Valtiendas

Esperanza de uva

Valtiendas ha apostado fuerte por la producción de vino como última opción para asentar población

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Aunque este año les falta algo a los valtendianos, pues su lugar de reunión estival, el arroyo Valtiendas, no ha sobrevivido a la sequía; el pueblo incrementa durante estos días considerablemente su población. «De ser cuarenta a ser doscientos sí se nota, sobre todo en las colas del pan y del carnicero», apunta la alcaldesa, Monserrat Arranz Rodrigo.

La tranquilidad que ofrece el pueblo, en un valle verde en el que los almendros tienen una presencia destacada y cubren de blanco y rosa el paisaje cuando florecen, rodeado del amarillo de los campos de labor ya secos, y el atractivo de las fiestas en honor de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, junto con un nuevo atractivo que surgió hace cuatro años, hacen posible que las casas de Valtiendas abran sus puertas. Es el maratón nocturno por parajes, unas de las actividades surgidas para dinamizar la vida estival del pueblo que ha tenido gran éxito y el primer sábado de agosto hace posible que más de doscientas personas lleguen a Valtiendas para participar en la prueba. «Algunos ya se plantean si la fiesta o el maratón», advierte la regidora, orgullosa de ver que el esfuerzo da resultados.

Pero hablar de este pueblo no solo es hablar del Maratón Nocturno por Parejas. Sin duda, solo con nombrar Valtiendas hay una palabra que evoca el pensamiento: vino. Las vides que salpican el término y de las que se obtienen los caldos en las cinco bodegas son la esperanza de futuro para el pueblo, que hace casi dos décadas comenzó a realizar una fuerte inversión para renovar todas las cepas con el ansiado objetivo, todavía sin conseguir, de entrar en la cercana Denominación de Origen Ribera de Duero que facilite la comercialización de los caldos. Mientras, la fuerte apuesta viticultora lleva el nombre del pueblo por toda la geografía gracias a sus vinos con denominación de origen propia Valtiendas.

Tres núcleos

Las esperanzas de un pueblo que no puede escapar a la despoblación están puestas en el vino. «Lo que les trae a mucha gente de cabeza es lo de las viñas porque es la última apuesta y casi es la que queda», advierte la alcaldesa, deseosa de que las viñas no solo den como fruto las uvas, sino que también ayuden a asentar población en el pueblo, no solo contar con mano de obra itinerante en plena temporada de recogida de los racimos. «Ahí estamos, esperando a que nos abran la puerta», apunta Monserrat Arranz, que echa en falta más viviendas para alquilar que faciliten la llegada de nuevos vecinos.
Y es que el censo cae sin freno. «Llevamos sin apuntar niños muchísimo tiempo, creo que la última sería la mía que ya tiene doce años. También hay inmigrantes que vienen a trabajar a las viñas, pero están de manera itinerante», lamenta.

Un mal que afecta a los tres núcleos que integran Valtiendas, aunque de manera más importante a Pecharromán, donde «están dando las últimas bocanadas, hay muy poquita gente, muy mayores, muy poca actividad y no se ve actividad de construcción», advierte. Sin embargo, el Caserío de San José, un barrio que surgió porque hace años a alguien se le ocurrió irse a vivir allí, ahora cuenta con una población estable en torno a los cincuenta habitantes, «incluso más estable que la de Valtiendas; aquí, de mayo a noviembre, varía mucho, pero en invierno nos podemos quedar unas cuarenta».

Monserrat Arranz está convencida de que vivir en este tranquilo pueblo tiene sus ventajas como «la independencia y la tranquilidad de esos inviernos», en los que las partidas de cartas y los paseos sirven para sacar de casa a las pocas mujeres que se quedan en Valtiendas. Pero la creciente despoblación y el deficiente sistema de transporte público hace que ahora dude si la decisión que tomó hace años de asentar su vida en el pueblo luchar por ayudar a mantenerle es la correcta.

«Te planteas ¿me habré equivocado? Todo lo que he luchado porque esto funcionara y reivindicar y ahora ves que tus hijas se tienen que marchar y que todas tus inversiones están hechas aquí, en esta comarca y que tienes que empezar una vida en otro sitio», comenta, a la espera de que los ricos caldos que salen de las bodega de Valtiendas se conviertan en una bombona de oxígeno para poder respirar en el futuro.

Carrera de popularidad

Decenas de personas se congregan en Valtiendas para participar y presenciar la maratón nocturna por parejas que organiza la asociación

Isabel Jimeno.

