Navas de Oro

Actividad sobre ruedas

Diversos colectivos deportivos y culturales, junto con el Ayuntamiento, dinamizan la vida de los vecinos de Navas de Oro

Isabel Jimeno.

A ritmo de competitivo pedaleo, las bicicletas volverán a correr mañana por las calles de Navas de Oro en una de las primeras pruebas del calendario ciclista de la provincia. De nuevo el Club Ciclista Navas de Oro es el encargado de atraer la actividad deportiva hasta el pueblo con una de las múltiples carreras para distintas categorías que organiza a lo largo del año.
De hecho, el conjunto ciclista es uno de los colectivos más conocidos de la localidad, pero no el único. Y es que diferentes organizaciones, junto con la iniciativa municipal, se encargan de dinamizar la vida de los vecinos de Navas de Oro.
De carácter deportivo también es el club de fútbol sala del municipio, que cada fin de semana compite junto a otros equipos en la Liga Provincial de la modalidad. El Club Hípico Navas de Oro es otra de las agrupaciones, entre cuyas actuaciones destaca la organización de la fiesta de San Antón, el 17 de enero, cuando coordina la procesión con caballos y una gran comida.

La asociación de amas de casas se encarga de organizar cursos y charlas diversas, mientras la de padres y madres de alumnos CRA El Pinar, entre otras actividades a lo largo de todo el año, en unos días, el Domingo de Pascua, dará a conocer los ganadores del concurso de pintura que cada mes de marzo convoca para los alumnos del colegio.

La música también se abre un hueco en el intenso calendario de actividades de Navas de Oro gracias a la asociación cultural Caña y Tudel, que desde hace cuatro años se encarga de recuperar la afición por los tradicionales instrumentos y 45 jóvenes de cinco a veinticinco años acuden a aprender a tocar la dulzaina y el tamboril y ya se atreven con alguna actuación.

Campamentos urbanos

Y también el Ayuntamiento se encarga de que los vecinos, sobre todo los más pequeños, disfruten de sus ratos de ocio. De octubre a mayo, los niños de nueve a catorce años tienen talleres los viernes por la tarde; los sábados por la mañana la ‘pequeteca’ hace disfrutar a los de tres a cinco años y las proyecciones con los últimos estrenos en deuvedé les mantienen ocupadas los domingos por la tarde. Y en verano, cuando no tienen clases, los campamentos urbanos atraen a más de cien niños de julio a septiembre.
Desde septiembre del año pasado, el cibercentro, además de ofertar cursos de informática, también permite el acceso a la red. Una iniciativa muy bien acogida, que en apenas medio año ha conseguido atraer la atención de casi trescientos usuarios habituales de los ordenadores.

Navas de Oro duplicará la capacidad de la guardería Isabel Jimeno.   Niños en la guardería de Navas de Oro, que necesita una ampliación ante la gran demanda. / Isabel Jimeno   Desde que comenzó a funcionar hace un par de años, la guardería municipal instalada junto a la Casa Consistorial ya se ha quedado pequeña, por lo que el Ayuntamiento de Navas de Oro ya trabaja en la ampliación del centro. En un local adjunto de unos 300 metros cuadrados se llevará a cabo la extensión de un servicio cada vez con mayor demanda. Las veinte plazas están cubiertas y hay doce pequeños de cero a tres años esperando una plaza, por lo que el alcalde, José Villacorta, avanza el proyecto de ampliación del centro, que duplicará su capacidad. Y es que si hace siete años la media de nacimientos en Navas de Oro se situaban en unos siete u ocho al año, ahora se han incrementado sustancialmente y se sitúa en los dieciséis o dieciocho alumbramientos al año. Esta mayor cantidad de pequeños, junto con la cada vez mayor demanda de plazas de guardería por parte de padres trabajadores, ha motivado que la guardería se haya quedado pequeña tan solo unos años después de haberse puesto en marcha. Dotar a las asociaciones que operan en el municipio de un local con los adecuados servicios para que trabajen y conexión a Internet en un edificio que se acondicionará es otra de las iniciativas en marcha y contempladas en el presupuesto municipal, aprobado hace tan solo unos días. Construir unos garajes para guardar los vehículos municipales, acondicionar el campo de fútbol, construir un depósito elevado de agua y perforar pozos para contar con las suficientes reservas del preciado elemento ante el temor de la presencia elevada de arsénico son otros de los proyectos previstos en Navas de Oro.

La calle de la Raya

Una estrecha vía recuerda la división durante siglos de Navas de Oro en dos pueblos hasta 1842

Isabel Jimeno.

