Domingo García

Tranquilidad de piedra

Una docena de personas viven a diario en Domingo García, un localidad en la que destacan sus cuatro explotaciones de pizarra y un conjunto de petroglifos prehistóricos

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Su censo de población apenas supera los cincuenta habitantes, aunque la actividad industrial es intensa en Domingo García. La vecina localidad de Bernardos es la conocida por sus explotaciones de pizarra, aunque también en Domingo García hay cuatro canteras que, a la vez que generan beneficios económicos, también ocasionan alguna que otra molestia entre los vecinos. Pueblo rico en pizarra que forma parte del paisaje y que los vecinos han sabido integrar también en el pueblo, con la mayoría de las casas con fachadas de pizarra.

La pizarra que ahora sirve de fuente de economía, también fue utilizada hace siglos como soporte para el arte rupestre. Una serie de petroglifos en varias rocas del Cerro de San Isidro suponen ahora uno de los atractivos del pueblo, que también dispone de un centro de interpretación en el que Jesús Pastor, el guía, explica durante los fines de semana los grabados antes de visitar las creaciones prehistóricas, que también se pueden seguir gracias a los hitos ubicados en el itinerario.

Vistas

En lo alto del cerro, además de las ruinas de la ermita de San Isidro y realizar el itinerario por los grabados de animales o esquemáticas escenas talladas en las rocas, también se puede disfrutar de una vista privilegiada desde donde se pueden ver localidades vecinas como Migueláñez, Bernardos o Santa María la Real de Nieva. Un camino de arena lleno de baches da acceso a este precioso rincón, que junto a las minas de pizarra, supone la seña de identidad de Domingo García.

Con poco más de cincuenta habitantes en el censo y apenas una docena y ningún niño viviendo a diario en el pueblo, la tranquilidad que se respira por sus calles supone también uno de los encantos del pueblo que sus vecinos no quieren perder, pese a que los inviernos se hagan aún más largos. Con esa tranquilidad, el turismo rural también ha llegado a Domingo García e incluso la opción de hacerse con una casa en el pueblo ha supuesto que «ahora mismo las casas valgan un dineral», advierte el alcalde del municipio, Eliseo Pastor.

Aunque en una jornada cualquiera de invierno es difícil encontrarse con alguno de sus escasos vecinos, con la llegada del buen tiempo y, sobre todo, los fines de semana y verano la población llega a alcanzar las 150 o 200 personas, lo que además de requerir más servicios difíciles de asumir por un Ayuntamiento pequeño, también lleva la alegría a las calles con las voces de los niños que durante el resto de año están ausentes.

Este incremento de población también supone que sea en verano cuando se concentren la mayor parte de las actividades y que se haya añadido una nueva fiesta, la fiesta de verano el primer fin de semana de agosto, como un atractivo más de la época estival. Ya el 22 de diciembre, se honra a Santa Cecilia.
Para dar servicios a los vecinos y a los que llegan en épocas puntuales y que mantienen con vida Domingo García, el Ayuntamiento confía en iniciar en breve las obras para la construcción de una pista polideportiva gracias a la subvención de la Diputación y un parque de ocio infantil.

Mejor teléfono

Concluir y mejorar con el asfaltado de las calles –algunas empedradas y con un encanto especial–, objetivo de todos los Ayuntamientos, también figura entre los proyectos municipales, sin olvidar su lucha por mejorar el servicio telefónico, que ahora llega por satélite en lugar de por línea y es deficiente muchas veces. La cobertura de telefonía móvil también es deficiente, por eso entre las demandas de sus vecinos figura mejorar la comunicación que no aísle aún más a su reducido número de habitantes, en buena parte envejecidos.

Leer, jugar, charlar y beber

El centro cultural Santa Cecilia sirve de local de reunión a vecinos y foráneos de Domingo García

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Cuatro señores conversan junto a la chimenea en el centro cultural Santa Cecilia. / Isabel Jimeno

Al calor de la lumbre, charlan animadamente mientras dan unos tragos a la cerveza y comen unos callos que, según afirman, están de chuparse los dedos. Uno de los cuatro da unas caladas al puro, porque ahora ya se puede fumar en el interior del centro cultural, aunque en los primeros días del año, ante las dudas sobre la aplicación de la nueva normativa, los fumadores debían aguantar en la calle los rigores del invierno.

