Datos
Tradiciones: El día de San Juan, patrón del municipio, es costumbre que todos los vecinos de la localidad salgan al campo a comer la tortilla, donde se reúnen con el resto de las familias del pueblo.
Gastronomía: Siempre ha tenido fama entre los vecinos la elaboración de rosquillas y florones, que aún se continúan realizando en las casas para consumo propio.
Patrimonio: Iglesia parroquial de San Juan y San Pablo, ermita de Santa Ana, museo de arte y costumbres populares. En las inmediaciones, la abadía de Párraces, de propiedad particular.
Fiestas: Nuestra Señora Santa Ana La Grande, el 27 de julio, que se une a la fiesta de Santiago Apóstol (25 de julio). También celebran las fiestas de San Juan en junio y San Pablo en julio.
Leyendas: Cuentan que un jerónimo salvó la imagen de Nuestra Señora de Párraces del saqueo desamortizador llevándola a la iglesia de Bercial, donde cuenta con luz encendida siempre durante el culto.
DESCRIPCIÓN
Un bercial era un campo abundante en una gramínea muy parecida al esparto, que también es conocida en otras partes de la península con los nombres de albardín, berceo o barceo. Por lo tanto queda bien claro en que se fijo el que puso el nombre a la villa de Bercial.
La Iglesia parroquial de Bercial se dedica a San Juan y San Pablo, y es un edificio barroco de dos naves separadas por columnas, sobre cuya cabecera se instala una cúpula ciega que aloja pinturas murales con los cuatro evangelistas. Dentro del templo podemos contemplar cinco retablos barrocos y neoclásicos, destacando el mayor que alberga imaginería de diferentes épocas, así como cuatro pinturas sobre tabla manieristas.
Si nos desplazamos a la parte Oeste del pueblo, también podemos contemplar la ermita barroca de santa Ana patrona de la villa, y si nos movemos por su término, a medio camino entre esta villa y Marugán localizaremos la que fuera importante abadía de Santa María Parraces (Caserío de Parraces), fundada en el siglo X, donde un grupo de canónigos segovianos seguidores de la regla de San Agustín se retiraron, fundando este importante cenobio. Posteriormente Felipe II la haría depender del Monasterio de El Escorial, por lo que los monjes jerónimos establecerían en Parraces un colegio y seminario. A través de su larga historia ha pasado por numerosas vicisitudes: extinción como abadía, pleitos, un incendio ha principios del siglo XVII, expolio en la 'francesada' y su correspondiente desamortización. Como consecuencia de todo ello, hoy veremos que esta abadía es caserío privado, dedicado a la agricultura y a la ganadería, donde todavía pueden verse - si lo permiten sus dueños - algunos vestigios de sus dos claustros (plateresco y barroco), la iglesia de origen románico con reformas barrocas, y el refectorio que conserva un buen artesonada y que ejerce como capilla.