Samboal

Con la mirada hacia el tejado

Samboal espera con preocupación la llegada de las ayudas necesarias para rehabilitar la deteriorada iglesia mudéjar de San Baudilio

Isabel Jimeno.

Es uno de los templos de estilo mudéjar más bellos de la zona e incluso de la provincia. No en vano, en 1999 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en categoría de monumento. Pero el paso del tiempo ha hecho mella en este conjunto eclesiástico hoy convertido en la iglesia parroquial de San Baudilio en Samboal, pero que en la Edad Media, allá por el siglo XII, era la iglesia del monasterio benedictino de Carracielo del Pinar.

Los vecinos miran con preocupación el cada vez más deteriorado estado del monumento más destacado del pueblo y esperan impacientes la llegada de las ayudas económicas que hagan posible su rehabilitación, cuyos costes están estimados en más de 700.000 euros. «El dinero no llega y nos tiene muy preocupados», apunta el alcalde, José Carlos Martín Cuesta. «La iglesia nos trae por la calle de la amargura», añade el regidor, que incluye la restauración del templo entre los proyectos prioritarios del municipio. «Si tardan, en lugar de rehabilitarla, van a tener que hacer una nueva», comenta el alcalde, que como todos los vecinos ve con preocupación cómo avanza el deterioro de una de las joyas del mudéjar segoviano. «Desde la calle se ve, pero si subes al tejado se aprecia mejor el deterioro», comenta José Carlos Martín Cuesta.

Consolidar la torre y diversas reformas exteriores forman parte de los trabajos necesarios realizar en la iglesia de San Baudilio, nombre precisamente del cual proviene la denominación de la localidad: San Boal.

Levantado en sus inicios como oratorio del monasterio benedictino de Carracielo del Pinar, ahora destaca por su ábside semicircular de tres pisos con arcos de medio punto ciegos, coronada por la torre de tres grandes cuerpos de ventanas. Un juego de arcos que muestra aún más su belleza desde el interior.
Comenzar la construcción de una veintena de viviendas sociales antes de que finalice el año para que la gente joven se quede a vivir en el pueblo es otro de los «proyectos prioritarios» apuntados por el alcalde de Samboal. Y es que el preocupante descenso de población obliga a tomar medidas para intentar mantener el censo. Por el momento, antes de que comience a ejecutarse el proyecto, la buena noticia es que «hay mucha demanda». Cerca de veinte personas están interesadas en quedarse a residir en el pueblo y la demanda de viviendas, incluyendo las de segunda residencia, supera las setenta, según advierte el regidor, esperanzado al ver que este año se registrarán cuatro o cinco nacimientos, frente a la tendencia de otros años, que no pasaba del par de alumbramientos.

Riqueza natural

El valor de la resina permitió a Samboal ser uno de los pueblos más ricos por su gran pinar

Isabel Jimeno.

