Navares de las Cuevas

El resurgir de un pequeño con grandes

Navares de las Cuevas pretende dar a conocer su rico patrimonio para que le ayude a seguir creciendo

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

En las elecciones de la anterior legislatura era el pueblo más pequeño de la provincia, ahora el farolillo rojo es otro, nosotros estamos los segundos o terceros por la cola», apunta el alcalde de Navares de las Cuevas, Vicente Robisco López, entusiasmando con el incremento de población. Y es que para un pueblo que ahora logra superar los treinta habitantes, subir en diez personas el censo es un paso importantísimo. «Dentro de lo pequeñito que es el pueblo, es positivo. El que vayamos creciendo es positivo», añade el regidor, que ve en el entorno, rodeado de árboles y peñas, uno de los alicientes para que la gente elija Navares de las Cuevas como lugar de residencia.

Pero estos días las ochenta casas que hay habitables –muchas rehabilitadas y otras nuevas– se llenan y esa población habitual que en invierno se queda en torno a los veinticinco, se multiplica de manera impensable hasta alcanzar las cuatrocientas personas. «Es que aquí en invierno hace mucho frío. Este año a lo mejor ha habido 16 ó 18 grados bajo cero», advierte Alfonso Peña, uno de los vecinos. Hace unos días las calles se han llenado de gente de manera aún más especial para celebrar las fiestas de San Mamés.

Al lado del pueblo, hace nueve años surgió «otro pueblo anejo», apunta el regidor. Se trata del campamento, que aunque está abierto todo el año, es en verano cuando más actividad concentra y en la primera quincena de julio llega a acoger a cerca de cuatrocientas personas, más que viven en el pueblo y que ha dado a conocer Navares de las Cuevas por toda la geografía.

Y aunque centran su actividad en el campamento, también se dejan sentir en el pueblo. «Cuando vas a misa da gusto ver gente joven y niños porque hay días que no ves a nadie por la calle, en invierno no hay niños», lamenta Alfonso Peña. Y es que la persona más joven que viven en Navares de las Cuevas sobrepasa ya los cincuenta años.

Alfonso reconoce que la vida en invierno es un poco «triste». «Es que aquí en invierno hace mucho frío. Este año a lo mejor ha habido 16 ó 18 grados bajo cero», advierte. Las gélidas temperaturas recogen a la gente en sus casas, que desde que hace unos meses tampoco pueden entretenerse con la televisión. La instalación del parque eólico en la sierra de Pradales afecta a la señal. Tampoco la misa sirve de punto de encuentro, pues el cura no vuelve al pueblo desde Navidad hasta el 19 de marzo.

Desde el Ayuntamiento luchan porque esa tristeza y soledad se olvida y Vicente Robisco sueña con que emprendedores con iniciativa arriesguen y apuesten por el pueblo para dinamizar su vida a la vez que ayuda a crear puestos de trabajo.

Ermita y palacio

«Darnos a conocer» es otra de las metas de Navares de las Cuevas, que además de un entorno privilegiado, atesora con un rico patrimonio. La ermita de Virgen del Barrio, un ejemplo del románico más antiguo que gestiona Patrimonio Nacional y que fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC), es uno de los estandartes de los cuevachos. En breve lucirá aún mejor gracias a la nueva iluminación y un adecuado acceso al templo.

El Palacete del Marqués de Rivilla es otra de las joyas del municipio. Una importante construcción en mal estado que el Ayuntamiento quiere rehabilitar, aunque para ello necesita la colaboración de una empresa privada que plantee un uso viable para la instalación. Una vez descartada su posible conversión en posada, su utilidad parece ir dirigida a fines socioculturales «que beneficiaría a toda la zona», destaca el alcalde, que ve inviable su rehabilitación sin un uso continuado.

Un paso previo a la reconstrucción es la construcción de un nuevo frontón que permita sacar el juego de pelota de una de las paredes del inmueble, que en su día, cuando todavía había niños, incluso hizo las veces de escuela.

Bailes por partida doble

Dos procesiones recorren las calles de Navares de las Cuevas en un solo día con motivo de la fiesta de la Virgen de Hortezuela

Isabel Jimeno.

Cuanto menos resulta curioso que la ermita que aún se mantiene en pie no tenga fiesta y los cuevachos, en cambio, celebren aquella cuyo templo está derruido. Y es que entre el 15 y el 25 de mayo, honran a Nuestra Señora de Hortezuela, de cuyo templo solo quedan las ruinas, por lo que la imagen de la virgen vive de prestado durante el año en el interior de la iglesia de San Mamés.

