Olombrada

El empleo femenino, asignatura pendiente

Evitar el desequilibrio entre hombres y mujeres jóvenes, objetivo de Olombrada, preocupado por las fugas de agua

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Desde comienzos de la década de los 70, Vegafría y Moraleja de Cuéllar forman parte del municipio de Olombrada. Tres pueblos con una vida diferente y un futuro distinto que hacen aún más complicado el funcionamiento del Ayuntamiento. Y es que mientras en Olombrada la población logra mantenerse en torno a los setecientos habitantes, en los otros dos núcleos «ha descendido muchísimo. Desde los sesenta se han venido despoblando a pasos agigantados», lamenta el alcalde, Javier Pascual Bayón. «Son núcleos que tienes que mantener abiertos, con todos los servicios de alcantarillado, alumbrado... La población está muy envejecida y son muy poquitas las casas habitadas. Para un Ayuntamiento, cualquier pueblo anexo le genera más gastos que beneficios, pero está así y en ningún momento vamos a dejarlos solos».

Mientras, en Olombrada la llegada de inmigrantes y la decisión de algunos jóvenes de quedarse permite mantener el censo en torno a los setecientos habitantes, frente a los 27 de Vegafría y los menos de sesenta de Moraleja de Cuéllar. «Sí, se está quedando gente joven, pero no toda la que desearíamos», advierte el regidor, que apunta el importante sector de la construcción, con catorce empresas en el municipio, como uno de los factores que permiten asentar población. Aunque Javier Pascual lamenta que «el problema es que se quedan chicos, chicas no, por lo tanto tenemos un índice de soltería alto», dado el desequilibrio entre hombres y mujeres jóvenes.

Esos jóvenes antes iban de casa en casa el lunes de Pascua, el día siguente de la fiesta de las Palas, pidiendo rosquillas y ellas solo se la daban si previamente le habían sacado a bailar. Ahora los niños continúan con esta tradición pidiendo dulces.
Para acabar con esta situación de desequilibrio, el alcalde de Olombrada considera imprescindible propiciar inversiones y alternativas que generen puestos de trabajo femenino «porque las mujeres hacen más que se asiente la población en los municipios». «Hay que apostar por hacer algo porque esta provincia se está despoblando a un ritmo bestial», advierte Javier Pascual, mientras sigue pensando en la fórmula mágica que permita contener esa creciente despoblación.

Agua y transporte

Además de facilitar la creación de puestos de trabajo, otra de las preocupaciones municipales es el arreglo de la Casa Consistorial, que presenta evidentes signos de deterioro, y concluir la renovación de la red de abastecimiento de agua. «Olombrada entró en el proyecto de abastecimiento de la Churrería. La Junta hizo una apuesta importante con una inversión de más de 2.000 millones de pesetas para tener un agua de calidad, pero lo lamentable de esto es que lo estemos tirando al desagüe porque tenemos bastantes fugas», denuncia el alcalde del municipio, al que aún le quedan dos tercios de las tuberías por renovar. «Estamos en torno a 40% o 45% en pérdidas. Ya que tenemos un agua de calidad, no tirarlo por el alcantarillado».

Dada su ubicación, otra de las necesidades que presenta Olombrada es la mejora del transporte publico, pues ahora solo cuentan con un servicio diario de ida y retorno entre Fuentesaúco a Cuellar, con trasbordo aquí «con lo cual llegar desde Olombrada a Segovia en autobús de línea puede suponer casi dos horas». «Hemos pedido a la Junta que nos abra una línea más al mediodía para tener mejor comunicación con Segovia. El problema de nuestros pueblos es la comunicación», apunta el alcalde, que también desea ver cómo, tras la apertura de la variante de Perosillo, pronto se hace realidad el proyecto de la Diputación para arreglar la carretera a Adrados para facilitar las comunicaciones con la capital.

Creatividad al escenario

Los talleres de teatro para niños tratan de formar cantera para el grupo Antares de Olombrada

Isabel Jimeno.

