Melque de Cercos

El medio ambiente y la cultura como referentes

Melque de Cercos trabaja para convertir su patrimonio y su entorno en atractivos que mantengan el pueblo activo

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Los ramos de flores se agolpan junto a la imagen de la virgen en el interior de la iglesia de San Esteban. Y es que Melque de Cercos vive un mes de intensa actividad. Nada más comenzar mayo, sus vecinos se unieron para celebrar la Cruz; a mediados el patrón de los agricultores, San Isidro, fue de nuevo motivo de fiesta, y las Flores de la Virgen de la Antigua cierran el festivo mes de las flores.

Estos días, esta pequeña localidad de 109 habitantes multiplica su población. En verano, el 3 y 4 de agosto, honrará a San Esteban Protomártir y el número de vecinos se incrementa, al igual que con las numerosas actividades que a lo largo del año organiza la asociación cultural Pelencha. Las casas que durante buena parte de año permanecen cerradas abren sus puertas y ventanas. Otras cerraron hace tiempo y así permanecen. Muchas de esas casas, con sus fachadas realizadas con piedras y pizarras, extraídas del entorno natural y cuidadosamente colocadas, forman parte del paisaje urbano característico de Melque de Cercos.

Los vecinos del municipio siempre han sabido utilizar muy bien lo que la naturaleza les ha brindado. El barro característico del entorno ha servido durante años para elaborar las tejas árabes típicas en Segovia y Ávila. Ahora los siete tejares que llegaron a funcionar han quedado en desuso, poco a poco se van hundiendo y solo sirven de curiosidad, al igual que antiguas máquinas de labranza o el carro de bomberos, que aparecen dispersos. La resina que dio trabajo a sus vecinos ahora tampoco sirve de medio de vida y sólo los frutos obtenidos por los agricultores sirven de empleo a los pocos vecinos en activo del pueblo.

Y es que aunque «en los últimos años la población se mantiene, pasa lo mismo que en toda la provincia, cada vez son más mayores y la tendencia es a perder habitantes», lamenta el alcalde de Melque de Cercos, Ángel Pescador Pérez, que lucha porque el censo no baje de los cien habitantes y mantener los servicios también para los que llegan. «Nos quedamos para segunda residencia y vacaciones, lo que pasa en muchos pueblos. Y lo seguimos cuidando porque si ahora tenemos cien habitantes, en verano, trescientos y tenemos que mantener los servicios para esos. Aunque seamos pocos, son muy costosos de mantener».

Recuperaciones

Además, los proyectos municipales están íntimamente relacionados con la recuperación y conservación de su patrimonio cultural y medioambiental. Restaurar la iglesia de Santa María de Melque del siglo XII, declarada Bien de Interés Cultural, para hacer un centro cultural que «se convierta en el icono, la referencia del pueblo» y poder exponer allí los trabajos de recuperación ambiental es una de las iniciativas estrella.

Junto a la preocupación cultural, la medioambiental también tiene gran importancia y el Ayuntamiento construirá un área recreativa en el monte público que se convierta en «un punto de contacto de la gente con la naturaleza, donde se puedan ver las especies animales y vegetales de la zona, conocer cuáles están en peligro y cómo verlas». Los primeros pasos para recuperar la colonia del cernícalo primilla que habitaba en los huecos de la iglesia y la adecuación de la ribera del arroyo Cercos repoblándola con especies autóctonas también figuran entre los proyectos relacionados con el medio ambiente.
Pero para todas las iniciativas, el Ayuntamiento debe contar con la colaboración de otras instituciones. «Procuramos dotar al pueblo de servicios que el Ayuntamiento pueda mantener».

Fuente de actividad

La Asociación Cultural Pelencha, que nació hace cuatro años, organiza actividades durante todo el ejercicio

Isabel Jimeno.

Dulzaineros durante una jornada festiva en la localidad./ El Norte

La Fuente Pelencha, uno de los símbolos del pueblo, da nombre a la asociación cultural que desde hace cuatro años dinamiza con sus actividades la vida de Melque de Cercos. «Se nota más vida, mucho más que antes», apunta el alcalde, Ángel Pescador Pérez, satisfecho con el funcionamiento del colectivo. «Es más fácil que la gente participe y se implique en una asociación que si lo hace el Ayuntamiento, lo ven más institucional», comenta el regidor.

Todavía está preparando el calendario de actividades para este año, que se centran sobre todo en verano y en los fines de semana, y que sirven de reclamo para que regresen al pueblo quienes hunden sus raíces en Melque de Cercos. Con 350 socios, la agrupación salpica su programa de excursiones, campeonatos y comidas populares. La visita a Alcalá de Henares el pasado noviembre o a Medina del Campo en agosto son algunos de los viajes gestionados por el colectivo, encargado también de organizar una semana cultural en las fiestas de verano, el 3 de agosto en honor de San Esteban Protomártir, con campeonatos de mus y tute y juegos para los más pequeños.

