Un caso atípico
Con menos de doscientos habitantes y lejos de la capital, Villeguillo puede presumir de incrementar su población
Isabel Jimeno.
Como un pueblo «atípico» describe su alcalde, Julio Pérez Jiménez, Villeguillo. Y en cierto modo lo es. Lejos de la capital, a la sombra de otras localidades más grandes como Coca u Olmedo, ya en Valladolid, desde hace unos años, este municipio consigue ganar la partida a la temida despoblación y no sólo mantiene su padrón, sino que en los últimos tiempos ha visto como, poco a poco, va ganando inscritos.
Pero no sólo sorprende que con su reducido censo y su enclave, Villeguillo logre mantenerse a flote, sino que aún más llamativo es que de sus menos de doscientos habitantes, 42 tienen menos de 18 años, lo que permite a esta localidad segoviana contar con una media de edad «de las más bajas de la provincia», destaca orgulloso su alcalde.
Aunque hace más de veinte años que cerró el colegio, hay más de una veintena de pequeños en edad escolar que cada día cogen el autobús para ir a clase y el pasado año cinco nacimientos se incorporaron al registro del Ayuntamiento. «¿No ocurría desde 1964!», advierte el regidor. «Y todos de madres españolas», añade Julio Pérez Jiménez para subrayar la importancia de este dato con el que el futuro de Villeguillo parece estar asegurado.
Es el fruto del afán del Ayuntamiento de luchar contra la despoblación. Y es que fue hace años cuando el Consistorio comenzó con sus propuestas para fijar residentes. Fue hace tiempo ya cuando Villeguillo publicó una ordenanza municipal entonces «única y pionera» que premiaba con 100.000 pesetas de entonces a las parejas jóvenes que fijasen su residencia en el pueblo y 120.000 más por cada nacimiento de un hijo.
Estos beneficios económicos, unidos a la política de construcción de viviendas de bajo coste ha cuajado en una dinámica de paulatino crecimiento de población gracias a jóvenes villeguillenses que optan por continuar su futuro en la localidad y también otros llegados de otros lugares que se asientan aquí.
El Ayuntamiento hizo un esfuerzo económico y adquirió terrenos para construir viviendas protegidas. A la primera treintena de viviendas se unieron otras edificadas por particulares también en terrenos municipales. Fue el principio de la cadena, favorecido también por el incremento de los precios en la vecina localidad de Olmedo, donde trabaja buena parte de la población activa de esta localidad de tradición agrícola, que sigue siendo uno de los pilares de su economía.
Precisamente por el elevado trasiego de vehículos, el Ayuntamiento reclama el arreglo de la carretera que conduce hacia Olmedo. «Parece que hay buena voluntad por parte de la Diputación», resalta Julio Pérez, quien espera que el próximo año esté concluida la obra que supondrá una importante mejora de las comunicaciones, pues después de años de peticiones ya se ha arreglado el primero de los tres kilómetros de la otra vía que llega a Villeguillo desde Coca y los dos restantes se ejecutarán en breve.
Poco a poco, las carencias de esta localidad se van cubriendo, como el transporte. Y es que después de muchos años sin servicio público, el sistema de transporte a la demanda ha contribuido a mejorar la calidad de vida de los vecinos de este pueblo que echa en falta algún establecimiento comercial y mejores infraestructuras culturales.
Por el momento, además de obras corrientes y necesarias como la renovación de redes de agua potable que acaben con la falta de presión, el Ayuntamiento también trabaja en la mejora de las instalaciones deportivas. Con gran afición al frontenis y un campeonato que reúne a las mejores raquetas de España, el Consistorio mejora la pista polideportiva dotándola de gradas y vestuarios. Los reducidos recursos económicos y el censo impiden afrontar proyectos de gran envergadura que doten a Villeguillo de más instalaciones sociales y culturales para atender las demandas de la rejuvenecida población de este pequeño pueblo que, poco a poco, con una fórmula propia logra crecer.
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