Plaza de Navas de Oro con la iglesia de Santiago. . / Isabel Jimeno

Una estrecha calle es el testigo mudo de buena parte de la historia y un sinfín de conflictos y disputas en Navas de Oro. A medio camino entre lo que fue la Comunidad de Villa y Tierra de Coca y la de Cuéllar, la localidad era la frontera natural entre ambas y eso marcó el devenir del municipio, durante años formado por dos barrios, dos pueblos distintos separados por unos metros, pero con normas y privilegios distintos, que incluso supusieron restricciones para sus gentes.

Las ordenanzas de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar de 1499 y 1546 y las de 1583 de la de Coca fueron las que afectaron de manera más directa a la vida social y económica de Navas de Oro, fundada en el siglo XI durante la repoblación llevada a cabo por gentes del norte, y dividido de norte a sur y de río a río por el rey Alfonso X el Sabio el 29 de noviembre de 1256.

Y así permaneció durante siglos Navas de Oro. Una estrecha vía, hoy conocida como calle de la Raya, servía de separación entre dos barrios cuyas gentes obedecían a normas diferentes e incluso poseían hasta dos parroquias, lo que originó también un buen número de conflictos entre los feligreses de la de Santiago, en Navas de Oro de Coca, y la de Santa María, en el de Navas de Oro de Cuéllar.

Dos concordias

Las constantes disputas obligaron, ya en 1720 a firmar dos concordias para intentar apaciguar el caldeado ambiente. Una de carácter civil, para resolver los pleitos entre ambas comunidades, y otra eclesiástica, en la que incluso fue necesaria la intervención del obispo de Segovia para resolver las rencillas entre los feligreses, fueron el precedente más importante de la posterior unificación de ambos barrios y en las que ya se habla de la posibilidad de compartir pastos y de la conveniencia de que los vecinos tributasen en un solo pueblo.

Aún así habrán de esperar más de un siglo hasta la unificación, que en 1826 recibe un nuevo impulso con el escrito del subdelegado de montes de Coca en el que refleja que «se ocasionan grandes perjuicios forestales por hallarse el pueblo de Navas de Oro dividido en dos barrios».

Es en 1841 cuando los trámites para acabar con la segregación viven un momento crucial gracias a la intervención de la Diputación Provincial, que el 15 de octubre, solicitó al Gobierno que ambos se unan en un solo pueblo llamado Navas de Oro.

Después de una serie de trámites, los dos pueblos se reúnen en la Casa Consistorial de Navas de Oro de Coca para elegir un solo ayuntamiento –finalmente ubicado en ese barrio–, que comenzó a funcionar el 1 de enero de 1842, con Ramón Arévalo como primer alcalde de Navas de Oro tras la efectiva unificación de los que durante siglos fueron dos barrios.

Normas y beneficios comunes para los vecinos fueron el resultado de la unión, que también supuso el fin de las dos parroquias. La de Santiago fue la elegida para continuar con el culto, que aún acoge hoy, mientras que la de Santa María, por falta de uso, cayó en ruina y hoy solo una elevada e imponente torre sirve de testigo del pasado dividido en dos de Navas de Oro.

De lo social a lo industrial

Navas de Oro quiere construir un polígono que cree puestos de trabajo y fije población en este pueblo con una importante cartera de servicios

Isabel Jimeno.

Lo cierto es que el declive de la actividad resinera supuso un duro palo no sólo para la economía si no también para el padrón de Navas de Oro en la década de los ochenta, cuando cayó de los dos mil habitantes. Aún así, esta localidad se encuentra entre las más pobladas de la provincia de Segovia y en los últimos años ha logrado estabilizarse en torno a los 1.500 habitantes. Pero ofrecer empleo que retenga a muchos de los jóvenes que se ven obligados a marcharse a otros destinos es una de las metas del Ayuntamiento.

En este sentido, uno de los proyectos municipales es construir un polígono industrial. Hay demanda por parte de algunas empresas y el alcalde, Ladislao González, confía en que las conversaciones iniciadas para encontrar terrenos lleguen a buen puerto para que se ponga en marcha y más industrias se instalen en los 85.000 metros cuadrados industriales previstos.

Facilitar el acceso a la vivienda es otro de los objetivos del Ayuntamiento para retener a sus vecinos y ya están trabajando en la creación de una empresa municipal que, con financiación de la Junta de Castilla y León, construya una veintena de casas que el consistorio se encargará de promover e incluso de realizar los trámites hipotecarios.

Un servicio más para los vecinos de Navas de Oro, que cuentan con una variada oferta que el Consistorio quiere seguir mejorando. Para que tengan un local en el que trabajar, ya se está adecuando un edificio municipal como sede de las numerosas asociaciones que funcionan en el municipio, tanto de carácter deportivo como cultural o social, y se adecentará el centro de la juventud.

Y es que la población juvenil e infantil es grande en Navas de Oro. Por eso se ha ampliado la guardería municipal para niños de 0 a 3 años, pendiente del mobiliario, para lo que ha pedido ayuda a la Administración autonómica.

