque sea de puntillas», comenta el alcalde, Antonio Bayo.
Es el principal proyecto en el que se encuentra inmerso el municipio, a la vez que trata de poner en marcha otras iniciativas como amueblar el Ayuntamiento una vez reformado y que las nuevas tecnologías lleguen a Castroserracín, donde todavía el teléfono fijo funcional vía satélite por TRAC y las posibilidades de conectarse a Internet son nulas. «Que un Ayuntamiento en el siglo XXI no tenga Internet es tercermundista», lamenta el regidor, empeñado en que el acceso a la red sea posible e incluso que sus vecinos, aunque mayores, descubran este mundo.
Y es que incrementar los servicios y actividades sociales es una de las preocupaciones de Antonio Bayo. No en vano, del medio centenar de habitantes, tan sólo 8 bajan de los 55 años y hace más de treinta años que no nace un niño en Castroserracín. Por eso atender a esta población mayor y hacerle la vida más amena es fundamental, también para que sirva de reclamo para que se queden en el pueblo.
En este sentido, otra de las metas del Ayuntamiento es habilitar un local para que durante el invierno puedan realizarse actividades culturales y de ocio, ya que en el de la asociación cultural hace demasiado frío. Todo para que sus mayores, casi todos en el pueblo, se queden en Castroserracín, que trata de incentivar el empadronamiento de quienes pasan allí algunas temporadas al año y busca la manera de disponer de terreno municipal destinado a la construcción de viviendas que aliente las esperanzas de futuro de un pueblo pequeño y con una media de edad de la población demasiado elevada.

De Pueblo en Pueblo, 21/07/2010

Uno de los más antiguos

La localidad fue una de las primeras de la provincia en ser repoblada

MÓNICA RICO

Fachada del Ayuntamietno de la localidad. :: M.RICO

Ostenta el honor de ser uno de los municipios más antiguos de toda la provincia, por ser uno de los primeros en repoblarse. Y además, la localidad de Castroserracín, también se encuentra en otro listado, en el de los pueblos más pequeños de la provincia, con apenas medio centenar de habitantes y poco más de cuarenta kilómetros cuadrados de extensión en todo su término municipal, lo que se reduce sustancialmente si nos centramos únicamente en el pueblo como tal. El municipio es cabecera de la comarca denominada Los Castros.

Marcado por estas características, la localidad trata de sobrevivir al éxodo rural que se ha cebado en el municipio, especialmente durante la última mitad del siglo pasado, intentando ofrecer la mejor calidad en los servicios que demandan los vecinos.

Sin embargo, en ocasiones, estos servicios fallan o quedan escasos. Es el ejemplo del abastecimiento del agua durante los meses de verano, especialmente en agosto, cuando la localidad llega incluso a quintuplicar su población. Una buena noticia, por otra parte, puesto que en esos días el municipio parecer revivir.

En agosto llegan nuevos sonidos, como los de los niños riendo, jugando y correteando por las calles y son muchos los vehículos que transitan por éstas. Unos llegan, otros ya se marchan, mientras que la mayoría coge el vehículo para realizar un corto viaje hasta la vecina localidad de Sepúlveda, de la que Castroserracín depende administrativamente, en servicios sanitarios y, en su mayoría como abastecimiento de alimentos y otros materiales.

La vida regresa al municipio y con ella no sólo los más pequeños, sino también algunos menos jóvenes y más mayores, a los que volver les llena la cabeza de recuerdos. No son cuestiones olvidadas, sino momentos justos de la niñez, cuando el municipio contaba con casi tres centenares de habitantes y por la villa se veía corretear a los perros que pululaban alrededor de las ovejas, todos ellos atentos a las órdenes del pastor.

Y es que la población de Castroserracín vivió durante siglos del pastoreo de ovejas churras, una carne muy apreciada y casi desaparecida en la actualidad y que entonces abundaba por estos pastos, especialmente gracias a que el municipio se encuentra rodeado de montes en los que abundan las plantas aromáticas como el tomillo, tan apreciadas para la cría de este ganado. Por ello, también las chuletillas y los asados de cordero forman parte de la gastronomía local desde hace decenas de años.

Existen también en los alrededores numerosos senderos y cañadas, utilizadas por los pastores durante el traslado del ganado, pero también durante la trashumancia. En la actualidad se han convertido en buenos circuitos para disfrutar del paseo.

Despoblados

Por lo menos, el municipio tuvo la oportunidad de repoblarse y fue uno de los primeros de la provincia en hacerlo. Fue en el año 943, de manos de Asur Fernández. No ocurrió así en lugares muy cercanos al municipio, como en el poblado que según los estudios se llamó La Torre o Aldealatorre. Hoy el páramo donde se ubica este despoblado aún conserva el nombre de lo que fue un municipio.
También en la zona de Castroserracín nos encontramos un segundo despoblado, el denominado Valdecheña, en el lugar que hoy se llama Los Casares.

El municipio que hoy nos ocupa se encuentra prácticamente a medio camino entre continuar subsistiendo o acabar como uno de estos lugares tan cercanos. Algunos de los vecinos ven claro un futuro despoblado de Castroserracín. Sin embargo, son muchos los que aún piensan que la llegada de nuevas oportunidades, como el turismo rural, pueda dar más vida al pueblo.

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