Y un día al año, cambia por unas horas de morada. Es el día en que se celebra su fiesta, la de la Virgen de Hortezuela, de gran calado religioso en una jornada que aglutina dos procesiones en tan solo unas horas. Por la mañana, la imagen sale en procesión camino de la ermita de la Virgen del Barrio, el otro templo que hay en Navares de las Cuevas, que abre únicamente al culto en ese señalado día.
Declarada Bien de Interés Cultural, la ermita abre sus puertas en el mes de mayo para que durante unas horas la Virgen de Hortezuela descanse hasta que parta de nuevo en procesión hacia su morada habitual, la iglesia de San Mamés.

La música nunca falta durante el recorrido desde el centro del pueblo hasta las afueras, donde en un alto, en una empinada pendiente, se ubica la ermita de la Virgen del Barrio. Y las jotas que no paran de sonar por la mañana y por la tarde animan a la gente en un día de fiesta que concluye con la cena de hermandad de la asociación de Hijos y Amigos de Navares de las Cuevas, animada también por un bingo.
Y es que la asociación, fundada hace unos seis años y que ya cuenta con cerca de doscientos socios en un pueblo de apenas treinta habitantes, es un elemento aglutinador y dinamizador y cuenta incluso con un local cedido por el Ayuntamiento.

San Mamés
La agrupación también es una parte importante en la organización de las fiestas en honor de San Mamés, el 17 y 18 de agosto. La pequeña dimensión del municipio hace necesaria la aportación económica extra para poder sufragar los gastos y la asociación contribuye a pagar las actuaciones de las fiestas.

Misa, procesión y «jotas que no falten» tienen lugar en estos días grandes en los que la devoción y el ocio se mezclan. Y es que igual de importantes que los actos religiosos son las veladas musicales, el concurso de disfraces y otras actuaciones como el pasacalles con gigantes y cabezudos que otros años animaba las calles el 17 de agosto, aunque en esta edición será sustituido por otra actividad que volverá a llenar de vida las calles de Navares de las Cuevas.

Referente de los pequeños

Navares de las Cuevas acoge la sede de la asociación de alcaldes de municipios de concejo abierto

Isabel Jimeno.

Ruinas del palacio del Marqués de Rivilla, donde se pretende instalar la asociación de alcaldes. /I. Jimeno

Navares de las Cuevas es uno de los cerca de dos mil municipios españoles que funcionan como concejo abierto. De ellos, aproximadamente medio millar están en Castilla y León, una de las comunidades con mayor número de Ayuntamientos con menos de cien habitantes, unos cincuenta en la provincia de Segovia.

Con esas cifras de población, su futuro no es muy esperanzador, por lo que la acción para que los pueblos pervivan se hace inevitable. Con ese objetivo ha nacido la asociación de alcaldes de municipios españoles de concejo abierto, que está dando ya los primeros pasos para comenzar a funcionar.
Vicente Robisco, alcalde de Navares de las Cuevas, es uno de los impulsores del proyecto, por lo que la sede de la agrupación estará en esta localidad de poco más de treinta habitantes. «Luchar por nuestra subsistencia, porque si no, moriríamos». Ese es el objetivo de la asociación, que pretende convertirse en referente para estos pueblos.

Ya hace unos años puso en marcha una iniciativa similar de ámbito regional, con una respuesta muy positiva, por lo que ahora espera que sea aún mejor y un buen numero de estos ayuntamientos se sumen a la asociación, que ya cuenta con todos las licencias para operar.

La celebración de las elecciones municipales el pasado 27 de mayo ha ralentizado un poco la actuación, por lo que en cuanto dispongan del listado completo con los nombres de todos los alcaldes de municipios españoles con concejo abierto, les remitirán la carta que ya tienen preparada para que se unan a esta asociación, que persigue aunar fuerzas «para salvaguardar este bien que supone el pueblo con características de pueblo», apunta Vicente Robisco, esperanzado con las posibilidades de la asociación, que él preside. Junto al alcalde de Navares de las Cuevas, los regidores de otras tres pequeñas localidades (Castrojimeno, Castroserracín y Castro de Fuentidueña) y dos personas más forman la junta directiva para empezar a operar.

