Cevico de la Torre

Dinamismo por los cuatro costados

Los jóvenes que se resisten a dejar el pueblo son uno de los valores de futuro para Cevico de la Torre/span>

Texto y fotografía de José Luis de Román González.

Cevico de la Torre desde la iglesia de San Martín, con la iglesia de Santa Ana en el centro del pueblo.

Cruzar por Cevico de la Torre nunca te deja indiferente. La carretera y calle mayor que te conduce por mitad del pueblo hace que poses la mirada

en sus rincones, en los soportales o en las empinadas escaleras que se abren entre las casas para subir a la iglesia de San Martín, que ha terminado de ser restaurada recientemente después de que se viniera abajo su bóveda meses atrás.

Situado en un cruce de caminos, Cevico de la Torre es una localidad dinámica. Además de una importante actividad agrícola y ganadera, cuenta con dos hornos de pan, una fábrica de quesos y una empresa de reciclaje de plásticos. Asimismo, se asienta en la localidad una residencia para mayores con ochenta plazas, que verá ampliada sus instalaciones en breve tras la construcción de una segunda fase.

Por otro lado, las distintas asociaciones que funcionan en el pueblo también dicen mucho acerca del dinamismo que se respira en Cevico, donde anualmente se celebra un mes cultural y deportivo, con campeonatos, recitales y exposiciones entre otras actividades que se llevan a cabo.

Dispone para ello de una de las zonas de recreo mejor cuidadas de la comarca, con polideportivo y piscinas junto a una amplia extensión de espacios verdes, los cuales se complementan con el entorno natural de la ermita de la Virgen del Rasedo, muy frecuentado por vecinos y visitantes durante los meses de buen tiempo.

Por otro lado, y como uno de los valores más alentadores para la localidad, está el gran número de jóvenes que residen en ella. «Afortunadamente la juventud se resiste a abandonar el pueblo», explica Eliseo Trejo, alcalde ceviqueño.

Con todo ello, las expectativas de futuro para Cevico de la Torre son muy esperanzadoras, y más si cabe con el esperado arreglo de la carretera a Dueñas.

De momento, entre los proyectos que sí serán pronto una realidad figuran la recuperación de los entornos de la iglesia de San Martín y de la fuente La Perantona, ubicada en uno de los montes cercanos.
Otra fuente, situada junto a la residencia, recuerda la generosidad que para con la localidad tuvo su vecino y benefactor
Pedro Monedero. Fuente que hoy llaman La Samaritana, adornada con una escultura traída en su día desde Francia. Su autor,
Albert Ernest Carrier-Belleuse (1824-1887) la llamó ‘Ninfa de la fuente’. Hoy, con el agua a sus pies, es sin duda el símbolo de gratitud de todo un pueblo.

Siguiendo los mismos pasos

El Ayuntamiento y los vecinos intentan impulsar la tradición de los danzantes del día del Corpus

Soraya de las Sías

Trasmitirlas de padres a hijos, de generación en generación. Es el modo más aplaudido para conservar las leyendas populares y tradiciones ancestrales que se originaron siglos atrás. Sin embargo, cada pueblo tiene una manera peculiar de mantenerlas en pie: unos se abrazan a la magia de lo legendario; otros, en el respeto a las costumbres.

A pesar de todo, son muchos los pueblos palentinos que han perdido esos hábitos y que ahora intentan recuperarlos o impulsarlos. Es lo que sucede en Cevico de la Torre, donde el Ayuntamiento, la parroquia y algunos vecinos quieren relanzar la tradición de los danzantes del día del Corpus. La fiesta se centra en la procesión que los fieles protagonizan en honor al Santísimo, precedida por un grupo de bailarines que, al son de las dulzainas y redobles del grupo de músicos Los Claveles, danzan durante todo el recorrido, especialmente en los altares adornados con flores instalados por las calles.

El primero de los bailarines y el que dirige la danza es el birria, que lleva un traje de paño muy colorido y porta en la mano una vara con una piel de cordero. Cuando el birria toca el silbato delante de un altar, los danzantes se giran y bailan una jota en honor al santo.