La extensión del pinar es muy grande en Samboal, de hecho, hasta dentro del pueblo, junto a la iglesia, crecen los pinos. Y sus gentes supieron explotarlo desde antaño. El pinar y la historia de este pueblo están íntimamente ligados, aunque en los últimos tiempos la dependencia económica no sea tan grande como antes. Y es que ahora tan solo media docena de resineros continúan extrayendo la resina de los árboles, pues este producto ha perdido buena parte de su valor.
Antes no era así. La resina era un preciado y caro bien que permitió a casi sesenta familias de Samboal vivir de su extracción. La explotación maderera como material de construcción y para hacer puertas, ventanas y trillos; el uso de las teas de los tocones para encender la lumbre e incluso el alumbrado; las rameras como combustible para los hornos y como forraje para los animales; las piñas para calentar y para extraer sus piñones y el barrujo para calentar estufas y glorias formaba parte del día a día en la localidad, siempre muy vinculada a su gran pinar.
Ruta medioambiental
Pero la mayor riqueza estaba en la extracción de la resina. Su gran valor permitió a Samboal convertirse en uno de los pueblos más ricos de la provincia. Esos recursos ahora difíciles de conseguir, eran muy abundantes e incluso permitieron al pueblo dotarse de instalaciones impensables para un municipio de sus dimensiones. Una piscina municipal construida hace más de treinta años y un frontón cubierto son algunas de las dotaciones que la extracción de la valiosa resina permitió a Samboal.
Hoy disfruta de ellas como disfruta de su pinar. Y es que si la riqueza económica ya no es tanta, la medioambiental continúa siendo todo un tesoro para disfrutar. De hecho, del pueblo parte una de las rutas por la comarca de Tierra de Pinares. De Puente a Puente, pasando junto al río Pirón que riega las tierras samboaleñas, junto a la laguna y, por supuesto, por el pinar. Viendo cómo, aunque ya no tiene tanto valor monetario, la resina sigue cayendo de los pinos, las piñas están en las copas y el barrujo forma un manto marrón en el suelo.
Además, un montón de cañadas, como la del Molino Alvarado, el Palenque o la de Chorretones pasan por Samboal, donde están las lagunas Prado de la Vicaría y Mataoscura. Los recursos naturales que si no económicamente, ahora la localidad puede explotar en el pujante sector del turismo rural.

Viviendas para el futuro

Samboal construirá veinte casas de protección oficial para conseguir que sus jóvenes no se marchen de la localidad

Isabel Jimeno.

Tan sólo en los últimos diez años, Samboal ha perdido más del 15% de la población y si se echa la vista treinta años atrás, el padrón era casi un 30% más extenso. «Será uno de los pueblos de la provincia que más ha perdido», lamenta el alcalde de esta localidad segoviana de Tierra de Pinares, José Carlos Martín Cuesta, quien considera que «la vivienda es la única forma de asentar población». Por eso uno de los proyectos destacados que promueve el Ayuntamiento es la construcción de una veintena de casas de protección oficial.

Todavía lo están tramitando, pero confían en que este año comiencen las obras con las que se pretende ofrecer viviendas a precios asequibles que sirvan de reclamo para que los jóvenes del pueblo que trabajan en la zona no se marchen de Samboal. Por el momento, la fórmula parece podrá dar resultado pues hay demanda para ocupar las veinte casas e incluso hay más peticiones.

Parejas que tengan niños y aseguren el futuro del pueblo y la continuidad del colegio, que, por el momento se mantiene gracias a los nacimientos que se registran año tras año. No son muchos, pero suficientes para que las clases sigan abiertas en Samboal. Menos suerte parece que correrán en un futuro no muy lejano las del anejo de Narros de Cuéllar, donde la natalidad es más reducida.

Pero para asegurar la supervivencia de los pueblos el alcalde es consciente de que también deben tener otros servicios como acceso a Internet ADSL. «Es vital», afirma José Carlos Martín, mientras reclama que esta tecnología llegue también a Samboal. «Es una pena. Dicen que somos iguales, pero para pagar impuestos...», lamenta el regidor, quien apunta que el Ayuntamiento incluso se está planteando instalar algún sistema 'wifi' que facilite el acceso y cubra las demandas de la población. «Hoy en día es fundamental», subraya.

Conseguir que los poco más de siete kilómetros de camino que separan Samboal y Mudrián se asfalten es otra de las metas del Consistorio de la localidad. No sólo facilitará y acortará el camino a los samboaleños que trabajan en la localidad próxima y que ahora deben recorrer más de veinte kilómetros, sino que también será una vía de comunicación más directa a la futura autovía Segovia-Valladolid y acortará el tiempo para llegar a la capital. «Sería un paso importante para el futuro del pueblo», subraya el regidor.