Y es que no es un bar al uso, es el centro cultural Santa Cecilia, en marcha desde hace cinco años como local de reunión de los pocos vecinos de Domingo García y los muchos foráneos que, sobre todo en verano, arriban a este pequeño pueblo de calles empedradas y fachadas de pizarra.

Una simple mirada permite darse cuenta que no es un bar, ni siquiera un teleclub, es un centro de reunión, con servicio de atención al cliente para tomarse unos chatos, eso sí, con horario restringido a los fines de semana y todos los días en verano. Mesas, sillas y estanterías repletas de libros forman parte de la estancia en la que no es necesario tomarse algo. «Pueden venir a leer, a charlar...», explica Julia, encargada del centro desde hace cinco años, y para muchos quien trae la alegría a Domingo García, pues hasta entonces en el pueblo no disponían de local de reunión. «La gente está muy contenta porque les estoy dando un servicio que antes no tenían», comenta. «Muchos están deseando que llegue el fin de semana, el viernes a las 8 de la tarde, que es cuando se abre», subraya Julia.

Entre quienes ansían la llegada del fin de semana está Félix, uno de los cuatro señores que conversa junto a sus compañeros de mesa al calor de la lumbre. Él es de los pocos que vive a diario en Domingo García con la resignación de no disponer durante toda la semana de un lugar de reunión con sus convecinos. «El resto de la semana sin nada se lleva mal», comenta «Te tienes que quedar en casa», apunta. «Un pueblo sin bar no es pueblo», apostilla otro de los compañeros de tertulia el pasado sábado por la mañana.

Pero es fin de semana y la rutina se acaba. Comparte consumiciones y comentarios junto con Clemente y Félix, que no dudan en regresar a su pueblo natal desde la vecina localidad de Bernardos, donde ahora residen, para «tomar unos chatos y echar la partida en el buen tiempo que hay más gente».

Semana cultural

Y es que es en verano cuando de verdad la monotonía se olvida a la vez que las casas de Domingo García abren sus puertas y ventanas y el centro cultural atiende a los socios todos los días. Más de un centenar de personas integran la Asociación Cultural Santa Cecilia y todos participan activamente en las actividades que organiza, sobre todo en la época estival. Una de las citas más multitudinarias y que goza de mayor acogida es la semana cultural, en torno a las fiestas de verano, la primera semana de agosto.
Campeonato de dardos, de ping-pong, de futbolín, karaoke o caldereta son algunas de las actividades organizadas por la asociación cultural, que aprovecha así al máximo el local cedido por el Ayuntamiento como centro cultural y local de reunión para todo lo que sea necesario. Junto al bar y la sala con mesas, otro salón sirve de centro de reunión para los más jóvenes para echar una partida a los dardos, al futbolín o al ping-pong en un centro que sirve de punto de encuentro obligado para quienes viene y llegan a Domingo García.

Soporte para una historia

Cuatro canteras extraen pizarra de Domingo García, un material que ha formado parte de la vida de sus gentes desde hace años

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

La vecina localidad de Bernardos es la que goza de fama por su excelente producción de pizarras, pero también en Domingo García abunda este material, con unos tonos más rojizos, lo que les diferencia de las que salen de las canteras vecinas de Bernardos. Ya desde antiguo fue utilizado por sus gentes en la construcción de sus casas. Y aunque durante una época quedó oculto por otros materiales, todavía forma parte también del paisaje urbano.

Las fachadas de pizarra abundan en este pequeño pueblo de apenas medio centenar de habitantes y buena parte de sus calles empedradas. Un remanso de tranquilidad sin casi gente por sus calles en una jornada cotidiana.

Pero esa tranquilidad contrasta con el intenso trasiego que registran sus canteras de pizarra. Y es que en Domingo García funcionan hasta cuatro puntos de extracción de este material tan abundante por casi todo el pueblo.

