Navares de Ayuso

Futuro en femenino

Con sesenta habitantes y doce menores en el censo, Navares de Ayuso mira con escepticismo los años venideros

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Un grupo de vecinos esperan pacientemente al cobijo de la sombra de una casa. En unos minutos, puntual a su cita, el panadero arriba a Navares de Ayuso y con agilidad despacha el pedido de cada día. El gentío se dispersa y la calle vuelve a quedar prácticamente vacía.

Pero el silencio dura poco. Las alegres voces de los niños recorren las calles del pueblo al veloz ritmo de sus bicicletas. Durante estos días estivales son más que de costumbre, aunque una vez pasada la fiesta, otra vez los mismos de siempre son los que quedan en Navares de Ayuso.

Los setenta habitantes que integran el censo y mantienen con vida el pueblo se preparan de nuevo para la llegada de crudo y frío invierno, que hace mermar un poco más la presencia de gente en sus casas, hasta quedarse en unos cincuenta. «Hay muchos mayores que se van con los hijos en invierno», aclara el alcalde, Alfredo Alonso Cano.

Sin embargo, con la llegada del verano, desde comienzos de julio, poco a poco, la alegría retorna a Navares de Ayuso para alcanzar su punto álgido en la primera quincena de agosto. Justo para las fiestas en honor de Nuestra Señora de las Dehesas, del 14 al 16. Pero una vez pasadas esas fechas, los dos centenares de personas que se han reunido en la plaza durante la verbena se van reduciendo.

Aunque las fiestas son sinónimo de alegría, para el Ayuntamiento y los vecinos también significan un gran esfuerzo económico para poder afrontar los cuantiosos gastos que animen las veladas en una fechas en las que los cachés de las orquestas se disparan. «Hay música, pero nos cuesta mucho –advierte el regidor–. Antes traíamos orquesta los tres días, pero este año solo el día 15 y los demás discomovida porque sino no nos llega el presupuesto, y eso que la asociación paga la mitad, sino el Ayuntamiento no podría».

Con una población en buena parte envejecida, sin apenas jóvenes que decidan fijar su residencia en el pueblo y un medio de vida dependiente por completo de la agricultura y la ganadería, el futuro no es alentador en Navares de Ayuso. Pero por el momento una docena de niños entre los setenta habitantes abren una ventana a la esperanza.

Niños

Marta, Eva y Lucía son parte de esa población infantil que mantienen viva la esperanza de continuidad del pueblo y alegra sus calles con sus juegos, aunque durante las horas de colegio sus gritos se trasladan a la cercana localidad de Boceguillas. Dicen que están encantadas con ir a otro pueblo a la escuela porque allí tienen más amigos y conocen a otros niños.

Y es que casi todos en la última generación de Navares de Ayuso son niñas. «El niño más pequeño tiene catorce años. De ahí para abajo, hasta la más pequeña, que tiene siete meses, son todo niñas», apunta Alfredo Alonso Cano, quien ya comienza a hacerse a la idea de que en el futuro la falta de empleo femenino en el pueblo les obligará a marcharse de allí.

Hasta que llegue ese momento, en Navares de Ayuso no tiran la toalla y, con mucho esfuerzo por la falta de ingresos debido a los escasos vecinos y la reducida actividad inmobiliaria, siguen invirtiendo en mejorar el pueblo con obras como la rehabilitación del Ayuntamiento o la renovación de la red de abastecimiento, siempre con la imprescindible ayuda económica de otras administraciones.

Esfuerzo conjunto

La asociación y el Ayuntamiento sufragan de forma conjunta las fiestas de Nuestra de las Dehesas

Isabel Jimeno.

Varios niños junto a la iglesia de Nuestra Señora de las Dehesas de Navares de Ayuso. /I.J.

Coinciden con otras muchas fiestas y eso hace que el gasto sea mayor, pero los vecinos no están dispuestos a perder la tradición y hacen un gran esfuerzo económico para que los festejos se mantengan en el mismo día. De hecho, no quieren ni oir hablar de variar la fiesta a otros días.

Los festejos de Nuestra Señora de las Dehesas, el 15 de agosto, coinciden con los que ese día se suceden en buena parte de la geografía provincial y nacional en honor de Nuestra Señora de la Asunción, por lo que la contratación de orquestas para animar las veladas nocturnas se dispara, haciendo prácticamente imposible para los pequeños ayuntamientos contratar a estas agrupaciones.

Para ayudar a sufragar los gastos, el Consistorio de Navares de Ayuso cuenta con la colaboración de la asociación Nuestra Señora de las Dehesa, que sufraga la mitad de los gastos generados por las fiestas mayores.
Su aportación económica y la municipal hace posible que la arraigada tradición y devoción por Nuestra Señora de las Dehesas se mantenga, pese a que otras costumbres se han quedado en el camino con el paso de los años y el descenso de población.

La aportación económica de la cuota de los cerca de doscientos socios en este pueblo de poco más de setenta habitantes y la recaudación del bar que gestiona van dirigidas al disfrute de todos en las fiestas. El establecimiento solo abre los meses de julio y agosto, cuando más gente hay en Navares de Ayuso, y además de para obtener dinero también sirve de punto de encuentro para los vecinos, que el resto del año no tienen bar, aunque sí un lugar de reunión para los mayores, a los que el Ayuntamiento tiene cedido un local en el que se juntan a echar la partida o asistir a clases de gimnasia durante el curso.
De tradición agrícola y ganadera, Navares de Ayuso también celebra San Isidro Labrador y el 15 de mayo la Junta Agropecuaria Local ofrece una comida para todo el pueblo.