La vivienda y el trabajo son los dos pilares básicos para asegurar la pervivencia de estos pequeños pueblos. Aquí, el acceso a las nuevas tecnologías se convierte en un elemento básico para atraer población. «Ya he recogido la sensibilidad de jóvenes de Madrid que les gustaría venir al pueblo», apunta Vicente Robisco.
En el palacio

Congresos, seminarios y reuniones periódicas figuran entre las posibles actividades a llevar a cabo, con Navares de las Cuevas como centro de operaciones.

Por el momento, la sede está en la Casa Consistorial, aunque el objetivo es que se fije en el palacio del Marqués de Rivilla. Pendiente de ser rehabilitado, el alcalde no descarta recurrir tanto al sector público como al privado para lograr los más de 1,8 millones de euros que cuesta la intervención para conseguir que las ruinas de la casa señorial de Navares de las Cuevas se conviertan en la sede de la asociación de alcaldes de municipios españoles de concejo abierto.

La vida en torno a palacio

Navares de las Cuevas busca financiación para sacar del estado de ruina y dotar de un uso el palacete del Marqués de Rivilla

Isabel Jimeno.

Empadronamientos y algún nuevo vecino han permitido a Navares de las Cuevas pasar en un decenio de contar con 22 habitantes a los actuales 32 censados. Pero lo cierto es que este incremento, pequeño, pero importante en estas cifras, es más bien un espejismo en medio de una cruda realidad de apenas una docena de personas viviendo a diario en el pueblo.
Pero eso cambia esos días. La envejecida población, sin niños desde hace décadas entre sus habitantes, recibe cada verano el soplo de juventud de los trescientos niños que llenan el campamento asentado en lo alto del caserío, asomado al bello paisaje de este pueblo segoviano. El gentío y el sonido de sus voces propagándose por las escasas calles de la localidad invitan a pensar que es un pueblo mucho más grande. Pero en realidad, como otros muchos, Navares de las Cuevas es un municipio condenado a la paulatina despoblación. «En diez años tocan a duelo por el pueblo», lamenta el alcalde, Vicente Robisco, mientras repasa con tristeza las últimas bajas en un censo plagado de personas mayores.
Por mantener estos pequeños pueblos con vida lucha el regidor, quien hace algo más de un año se embarcó en el proyecto de crear la asociación de alcaldes de concejo abierto. En la próxima reunión cambiarán la denominación a Asociación de municipios de Concejo Abierto, un colectivo que agrupa a esos pequeños núcleos todavía con Ayuntamiento propio, pero que han bajado de los cien habitantes. En unos meses en marcha, la agrupación ha captado un buen número de socios. «Era tocar en la fibra sensible», advierte Vicente Robisco, satisfecho con la buena acogida y convencido de que «la unión hace la fuerza». «Estamos muy ilusionados», añade el alcalde de Navares de las Cuevas, donde se encuentra la sede de la asociación de ámbito nacional que nombrará representantes en las provincias con más concejos abiertos. Castilla y León es una de las comunidades más numerosas, con quinientos del casi medio centenar de estos municipios.
Por el momento, la sede está en el Ayuntamiento, pero la idea es que se instale en el Palacete del Marqués de Rivilla. Pero para ello, el deteriorado inmueble de alto valor arquitectónico declarado Bien de Interés Cultural tiene que salir del estado de ruina. Y en esa pugna también se encuentra inmerso Navares de las Cuevas, que desde hace años viene reclamando la intervención en este emblemático edificio que a lo largo del tiempo ha sido casa, colegio y hasta frontón. De hecho, en sus paredes aún se juega a la pelota.
Por eso, otro de los proyectos municipales es construir un nuevo frontón para evitar que el palacete siga sirviendo de lugar de juego y destinarlo a otros usos, además de sede de la asociación, aún por definir. «La rehabilitación sería muy importante para Navares de las Cuevas y para la zona», afirma el alcalde de este pequeño pueblo con mucho encanto. Y es que, a los atractivos medioambientales del escarpado paisaje en la sierra de Pradales bañado por el arroyo de los Navares hay que añadir el rico patrimonio. Además del palacete del siglo XVIII e iglesia, también existe la ermita de Nuestra Señora del Barrio, otro Bien de Interés Cultural, muestra del románico segoviano más antiguo que ya ha sido restaurada. Ahora el alcalde confía en que el palacio del Marqués de Rivilla recupere su esplendor y sirva de foco de actividad para que la vida no se apague en Navares de las Cuevas.