Fuentepiñel

Los estudios de la despoblación

La salida de jóvenes hace años para cursar una carrera marcó el inicio de la caída del censo en Fuentepiñel

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Lo que hace décadas fue uno los motivos de orgullo del pueblo y aún lo sigue siendo ha servido para agudizar aún más la despoblación en Fuentepiñel. Hace unas décadas la mayor parte de los jóvenes salieron de la localidad para cursar una carrera universitaria que hizo que pocos regresasen a sus raíces. La agricultura, el principal medio de vida de los fuentepiñelanos, apenas ofrece trabajos y recuperar habitantes parece una misión imposible. «A lo mejor dentro de cincuenta años los pueblos empiezan a crecer, pero yo ahora lo veo muy negro. Los pueblos se van a quedar para el verano, para segundas o terceras residencias», lamenta Jorge Barrio, alcalde de Fuentepiñel.

Sin los ricos espacios naturales como poseen otros municipios de la zona, aunque sí con una charca plagada de aves y un patrimonio histórico centrado en la iglesia de San Nicolás de Bari y las ermitas de Santa Brígida y San Roque, Fuentepiñel confía en que el auge del turismo rural también llegue y ayude a mantener la actividad en este pueblo cuyo trabajador en activo más joven supera los cuarenta años.

Todo es válido para que el pueblo se mantenga, «porque veo que se va acabando», advierte el regidor, que también ve en la instalación de industrias una vía para que el padrón no siga cayendo. «Queremos vender, malvender o medio regalar terrenos si alguien se compromete a crear aquí alguna empresa», apunta Jorge Barrio, consciente de las dificultades tanto de alcanzar este objetivo como de que suponga un incremento de la exigua población que a diario ocupa las casas de Fuentepiñel. «Van pasando los años y te das cuenta que cada vez va a menos, o cambia mucho, o si no...». «Se siente un poco de pena –añade– al ver que el pueblo va a menos. Sientes como que te cansas, no sé si por los años o por ver que esto, poco a poco, va a menos. Como que no te lo quieres creer, pero al final lo vas viendo».

Mientras esos sueños encuentran la vía para hacerse realidad, el Ayuntamiento debe hacer frente a las necesidades diarias entre las que destaca continuar con la renovación de la red de abastecimiento de agua o conseguir el arreglo de la carretera que cruza el pueblo, de camino entre Fuentesaúco de Fuentidueña y Torrecilla del Pinar.

Fiestas y cabalgata
Y la vida de los vecinos, que ahora en verano se duplican, continúa a la sombra, de paseo, con las partidas en el bar del pueblo o las actividades de la Asociación Cultural San Mamés a la espera de la llegada de las fiestas de San Nicolás de Tolentino. El fin de semana más próximo al 10 de septiembre las campanas volverán a voltear para indicar, mientras suenan los cohetes, que Fuentepiñel de nuevo está de fiesta. La misa y la procesión, los partidos de pelota en los que los pelotaris hacen las delicias de los mayores, que recuerdan así la tradición y afición por el juego que hace años existía tanto en el pueblo como en toda la zona. El concurso de disfraces y el sonido de las orquestas nocturnas animan la velada y cambian por unos días las solitarias calles del pueblo por vías repletas de gente. La cabalgata de Reyes Magos en unión con las cercanas localidades de Torrecilla del Pinar y San Miguel de Bernuy es otra de las citas más esperadas por los fuentepiñelanos.

San Nicolás al cuadrado

Los vecinos de Fuentepiñel honran a su patrón con una fiesta en septiembre y otra en diciembre

Isabel Jimeno.

