Hontalbilla

La fuente bella

Hontalbilla, cuya tradición taurina se remonta a principios del siglo XX, mira con preocupación la cada vez más exigente normativa taurina

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Las fuentes y los pilones salpican las calles del pueblo. Y es que Hontalbilla debe su nombre a este útil elemento que ahora adorna plazas y jardines. Hontalbilla, es decir, Fuente Bella.

Junto a las fuentes, los toros han sido y son otro de los emblemas para los hontalbillanos. Con una tradición que se remonta a 1916, cuando comenzaron a celebrarse los primeros encierros, aunque con un receso a partir de la década de los sesenta, ahora Hontalbilla mira con preocupación la estricta normativa al respecto, que también considera necesaria. «Los toros son un referente en Hontalbilla, sin ellos...», apunta la alcaldesa, Elia Gómez Huete, que considera imprescindible la colaboración de todos los vecinos para hacer posible que este referente del pueblo pueda seguir adelante, adecuándose a los nuevos tiempos y las renovadas normativas.

Y es que los encierros por el campo y por las calles y las corridas de toros son el plato fuerte de las fiestas mayores de la localidad en honor de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, el 15 y 16 de agosto.

La Federación Nacional de la Mujer Rural (Fémur), con sede en Hontalbilla, se ha convertido más recientemente en otro de los estandartes que llevan el nombre de la localidad por toda la geografía española e incluso lo exporta a otros países. Además, la presencia de la organización también ayuda a dinamizar la solitaria vida del pueblo durante los meses más fríos. Los continuos cursos que se celebran allí también se dejan notar en la economía del pueblo, pues «las mujeres salen a comprar, se toman un café...», apunta la alcaldesa, orgullosa de que el nombre de su localidad sea conocido más allá de los límites provinciales.

Esa presencia diaria anima un poco las calles de este pueblo de cuatrocientos habitantes que añora aquella época, hace treinta años, cuando en sus casas de piedra blanca vivían cerca de 1.400 personas. Una cifra casi imposible de imaginar e inalcanzable en estos tiempos en los que la tendencia que manda en el medio rural es la despoblación. Por eso, la alcaldesa es realista y se conforma con mantener la población y los importantes servicios de que dispone Hontalbilla. «Tenemos de todo y si no queremos salir del pueblo, no lo necesitamos», apunta la regidora. «Conseguir que aumente la población es muy difícil porque la gente que ha salido no tiene intención de volver. Lo que sí se ha conseguido es que la gente arregle las casas y venga y en verano somos el doble. Es una alegría bajar al parque y verle lleno de niños», dice Elia Gómez, que ve cómo cada año, con la llegada del otoño, las calles se quedan otra vez casi vacías. «Los inviernos son muy duros y estamos muy solos», lamenta.

«El problema fue que a partir de 1970 la gente empezó a emigrar y ha costado bastante que se empiece a quedar. Ahora somos unos veinte o veinticinco matrimonios jóvenes y más o menos nos estamos manteniendo, pero la mayoría es población ya jubilada», señala la regidora, que ve en la permanencia en la localidad del colegio, con casi una veintena de niños, un buen síntoma para lograr la estabilidad del censo, una tarea difícil. «Creo que por desgracia en todos los pueblos de Castilla y León nos vamos a quedar como pueblos de vacaciones y de verano y me parece que hay que luchar porque se mantengan, porque no vayamos a menos».

Turismo
Solo en el auge del turismo rural, Elia Gómez Huete ve la vía para mantener la actividad en un pueblo en el que los pilares tradicionales de la economía, la agricultura y la ganadería, están en decadencia en un municipio, como muchos otros, con buena parte de su población envejecida. Por eso, uno de los proyectos que desde hace años trata de sacar adelante el Ayuntamiento es la construcción de una residencia de ancianos porque «el problema de las personas mayores es que cuando tienen que salir del pueblo, les cuesta. Lo último que esperan es tener que salir de aquí», apunta la regidora. «La idea es que la gente mayor no tenga que salir de aquí y pueda estar con la gente y en el entorno en el que ha vivido».

Afición irrenunciable

Los encierros campestres y urbanos gozan de gran acogida en Hontalbilla, que celebra estos espectáculos desde 1916

Isabel Jimeno.

Son todo un referente. Mucho más que una afición. Y es que si hay algo que los hontalbillanos destaquen como característico de su pueblo son los festejos taurinos. A comienzos del siglo pasado comenzaron a celebrarse los primeros espectáculos, que desde entonces se han sucedido año tras año, aunque con un ligero parón por problemas con las ganaderías allá por la década de los sesenta. Y aunque ahora la normativa cada vez es más exigente y los costes se elevan sustancialmante año tras año, en Hontalbilla no renuncian a quedarse sin encierros y espectáculos en la plaza.