Ha cumplido sus bodas de plata desde que comenzó a funcionar como El Olmar y luego, hace doce años, cuando Antares tomó el relevo de la afición por el teatro en Olombrada. Pero ahora atraviesa un ligero parón en la dilatada trayectoria que ha llevado a los olombradeños por los escenarios de la provincia gracias al programa de Difusión Cultural de la Diputación. «Es una pena que esté en decadencia, pero no es porque no guste, sino por las circunstancias, la gente tiene dificultades para salir en verano y ensayar», lamenta Carmen Valentín, una veterana entre bambalinas que ahora se encarga del taller de teatro para niños, promovido por la asociación de padres, con el objetivo de «crear cantera».

Aunque las clases, que ya se impartieron también el pasado curso, comenzaron hace poco más de dos meses, los aprendices de actores ya demuestran sus dotes interpretativas. «Algunos son muy buenos», exclama satisfecha y sorprendida la profesora.

Divididos en dos grupos, uno con diez para niños de tres a siete años y otro con doce para los de ocho a doce, los pequeños aprenden y ensayan la obra como si fuera un juego. «Ellos vienen a jugar –apunta Carmen Valentín– y yo quiero que lo vean así porque si el teatro les gusta, ya les agarrará. Quiero que sea como una semilla que se planta y si la tierra es buena, ya les agarrará. Lo que no se puede es que vengan a estar rígidos y sufriendo».

De hecho, los propios niños entran a formar parte del proceso creativo. «Dejo que ellos tomen la iniciativa a la hora de construir una obra. La he ido cogiendo de trozos de distintas obras y hago que ellos sean creativos y creen sus propios textos. Yo les he presentado uno, pero luego se va transformando a medida que la obra va creciendo y ya no es nada de lo que planificamos en un principio. Hay que dejar paso a la creatividad», comenta Carmen Valentín que, junto a Paloma, Juan, María, Mario, Esaú, Soraya, Antonio, Estella, Claudia y Mireia como apuntadora, trabaja en la puesta en escena de ‘Locura en el quirófano’, que estos pequeños de tres a siete años estrenarán a final de curso.

También los más mayores darán a conocer al público sus dotes con ‘Blancanieves en clave de humor’. «Con ellos el tratamiento es totalmente distinto, adaptado a su edad», comenta Carmen Valentín, quien advierte de las dificultades para montar la obra ya que «todos quieren actuar y hemos que tenido que inventarnos personajes para que puedan salir todos y también hemos transformado la obra».

Festival de verano

Además, ya están pensando en recuperar el festival de verano que durante un tiempo tuvo gran éxito y en el que los vecinos se esmeran en preparar la representación que luego ponen en escena ante los olombradeños.

Y es que mayores y pequeños muestran unas especiales dotes y afición para manejarse con soltura sobre las tablas. Los talleres de teatro tratan de formar cantera para que, en un futuro, sigan tomando el relevo que durante tanto tiempo ha permitido llevar el nombre de Olombrada por los escenarios de la provincia.

La rosquilla y las Palas

La Cuaresma y la Semana Santa fueron importantes en Olombrada, que en esta época celebraba algunas de sus fiestas y tradiciones

Isabel Jimeno.