Un momento de la procesión en Fuentepiñel. / Isabel Jimeno

El volteo de campanas y el sonido de los cohetes marcan el inicio de las fiestas. Marcan la cuenta atrás para una de las citas más esperadas, una de las citas más multitudinarias en Fuentepiñel. El desfile de disfraces es una de las actividades con mayor acogida entre fuentepiñelanos y foráneos. Aunque ha vivido momentos más álgidos que otros desde que comenzó a celebrarse en 1978, sigue siempre presente en el programa de festejos de San Nicolás de Tolentino, que desde 1991 se celebran el fin de semana más próximo al 10 de septiembre, tras un traslado inicial en 1978 desde el 6 de diciembre al 10 de septiembre.

Espectadores y participantes hacen especial el desfile de disfraces. Y es que el concurso hace que casi todos en el pueblo se impliquen. De hecho, cerca de doscientas personas se transforman en algún personaje en este pueblo de 150 habitantes que ha visto desfilar hasta grupos de cuarenta personas uniformadas con similar atuendo. «Excepto los mayores, casi todos se disfrazan», apunta el alcalde de Fuentepiñel, Jorge Barrio.

La orquesta y la chocolatada nocturna sirven para prolongar la velada hasta altas horas de la madrugada. Una larga noche que antes finalizaba con el denominado ‘encierro del coche de línea’, en el que, a falta de astados, los jóvenes corrían al paso del autobús que iba hacia Segovia.
La revolada matinal anuncia que comienza el día grande, el día en el que San Nicolás recorre las calles sobre sus andas mientras los fuentepiñelanos, incansables, danzan delante del santo. Juegos infantiles, deportes autóctonos y juegos de mesa animan las tardes de las fiestas grandes de Fuentepiñel, que el 6 de diciembre vuelve a vestirse de fiesta para honrar a San Nicolás de Bari. Y aunque el frío es incómodo, no es impedimento para que todos disfruten de la verbena que se cobija en el antiguo almacén de la Cámara Agraria.

Junto con el Ayuntamiento de la localidad, la asociación cultural San Mamés es la encargada de organizar las actividades de las fiestas y otras a lo largo del año tanto para los que viven como para los que por unos días regresan al pueblo que un día les vio partir.

En fiestas y el resto del año

La asociación cultural San Medel promueve actividades para hacer más amena la vida en Fuentepiñel

Isabel Jimeno.

Está a punto de cumplir veinte años de existencia. Dos decenios de actividad cultural y de ocio más intenso para hacer de cada día algo diferente.

Las fiestas en honor de San Nicolás de Tolentino, desde 1991 celebradas en torno al fin de semana más próximo al 10 de septiembre, es una de las épocas en las que concentra su actuación, pero durante todo el año, la asociación cultural San Medel promueve actividades para hacer más amenas las jornadas de quienes allí viven a diario y, a la vez, servir de reclamo para que aquellos que marcharon del pueblo –que son muchos- regresen, aunque sea tan solo durante unos días, a Fuentepiñel.
El 6 de diciembre, sigue siendo la fiesta del patrón, San Nicolás de Bari, pero desde 1879 su homónimo de Tolentino es el escogido por los fuentepiñelanos para celebrar sus días grandes. Las bondades meteorológicas de septiembre impulsaron al cambio. Más de un siglo en los que la esencia de la fiesta –misa y procesión a ritmo de jotas– ha variado poco, aunque las actividades paralelas sí han incrementado con el paso de los años.

Desde 1987

En ese empeño trabajan conjuntamente desde 1987 el Ayuntamiento y la asociación cultural, que colaboran en la organización de diversas actividades en estos días en los que no faltan los típicos campeonatos de chito o los partidos de pelota.

Pero no solo con motivo de las fiestas patronales trabaja esta agrupación, pues durante el verano también promueve actividades como excursiones, concursos, conferencias, proyecciones de vídeos o contrata espectáculos de teatro o danza.

Además, lleva a cabo una labor muy importante en la vida del pueblo durante todo el año. Gracias a la asociación cultural San Mamés, los pocos vecinos que quedan a diario en Fuentepiñel disponen de un lugar de reunión. Y es que la sede social de este colectivo sirve también de punto de encuentro y reunión para los socios. Con un libro de la biblioteca, leyendo el periódico, viendo la televisión o echando una partida a las cartas las tardes de los fuentepiñelanos se hacen más amenas.

