Hérmedes de Cerrato

La cuesta hasta la fuente

Hérmedes de Cerrato recupera la zona de recreo de la arboleda, a los pies de la Mata Fombellida

Texto y fotografía de José Luis de Román González.

Panorámica de Hérmedes de Cerrato desde el alto de la Mata Fombellida, un roble centenario.

Desde la mata se ve todo más claro. Al pie del roble centenario, la vista alcanza y te lleva sobre el poblado, que a estas horas de la tarde quiere parecer una postal. Desde la Mata Fombellida, que así llaman los vecinos a este árbol, se aprecia al detalle la estructura de Hérmedes desparramándose por la colina hasta dar con el agua, con la fuente, probable origen del asentamiento de la localidad, que fue creciendo desde abajo, dejando en su expansión un rosario de calles de trazado singular y algo caótico para el visitante.

En lo alto, junto a la carretera, la plaza con la iglesia, y un poco más allá, la ermita al cementerio pegada. A medida que se desciende se van recogiendo las casas, que dejan un camino tan claro como empinado hasta el fondo de la vaguada.

Precisamente allí, entre lo más frondoso de la arboleda, se abre un fresco y sereno paraje de recreo en el que el Ayuntamiento ha volcado últimamente sus esfuerzos para recuperarlo y dotarlo de bancos, barbacoas y otros elementos que lo han convertido en una de las zonas de esparcimiento preferidas de los alrededores.
Y por si eso fuera poco, ahí arriba está ella, la mata, a la que se accede desde la arboleda por un camino que te lleva a la paramera.

Ese es otro de los lugares donde está previsto realizar una intervención, de forma que no tardando, el mirador natural que es hoy en día quede convertido en un observatorio más cómodo y accesible desde donde contemplar los alrededores.

Ha sido justo en ese sitio donde nos hemos encontrado con Ángel y su rebaño, quien nos explica cómo su padre, con 250 ovejas, sacó adelante a doce hijos, y cómo él, con 500, a duras penas ha conseguido dar carrera a sus dos hijas. Solamente por curiosidad, y hablando en pesetas, dice Ángel que la lana de una oveja vale 40, pero esquilarla cuesta 250. ¡Vaya negocio!

Ganadero y agricultor, con sus eras repletas de aperos, Hérmedes se encuentra verdaderamente a trasmano en medio del Cerrato, de ahí que mantenga la esperanza de que le arreglen la calzada hasta Cevico Navero, de forma que las distancias se hagan por lo menos más llevaderas.

Los duros inviernos vuelven su cara justo ahora en que los campos amarillean, y este lugar se repuebla y reabre sus casas con el verano en puertas. La mata, la arboleda recuerdan que merece la pena darse un paseo hasta aquí, para bajar la cuesta, en busca del agua, como la vez primera.

Una década de artistas anónimas

Los vecinos de Hérmedes esperan impacientes la construcción del nuevo centro cívico y social

Texto y fotografía de Soraya de las Sías

Las vecinas de Hérmedes muestran algunos trabajos de madera, cristal, espejo y estaño elaborados por ellas. / soraya de las sías

Como agua en mayo. Así esperan los vecinos de Hérmedes de Cerrato el nuevo centro cívico y social. Será la sede de la Asociación Cultural Santa Bárbara, de la que todos los vecinos son socios, incluso aquellos que emigraron en busca de trabajo y que regresan en vacaciones para reunirse con los suyos.

Las mujeres son sin duda quienes más echa de menos el centro, ya que desde que se cerró el anterior local no han podido continuar con los cursillos de manualidades que los Ceas organizan en Hérmedes desde hace diez años. Las clases se han convertido en algo más, en una reunión de amigas y de artistas anónimas con una hilera de ideas. Han elaborado todo tipo de adornos y utensilios cotidianos, desde espejos, lámparas, cuadros, figuras o abanicos hasta revisteros, bandejas o costureros.

Sus trabajos han servido como ornamentos o regalos para familiares y amigos. No han agotado ni su paciencia ni su creatividad, pero sí es cierto que solicitan nuevos cursos, de cocina o de costura.
Mientras, el Ayuntamiento ultima los preparativos para la construcción del centro, con el objetivo de que esté finalizado cuanto antes. «El edificio tendrá dos plantas. La primera, con un vestíbulo, una sala para cursillos y una cocina, por si las mujeres quieren realizar algún curso de repostería. La segunda planta será una gran sala para reuniones, exposiciones o alguna celebración, como la cena que organizamos por Santa Bárbara», explica el alcalde, Julio Manso Valdivieso, que apunta que el coste global de las obras y de la dotación de mobiliario ascenderá a 94.000 euros. «Tenemos concedida una ayuda de Adri Cerrato Palentino y esperamos conseguir alguna otra de las instituciones», agrega Manso Valdivieso.
Asimismo, el Ayuntamiento tiene previsto poner en marcha varios proyectos turísticos: un mirador en la Mata Fombellida y rutas de senderismo por el monte La Corte y la Dehesa. Quién sabe, quizás los turistas que se acerquen el próximo año a Hérmedes completen su paseo con una visita a la exposición de trabajos decorativos y manualidades.