Aunque es la época estival cuando organiza más actividades, estas comienzan en marzo, coincidiendo con el primer ‘puente’ del año, y se suceden durante todos los meses. El 7 de enero, un encuentro de Amigos del Folclore Castellano reunió en Melque de Cercos los tradicionales instrumentos que ponen música a las canciones castellanas. Con un claro predominio de las dulzainas, el sonido de las castañuelas, panderetas y tambores llenó las calles de este pequeño, pero activo pueblo segoviano.
La matanza y degustación de productos del cerdo en el ‘puente’ de la Inmaculada en diciembre, chocolatadas y proyección de películas infantiles y para adultos en la biblioteca durante los fines de semana sacan de la monotonía a vecinos y foráneos de este municipio con poco más de un centenar de habitantes.

Y la gestión de la biblioteca, con más de 1.500 volúmenes catalogados y ubicada en la dependencias de la Casa Consistorial, también se enmarca dentro de la actuación de la Asociación Cultural Pelencha, que se encarga del préstamo y atención a los lectores.

Tradición por los tejados

Melque de Cercos era conocido por la fabricación de tejas artesanales en sus tejares, que dejaron de producir hace ya más de 15 años

Isabel Jimeno.

Toda una industria artesanal de la que vivían en el pueblo siete familias y hasta algún obrero más. Especializado en la fabricación de tejas árabes –las características de los tejados de antes en la provincia de Segovia y también en la de Ávila– Melque de Cercos alcanzó la fama y el reconocimiento en la zona por sus materiales.

Un laborioso trabajo al que la industrialización y las modernas maquinarias obligaron a echar el cierre hace ya más de quince años. Un oficio del que aún hoy se conservan sus huellas. Y no sólo porque estas tejas continúen cubriendo buena parte de los tejados de Melque de Cercos, sino porque todavía se conservan dispersos por el pueblo restos de los antiguos siete tejares.

Piedras, ladrillos y una cavidad en el suelo forman parte de esta artesanal industria que también encontraba en Melque de Cercos la materia prima: el barro de tonos rojizos que extraían de la zona de la vega. Ahí comenzaba la labor, que después requería mucho trabajo para amasar, la mayor parte de las veces con la fuerza de los pies, el barro al que daban forma en unos utensilios que permitían obtener las alargadas y curvadas tejas.

Dejar secar y recortar los bordes que sobraban era el paso previo a la introducción en el horno. Bien lleno de leña, toda la noche permanecía ardiendo y cociendo las tejas milimétricamente colocadas para que todas alcanzasen el punto adecuado.

Muchas horas de trabajo para obtener los resultados que la maquinaria arrebató a los tradicionales tejares de Melque de Cercos en los que también se hacían incluso ladrillos macizos.

Una vez cocidas y extraídas las tejas del horno no acababa el trabajo de los tejeros. Montaban la mercancía en los carros, recuerda Valeriana, una vecina. Y tirados por mulas, recorrían la zona segoviana y también la cercana provincia de Ávila para llevar y vender sus artesanales tejas como, desde antaño, lo hicieron los antepasados de Melque de Cercos.

La mirada del pasado al futuro

Melque de Cercos prepara infraestructuras sociales para sus vecinos y recupera bienes antiguos con ayuda de todos

Isabel Jimeno.

Las carrozas son un rasgo distintivo de las fiestas. / Isabel Jimeno

Recuperar bienes muebles e inmuebles, restos que ayuden a recordar el pasado y mantener viva esa imagen que para los mayores fue tan familiar y para que los jóvenes también la puedan conocer. Ése es uno de los objetivos del Ayuntamiento de Melque de Cercos, que en esta labor cuenta con el apoyo de los vecinos, que no dudan en sumar su imagen y conocimientos.

Y es que el proyecto no sólo abarca recuperar edificios como la vieja iglesia de Santa María de Melque, un Bien de Interés Cultural de propiedad municipal cuya nave principal ya se ha rehabilitado como sala de exposiciones. Ahora el Ayuntamiento ya tiene preparada la memoria para recuperar los elementos arquitectónicos que aún faltan y el altar adosado en el siglo XVIII al primitivo templo del XII. Dentro del patrimonio sacro, el Consistorio también quiere recuperar tres óleos de la parroquia y conseguir la réplica de la talla de madera que salió de la iglesia de Santa María de Melque, la iglesia vieja, como se la conoce aquí, y que está conservada en el Museo de Segovia.

