Arahuetes

Paraíso natural y plató de televisión

Arahuetes, un municipio de sesenta habitantes, se ha colado en millones de hogares como plató de la pequeña pantalla

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Hay que coger una pequeña carretera de ida y vuelta que muere en el pueblo para llegar a Arahuetes. Alejado de las grandes vías de comunicación y fuera de cualquier itinerario –ni siquiera pasa el transporte público–, son muchos quienes conocen una parte de la localidad gracias a la serie de televisión ‘Cuéntame cómo pasó’, con la que se ha colado en millones de hogares simulando las calles de los años setenta en la manchega Sagrillas.

La llegada de las cámaras de televisión alteró la tranquila vida de sus habitantes, que también pudieron participar en alguna escena. Pero en nada más ha influido la llegada de la televisión a este pequeño de escasos treinta habitantes, que esperan una nueva visita de los Alcántara.

La iglesia de San Andrés, sin intervenciones que dejen entrever visos de modernidad en un pueblo que sigue celebrando el baile de la fiesta por la tarde, fue un elemento clave para elegir Arahuetes como plató. Pero el municipio, integrado también por la pedanía de Pajares de Pedraza –con otra treintena de habitantes censados, pero como en Arahuetes, con unos quince viviendo habitualmente– es mucho más que un lugar televisivo.

Uno de los lugares más bonitos del municipio queda detrás de las cámaras. Unos elevados cortados sirven de pared para algunas casas de Pajares de Pedraza, en el fondo del valle. Unos metros río arriba, donde se juntan los ríos Santa Águeda y Valvilla, naturaleza muestra uno de sus mejores trajes. Desde lo alto de una peña, un mar de árboles que estos días comienza a cambiar su verde traje por otro de tonos ocres antes de desnudarse para el invierno, esconde la corriente fluvial. «Puedes pasarte el día mirando y andando por aquí», destaca el alcalde, Pedro Francisco Blanco.

Y es que la belleza del entorno y la tranquilidad hacen de Arahuetes un lugar idóneo para el descanso y el cada vez más en auge turismo rural, un vía de escape, pero no suficiente para asegurar el futuro. «Este pueblo es rico en recursos naturales, pero solo con eso no se puede vivir. Hay que hacer algo más», advierte el regidor, que confiesa que «el futuro lo veo muy negro», aunque todavía hay quien fija su nueva residencia en Arahuetes y Pajares de Pedraza.

Servicios básicos

Y el Ayuntamiento trabaja para que sus vecinos cuenten con todos los servicios. «El 90% de los presupuestos se han invertido en los servicios básicos», comenta el alcalde de Arahuetes. «No vamos ni a los lujos ni a los super lujos. Me admiro cómo hay pueblos que hacen edificios de no sé cuántos millones y luego van a la Diputación llorando y arrastrándose diciendo que necesitan dinero para cambiar las redes de agua cuando nosotros llevamos haciéndolo toda la vida y todavía no las tenemos terminadas. Lo primero es atender los servicios básicos. Claro, el edificio viste y lo que metes debajo de tierra no se ve».
Y es que los reducidos ingresos hacen mirar hasta el último céntimo e intentar ahorrar todo lo posible con el alcalde y sus colaboradores como fontaneros, electricistas y albañiles arreglando las averías ya que «es la única manera de tener unos pequeños recursos para pagar la parte que nos corresponde de las subvenciones», comenta Pedro Francisco Blanco, que reclama más ayuda e iniciativas que ayuden a mantener vivos los pueblos.

Baile por la tarde

Arahuetes celebra este fin de semana las fiestas en honor de la Virgen del Rosario

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Queda poco para que la soledad vuelva a invadir las calles de Arahuetes. El otoño ha llegado y la cuenta atrás para el invierno ha comenzado, lo que es sinónimo de poca gente en este pequeño pueblo. Ni siquiera el medio centenar de vecinos que engrosan el censo del municipio, integrado también por la pedanía de Pajares de Pedraza, se queda allí.

Apenas una treintena de personas se encargan de mantener la vida en los dos núcleos, que en ocasiones se llenan de una actividad inusual, cuando la televisiva familia Alcántara de ‘Cuéntame como pasó’ simula llegar a la manchega localidad de Sagrillas. El rodaje transforma por unas horas las tranquilas calles, convertidas en plató de televisión.

Pero en verano la situación es diferente. La cifra invernal se multiplica casi por diez para alcanzar en momentos puntuales las trescientas personas. El centenar de casas habitables se abren y dejan escapar mucha vida por las ventanas, la que en breve comenzará otra vez a echarse de menos.
Un motivo de alegría y de bullicio. De gentío y de buenos recuerdos, los de un pasado con más habitantes, pero también de preocupaciones y dificultades para el Ayuntamiento.