Natividad Rojo Vecina	Evilia Pinto Vecina	Gloria Arroyo Vecina	Raquel Villahoz Vecina	Julia Encinas Vecina
«Los cursos deberían ser más largos y durar más de dos meses»	«Esperemos que el próximo año nos reunamos en el nuevo centro»	«Trabajar la madera es fácil, el estaño es quizá lo más laborioso»	«Lo que importa es reunirnos todas y pasar un rato entretenido»	«Hemos hecho de todo, desde cuadros hasta centros de flores»

Vistas centenarias

El Ayuntamiento promueve la construcción de un mirador junto a la conocida mata Fombellida

Texto y fotografía de Soraya de las Sías.

En el álbum de fotografías de Evilia Pinto encontramos una de las estampas que hablan del Cerrato: la de Ángel Rubio con su rebaño de ovejas pastando por el monte, cerca de la mata Fombellida.
En esta zona, dicen los lugareños, eran donde antaño, en la época de estío, los pastores de Hérmedes dejaban el ganado arreado para bajar al mediodía al casco urbano, para comer con la familia y disfrutar de un merecido descanso.

Una costumbre que en la actualidad no se estila. Quizás porque algunos pastores, como Ángel, ya se han jubilado. Tal vez porque las cinco cabañas de ganado de ovino que aún quedan en el pueblo no siguen los cánones de entonces. Porque, como con otras muchas cosas, las actividades van dejando atrás viejas manías.

Testigo de aquellas historias sobrevive la mata, seña de identidad para los hermedeños, visita obligada para los forasteros. Como reclamo, señalan que no se trata de un árbol cualquiera. Es un roble centenario que más de uno ha calificado en Internet como el segundo más antiguo de Castilla y León. Resta certificarlo. «Es un roble que impone por sus dimensiones. Su tronco, a poco más de un metro de altura, tiene un perímetro de cuatro metros. Además, proyecta una sombra de doscientos metros cuadrados», explica el alcalde, Julio Manso, que señala que recientemente ha recibido la visita de agentes forestales de la Junta para hacer una evaluación del árbol, «concluyendo que se encuentra muy sano, en perfectas condiciones».
Conscientes del atractivo que tiene para los amantes de la naturaleza, el Ayuntamiento ha promovido la construcción de un mirador junto a la mata Fombellida, a 900 metros de altitud. Se ha construido una plataforma con pared pedregosa y falta colocar la barandilla de madera y varias mesas y barbacoas para un área de descanso.
Los trabajos, que han contado con un presupuesto de 12.200 euros, sufragados por el grupo de acción local Adri Cerrato Palentino y el Ayuntamiento, está previsto que concluyan el próximo mes de mayo. «Si antes ya se acercaban muchos curiosos hasta esta zona, esperemos que con el mirador se multipliquen las visitas», señala el regidor, que anuncia que el proyecto de promoción se completará con la mejora de los accesos y con el diseño de rutas de senderismo por el monte La Dehesa, por la arboleda y la vega.

No son éstas las únicas bazas con las que cuenta el Consistorio para ganar la partida. Están pendientes de las obras de construcción del nuevo centro cívico.

El proyecto, también financiado por Adri, ha contado con una inversión de 90.000 euros para llevar a cabo la reconversión de un antiguo corral derruido en un centro que se convertirá en sede de la asociación cultural Santa Bárbara, y en centro de reuniones de los vecinos. «Era algo que hacía falta, para esas reuniones que organizamos en diciembre por Santa Bárbara o en San Juan, con motivo del homenaje a los mayores», señalan algunos vecinos.

Una esperanza de futuro depositada en proyectos culturales y turísticos y representada de manera simbólica en el nuevo olmo que se ha plantado en la plaza del árbol, junto a la iglesia. Para que un día, llegue a ser otro mirador con vistas centenarias.

Centros de Encuentro

El Ayuntamiento inauguró en octubre su nuevo centro cívico y espera reformar el bar en verano

Texto y fotografía de Eduardo Plaza.

El pasado 12 de octubre del 2007 Hérmedes de Cerrato vivía un día festivo, pero no por celebrarse el Día de la Hispanidad, aunque también, sino por la inauguración de su nuevo centro cívico. Esta nueva dotación es un orgullo para todos los vecinos, que a su vez son socios de la Asociación Santa Bárbara de la localidad, entidad que organiza diferentes actividades y ahora puede disponer de una instalación acorde a sus necesidades. Su financiación corrió a cargo de Adri Cerrato Palentino, que aportó el 60% de la obra (94.000 euros), la Diputación, el propio Ayuntamiento y Caja España.