Terminar de asfaltar las calles de Narros de Cuéllar, construir un centro social en esta pedanía que sigue luchando por su segregación y habilitar como centro cultural y centro de día un local que ya está construido en Samboal son otras de las iniciativas en las que trabaja el Ayuntamiento de esta localidad que estos días está de celebración. Y no sólo porque honran al patrón, San Baudilio, sino porque también, por fin, después de muchos años, la anhelada rehabilitación de la iglesia se hará realidad. Tras largo tiempo de lucha el templo, declarado Bien de Interés Cultural y que en su día perteneció al monasterio de San Baudilio, recuperará su esplendor. «Hasta que lo no vea terminado, no me quedaré a gusto», apunta el alcalde. Ése es el sentir del resto de samboaleños que esperan que las próximas fiestas tengan un mayor motivo de celebración al ver que la iglesia ya se ha restaurado.

Viviendas para el futuro

Samboal está rodeado de pinos negrales y albares que durante años han dado trabajo a sus vecinos

Elena Rubio Aragoneses

La historia de Samboal está íntimamente ligada a los pinares que rodean a la localidad. Una belleza natural que ha servido a la asociación Honorse Tierra de Pinares para elaborar una ruta medioambiental denominada 'De puente a puente' para que todos los segovianos conozcan un poco mejor los pinos de estas tierras que nacen hasta casi dentro del pueblo.

Hoy en día apenas quedan unos pocos resineros que extraen la resina de los árboles, pero no ocurría lo mismo hace décadas cuando la economía de este pueblo dependía no sólo de este preciado líquido, sino también trabajaban la madera y utilizaban los productos del pinar en su vida diaria: la leña, las piñas, el barrujo y la roña.

Precisamente con roña era con lo que funcionaba un molino que se encuentra en la pedanía de Narros de Cuéllar. Situado en la calle Cantarranas fue construido a finales del siglo XIX. Estaba emplazado en la tahona, dependencia de planta cuadrada de unos cuatro metros de lado que ocupaba una esquina del patio de la casa de sus propietarios.

El molino trabajaba con la corteza del pino, la roña, para convertirla en polvo, el 'tanino' que se utilizaba como curtiente tradicional de los cueros. Los meses de noviembre y diciembre eran los más propicios para coger la roña de los pinos albares. Ésta se sacaba con la azuela, agrupándola en montones, que se cargaban en un carro tirado por machos hasta el molino de roña de Narros.

El molino tenía varias partes. Estaba el mortero, una parte fija donde se depositaba la roña; la denominada piedra, una muela móvil de 1´2 metros de diámetro con ranuras para que saliera el tanino y los ejes vertical y horizontal que hacían funcionar el invento.

El proceso para convertir la roña en polvo duraba un par de horas En todo ese tiempo el encargado del molino debía de tener la denominada rastrilla para dar vueltas a la roña y que se moliera uniformemente. La roña bien molida se cribaba y el polvo de roña se introducía en sacos para llevarlos a las fábricas de curtidos. Con un carro de varas con toldo y tres machos en reata se llevaba la roña molida a Salamanca, Mota del Marqués, Tordesillas, y también a la estación de tren de Nava de la Asunción para embarcarla.

Un trabajo duro que con estuvo en vigor unos cincuenta años hasta desaparecer en la década de los cuarenta del siglo XX. No es el único resto de patrimonio industrial ya que en Samboal hubo dos fraguas, una de ellas comunal, que reparaba y elaboraba productos de forja.

Pero sí hay un patrimonio que destaca en Samboal es su iglesia parroquial declarada Bien de Interés Cultural en 1999, una de las joyas del arte mudéjar segoviano. Levantado en sus inicios como oratorio del monasterio benedictino de Carracielo del Pinar, destaca su ábside semicircular de tres pisos con arcos de medio punto ciegos, más bellos aún si cabe si se pueden contemplar desde el interior del templo. Digna de destacar también es su torre, que no tiene nada que envidiar a las abulenses de Arévalo o Madrigal de las Altas Torres.

En honor a San Baudilio

La localidad celebra pronto la fiesta en honor a su patrón, con gran devoción

MÓNICA RICO | SEGOVIA.