Pero hasta que ese momento de la nueva soledad llegue, el mes de octubre comienza con un motivo de alegría en forma de gentío por las calles de Arahuetes. Un paréntesis previo a la rutina. Las fiestas de la Virgen del Rosario permiten recuperar la actividad estival que incluso en verano, cuando hay más gente que acude a las actividades, hace posible celebrar una semana cultural.

Aunque ya no son como las de antaño, cuando había más gente y vida en el pueblo y las celebraciones no requerían tanto esfuerzo económico, las fiestas continúan siendo días importantes para vecinos e hijos del pueblo, aunque sus limitados recursos hacen que las actividades casi estén reducidas a los actos religiosos del domingo y el baile la tarde anterior.

San Blas el 2 de febrero en Arahuetes, San Juan el 24 de junio y San Gregorio el fin de semana siguiente a la Pascua en Pajares de Pedraza son otras de las fechas importantes en este pequeño municipio.

Riberas del Cega y del Santa Águeda

Arahuetes posee una importante riqueza medioambiental al lado de los cursos fluviales que transcurren por su municipio

Elena Rubio Aragoneses Arahuetes

Arahuetes está situado en una altiplanicie, frente al castro de Pedraza, del que le separa la depresión del Cega. Una localización que hace que por su término municipal existan unos fantásticos parajes naturales con extensas lastras, montes de enebro, chaparro y algo de pinar. También se localizan algunas viñas y labrantíos, junto con barrancos y suaves praderas. Un paraíso natural que en esta época del año está especialmente bonito al producirse el cambio de hoja y que permite contemplar una paleta de colores en los que predominan los amarillos, ocres y marrones. Una auténtica postal.

Y es que pasear por este término municipal es poder disfrutar de rutas por los cañones del Cega y del arroyo Santa Águeda. Una belleza natural que desde las alturas se puede disfrutar desde el cerro de Los Castillejos, una especie de atalaya desde la que se divisan impresionantes formaciones rocosas donde se aprecian numerosos recovecos, como la conocida Cueva del Moro.

Este mirador sirvió un tiempo atrás para vigilar los caminos que comunican con otros lugares, hoy despoblados, como Los Casares, Peñacorba, Santa Águeda y Valdiñigo. También para ver quién cruzaba el arroyo Santa Águeda, un curso fluvial en el que se conserva un puente construido con grandes lajas de piedra.

De este material es también la conocida como 'Caseta de los Guardias', un refugio de piedra en el que permanecía apostada la Guardia Civil durante ocho días mientras se celebraba la feria de Turégano para vigilar el tránsito de las recuas de ganado.

Pero recorriendo estos caminos también es posible ver las ruinas de la ermita románica de Santa Águeda, un templo del que sólo quedan los muros, de calicanto y un ábside. No son los únicos restos que se encuentran dentro del término municipal de Arahuetes, ya que de esta localidad también depende el núcleo de Pajares de Pedraza desde el 1 de enero de 1847, según una Real Orden. En su término también están los restos de la ermita de las santas Justa y Rufina. Tan sólo queda en pie los muros, el ábside y parte de la bóveda.

En Pajares de Pedraza lo que sí se mantiene en pie, junto a la carretera, es la iglesia parroquial dedicada a San Gregorio. Es un edificio de construcción moderna pero con un ábside semicircular que hace que los expertos crean que se construyó sobre un templo anterior. En este núcleo también se pueden contemplar algunas casas con originales esgrafiados, es decir, diferentes dibujos sobre la fachada en la que se aprecian varios colores superpuestos.

Plató de televisión

Y hablando de pinturas, muy destacadas son las que se encuentran dentro de la iglesia de Arahuetes, la dedicada a San Andrés. En su interior destaca un retablo lateral con pinturas renacentistas de Diego de Aguilar y lienzos manieristas de Alonso de Herrera.

Aunque muchos no lo sepan esta iglesia de Arahuetes la han visto más de una vez en la pequeña pantalla, en concreto, en la serie de televisión 'Cuentamé como pasó'. Y es que este municipio es el ficticio Sagrillas, pueblo natal de la familia Alcántara. La relación es tan cordial que los vecinos han aparecido en algunos capítulos como extras y los actores principales no se olvidan del trato amable y cariñoso que les dispensan en el municipio.

El pasado mes de septiembre, cuando se produjo el pre-estreno de la nueva temporada en el cine Capitol de Madrid, el actor Imanol Arias tuvo dentro del cine un recuerdo cariñoso para los vecinos del pueblo cuando explicó el capítulo que inauguraba un año más de rodajes.