Un coso que en sus inicios, cuando los toros tardaban tres o cuatro días en llegar a pie por el campo, estaba en el centro del pueblo y los vecinos lo construían con palos que anclaban en la tierra. Ahora, una plaza portátil alberga los espectáculos taurinos durante las fiestas de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, del 14 al 17 de agosto.

Pero no siempre estas fechas han sido los días grandes, los días de toros en Hontalbilla. Hace años, recuerda Enrique, uno de los vecinos del pueblo, era el 22 de febrero, festividad de San Pedro en Cátedra, patrón del municipio, cuando los toros llegaban a la localidad para animar las fiestas grandes.
Ahora es en agosto cuando el bullicio y la alegría abarrotan las calles de Hontalbilla y también el campo, pues precisamente en los encierros campestres está uno de los mayores atractivos de los festejos taurinos, que en esos días se suceden por muchos pueblos, pero que no impiden que «el año pasado, un día, el 15, había hasta doscientos caballistas», recuerda Enrique. Ese es el primer día de encierros, que comienzan a las nueve de la mañana y se pueden prolongar durante horas si los astados se resisten a entrar en el recorrido urbano. Y es que más de una vez ha ocurrido que los toros todavía no estaban en la plaza cuando las campanas de la iglesia ya anunciaban que la misa iba a comenzar.

Gran acogida

Y después del encierro, el almuerzo en los bares y el vermú. Al día siguiente, otro encierro, con animales más pequeños dirigidos al disfrute y participación de un público más joven, se limita solo a las calles de la localidad. El 17 de agosto aficionados y caballistas regresan a Hontalbilla para conducir a las reses por el recorrido campestre hasta el casco urbano en el encierro mixto vespertino. «A la gente les gusta mucho», destaca Enrique, uno de los concejales, quien recuerda el enfado de los vecinos cuando no se pudieron celebrar unos festejos que gozan de gran acogida entre los hontalbillanos.

Centro femenino

Femur creó en Hontalbilla el primer centro de formación e inserción para mujeres rurales

Isabel Jimeno.

Su sede está en Hontalbilla, pero su ámbito de actuación es mucho más amplio. Cruza no solo las fronteras provinciales, sino también las nacionales, saltando incluso a otros continentes. La Federación Nacional de la Mujer Rural (Femur) lleva el nombre de la localidad por los más diversos lugares del planeta, siempre con un objetivo común: ayudar a las mujeres rurales y conseguir que su papel en los pueblos vuelva a ser importante.Más de un decenio de lucha para mejorar la vida de las féminas a través de diversas iniciativas. En ellas, el Centro de Formación e Inserción que la oenegé abrió en Hontalbilla es un referente para las más de 350.000 mujeres pertenecientes a más de un millar de asociaciones que aglutina la federación presidida por Juana Borrego.
El resto de España, Europa, Asia Central, América Latina y África son los ámbitos de actuación de abarca FEMUR, la organización no gubernamental que lleva el nombre de Hontalbilla allá por donde va. De hecho, muchos conocen la existencia de este pueblo segoviano gracias a este colectivo, cuyas actividades tienen lugar en diferentes puntos.
Pero Hontalbilla es un referente. Aquí se abrió el primer centro de formación e inserción laboral para la mujer de toda España. Una gran instalación por la que anualmente pasan decenas de mujeres que participan en sus cursos y talleres, encaminados a posibilitar una salida laboral en sus pueblos y mejorar sus condiciones de vida.
También turismo
Formación e información sobre temas como la violencia, las drogas, la familia o la salud se hacen un hueco en el programa de actividades de la Federación Nacional de la Mujer Rural, que en Hontalbilla cuenta con un amplio centro dotado de distintas aulas en las que imparte formación tan diversa como manualidades, geriatría, auxiliar de clínica, turismo rural, restauración tradicional o medio ambiente y agricultura.
Un amplio abanico formativo que se deja notar no sólo en el centro, sino que también repercute en la vida y economía local, pues las decenas de mujeres que cada año pasan por sus instalaciones también se hacen ver en las calles y establecimientos del pueblo. Además, hace unos meses, la instalación dio otro paso reconvirtiéndose en centro de turismo rural dirigido a familias, grupos e incluso empresas, sin perder de vista la labor formativa e informativa para las mujeres de la federación que promocionan aún más el nombre de Hontalbilla.

