Datos
Distancia a la capital: 26 kilómetros.
Supericie (en Km2): 26,40.
Altitud: 911metros.
Población: 133 habitantes.
Comarca: Tierras de Santa María la Real de Nieva.
Actividades principales: Agricultura y ganadería. Más de la mitad de la población está jubilada.
Leyendas: Hay quien cuenta, y es posible que más en broma que en leyenda, que los vivos colores del potro de herrar que se encuentra en una de las entradas de la localidad, ya en desuso, inspiró parte de la obra del pintor vanguardista holandés Piet Mondrian.
Gastronomía: Es tradición y conocido el orujo de Marazoleja, cuyo arte de destilación ha ido pasando de generación en generación a través de los alambiques propios en los hogares.
Patrimonio: Destacan la iglesia parroquial de San Juan Evangelista, con sun torre de estilo gótico tardío, así como el artesonado mudéjar interior. También es recomendable visitar la ermita de Santa Catalina y el municipio con sus tradicionales portadas en fachadas de viviendas, que datan del siglo XVIII, con sus inscripciones religiosas.
Fiestas: Santa Catalina de Siena (30 de abril y 1 de mayo); y San Juan Evangelista (27 de diciembre). La localidad también celebra una interesante Semana Cultural en verano.
DESCRIPCIÓN
El nombre de la villa de Marazoleja está bien claro que es un diminutivo de Marazuela, villa con la que hace linde su término. Dentro de él se localiza el despoblado de Redonda, que se ubicaba donde hoy se sitúa el caserío o granjería de Redonda el Viejo. Marazoleja perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia y al sexmo de la Trinidada, y según se cree fue repoblada por francos.
La iglesia parroquial de Marazoleja se dedica a San Juan Bautista y Santa Catalina y se localiza en frente de la calle “Pendencia” en un extremo del casco urbano del pueblo. Sobre el compacto edificio de su fábrica gótica con cabecera barroca, destaca la airosa estampa de su torre, de dos cuerpos que se remata con monumental chapitel de plomo y pizarra. Desde ella podemos dominar una de las mejores vistas sobre la relativamente próxima Sierra de Guadarrama.
La planta del templo se distribuye en tres naves separadas por pilares y sustentadas por arcos forneros. Todo el templo se cubre con armadura de madera, excepto la capilla mayor, destacando la de la nave central que es un impresionante artesonado mudéjar de limas ochavadas. A parte de esta cubierta, la iglesia cuenta con varios retablos de interés, destacando el mayor barroco con columnas salomónicas, entre las cuales se pueden verse varias pinturas sobre lienzo de los pintores segovianos Francisco Herranz y Luís Gomes, de finales del siglo XVII. A este retablo se unen otros dos en las naves laterales, dedicados al Santísimo Cristo y a la Inmaculada.
También a la entrada del pueblo y formando hoy parte del cementerio de la villa se localiza la ermita de santa Catalina.
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