Datos
Distancia a la capital: 52 kilómetros.
Superficie: 16,30 kilómetros cuadrados.
Altitud: 879 metros.
Población: 178 habitantes.
Comarca: Está encuadrado en Tierras de Cuéllar.
Lugares de interés: Iglesia parroquial dedicada a la Natividad de Nuestra Señora. En origen fue románica, tal y como recuerda su puerta de ingreso, junto con la cornisa de canecillos del muro norte. El interior del templo se articula en tres naves, teniendo cúpula sobre el crucero y torre campanario a los pies. También destacan los retablos, uno de ellos formó parte de la exposición Las Edades del Hombre. También son dignos de visitar en Adrados la ermita de San Roque y las ruinas de la ermita de San Benito. Destaca, asimismo, la olma centenaria con dibujos tallados.
Jerga: Se denominaba 'botifuera' a una fiesta, cena o comida que tenía que pagar a los de la cuadrilla el que se casara con alguna chica del pueblo y fuera forastero.
Curiosidades: La localidad perteneció al caballero Gutierre Pérez de Reinoso. Posteriormente al rey Alfonso VIII y finalmente al concejo de la villa de Cuéllar, que compro ésta y varias aldeas más por 2.000 maravedíes.
Gastronomía: Como citas gastronómicas, destacar una caldereta que reúne a cientos de vecinos durante la semana cultural.
Patrimonio: Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora; ermita de San Roque; ruinas de la ermita de San Benito; ruinas del palacio de Buengrado; lavaderos del Prado o de Los Morales; una cilla restaurada.
Fiestas: Los vecinos de Adrados celebran la fiesta de San isidro, el 15 de mayo. También Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, los días 15 y 16 de agosto. Las fiestas principales son en honor a la Natividad de la Virgen, en septiembre.
UN APUNTE HISTÓRICO
Adrados en el siglo XIX: Dice Pascual Madoz en ‘Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España’ que las casas que había en Adrados a mediados del siglo XIX eran «de inferior construcción y nada cómodas». Entre ellas estaba la del Ayuntamiento, donde se ubicaba la cárcel, y la escuela de instrucción primaria. Eminentemente agrícola, casi todo el término se dedicaba a la producción de trigo, cebada, centeno, patatas, legumbres y también vino, pues había bastante viñedo. En aquella época eran 110 vecinos que sumaban «473 almas»
DESCRIPCIÓN
Adrados instala su caserío en la falda de la pequeña colina rodeado de pinares, base histórica de su economía y de su nombre, pues este se refiere al aprovechamiento de los pinares por turnos de vecinos. También de Adrados fueron famosos sus vinos, manteniéndose todavía unos buenos viñedos.
La iglesia parroquial de Adrados se dedica a la Natividad de Nuestra Señora. En origen fue románica, como nos lo recuerda su puerta de ingreso, conformada por dos arquivoltas de boceles y escocias, que se apean sobre dos pares de jambas, a esto se unen sus alguazas de forja románica de su vieja puerta, y la cornisa de canecillos del muro norte. El interior el templo se articula en tres naves, teniendo cúpula sobre el crucero y torre campanario a los pies. Varios retablos barrocos de sólida fábrica se pueden admirarse dentro de la iglesia, destacando dos de ellos con pinturas sobre tabla de corte manierista de Alonso de Herrera, una de las cuales formó parte de la Exposición de las Edades del Hombre. A todo ello se suma una cruz procesional y una custodia de sol, ambas excelentes obras de los talleres plateros segovianos del siglo XVI.
A unos doscientos metros del pueblo, también se pueden contemplar las ruinas de la ermita románica de san Benito, de la que tan sólo se conserva en peligroso estado, parte de su bóveda de medio cañón y de la de horno de la cabecera. Así mismo, a las afueras del pueblo se localiza la ermita de San Roque, eterno protector contra la peste.
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