El arroyo corre de nuevo y con su sonido hace más amena la vida de los valtiendanos, que ya están pensando en cuánto van a disfrutar de nuevo del agua este año, después del disgusto que supuso la imposibilidad de darse un chapuzón el pasado estío debido a la fuerte sequía que dejó el cauce seco. «Es el centro de vida del pueblo», destaca la alcaldesa de Valtiendas, Monserrat Arranz. Junto al arroyo juegan los niños, los mayores conversan en el puente e incluso algunos se dan un baño para refrescar las cálidas jornadas veraniegas.
Tanta importancia tiene el arroyo en la vida de este pequeño pueblo que incluso una de las actividades de la asociación cultural de Valtiendas es la limpieza del cauce y alrededores en agosto para que todos puedan disfrutar más de esta corriente de vida y alegría.

Y en agosto, cuando más gente llega a la localidad, el colectivo lleva a cabo la mayor parte de actividades que comenzaron a desarrollarse hace un decenio, cuando se constituyó la asociación con el objetivo de revitalizar la vida de Valtiendas, que el pueblo contase con un atractivo para atraer a los foráneos y entretener a los vecinos.

Aunque en sus primeros años fue cuando la agrupación mostró más dinamismo y la implicación de los valtiendanos fue más activa, lo cierto es que todavía sigue siendo un referente entre las asociaciones provinciales, sobre todo por una de las actividades que más repercusión tienen de cara al exterior: la maratón nocturna por parejas.

Una iniciativa que en sus años de existencia ha ganado popularidad, participantes e importancia en las citas deportivas. Aunque maratones hay muchas por la geografía nacional, la de Valtiendas es diferente. Diferente porque es por parejas, que deben cubrir los 42,195 kilómetros del trazado por pistas de asfalto y de tierra unidos. Diferente porque es nocturna y la competición se torna distinta: la zancada de los corredores es distinta, las sensaciones en la oscuridad de la noche, guiadas por la luz de la linterna y las luces que marcan el camino, son distintas.

Y más allá de lo puramente deportivo, la maratón se ha convertido en una cita ineludible para valtiendanos, foráneos y amantes del atletismo. Incluso para muchos, la cita es aún más esperada que las fiestas patronales. Y es que además de la prueba en la noche del sábado, las actividades se suceden durante todo el fin de semana. Ya el viernes comienza a calentarse el ambiente para la carrera con la llegada de los primeros participantes y alguna actuación que pone la nota divertida para decir que Valtiendas está de fiesta.

Paella

Ya el sábado llega el día grande y la paella comienza a congregar a la multitud. Cerca de un millar de personas han degustado en las últimas ocasiones el encargo de la asociación –con unos ochocientos socios en un pueblo de 157 habitantes en tres núcleos– con raciones para unos 950 comensales. Y es que son pocos en el pueblo los que no se acercan a la popular comida para reponer fuerzas de cara a una larga noche que comienza con la salida de los corredores hacia las 22.00 horas. Por delante, más de cuarenta kilómetros en la oscuridad de la noche hasta llegar a la meta.

La chocolatada con bizcochos sirve de nuevo para reponer fuerzas mientras se entregan los trofeos. Unas horas para descansar y el aperitivo de mediodía congrega de nuevo a los centenares de personas que esos días pasan por Valtiendas y no se pueden ir sin probar una de las señas de identidad, una de las cartas de presentación del municipio: sus vinos.

Reconocimiento a la tradición

La próxima vendimia dará lugar a las primeras botellas de Vino de Calidad de Valtiendas

Isabel Jimeno.

Llevan el nombre de la localidad por ahí gracias al esfuerzo y empeño de sus gentes. Tesón que hace unos meses recibió la primera recompensa. Después de años de trabajo, hoy se cumplen tres meses de la buena noticia: la publicación en el Boletín Oficial de Castilla y León de la orden por la que se reconoce como Vino de Calidad Producido en Región Determinada al Vino de Calidad de Valtiendas. De ahí, al Boletín Oficial del Estado para garantizar su protección a nivel nacional, comunitario e internacional.
Si todo macha según lo previsto y la evolución es la adecuada, pasados cinco años podrá conseguir su propia Denominación de Origen.

Una alegría más después del varapalo que supuso la no inclusión en la cercana Denominación Ribera del Duero, de la que los caldos de Valtiendas quedaron excluidos.
El esfuerzo inversor de los viticultores, que hace más de dos décadas apostaron por el cultivo del vino y renovaron casi todas sus cepas, se ha visto recompensado y la del próximo otoño será una vendimia especial.

Otras ocho localidades

Será la primera en la que de las cerca de 350 hectáreas de viñedo se extraerán los aproximadamente 350.000 kilos de uva que producirán el primer medio millón de botellas que lucirán en sus etiquetas el distintivo de ‘Vino de calidad Valtiendas’, aunque su ámbito de influencia abarca otras ocho localidades de la zona (Aldeasoña, Calabazas, Cuevas de Provanco, Fuentesoto, Fuentidueña, Laguna de Contreras, Sacramenia y Torreadrada).