La Semana Santa y la Cuaresma tuvieron en el pasado un carácter especial en Olombrada, pues a estas fechas estaban vinculadas varias de las tradiciones y fiestas que se celebraban en este pueblo segoviano, que ahora tiene reservados sus festejos mayores a la Virgen del Rosario, el primer fin de semana de octubre.
Fue importante la época de la Cuaresma en este pueblo que tiempo atrás, pues cuando los bailes estaban prohibidos en esta época de recogimiento y dolor, contaba con permiso para organizar bailes públicos el primer domingo de Cuaresma. Y es que ese era el día de una de las fiestas importantes de Olombrada.
Es la Fiesta de las Palas, que aún hoy sigue celebrándose, aunque con alguna variación con respecto al pasado. Antiguamente el primer domingo de Cuaresma despertaba en la localidad con la voz del grupo de cantaoras que recorrían las calles entonando sus cantos y pidiendo limosna para alumbrar al Santo Cristo. Cantos que eran diferentes cada domingo de Cuaresma.
La fiesta continuaba con el mercado que se celebraba ese día y en el que se vendían aperos de labranza junto al lugar en el que se emplaza la ermita de la Virgen de los Olmos o del Humilladero, a la salida del pueblo, en el conocido como sendero de las palas en honor de la virgen, de ahí el nombre de este día de fiesta que aún se sigue guardando en Olombrada, aunque ya sin mercado, pero con otros atractivos que se unen a la fiesta.
La velada nocturna no falta. Junto a ella, karaoke, disfraces, tiro al plato y campeonatos de juegos autóctonos hacen del primer fin de semana de Cuaresma un fin de semana diferente.
Unos días después, el Lunes de Pascua, día de la Rosquilla, llamado así porque los mozos recorrían las casas del pueblo pidiendo dulces a las olombradeñas, que exclusivamente daban el presente a quienes antes habían bailado con ellas. Una forma de cortejo ya en desuso que no ha impedido que el Lunes de Pascua los niños y niñas de Olombrada continúen recorriendo las viviendas del pueblo pidiendo a los vecinos la rosquilla que por la tarde se comen todos juntos.

La nueva casa de todos

Rehabilitar el Ayuntamiento es el principal proyecto de Olombrada, que busca incentivos para fijar población

Isabel Jimeno.

Rehabilitar el Ayuntamiento para que las oficinas puedan volver a la Casa Consistorial. Éste es el proyecto estrella de Olombrada, por el que llevan luchando mucho tiempo y que, por fin, parece que se hará realidad. Sólo tienen que elegir entre las dos propuestas para que el sueño comience a hacerse realidad. A través del plan europeo Milenium podrán rehabilitar el deteriorado inmueble. «Sólo espero y confío que sea prontito», apunta el alcalde, Luis Bayón Recellado, deseoso de que comiencen y acaben las obras.

A la vez que el proyecto destacado comienza, el Consistorio trabaja en otras iniciativas con el objetivo «reactivar y relanzar el pueblo». En este sentido unos de los sectores que se quieren impulsar aún más son la cultura y el deporte. Precisamente, hoy está prevista la celebración de una carrera popular y organizar más conciertos u otras actividades también entra en las previsiones del Ayuntamiento.

Otra de las acciones se centra en mejorar la imagen del pueblo acondicionando los jardines. De hecho ya se ha ampliado el parque con más mobiliario infantil y cerca de medio millar de plantas y arbustos dando color a este rincón de Olombrada.

Pero si hay algo que preocupa al Consistorio es fijar población. «A ver si somos capaces de crear algún aliciente, incentivos para que la gente se quede» en este pueblo que basa su economía en la agricultura, la ganadería y el sector servicios, apunta Luis Bayón. Por el momento, uno de los pasos «fundamentales» es la aprobación de las normas urbanísticas, que ya tienen el visto bueno a falta de corregir unos pequeños detalles. Cuando entren en vigor se podrán planificar terrenos, especialmente dirigidos a facilitar el acceso a la vivienda a la gente joven «para que se animen y fijar población joven, que se va», lamenta el regidor.

Padrón estable

Por el momento, el padrón consigue mantenerse estable por encima de los setecientos habitantes -contando los de las pequeñas pedanías de Vegafría y Moraleja de Cuéllar-, gracias en buena parte a los inmigrantes, que suponen el 10% del censo de Olombrada.

No sólo mantener a los jóvenes pretende el Ayuntamiento, también quiere que sus mayores no salgan del pueblo, por eso una de las iniciativas que quiera sacar adelante es construir una residencia de ancianos. En los nuevos terrenos recalificados se ofertará la parcela, «e incluso hemos pensado en regalarla», para que una iniciativa privada lo ejecute, pero con un número de plazas reservadas para los vecinos del pueblo.