Plaza e iglesia parroquial de la localidad. :: M. R.

Con un homenaje a las personas mayores de la localidad, comenzaron, durante la tarde de ayer, los actos previos a la celebración de las fiestas en honor a San Baudilio, que se festejará el próximo 20 de mayo. Hasta ese día, los vecinos de la localidad se encuentran inmersos en los preparativos de casi una semana de fiesta por delante.

Después del homenaje de ayer, los actos se paralizan hasta la víspera de la festividad, es decir, hasta el próximo miércoles, cuando tendrá lugar el tradicional pregón de fiestas y desfile de peñas. El día grande será el jueves, festividad de San Baudilio, centro de la misa y la procesión. Durante esa jornada se desarrollarán actividades para todos, como dianas y pasacalles, un parque infantil para los más pequeños o música de orquesta hasta la madrugada.

Tras el día grande, aún los vecinos disfrutarán de numerosas actividades durante el fin de semana como juegos infantiles, juegos tradicionales, una merienda para todos, dos sueltas de vaquillas o el tercer Festival Samboal Rock, con los grupos De Acero y Los Lebreles. Se trata de un certamen que año tras año se va consolidando e intenta hacerse un espacio en el panorama musical provincial.
Encierros ecológicos infantiles, pruebas ciclistas, grandes partidos de pelota mano, fuegos artificiales y variadas actuaciones completan la programación de estas fiestas, las más importantes del municipio y de las que disfrutan cientos de vecinos.

Sin duda los vecinos de Samboal sienten predilección por San Baudilio. Del Santo proviene incluso el nombre de la localidad y al mismo le dedican el templo parroquial, lo que en la Edad Media fue la iglesia del monasterio benedictino de Carracielo del Pinar. Se trata de uno de los templos mudéjares más bonitos de la provincia, y, según los expertos, junto con la iglesia de San Andrés de Cuéllar, el máximo exponente de la arquitectura de ladrillo.
De hecho, el propio municipio surgió en torno al monasterio, que posteriormente se llamó de San Baudilio. Esta iglesia perteneció al priorato de San Boal, uno de los más importantes gobernados por los monjes de San Isidro de Dueñas. Se desconoce la fecha de fundación del monasterio, pero en un documento del año 1112 el conde Ansúrez se lo donó al monasterio benedictino de San Isidro de Dueñas, a cuya jurisdicción perteneció hasta 1835.
San Benito

Aunque en la localidad se honra a San Baudilio, el trabajo de los monjes benedictinos del monasterio en toda la comarca fue muy profundo, según los estudios. Así, desde la localidad se extendió la devoción benedictina a otros lugares próximos y muestra de ello es la ermita de San Benito de Gallegos, que une a varios pueblos de la zona del Carracillo.

La parroquia de Chañe está dedicada a San Benito, al igual que una ermita en la localidad de Adrados. En Samboal la presencia benedictina perduró hasta el año 1860. El primer párroco del lugar fue el último monje del monasterio.

La iglesia es de una sola nave, corta, con una cabecera que concluye en ábside semicircular, con dos pisos de arcos ciegos en su tramo recto, y tres en el semicírculo. Del templo sobresale la torre, con su parte alta de ladrillo, de tres cuerpos.

A pesar de la importancia de la iglesia, el Ayuntamiento es consciente de que su arreglo no es la única necesidad del municipio, por lo que en los últimos años ha tratado de fijar población mediante la construcción de una veintena de viviendas de protección oficial, también con el fin de poder ofrecer una vivienda digna a aquellos sectores de la población que tienen mayores problemas para acceder a la misma.

En estos momentos se encuentra abierto el plazo para que los interesados en acceder a una de estas casas, situadas en la calle Puente de Hierro, presenten sus solicitudes y la documentación relativa y se espera que en el próximo mes de junio las viviendas se puedan adjudicar.