Ya desde antiguo sus gentes hicieron buen uso de ello. Hace muchos, muchos años, y es que la presencia de humanos en la zona se remonta a hace siglos como lo demuestran sus famosos petroglifos, cuya existencia es de las épocas paleolítica, Edad de Bronce y medieval. Grabados en las rocas pizarrosas en las que sobresalen las representaciones de equinos y otros animales, así como escenas de guerra y pastoreo cuya existencia se remonta al año 11.000 antes de Cristo.

Dos poblados
Hoy esos petroglifos están a unos metros del casco urbano de Domingo García, en el cerro de San Isidro, una atalaya desde la que se divisa buena parte del entorno. Pero lo cierto es que antes estaban mucho más cerca de un pueblo, pues, al parecer, la villa estuvo dividida en dos barrios: el que aún se mantiene en pie y el del cerro, donde todavía se conservan las paredes de la ermita de San Isidro, posiblemente antes una iglesia de origen románico. Junto a ella, un yacimiento con tumbas antropomorfas excavadas en la roca.

Bajo mínimos

El importante descenso del padrón y la carencia de recursos económicos centran las preocupaciones de Domingo García

Texto y fotografías de Isabel Jimeno

Roca con petroglifos en el cerro de San Isidro. / I. JIMENO

La población ha caído drásticamente en los últimos años. La cifra no es grande, pero un exiguo censo como el de Domingo García cualquier baja es importante. Ha descendido casi un tercio en los últimos tiempos y eso no son buenas noticias para un pueblo pequeño con buena parte de su población envejecida que no alienta a tener esperanzas de recuperación. «De 42 votantes en las elecciones municipales hemos pasado a 35 en las últimas generales», apunta el alcalde, Eliseo Víctor Pastor, para explicar la importante disminución en el padrón. «Y esto también perjudica al Ayuntamiento porque bajan los ingresos por habitante», añade el regidor, preocupado por esta situación.

Y es que la reducción de los ingresos hace mella en las depauperadas arcas municipales, que viven uno de sus peores momentos. «Estamos en lo que se llama quiebra técnica», explica el alcalde, obligado a controlar al máximo los gastos por la falta de liquidez y a recurrir a las ayudas a fondo perdido para poder ejecutar las obras.

Entre los proyectos a punto de comenzar figura la renovación de la tubería que conduce el agua potable desde Bernandos a Domingo García. «Es una obra muy importante porque hay pérdidas considerables de agua», señala el alcalde, quien ya trabaja en buscar los recursos necesarios para hacer frente a su pequeña aportación en la obra. Y es que aunque de los 45.000 euros del montante total, 30.000 los aporta la Junta y otros 10.500 la Diputación Provincial, las maltrechas arcas el Ayuntamiento no tienen ni para hacer frente a los 4.500 euros que les corresponden.

Aunque no hay dinero, la base fundamental de cualquier actividad, en Domingo García no tiran la toalla y el Ayuntamiento ya tiene en cartera los proyectos que quiere realizar en cuanto tenga recursos.

Continuar con la pavimentación de más calles y recuperar el parque infantil son algunas de las metas una vez que ya se han ejecutado obras importantes como la adecuación de la planta alta de la Casa Consistorial como salón multiusos. Aún no se ha inaugurado oficialmente, pero las actividades ya se realizan allí y también acoge las Asambleas del Concejo Abierto en las que todos los vecinos mayores de edad participan en la toma de decisiones municipales.

Y casi todos los empadronados tienen derecho a participar en los concejos, pues la mayoría de la población es mayor, por eso desde el Ayuntamiento hacen especial hincapié en reclamar mejores comunicaciones, aunque Eliseo Víctor Pastor reconoce que el sistema de transporte a la demanda «ha sido un gran acierto» y los vecinos utilizan con regularidad este servicio tanto para acudir al médico a Nava de la Asunción como para ir al mercadillo de los viernes a por provisiones, pues en Domingo García no hay tiendas.

Ahora la otra lucha se centra en las telecomunicaciones. Y es que en Domingo García todavía padecen el teléfono de tecnología TRAC (Telefonía Rural por Acceso Celular) que en muchas ocasiones no funciona muy bien. Aunque este sistema debía haber desaparecido hace unos años, éste es un pueblo al que las nuevas tecnologías no han llegado. «No conseguimos la línea de teléfono como Dios manda», lamenta el regidor, quien achaca al elevado coste la no renovación de la red.