Crear un camino peatonal hasta el pinar para facilitar la afición al paseo a los olombradeños o continuar con obras corrientes de renovación de redes y asfaltado de calles también figuran entre los proyectos del Ayuntamiento, con el objetivo de que Olombrada cada vez tenga mejores servicios, la vida de sus vecinos sea más cómoda y sea atractiva para que sus jóvenes no salgan del pueblo.

Antiguos oficios

En Olombrada ha funcionado, hasta hace algunos años, uno de los pocos telares que quedaban en la región

ELENA RUBIO | OLOMBRADA

Olombrada es un pueblo cuyo nombre evolucionado con los siglos. La primera vez que se nombra la localidad es en 1184 como 'Forumtada'. Menos de un siglo después, en 1247, se le conoce como 'Forambrada', cambiando hasta la denominación actual, ya en el siglo XVI. Existen diferentes teorías sobre su significado porque los hay que creen que quería decir 'fuente horadada' mientras que otros defienden que su significado original quería decir 'la agujereada' haciendo referencia a las bodegas excavadas en la tierra ya que 'forambre' significa agujero. Unas bodegas que se siguen conservando para uso privado en el término municipal.

Lo que ya no queda en este pueblo son las industrias que hubo en su día. En Olombrada había una tahona de rubia y varios tejedores de cáñamo. De aquellos tiempos subsistió hasta hace unos años el viejo telar de Rafael Colomo, en uso hasta el fallecimiento de su propietario. Esta fábrica era una de las escasas que quedaban de este tipo en Castilla y León en los que se trabajaba a la manera tradicional.

Rafael comenzó ayudando a su padre cuando tenía 14 años, y desde los 27 trabajó en el telar, aunque no vivía exclusivamente de este oficio porque ya no salía rentable. No ocurría lo mismo décadas atrás, cuando lo utilizaba su padre, allá por la década de los cuarenta. En aquel entonces cobraba por una vara, 835 milímetros, unos veinticinco céntimos. Teniendo en cuenta que al día se podían hacer unas cinco o seis varas, los trabajadores se podían sacar un jornal como en cualquier otro oficio. La producción de este taller llegó a ser muy variada, ya que de ahí salían mantas traperas, que se colocaban debajo de los colchones; mantas de lana para abrigarse en el campo; costales de cáñamo, en los que se guardaba el trigo o la cebada; sábanas de lino o de cáñamo, e incluso alforjas.

El artesano siempre vio este telar en casa de sus padres y al parecer pudo ser un oficio que procedía de tres o cuatro generaciones anteriores. Entre otras cosas, la máquina estaba compuesta por diferentes piezas, como los enjulios, el peine, la astilla y el urdidero. En un documental realizado por Televisión Española en 1992, Rafael Colomo aseguraba que una vez que él dejara de trabajar con este aparato le gustaría que se llevase a una moderna factoría de tejidos para que alguien pensase que «sin estas viejas maderas las modernas fábricas no habrían sido tan perfectas».

Otra de las cosas con las que contaba Olombrada hace años era con numerosas costumbres que se han ido perdiendo con el paso de los años. Una de ellas tenía lugar la Noche de las Ánimas. En esa fecha doblaban las campanas y al anochecer los vecinos salían a recoger limosna para las ánimas benditas. El cortejo iba presidido por dos calaveras que muchos niños besaban y que iban iluminadas por una vela en su interior. Al final se subastaba todo en la puerta de la iglesia.
Otra tradición del pueblo era la que protagonizaban los más jóvenes en el Día de la Meriendilla. Los chicos se juntaban en alguna casa donde se les permitía jugar a su antojo por el corral. Mientras tanto la señora de la casa les preparaba el 'cagadillo', que se hacía fundiendo azúcar en la sartén. Éste era el plato fuerte de la merienda, aunque también comían otros productos. La fiesta luego continuaba en la calle.