Otra dependencia muy necesaria para el municipio es el bar, que dejó de funcionar hace dos años y va a ser reformado. «Los pueblos sin bar se mueren. Es importante que por lo menos haya un lugar para tomar café y reunirse», apunta el alcalde, Julio Manso. La obra ha sido concedida dentro de los Planes Provinciales y el Ayuntamiento ha solicitado su delegación a la Diputación con el fin de llevarla a cabo antes, concretamente en agosto o septiembre.

Otra de las necesidades del pueblo radica en la reparación del polideportivo municipal, formado por una pista para futbito y baloncesto, en la que se han levantado varios paños de hormigón, y un campo de fútbol, que requiere unas porterías nuevas. Y es que los jóvenes hermedeños -chicos y chicas- son amantes de la práctica deportiva, especialmente en los meses de verano. Precisamente, en esa época es cuando hay mayor aumento de la población, que como mínimo llega a doblarse. Por ejemplo, en la celebración del Día del Emigrante, que se organiza el 14 de agosto, llegan a reunirse entre 400 y 450 personas.

Oficina de farmacia

El Ayuntamiento se ha planteado la posible reforma de un viejo pajar municipal para convertirlo en una oficina de farmacia que sería puesta a disposición de un farmacéutico de la zona para que pudiera asistir a los pacientes de la villa. Una iniciativa no muy frecuente pensada para mejorar la calidad vital de los hermedeños.

Los eremitas del Cerrato

La ermita de Hérmedes es la única de la provincia que conserva vestigios de la época mozárabe

GONZALO ALCALDE CRESPO | HÉRMEDES DE CERRATO

La pequeña y mal comunicada población de Hérmedes de Cerrato también cuenta con una mata protectora, que como singular árbol totémico personaliza al lugar donde se ubica con el nombre de la Mata Fombellida. Con su soberbio porte, este centenario ejemplar de roble autóctono cerrateño nos recuerda que en otro tiempo hubo mucha más vegetación arbórea que ahora. Y eso que por muchos siglos el cercano Monte de la Dehesa prestó madera para atizar los hogares de Hérmedes o para ser cocida por los carboneros que por allí instalaban sus chindorros. Hoy, ya acondicionado su entorno como agradable mirador, la Mata Fombellida se ha convertido en un lugar de obligada visita para todo el que quiera acercarse a conocer este agradable rincón cerrateño.

Pero si lo que pretendemos es recorrer y visitar el recoleto y empinado caserío de la villa de Hérmedes de Cerrato, un buen punto de partida será la arboleda que se localiza en el estrecho cauce abierto por el arroyo de San Juan, que se sitúa a los pies de la ya mencionada mata y que ha sido adecuado como acogedor parque recreativo del pueblo.
Dicen los que saben de estas cosas que allí estuvo el origen del pueblo, pues en este pintoresco paraje se localizaba el viejo cenobio mozárabe de San Juan de los Eremitas del Cerrato, que terminaría dando nombre a la pobladura que se instaló a su alrededor. Algo de razón deben tener, pues hasta hace poco en esta parte bajera de la villa se ubicaba la antigua iglesia parroquial de la población, que se vino a la ruina. Por ello, se edificó en la parte alta del pueblo una nueva a mediados del siglo XX, cuya moderna fábrica de espadaña y hastial de piedra ocupa un buen espacio de la plaza del Árbol, aunque siga conservando su antigua advocación, pues está dedicada a San Juan Bautista.

Todo esto me lo cuenta Juventino, un afable y sabio hermedeño que se presta a acompañarme a pedir las llaves para visitar la joya artística que atesora esta pequeña población cerrateña, que es la singular ermita de la Virgen del Era.

Este pequeño templo está dedicado a la devoción popular. Y se trata del único edificio de la provincia de Palencia que conserva in situ vestigios artísticos de época mozárabe. Cuando lo visitemos, podremos admirar en la cabecera un perfecto arco triunfal de herradura, que se apoya sobre impostas de baquetones y nacelas, y que está conformado por 33 sillares perfectamente labrados. Algunos estudiosos han querido ver en ese número simbologías y alusiones cabalísticas, como los 33 años que vivió Jesucristo, los 33 años que tarda en realizarse el ciclo solar, los 33 años que estuvo en pie el templo de Salomón, los 33 años que estuvo cayendo maná del cielo o los 33 grados de la masonería.

Cábalas aparte y sin abandonar todavía esta pequeña ermita, veremos que acompañando a estos antiguos restos arquitectónicos y en la capilla que conforma una cúpula rebajada ciega se entroniza la sencilla imagen de la Virgen de la Era y el Niño. Y casi en la puerta de ingreso al templo también podremos contemplar un capitel también mozárabe, que todavía conserva restos de la pintura que lo embellecía y que se ve que posteriormente fue reutilizado como pila benditera.
Después de esta lección de arte, nos fuimos hasta el casi recién inaugurado teleclub de Hérmedes, donde habíamos quedado con su alcalde, Julio Manso Valdivieso. Amablemente, dejó de jugar la partida y nos informó de algunas mejoras que se van a llevar a cabo en el pueblo, como la urbanización de un par de calles, revestir algunos pilones del agua y mejorar el depósito.