Para vivir y dar vida

Hontalbilla construirá doce viviendas de protección oficial que animen a los jóvenes a quedarse en el pueblo

Isabel Jimeno.

Los proyectos «son muchos», pero la escasez de recursos económicos pone freno a hacer realidad los sueños. Es el lastre con el que deben cargar la mayoría de los pueblos y Hontalbilla no es ajena a él. Aún así, desde el Ayuntamiento de esta localidad segoviana se trabaja por sacar adelante las iniciativas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de sus vecinos. Uno de esos costosos proyectos en los que se encuentra embarcado el Consistorio del municipio es la redacción de las normas urbanísticas que definan las zonas y características de expansión y pongan por escrito las características que deben tener las viviendas en este pueblo de piedras calizas. El blanco domina el paisaje y con la normativa se quiere preservar que esta imagen se mantenga. Y es que, aunque la población no crece, sí se construyen casas. Incluso de gente de fuera que se fija en Hontalbilla por su tranquilidad. Esa vida apacible, dotada de los servicios básicos como tiendas, médico o colegio sin tener que salir del pueblo, son las características que la alcaldesa, Marta Calvo de Miguel, destaca de este municipio de la comarca de Tierra de Pinares.

Aunque se construyen casas, muchas son de segunda residencia. La economía sin industrias y dependiente de la agricultura y la ganadería limita las posibilidades de establecerse en el pueblo. Aún así, Hontalbilla puede sentirse afortunado, pues logra mantener estable su población ligeramente por debajo de los cuatrocientos habitantes.

Como un aliciente más para vivir aquí, a través de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Hontalbilla promueve la construcción de doce viviendas protección oficial. Ya hay jóvenes interesados, una buena noticia para el futuro de esta localidad en la que, aunque pocos, cada año nace algún niño que permite que las puertas del colegio sigan abiertas y alienta las posibilidades de futuro.

En un cruce de caminos

En un cruce de caminos

ELENA RUBIO ARAGONESES.

Situada en un cruce de carreterasy a medio camino entre dos de lasprincipales cabeceras de la geografíaprovincial –Cuéllar y Cantalejo–,la ubicación de Hontalbillaha infundido a esta localidadun carácter diferente desde hacedécadas.

El comercio siempre hasido una de las actividades de estemunicipio, que tuvo en los pinosuna industria maderera que diofama nacional a la población amediadosdel siglo XIX, según recogePascual Madoz en su radiografíade la provincia.Pero no ha sido la única industriaque se ha fijado en esta localidad,ya que a principios del sigloXX el pueblo contaba con la fábricade harinas Modesto Fraile. Elcomplejo tuvo una serranía, unmolino, una fábrica de achicoria,una granja y fue sede del ServicioNacional del Trigo, llegando a dartrabajo a cuarenta personas. Losvecinos más mayores recuerdanhaber oído que Modesto Fraile, padre,acudía todos los días desdeCuéllar en coche de caballos paradirigir la fábrica. Al final fue abandonadaen la década de los setentay hoy sólo se conservan los edificiosen la carretera de Toro a Riaza,con el cruce de la carretera deYanguas a Peñafiel.

La maquinariaque tenía la factoría fue vendidaa un chatarrero cuellarano.A pesar de que esta industriacerró sus puertas, en la localidadhan florecido otras nuevas, comopor ejemplo una de embutidos, yse ha construido la sede de la FederaciónNacional de la Mujer Rural(Femur). A este centro acudencada año cientos de mujeres detodo el país y en sus aulas se impartencursos de formación paraabrir una posibilidad a muchashabitantes del medio rural.Hablando de empleos, trece nuevospuestos de trabajo son los quesurgirán este año en el pueblo graciasa la reparación parcial que serealizará de la casa del médico. Estasobras se financiarán gracias alos 63.716 euros procedentes delFondo Estatal de Inversión Local.

La localidad también verá mejoradala calidad de vida de sus vecinosal ampliarse parte de la redde saneamiento con los 51.000 eurosque asignados en los PlanesProvinciales de la Diputación.Fuente blanquillaEn las casas de Hontalbilla predominael blanco de sus piedras calizas.Precisamente de ahí procedeel nombre de la localidad de laque se tiene constancia por primeravez en 1184 como Fontalvella.Unos años después, en 1247, elnombre varía a Fuent Alviela delPinar para denominarse comoHontalbilla desde el siglo XVI.Esta palabra esta formada porel prefijo ‘hont’, que quiere decirfuente o manantial, y la terminación‘albus’, que significa blanco.