Campos de sol

Los vecinos de Fuentepiñel han cultivado siempre la tierra, que ahora también tiene paneles solares

ELENA RUBIO ARAGONESES | FUENTEPIÑEL

Paneles solares en los campos de Fuentepiñel. / E. R. A.

Fuentepiñel se enclava en una llanura surcada por el arroyo Cerquilla, el curso fluvial más importante que atraviesa estos páramos. Unas tierras que siglos atrás ya estuvieron pobladas por nuestros antepasados porque los expertos han encontrado diferentes materiales en las zonas de Las Charcas y San Mamés, por lo que pudo estar habitado desde la Edad del Bronce hasta el alto medievo.

En aquella época los habitantes de Fuentepiñel debieron de edificar la iglesia de San Nicolás de Bari, que aún conserva dos naves rematadas por cabeceras rectas de origen románico. No obstante, en la mayoría del templo se observa el estilo barroco del siglo XVII al reemplazarse en esos años la fábrica antigua.
Para llegar a este templo se debe subir una amplia escalinata. Se accede a través de una portada del siglo XVII. El tramo recto del presbiterio se cubre con bóveda de cañón y el altar mayor, barroco, ocupa el resto de la capilla mayor. La capilla lateral se cubre con bóveda de medio cañón de sillería muy tosca. En el coro destaca el gran órgano barroco que se cree que perteneció al monasterio franciscano de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz, comprado tras la desamortización de Mendizábal.

No es el único patrimonio del pueblo ya que en la plaza de la ermita de Santa Brígida se sitúa el monumento al pueblo castellano. Muy cerca, manando bajo el suelo de la ermita y arropada en un arco de herradura, se halla la fuente que pudo dar nombre al pueblo. Según los vecinos de la localidad «es una fuente milagrosa que nunca se ha secado».

Y es que la primera vez que se cita esta localidad es como 'Fuent Pelliel' en 1247. Más tarde, en 1290, se menciona el pueblo como 'Fuente Pelliel' y no será hasta el siglo XVI cuando se encuentra un documento que recoge el nombre de 'Fuente Pinel'. El nombre actual llega en el siglo XVIII.

La teoría con más fuerza sobre el significado del pueblo es que Fuentepiñel quiere decir 'la fuente del pinillo', aunque los expertos tampoco descartan que el nombre pudo ser traído por repobladores procedentes de la cercana localidad vallisoletana de Piñel.

Unos repobladores que desde siempre se han dedicado al cultivo del cereal y la ganadería de porcino y vacuno. En contraste con lo tradicional, la energía del sol es ahora recogida en potentes paneles solares que producen energía eléctrica y que se encuentran repartidos por los campos de la localidad.

Y del sol al agua ya que el Ayuntamiento de Fuentepiñel sigue trabajando en mejorar las redes de abastecimiento del pueblo. Con los 37.500 euros concedidos por la Diputación Provincial se cambiarán en los próximos meses las redes de las calles Eras y General Mola. Pero además, el Ayuntamiento de la localidad ha decidido invertir los 18.873 euros del Fondo Estatal de Inversión Local en mejorar el depósito del agua. Con el resto que les corresponde, 4.100 euros, pintarán el Consistorio.

Señas de hoy y de siempre

Los paneles solares semezclan en el paisaje con los campos de cereal

MÓNICA RICO | SEGOVIA.

Balcon de la Casa Consistorial de Fuentepiñel, con el escudo del municipio, el reloj y la campana de avisos. :: MÓNICA RICO

El cultivo del cereal se extiende en los campos que rodean la localidad. En algunos de estos puntos y más en concreto en la entrada al municipio desde la vecina localidad de Torrecilla, son unos grandes paneles solares, que desde hace años son parte del paisaje del municipio y que, con el paso del tiempo se han convertido casi en una seña de identidad del paisaje de este pequeño pueblo.