Una antigua feria agrícola

La fiesta de LasPalas es lo que queda de un antiguomercado de aperos

MÓNICA RICO | SEGOVIA.

Las fiestas en la localidad no acaban con el Carnaval. Con la llegada de la Cuaresma, los vecinos de Olombrada salen a las calles a disfrutar, ya que el primer domingo de este periodo celebran su tradicional Fiesta de Las Palas, lo que en su origen era una feria agrícola que fue decayendo hasta llegar a desaparecer. En este evento se vendían especialmente aperos de labranza, entre ellos rastrillos y palas, de donde viene el nombre tan peculiar de esta celebración. Aunque la feria ha desaparecido, los festejos aún continúan hoy y con muchas ganas por parte de los vecinos, que conmemoran la primera festividad del año, intentado recuperar algunas tradiciones.

De Las Palas todavía se mantienen algunos actos, como el de acudir en procesión a la ermita de la Virgen de los Olmos, donde se realiza una ofrenda floral. Es en aquel entorno donde antiguamente se llevaba a cabo el mercado de aperos de labranza, hoy desaparecido. Aunque para encomiar la fiesta hoy en día se aprovecha todo el fin de semana, hace años Las Palas se desarrollaban desde el sábado hasta el lunes. Durante la primera jornada se celebraba un baile en el prado de la ermita y el domingo también estaba reservado principalmente a los actos litúrgicos, aunque también el lunes había una eucaristía en la ermita. Una de las tradiciones ya perdida era el despertar de los vecinos del pueblo, ya que un grupo de mujeres recorrían las calles de la localidad cantando por la mañana y pidiendo limosna para alumbrar al Santo Cristo.

En la actualidad, el viernes se dedica a un concurso de disfraces, con pases tanto infantil como para adultos, sin olvidar la música. El sábado es una jornada especial para los más pequeños, que pueden disfrutar de juegos y un parque infantil, mientras que la jornada del domingo es para la liturgia y la devoción, aunque en ella también hay espacio para la fiesta. Durante la mañana se realizan las actividades eucarísticas, como la procesión, la misa y la ofrenda floral. Las familias se reúnen a comer en un día tan especial. Por la noche, se mantiene la tradición de los bailes, en este caso en el local de la antigua panera.

El Ayuntamiento trata de recuperar algunas de las costumbres celebrativas, según afirma su alcalde, Luis Bayón. En esta misma línea de trabajo, cada año, durante las fiestas patronales, que se celebran el primer domingo de octubre en honor de Nuestra Señora del Rosario, hay campeonatos de juegos autóctonos y tradicionales, con un especial cariño al juego del chito, consistente en lanzar dos discos metálicos para derribar un cilindro de madera, denominado chito.

Mejoras necesarias

Tras la alegría del jolgorio, éstas llegan a su fin y vuelve el día a día y las necesidades de una villa que sigue trabajando en poder obtener financiación para una obra de gran importancia como es el arreglo del Ayuntamiento. Desde hace varios años las oficinas municipales se trasladaron a otro local municipal, pues el estado de la Casa Consistorial es prácticamente inhabitable.

Aún así existen esperanzas, puesto que el proyecto está incluido dentro del programa Arquimilenio.

El Consistorio aprovecha las subvenciones que llegan de las distintas instituciones para el arreglo de las redes de abastecimiento de la localidad, así como para la pavimentación de calles y plazas después del acondicionamiento de la calle principal de la población. Y es que, a pesar de la despoblación que sufre el medio rural, Olombrada mantiene su población, en parte gracias a la inmigración. Una población que también demanda servicios.

EL NOMBRE

Una de las hipótesis hace referencia a que el nombre de la localidad es de influencia musulmana, con origen a partir de la deformación 'alambrada'. Sin embargo otros le otorgan al término unos antepasados visigodos. A mediados del siglo XII respondía al nombre de 'Forumtada' y un siglo después se la identificaba como 'Forambrada'.s