Este reconocimiento y su deseo de llegar a ser Denominación de Origen también exigen un esfuerzo y esmero en la vendimia y transporte de la uva y en la elaboración los vinos para los viticultores y las cinco bodegas que hasta el momento integran la Asociación Vino de Calidad de Valtiendas, encargada de la gestión.
Las variedades blanca Albillo y las tintas tempranillo, Garnacha, Cabernet-Sauvignon, Merlot y Syrah son las autorizadas para la producción de los Vinos de Calidad de Valtiendas, la figura de protección con la que esperan dar el salto a la ansiada Denominación de Origen que reconozca la calidad y tradición vitivinícola de una zona que desde antaño ya elaboró sus vinos artesanales como lo demuestran esa otra multitud de pequeñas bodegas familiares que salpican el valle en el que se encuentra enclavado este pueblo del norte de la provincia de Segovia.

En el valle del viticultor

La marca de calidadValtiendas alberga vinos con grandes cualidades

MÓNICA RICO | SEGOVIA.

Los dichos populares no siempre llevan la razón y Valtiendas es muestra de ello. Existe una jota que dice 'La ribera para el vino, Valtiendas para la cebada' y, aunque esta zona agrícola tenga un clima propicio y buenos campos para el cereal, ha sabido labrarse un hueco dentro del espacio vitivinícola no sólo provincial, sino también a nivel nacional. Y es que desde hace años, el nombre de la localidad va ligado de forma irrompible a la industria del vino. Valtiendas es el vino segoviano por excelencia y tras varios años de lucha por la inclusión de sus viñedos en la Denominación de Origen Ribera del Duero, la batalla se sitúa ahora en conseguir los mejores vinos con nombre propio, los de la tierra donde se cultivan.

La Asociación de Vino de Calidad de Valtiendas, formada por viticultores y bodegas de la zona, trabajan por dinamizar este ámbito comarcal desde sus producciones. Desde la puesta en marcha de la agrupación, se crearon más de una treintena de puestos de trabajo fijos, más otros tantos temporales, especialmente durante la época de recolección de la uva, aunque también durante otras épocas del año, cuando los viñedos necesitan otros cuidados y labores.

Los vinos de Valtiendas son especiales por distintas razones, pero sobre todo por el mimo que los viticultores de la comarca ponen en el cuidado de sus viñas. Se trata de una zona vitícola de larga tradición en la producción y elaboración de vinos rosados y tintos, con cualidades como una gran intensidad cromática, tonos afrutados en el olfato y una gran capacidad para el envejecimiento en barricas, lo que hace de estos caldos el complemento perfecto para degustar junto con cualquier plato de la gastronomía popular o de la cocina más moderna.

Sus características vienen dadas también en parte por la situación de los viñedos, enclavados en la provincia de Segovia, pero lindando con las de Burgos y Valladolid, en una zona de clima continental y suelos arenosos, donde los viñedos se sitúan alrededor de los 940 metros de altitud. En su mayoría los viñedos están llenos de la variedad Tempranillo o tinta del país, pero también mezcladas con otras en menor medida, como la albillo en blancas y las tintas cabernet sauvignon, merlot o garnacha.

Maratón nocturna

A pesar de que el nombre del vino va ligado indiscutiblemente al municipio, éste se está dando a conocer en parte de la geografía nacional por otras iniciativas, como su maratón popular nocturna por parejas. Se trata de una competición por equipos de dos corredores que deben recorrer 42,195 kilómetros, siempre juntos y a una distancia máxima de diez metros.

La cita de este año se desarrollará el sábado 7 de agosto y contará con novedades, como la puesta en marcha de una nueva modalidad de media maratón, que se une a las que tradicionalmente se disputan en el municipio. En este caso se trata de una modalidad individual de carácter competitivo, con premios para los mejores.

La participación en este maratón puede suponer la excusa perfecta para conocer algo más de este municipio, situado en un valle y rodeado de laderas donde se sitúan decenas de bodegas excavadas en la roca, donde hace años se elaboraba el vino y que con el paso del tiempo han sido sustituidas por modernas instalaciones. Sin embargo, algunas de estas construcciones aún hoy mantienen su utilidad, a pequeña escala y los vecinos del lugar elaboran su pequeña cosecha que después disfrutan en la propia bodega con familiares y amigos.

Un paseo por las calles de la localidad nos lleva también hasta la fuente del pilón o la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un templo gótico postmedieval de planta rectangular con capillas laterales. En su interior destaca su retablo mayor, de estilo neoclásico.

EL NOMBRE

Según algunos expertos, el nombre de Valtiendas proviene de 'valle de las tiendas', lugar tal y como se nombraron estos pagos en referencia a las tiendas de campaña de tela que empleaban los romanos en sus campamentos militares. En el año 1591 aparecía en los documentos como Valdetiendas, término que varió muy poco hasta la actual denominación.