Los repobladores se basaron en loque vieron sus ojos, que había unmanantial que salía de un terrenoblanco, es decir, de roca caliza.Así, el nombre de la localidad quieredecir ‘Fuente Blanquilla’.En el término municipal deHontalbilla existió el despobladode Casasola, donde hoy todavía seconservan unas tenadas. Otro núcleocon el que contó Hontalbillafue con el de Hontariego, del quese tiene constancia por primeravez en 1247 como Fuente Tariego.En 1591 tenía sólo 22 vecinos y en1789 estaba ya despoblado. Se hallabaenclavado a unos dos kilómetrosy medio al oeste dondeexiste el denominado Camino de Hontariegos.

La catedral de La Churrería

La iglesia parroquial de SanPedro es un templo barroco de gran belleza

MÓNICA RICO | SEGOVIA.

Fachada del Ayuntamiento de la localidad segoviana de Hontalbilla. :: MÓNICA RICO

Perteneciente a la tierra de Pinares, pero también a la comarca histórica castellana de 'La churrería', nos encontramos el municipio de Hontalbilla, un pueblo rodeado de pinares que fueron sustento de los vecinos durante decenas de años.

Unos bosques de pino con una gran fama hace siglos, por la excelente calidad de sus maderas. Sus pinos negrales surtían a diversas fábricas por todo el país. Una industria que ya apenas sí tiene representación, pero que sin duda permanecerá en la historia de la localidad mientras sus árboles permanezcan de pie.

Regresando a la curiosidad de pertenecer a la comarca de La Churrería, cabe destacar que los vecinos de Hontalbilla denominan orgullosos a su iglesia parroquial la 'Catedral de la Churrería', y no lo dicen por hablar.

El templo, dedicado a San Pedro, es uno de los más importantes de la comarca en lo que al barroco se refiere. Se trata de una iglesia monumental, aunque en su exterior su aspecto es austero, casi únicamente resaltado por la impresionante torre que sobresale del resto del edificio. Con tres cuerpos de sillería y situada a los pies del muro norte, se levanta esbelta observando todo el caserío de la localidad.
La 'catedral de la Churrería' es de planta de cruz latina, con tres naves y una cúpula sobre el crucero. Se trata de un interior amplio cubierto con bóvedas revestidas con yeserías barrocas. En la cúpula sobre pechinas se encuentran distintos frescos que tienen como imagen los Evangelistas.

También de su interior destacan algunas de sus piezas, retablos, imágenes y una pila bautismal, decorada combinando hojas y dientes. En la capilla Mayor se encuentra un retablo barroco de muy buena calidad, donde se entroniza la imagen de San Pedro, santo titular del templo. También es de importancia la colección de obras eclesiásticas en plata, como una cruz procesional del siglo XVI, un cáliz del siglo XVII realizado por el platero de la localidad vallisoletana de Peñafiel Gabriel de Segovia y la custodia de sol que regalaron los mozos de esta población en el año 1629.

Continuando el paseo por la localidad y a escasos metros de la iglesia, llama la atención de vecinos y extraños la denominada 'Casa de las Ánimas Benditas', especialmente por el detalle que se encuentra sobre el dintel de su puerta y en una cruz mural de una de sus fachadas. Se trata de calaveras humanas, algunas bastante deterioradas, pero fácilmente identificables.

Dentro del patrimonio del municipio también cabe destacar la ermita de Hontariegos, que lleva el nombre del arroyo que transcurre cercano a la localidad y a su vez de una aldea desaparecida en el siglo XVII. Se trata de un sencillo templo, de planta rectangular. Destacan sus murales de la Virgen, los apóstoles y Pantócrator, además de la imagen del Cristo que allí se venera, con el mismo nombre, el Cristo de Hontariegos, cuya romería se celebró hace tan sólo unos días, el pasado 16 de mayo. La imagen del Santo Cristo se conserva en la iglesia del municipio y durante la romería se procesiona desde la parroquia hasta la ermita en andas.

Los encierros

La riqueza patrimonial y natural de Hontalbilla es grande, pero sin duda, la localidad es más conocida, especialmente en su entorno, por sus encierros. De hecho hay quienes denominan la localidad la 'Cuéllar chica', al igual que los encierros de San Sebastián de los Reyes han conseguido que se nombre a este municipio madrileño como la 'Pamplona chica'.

Los encierros de Hontalbilla guardan similitud con los de Cuéllar por tener un trazado por el campo a caballo y posteriormente recorrer las calles. Estos festejos taurinos se desarrollan durante la celebración de las fiestas grandes del municipio, que se celebran en honor de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque a partir del 15 de agosto.