Implicación vecinal

Pero no sólo el Ayuntamiento colabora en esta labor. Los vecinos también se implican y han hecho posible restaurar elementos como el viejo carro de bomberos del siglo XIX, el antiguo reloj, el clásico 'manubrio' que hacía sonar la música en el baile de Melque de Cercos o el libro sobre el pueblo que otro vecino está preparando con documentos municipales que se remontan hasta el siglo XVI.

Otro de los lugares que el Ayuntamiento de Melque quiere recuperar es una vieja casa municipal para convertirla en local multiusos para realizar actividades tanto en verano como en invierno. «Es la principal inversión», destaca el alcalde, Ángel Pescador, quien apunta que ya están buscando más dinero que permita continuar la inversión inicial de 30.000 euros que ya tienen para renovar la cubierta.

Es uno de los locales que con los que se quieren mejorar e incrementar los equipamientos sociales de la localidad. Por el momento, uno de ellos es el nuevo área recreativa que está a punto de inaugurarse en un monte público a algo más de medio kilómetro del casco urbano del pueblo. Financiado por la Junta de Castilla y León y ejecutado en varias fases, el espacio cuenta con fuente, bancos, mesas, juegos infantiles y biosaludables.

Todo con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus vecinos y ofrecerles las mismas comodidades que en otros municipios más grandes, aunque sean sólo poco más de un centenar. Aunque hay cosas que todavía no llegan adecuadamente como la telefonía móvil, con cobertura deficiente, y la fija, que no permite la conexión a Internet por banda ancha, pero en Melque de Cercos no se resisten a quedarse atrás y luchan porque las mejoras también lleguen a este pueblo de la campiña segoviana independientemente de su población.

Un ejemplo del románico de ladrillo

Melque de Cercos posee una iglesia declarada Monumento Histórico Artístico desde hace veintiséis años

ELENA RUBIO ARAGONESES

Melque de Cercos se encuentra situado a unos cuarenta kilómetros de la capital. Por su término municipal transcurre el arroyo Cercos y posee un pinar con especies albares y negrales. Pasear por sus calles es respirar tranquilidad y contemplar cómo muchas de las fachadas de las casas conjugan a la perfección piedras con pizarras.
Pero sin duda, si hay un algo que destaque en esta localidad es la iglesia de Santa María, catalogada como Monumento Histórico Artístico desde 1983. De estilo mudéjar, pudo ser levantado por los siervos musulmanes que llegaron a estas tierras con sus amos mozárabes. Se trata de un notable ejemplo de la arquitectura románica de ladrillo, con fajas horizontales dispuestas en algunos casos como dientes de sierra, en plano o en zig-zag. Digna de resaltar es su portada con pequeñas jambas y un arco semicircular, encerrado todo en un recuadro.
Fue reformada en el siglo XVII y en los años veinte una de las zonas estaba encalada para que los vecinos jugaran al frontón. Durante muchos años, el edificio no fue muy cuidado lo que provocó que en 1980 sufriera un desplome parcial de su única nave y de la cubierta. La declaración de esta iglesia como monumento destacado, junto con el tesón del Ayuntamiento y de los vecinos en los últimos años, ha provocado que esta situación haya cambiado por completo consiguiendo rehabilitar la nave principal como sala de exposiciones.
No es el único lugar que el Ayuntamiento de Melque de Cercos quiere recuperar. Entre sus objetivos se encuentra una antigua casa municipal que se quiere convertir en local multiusos para realizar actividades tanto en verano como en invierno. Por tanto, no es de extrañar que el Consistorio de la localidad destine los 18.053 euros procedentes del Fondo Estatal de Inversión Local a la reparación de la antigua vivienda del médico.«El objetivo es mejorar la cubierta del edificio e instalar un botiquín farmaceútico.Ahora hay que ir a Nieva», explica el alcalde de Melque, Ángel Pescador.
Y es que los vecinos de este localidad se han propuesto recuperar su pasado histórico que se remonta al siglo XII. De esa época es la conocida como 'Fuente Pelencha', una obra de arquitectura civil de estilo mudéjar con una altura de unos tres metros y con arcos en forma de corona. Su función es recoger aguas y se utiliza para fines agrícolas. La fuente es tan singular que es uno de los símbolos de la localidad, creándose en el pueblo una asociación con este nombre. Una fuente no muy conocida, ya que está situada a unos 700 metros del casco urbano. Tampoco son muy conocidas las ruinas de un horno de tejera, situado en el Camino de la Fragua. Fue abandonado entre 1945 y 1955, aunque en otra época tuvo una intensa actividad ya que en la localidad hubo una industria artesanal dedicada a la fabricación de tejas árabes y ladrillos macizos.