Uno de los birrias que organiza el baile del Corpus desde hace años es el propio alcalde, Eliseo Trejo, quien además se encarga de captar a niños y enseñarles a bailar las jotas. «Tras la Guerra Civil y los años posteriores, esta costumbre se perdió. Mi padre fue uno de los encargados de recuperarla de nuevo y yo sigo con la tradición. Es una pena que mucha gente por vinculaciones religiosas no quiera participar del pasado de su pueblo, asumiendo así el terrible riesgo de perder una fiesta tan emotiva», señala el regidor.

Al birria le siguen el mozo de la banda, con un pañuelo anudado en la cabeza, y los danzantes, que lucen una corona de flores en la cabeza, chambra blanca con una banda roja y una falda amarilla con varios cancanes y un tul trasparente.

Tras casi más de una hora de jotas, finalizan el recorrido en las escalinatas de la iglesia de Santa Ana, lo más emocionate y destacado de ver. «Dentro de la iglesia y en la misa también bailamos y es emocionante. Merece la pena verlo y vivirlo de cerca», agrega Trejo.

El pasado de hace siglos y el futuro de una fiesta cultural y turística S.S./PALENCIA     Grupo de danzantes de Cevico en la fiesta del Corpus del año 1937 / El Norte La concejal de Cultura de Cevico, Julia Zamora, afirma que hay documentos de cofradías que hacen referencia al traje de los danzantes en el año 1708, por lo que se podría poner la mano en el fuego de que esta tradición antiquísima tiene varios siglos. Entonces las normas decían que los danzantes eran niños. Ahora, ante la falta de pequeños que quieran bailar y con el anhelo de impulsar esta fiesta, el papel de danzantes está abierto también a mayores. No obstante, siempre se apunta algún niño para bailar jotas el día del Corpus, como es el caso de Marta Medina, Sonia Ferrera e Irene Rodríguez, que participan desde hace cuatro años en esta fiesta. Coinciden en señalar que las entusiasma vestir esos trajes y bailar por las calles, especialmente en las escaleras de la iglesia. Se saben de memoria cada paso de las jotas, pero cada mes de mayo se reúnen para ensayar con la idea de que salga perfecto. Hay padres que por diferentes motivos se han desvinculado de esta fiesta, arrastrando consigo a sus hijos. «La situación de cada uno es diferente, pero comprar el traje y preparar a los niños no es nada comparado con la emoción que te da verlos bailar», comenta la madre de Marta. El esfuerzo de estos ceviqueños convertidos en bailarines ha sido premiado en varias ocasiones. Los danzantes ganaron el certamen de danzas celebrado en Palencia en 1896. Tabién obtuvieron el galardón al traje de danza más antiguo o botarga que concedía la Diputación Provincial en 1982. El premio que le queda aún pendiente a Cevico es conseguir la involucración de los vecinos para impulsar esta fiesta y evitar que perezca en el olvido. «Nuestra intención es conseguir ayudas para editar trípticos de la localidad en los que se hable de los danzantes y promocionar esta celebración cultural y turísticamente», anuncia Julia Zamora. Quizás sea la única manera de que las historias de los abuelos sean las mismas que las que cuenten los niños ceviqueños en un futuro.

Poeta de sonidos

El sacerdote de Cevico, Elpidio Ruiz, ha sido uno de los promotores de la restauración del órgano barroco

Soraya de las Sías

‘Un río de turbia soledad’, ‘Cien robles al dolor curtidos’, ‘Versos a pandora’, ‘Los signos de la piedra’, ‘Donde el silencio lleva’ y ‘Esta esperanza’. Son sus libros publicados. Sus versos evocadores con los que ha cosechado premios y alabanzas a su carrera literaria. En ellos, Elpidio Ruiz Herrero escribe a la vida, irradiando sus experiencias y emociones, pero sin adentrarse en los pasajes personales de su particular mundo cerrateño.

Una deuda con su tierra natal que el poeta afrontó en el 2005, con la publicación de ‘Cevaveral’. El proyecto inicial contemplaba homenajear con las palabras su pueblo de nacimiento, Alba de Cerrato, pero, con el tiempo, se transformó en un reconocimiento a la comarca, a sus pueblos de adopción sentimental: Vertavillo, Valle o Cevico de la Torre, a donde llegó hace 24 años para encargarse de la comunidad parroquial como sacerdote titular. «Todo comenzó con poemas en los que recordaba mi infancia y juventud en Alba, de las anécdotas de la vara del profesor, que nos curtía a palos, de las jornadas de pesca de cangrejos en el arroyo, de las labores de la trilla en las eras, de los corrales y chozos de la Pedriza, de las excursiones en bicicleta al alto del Portillo o de las bodegas de la Mota. Cosinas de mi pueblo que añoraba desde la distancia que dibujan los años», señala Elpidio, que reconoce que las estampas que describía eran similares a las de las otras tres localidades , «a las que también he querido rendir tributo de alguna manera con versos sobre su patrimonio, sus costumbres o sus paisajes, que te dejan extasiado, que sirven de fuente de inspiración», agrega.