Tampoco la telefonía móvil va mucho mejor, pues al estar situado entre cerros la cobertura no llega adecuadamente, aunque sí se ha notado que desde que existen los teléfonos móviles la demanda de una mejor red fija ha disminuido, aunque es imprescindible para un correcto acceso a Internet. Ahora lo hacen a través de Iberbanda, pero también presentas dificultades y por eso en Domingo García reclaman que las nuevas tecnologías también lleguen a este pueblo aunque sus vecinos sean pocos.

Petroglifos prehistóricos

Domingo García posee una de las estaciones de arte paleolítico al aire libre más importantes de España

ELENA RUBIO ARAGONESES

La presencia humana en el términomunicipal de Domingo Garcíase constata desde fechas prehistóricas.De estos repobladores hoyquedan los petroglifos o grabadosrupestres que se encuentran en elcerro de San Isidro, dando popularidada esta localidad que no llegaa cincuenta habitantes.

Las primeras noticias de esteyacimiento arqueológico se remontana 1929 cuando Tuñón Mallada incorpora la zona de Santa Maríala Real de Nieva al panorama prehistóricode la provincia de Segovia. Desde entonces, los avanceshan sido lentos pero constantes. Hoy en día es una de las tres estacionesde arte rupestre paleolíticoal aire libre más importantesde la Península. Antes de acudira este lugar es recomendable visitarel Centro de Interpretación delos grabados de la comarca. Estásituado en la calle de la Iglesia ygestionado por la Asociación deAmigos de la Pizarra y la Arqueología,APIA. Dentro de este centrose puede entender mejor las representacionesartísticas gracias alos paneles explicativos y a las reproducciones.

Y es que el Cerro de San Isidroforma parte de un conjunto de arterupestre que tiene una extensiónde quince kilómetros de longitudy cinco kilómetros de ancho. Enquince rocas se pueden observarrepresentaciones del Paleolíticosuperior, es decir, de hace 15.000años antes de Cristo. Los petroglifosmás interesantes son las 43 figurasidentificables del Paleolítico,23 équidos, nueve cérvidos, sietebóvidos y cuatro caprinos. También hay catorce que todavía nohan sido determinados. La técnicaempleada en su realización fuela incisión fina por lo que su localizaciónes difícil dado su pequeñotamaño.

En la zona también existen unos1.500 grabados postpaleolíticos deun tamaño no superior a los veintecentímetros. Éstos fueron realizadosmediante la técnica de piqueteado,donde se pueden ver animalesy figuras humanas. Los investigadoreshan clasificado estosgrabados en dos fases. Una conocidacomo esquemática, que corresponderíaa la Edad del Broncey la otra denominada escenográfica, que iría desde la Edad del Bronce Medio hasta la Edad Moderna.En este tipo de grabados lamayoría tienen escenas de guerrao batalla donde la los hombres vanarmados.

En el extremo oriental del Cerrotambién se pueden contemplarlas ruinas de la ermita de SanIsidro. Se desconoce la fecha de suconstrucción aunque hay documentosque ya la sitúan en esazona en 1247, ya que a su alrededorhabía el despoblado de El Casar.Se trata de una construcciónque tiene una sola nave cuya fábricason lajas de piedra. Se conservantres ventanas, una en la fachadaoccidental, otra en el ábsidey otra en la fachada norte. En el archivo parroquial existen documentosreferentes a una cofradíade labradores que fue fundadaen 1728. Estaba integrada porlabradores de todos los pueblosvecinos. Al parecer, cada 15 demayo acudían a la ermita a escucharmisa y procesionaban el santo.La cofradía pudo desapareceren 1807, por la guerra de la Independencia.Alrededor de la ermita existen dieciocho tumbas antropomorfas datadas entre los siglos IX y XII.

Y volviendo al presente, elAyuntamiento de la localidad destinarálos 7.964 euros procedentesdel Fondo Estatal de Inversión Local a mejorar instalaciones y serviciospúblicos.