Mi dulce mamá
Presentación Esteban, de 85 años, es madre de familia numerosa, ya que tuvo quince hijos, aunque solo viven doce
LEONOR RAMOS | PALENCIA.
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Presen, abajo a la izquierda, acompañada de parte de sus hijos y de dos nietos, con la iglesia de fondo, en un día de lluvia. :: LEONOR RAMOS |
¿Se imaginan una casa con más de doce niños corriendo por las habitaciones y jugando por cualquier rincón? Ahora, seguro que muchos lectores se han llevado las manos a la cabeza imaginándose la situación y pensando cómo podían los padres con ello, pero antiguamente era algo tan habitual que esta situación se repetía en más de una casa. El hogar de Presentación Esteban, de 85 años y nacida en Cevico Navero, era un hervidero de niños: tuvo en total 15 hijos, aunque hoy en día, y por diferentes circunstancias, viven solo 12 -siete chicos y cinco chicas-. «Soy madre de familia numerosa y de ello me siento muy orgullosa, porque hoy mis hijos y mis nietos -tiene 13- están muy unidos, y para mí eso es lo mejor que tengo», afirma.
Ella, junto a su marido, trabajó mucho para sacar adelante a su gran familia, y por fortuna contó con la ayuda de su madre y de una de sus hermanas soltera. «Cuando yo tenía que ir al campo para llevar a mi marido su almuerzo o cuando tenía que ir a lavar la ropa de los niños, mi madre o mi hermana se quedaban con ellos, porque si no, imagínate qué problema», asegura. El día, para ella, comenzaba a las siete de la mañana y terminaba cuando el último de sus hijos cerraba los ojos y se dormía.
Presen -como la conocen en Cevico Navero- tiene una mirada muy dulce y un carácter encantador. Pocas veces se enfada, y siempre ha sido y es una mujer con mucha paciencia. «Con mis hijos he tenido mucha paciencia y pocas veces les he tenido que dar, y cuando lo hacía... créame si le digo que me dolía más a mí que a ellos», apunta. Y dos de sus hijos, que están presentes durante la entrevista, lo corroboran. «Se ha portado siempre muy bien con nosotros, y realmente sí ha tenido mucha paciencia», dicen.
Se casó con 22 años, y al año siguiente ya tuvo a su primer hijo. «Mis hijos se llevan muy poco tiempo, los que más son dos años, y los demás, menos de un año, así que siempre había un bebé en casa», afirma. Por fortuna, y a medida que se iban haciendo mayores, podían ayudar a su madre en el cuidado de los más pequeños.
Bautizos sin mamá
Curiosamente, y es algo que hoy en día es prácticamente impensable, Presen no acudía a los bautizos de sus hijos. «Antaño, a los niños se les bautizaba con tres días de vida, y las madres nos teníamos que quedar en casa para cuidarnos y evitar caer enfermas para poder criarles», recuerda. «Me tenían 'presa' durante unos días sin poder salir de casa e iban los familiares al bautizo», y asegura que le ocurría a ella y a otros muchas mujeres. A los más pequeños, fueron los hermanos mayores los que les llevaron a bautizar. Además, jamás le atendió un médico en los partos y nunca tuvo ningún problema.
En su familia, hay todo tipo de profesiones: un periodista, una enfermera, un asistente social, una química, agricultores…, así que puede estar más que orgullosa de sus hijos. «Les dimos una buena educación a todos, porque queríamos que estudiasen y que fuesen algo en la vida, y lo hemos conseguido», apunta. Antes, había pocas ayudas a familias numerosas, pero Presen y su marido, con mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio, pudieron sacar a todos adelante.
Dos de sus hijos viven en la actualidad con ella, y prácticamente todos los fines de semana alguno de los que viven fuera van a visitarle. «Siempre hay gente en mi casa, y eso me encanta, aunque hoy por fortuna cuando vienen son ellos los que me atienden, porque a mí ya me cuesta», explica. Ha hecho grandes comidas para toda su familia, para sus sobrinos y también para todos los obreros que contrataban durante el verano para trabajar en el campo.
Es precioso tener una gran descendencia, como la de Presen, pero más bonito es saber que todos los hijos están unidos y que valoran mucho la familia, como les transmitieron siempre su padre y su madre. Junto a su hermana, dos años mayor que ella, visita diariamente a otra hermana, ya impedida. Ellas siempre están unidas, al igual que su amplia familia, un buen ejemplo hoy para otras muchas.
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