También a los mayores dirige una especial atención el Ayuntamiento de la localidad. Ya cuenta con residencia de ancianos, pero tiene en proyecto ampliarla en colaboración con la asociación San Antonio, encargada de su gestión, para habilitar más de una treintena de plazas para personas no válidas. También quiere mejorar las dotaciones del centro de día con juegos psicomotrices en el nuevo parque que está frente al edificio.

Cambiar las luces de los semáforos por otras de ahorro energético, asfaltar calles, renovar redes o adquirir otra ambulancia que pueda seguir prestando este servicio municipal son otros de los proyectos del Ayuntamiento de Navas de Oro con una preocupación especial por el medio ambiente.

Para concienciar a los niños de su importancia, ha puesto en marcha un aula medioambiental en el que se enseña el ciclo de un río, desde su nacimiento hasta su desembocadura. Precisamente el agua es otra de las preocupaciones en el pueblo. Aunque los acuíferos de los que se abastece la población están en perfecto estado, la abundancia de naves ganaderas que, según el alcalde, vierten unos 150 litros de purín diariamente ha contaminado algunos acuíferos. Por eso quieren que Navas de Oro acoja una planta de tratamiento de residuos ganaderos, ya prevista hace años, pero que no llegó a construirse.

Pegueros por excelencia

El municipio de Navas de Oro tenía casi más de treinta fabricantes de pez en el siglo XVIII

ELENA RUBIO ARAGONESES

El diccionario de la Real Academia de la Lengua define peguero como el «hombre que por oficio saca y fabrica la pez». Un trabajo íntima y directamente relacionado con la localidad de Navas de Oro. Según el Catastro del Marqués de la Ensenada, en 1752 había 19 fabricantes de pez en Navas de Oro de Coca y otros 12 en Navas de Oro de Cuéllar. Y hablamos de dos ‘Navas’ porque hasta el 1 de enero de 1842 no se unificaron estas dos localidades formando una sola, Navas de Oro. Los dos pueblos estaban separados por la significativamente calle de La Raya, hasta el punto que Navas de Oro de Coca tenía la iglesia de Santiago y Navas de Oro de Cuéllar tenía la de Santa María, conocida popularmente como ‘La Torre’.

Siguiendo las explicaciones del historiador, Lorenzo García considera que la inicial división tenía como objetivo fijar los límites entre la Comunidad de Villa y Tierra de Coca y la de Cuéllar quehabían quedado marcados en época de Alfonso X. Pero volviendo al oficio de los pegueros, se comenzaba a finales de octubre cuando terminaba la temporada de recoger la miera de los pinos negrales y comenzaba la de la elaboración de la pez, para la que se utilizaba la resina que se hallaba esparcida por el suelo.

Para la elaboración de la pez se utilizaban los residuos del bosque: barrujo, sarros y roña. Se cargaba la peguera introduciendo estos elementos por la boca. Según iba subiendo el nivel de carga, se iba cerrando la boca de la peguera con adobes y barro hasta dejar un hueco sin cerrar de unos cincuenta centímetros de alto. Una vez cargada, se introducían unos sarros encendidos con una pala larga para prender la carga. El tiempo de combustión era de uno a dos días. Cuando se observaba que el fuego estaba llegando al denominado filtro, se daba por terminada la hornada. La resina convertida en pez bajaba por gravedad al fondo de la peguera. Se podía recoger de dos formas: cruda o sólida.

Para la pez cruda se abría la salida de la fiera por donde surgía la pez, que se recogía y envasaba.

La pez presentaba un color negruzco y una viscosidad parecida a la miel. Esta pez se comercializaba directamente para utilizarla como alquitrán, elaboración de aceites y barnices o se aderezaba para los boteros y barcos. También se utilizaba como impermeabilizante para cubas de vino, pellejos y botas así como para marcar las ovejas después del esquileo. Para la pez sólida, se procedía a tapar con barro el agujero de la muela de la peguera. Cerrados todos los orificios de la hoya se prendía fuego a la pez en su interior. Después de un proceso de varias horas, se ponía la pez en unos moldes que se habían hecho con antelación formando un rectángulo de un metro de largo por cincuenta de ancho. La pez, que salía muy caliente, se introducía en estos moldes donde se solidificaba al enfriarse. El resultado final se vendía a los laboratorios para la obtención de barnices y colas, entre otros productos.

El oficio de peguero ha perdido fuerza en las últimas décadas y ahora se considera como un trabajo en vías de extinción. En la actualidad, en Navas de Oro se conserva una peguera y otra está caída. Por este motivo, el Ayuntamiento ha lanzado un bando para buscar voluntarios y que se pueda levantar «en el verano cultural », explica el alcalde Ladislao González. Relacionado con este oficio también se pueden contemplar las chimeneas de ladrillo de las dos fábricas de resina que existían en la localidad.