Extrovertidos
La nostalgia se funde en los poemarios con la necesidad de impulsar el orgullo cerrateño, de dar a conocer y promocionar los atractivos y recursos de la zona. «Esta comarca es una gran desconocida en toda la provincia. Durante años, a los cerrateños nos han considerado rudos y brutos, nos han catalogado de forma despectiva y peyorativa, cuando realmente lo que más llama la atención de los lugareños es su carácter acogedor, extrovertido y familiar», explica Elpidio, que regala elogios acompasados en rimas a la generosidad y tesón de los habitantes, «que siempre dan, pero cuando ven. Cuando ven compromisos y respuestas. Esto es fruto de la austeridad, del tesón con los que los agricultores han trabajado para sacar un alto rendimiento y producción a terrenos de mala calidad», concluye.

En este punto su faceta de poeta se fusiona con su encomiable labor de pregonero de las maravillas de su tierra y con su cargo de defensor del patrimonio y las tradiciones. No en vano, son muchos los ceviqueños que aprecian y agradecen el empeño que Elpidio ha mostrado para conseguir la restauración del órgano de la iglesia de San Martín.

Conciertos
«É l ha sido el principal culpable de que el viejo órgano de 1790, que se encontraba tan deteriorado, sea hoy en día uno de los atractivos del pueblo, un elemento fundamental en el desarrollo de los oficios litúrgicos y un reclamo para la oferta cultural», sentencia Julia Zamora, concejal de Cultura, que anuncia que el templo de San Martín acogerá varios conciertos en los próximos meses.

La historia se remonta al 2003, cuando se hundió una bóveda y el coro. «Aquello fue una bendición. No hay mal que por bien no venga. Si no se llega a caer la bóveda, el órgano todavía seguiría hoy sin restaurarse», explica Ruiz Herrero, que manifiesta que la rehabilitación que ha llevado a cabo el taller de organeros Acitores de Torquemada es digna de premios y halagos. «Del mismo modo, hay que aplaudir también la actitud de los ceviqueños. Han estado pendientes en todo momento, han colaborado económicamente con las instituciones públicas y entidades financieras. Han demostrado su compromiso con el pueblo. Algo que quedó reflejado el día de la inauguración, el pasado mes de julio, con una iglesia abarrotada», concluye.

Un día de estreno que contó con numerosa presencia de jóvenes, algo que llamó la atención al sacerdote y de los representantes municipales. «También acudieron muchos jóvenes a la visita que programamos desde el Ayuntamiento al taller de organeros para comprobar la minuciosa labor de restauración del instrumento y para disipar miedos y rumores de todos aquellos que temían que el órgano no regresara al pueblo», manifiesta Zamora, que aprovecha para invitar a todos los amantes de la música y el arte a visitar Cevico de la Torre y asistir al recital de poesía sonora que este poeta y sacerdote regala cada domingo.

Las aguas de la esperanza

Los ceviqueños, que honran estos días a la Virgen del Rasedo, confían en que el hotel balneario sea una realidad

Eduardo Plaza

‘Es probable que cuando usted, querido lector, lea estas líneas, aún esté a tiempo de acercarse hasta Cevico de la Torre y poder disfrutar de alguno de los actos programados con motivo de las fiestas en honor de la Virgen del Rasedo, que empezaron el pasado jueves y concluyen hoy. Precisamente en esta última jornada festiva los más pequeños podrán disfrutar en la Plaza de la Constitución con motos eléctricas y castillos hinchables a partir de las cinco y media de esta tarde. A las siete habrá una cita ineludible para los amantes del teatro en el salón de Caja España y a las nueve de la noche dará comienzo la verbena con la actuación del grupo 'Oro', que pondrá el broche final. A lo que ya no podrán llegar ustedes es a la gran chorizada que se repartió ayer en la Plaza del Mercado y a la que asistieron cientos de ceviqueños y visitantes que dieron buena cuenta de su sabor aprovechando el buen tiempo y la gratuidad del evento, que en estos casos, por qué no decirlo, a todos nos anima más.