Y el 29 de octubre, los ayuseros se unen de nuevo para celebrar ‘San 29’. Una curiosa fiesta de nombre aún más peculiar con la que los vecinos recuerdan una enfermedad que azotó el pueblo. De hecho, hace años incluso había música y era la fiesta más importante, pese a que en la actualidad solo se limita a una misa.

Además, este año los ayuseros tendrán otro motivo de celebración: la semana cultural que durante el verano organizará la asociación Nuestra Señora de las Dehesas. El año pasado se inició tímidamente y este ya contarán con juegos infantiles y concursos gastronómicos entre otras actividades.

El día del santo

Navares de Ayuso celebra el 29 de octubre ‘San 29’ como recuerdo a una enfermedad que hace años azotó el pueblo

Isabel Jimeno.

Fue hace muchos años cuando comenzó a celebrarse la fiesta. Entonces era mucho más importante, pero aún hoy, para los ayuseros el 29 de octubre sigue siendo una fecha especial.
Como pueblo de honda tradición agrícola en el que la explotación del campo continúa siendo la principal fuente de ingresos, Navares de Ayuso celebra San Isidro Labrador el 15 de mayo. Otro 15, el de agosto, también es especial.

Mientras multitud de localidades se visten de gala ese día para celebrar Nuestra Señora de la Asunción, las calles de este municipio se engalanan para honrar a su patrona: Nuestra Señora de las Dehesas. Una fecha muy especial que no están dispuestos a cambiar de día pese a que contratar la música ese día supone un elevado gasto que Ayuntamiento y asociación se encargan de sufragar de forma conjunta.
Estas son las fiestas mayores, pero en Navares de Ayuso hay otra también especial. No tiene un santo en particular a quien honrar, pero la misa no falta el 29 de octubre. Lo cierto es que es lo único que se mantiene de esa celebración que en el pasado gozó de gran importancia. De hecho, antes, cuando había más gente en este pueblo que nunca fue muy grande, hasta la música recorría las calles de este pequeño pueblo segoviano y el 29 de octubre se celebraba la fiesta más importante.

Hoy, eso ha quedado en el recuerdo de los mayores, pero los ayuseros no olvidan ese señalado día, el de ‘San 29’, el curioso nombre con que se conoce a esta fiesta. Y es que, contrariamente a lo habitual, no es una celebración en honor a un santo, sino que es la forma que los vecinos de Navares de Ayuso instauraron hace muchos años para agradecer el fin de una enfermedad que antaño azotó el pueblo. Desde entonces, el 29 de octubre es conocido como el día de ‘San 29’.

Un caso extraño

Con apenas sesenta habitantes, Navares de Ayuso aún mantiene una decena de menores de veinte años

Isabel Jimeno.

El de Navares de Ayuso es un caso extraño en los tiempos que corren. Con un padrón que apenas supera los sesenta habitantes, puede presumir de contar con una pirámide poblacional bastante equilibrada. Sorprende que entre las seis decenas de personas que viven en este municipio del nordeste de la provincia de Segovia, una decena, casi el 17%, todavía no haya cumplido los veinte años y la cifra de jubilados no llegue a los veinte. El asentamiento de matrimonios jóvenes hace unos años, «gente con ganas de trabajar y vivir aquí», permite disfrutar todavía de niños corriendo por las calles, aunque lamentablemente, por el momento, las previsiones de futuro no son optimistas y hace ocho años que nació el más pequeño. «Ahora mismo no hay jóvenes que se vayan a quedar», lamenta el alcalde, Carlos Guijarro Redondo, que, por el momento, puede sentirse orgulloso de vivir en un pueblo que, pese a ser pequeño, aún tiene esperanzas de futuro.
Los jóvenes y los niños son su mejor tesoro y contar con adecuados servicios para la población una de las claves para que la gente se quede a vivir. «Mantener los servicios, agua, alumbrado, redes..., es lo fundamental», destaca el regidor. Por eso uno de los proyectos destacados que pretende llevar a cabo el Ayuntamiento es continuar cambiando las viejas redes de abastecimiento. «Digo a la gente que el pueblo no es sólo 15 días de agosto, el pueblo es 365 días de todo el año, y eso algunos no lo acaban de entender», comenta Carlos Guijarro, para quien es fundamental ofrecer los servicios básicos que garanticen la calidad de vida.
Aquí, las nuevas tecnologías, también juegan un papel fundamental. En este sentido, Navares de Ayuso no se encuentra en una mala situación. Tiene garantizada la cobertura TDT para ver la televisión, el acceso a Internet no es a través de ADSL, pero con Iberbanda pueden conectarse y, en breve, una antena mejorará la deficiente cobertura de telefonía móvil.
Mejorar instalaciones
Amueblar y acondicionar el interior de la Casa Consistorial toda vez que ya acabó la remodelación del edificio es otra de las metas del municipio, que también quiere mejorar las instalaciones de ocio para sus vecinos. Una vez construida una pista polideportiva a unos metros del casco urbano, la intención del Ayuntamiento es continuar acondicionando esa zona e incrementar las dotaciones con mobiliario para un parque, incluso, «si es posible, también con aparatos para mayores», apunta el regidor.
« Proyectos tenemos muchos, pero dinero, poco», lamenta Carlos Guijarro. De hecho, la colaboración y aportación de los vecinos a través de la asociación cultural Las Dehesas es fundamental para llevar a cabo el programa de fiestas y la semana cultural a mediados de agosto. El colectivo es el encargado de dinamizar el aspecto social de Navares de Ayuso y gestiona el centro social que sirve de punto de encuentro durante los fines de semana y a diario los meses centrales del verano.
Es el único establecimiento público que existe en este pueblo. «Nos movemos a toque de corneta, pero no nos falta de nada», advierte el alcalde. Y es que los vendedores ambulantes se encargan de llevar todo tipo de género a los vecinos de Navares de Ayuso.