Seña de identidad también es el monumento dedicado al Pueblo Castellano, en cuya construcción participaron prácticamente todos los vecinos, hace ya más de una treintena de años. Se trata de una escultura de hormigón en forma de puño cerrado situada en el jardín de la plaza de Santa Brígida, junto a la escultura del mismo nombre. En uno de sus lados se encuentran unas espigas naciendo y creciendo ante los rayos del sol. En uno de los dedos además se puede ver el relieve de un agricultor y al fondo el paisaje de un pueblo. En la parte trasera, un tractor realizando sus faenas en las tierras, nos recuerda que nos encontramos en una zona eminentemente agrícola. Los campos han sido el sustento de sus gentes desde hace años, y hoy, en su mayoría, continúan siéndolo. El cultivo de cereal y la ganadería de porcino y vacuno son los principales medios de vida de los vecinos de Fuentepiñel, que contrastan en buena medida con los grandes paneles que producen energía eléctrica, como una nueva posibilidad de negocio y de futuro en el municipio.

Y de un posible futuro, nos remontamos a un lejano pasado, ya que en la localidad se ha localizado un yacimiento neolítico, en el lugar denominado Pago de Las Charcas. La situación se encuentra en un arenero, por lo que la mayor parte de este yacimiento se encontró bastante destruida y en mal estado, debido a que durante muchos años se han extraído las arenas del lugar para realizar numerosas obras. También de forma casual, en la zona se han encontrado restos de la época romana, como cuatro monedas y varios fragmentos de bronce, que, según los estudios, podrían ser parte de una hebilla de un cinturón.

Gracias a estos descubrimientos, conocemos que estos lugares fueron poblados hace decenas de siglos. Aunque no se tienen muchos datos sobre la historia de la localidad, sí se conoce que los vecinos que se asentaron en el municipio durante la repoblación, lo hicieron siguiendo a Pedro Ansúrez. Muchos de ellos provenían de lugares situados junto al Pisuerga, de lo que ahora es el municipio palentino de Lantadilla, donde existía un lugar llamado Fuentepiñel, desaparecido tras la batalla de Llantada en el año 1068 entre los hijos de Fernando I.

Los vecinos del antiguo Fuentepiñel, seguro vieron algo en este lugar que les recordó a su antigua población, por lo que decidieron que las tierras que acababan de tomar tendrían la misma denominación que las que tuvieron que abandonar. A una de sus fuentes la denominaron Fuente Pinilla, de donde procede el término final Fuentepiñel.

Por partida doble

Tal vez fueran incluso estos mismos vecinos los que llevaron hasta la pequeña aldea la devoción por San Nicolás de Bari, fiesta que se celebra en Fuentepiñel el 6 de diciembre y que es conocida en el municipio como 'San Nicolasillo', pues en las fiestas mayores, alrededor del 10 de septiembre, los vecinos veneran a San Nicolás Tolentino.

San Nicolás de Bari es el patrón de los niños y de los navegantes y su devoción se extendió con fuerza por toda Europa en el siglo XI y es frecuente encontrar su imagen en las iglesias de la provincia. A este Santo está dedicada la iglesia parroquial del municipio y en ella se encuentra la imagen del Santo entronizado. Junto a él, dos niños en una cubeta, ya que a San Nicolás se le atribuye el milagro de haber devuelto la vida a tres niños sacrificados para dar de comer a los clientes de un hostelero.

EL NOMBRE

A mediados del siglo XIII ya aparece la localidad, aunque en este caso como Fuent Piniel, haciendo referencia a la 'Fuente del Pinillo', que actualmente se encuentra cercana a la ermita de Santa Brígida, manando bajo el suelo. También en esta zona se encontraba la Venta Piñel. Con el paso de los años el término fue evolucionando hasta convertirse en el actual Fuentepiñel.