Pero sin duda el principal acto de estas fiestas de Cevico es la romería que lleva a los ceviqueños hasta la ermita de la Virgen del Rasedo -situada a tres kilómetros- para honrar a su patrona con jotas castellanas y bailes populares, y disfrutar de un día campestre en el que se realizan todo tipo de actividades para mayores y pequeños como juegos tradicionales o gymkanas. Antes de partir en procesión hacia la ermita, se celebra por las calles de la localidad un desfile de carrozas que acompañan a la Virgen del Rasedo. Esta devoción y el buen ambiente reinante entre los vecinos hacen de estos días una atracción que, a buen seguro, no defraudará a los que se acerquen a conocerlas.

Dejando a un lado el ámbito festivo, Cevico de la Torre afronta el futuro con la ilusión y la esperanza puesta en el proyecto del hotel balneario 'Las Termas del Cerrato'. Se trata de una ambiciosa inicitiva que se basaría en las ricas y cálidas aguas termales -gozan de 37 grados de temperatura- que esconde el subsuelo de Cevico y su comarca. El proyecto goza de todos los permisos pertinentes expedidos por la Confederación Hidrográfica del Duero y la Junta de Castilla y León (Medio Ambiente y Urbanismo), por lo que sólo falta la presentación de la ejecución del mismo y la licencia municipal, que sólo sería un mero trámite. El complejo dispondría de un hotel de 5 estrellas con 118 habitaciones y 136 apartahoteles, un campo de golf de 18 hoyos y un balneario, cuyas referidas aguas, son especialmente recomendables para hidromasajes y el tratamiento de diferentes afecciones. Amén de todo ello, lo más beneficioso para Cevico y todo el Cerrato serían los empleos, entre 70 y 75, que aproximadamente se generarían.

Junto a este ilusionante macroproyecto para toda la comarca, el Consistorio ceviqueño prevé convertir el antiguo matadero en un gimnasio público, recuperar los entornos de la parroquia de San Martín para converirlos en mirador y cubrir el frontón. Ojalá todo ello sea pronto una realidad.

Una villa señorial y un cura poeta

Los ceviqueños, que honran estos días a la Virgen del Rasedo, confían en que el hotel balneario sea una realidad

GONZALO ALCALDE CRESPO | CEVICO DE LA TORRE

Llegue por donde llegue el viajero a Cevico, al aproximarse a él rápidamente encontrará explicación a su nombre. Sobre el caserío de la villa verá destacar la altiva y airosa torre -que le nombra- de su iglesia parroquial de San Martín, aunque realmente lo de la torre no hace referencia a ese monumental campanario, sino más bien a una torre fortificada que existía en ese mismo lugar y que fue mandada derribar en tiempos del rey Alfonso X el Sabio, razón por la que todavía figura tal emblema en su escudo municipal.

Cuando entrábamos en Cevico de la Torre, un rebaño de nubes de algodón dejaban filtrar una suave luz que inundaba uno de los paisajes cerrateños más auténticos, los mismos que se pueden ver desde cualquier punto alto del pueblo, pues una buena parte de su caserío se instala en la falda de una cuesta, donde seguramente encontró sus orígenes el más antiguo pueblo.

Hoy, Cevico muestra un aspecto casi impoluto. Calles y plazuelas perfectamente limpias y ajardinadas. Entornos urbanos peatonalizados y un gran número de viviendas rehabilitadas y mejoradas, algunas hasta respetando las formas, colores y volúmenes de lo que fue la arquitectura tradicional cerrateña.

Y es que Cevico de la Torre fue y es una de las grandes villas señoriales de la antigua Merindad del Cerrato castellano. Por allí tuvieron casa, y por algo sería, los duques de Arcos y Nájera, Oñate, Aguirre, Monedero, Salas y Nieto, conservándose por algunas fachadas del pueblo restos de sus emblemas heráldicos, así como memoria de que tuvo una aljama judía, lo que quiere decir que por aquel lugar se movían, ganados, dineros y mercaderías.

Por contarles algo de lo que la historia y el tiempo ha dejado regado por esta importante villa cerrateña, inicio el ascenso de los más de ochenta escalones que me llevan hasta el atrio-mirador de la iglesia parroquial de San Martín, que recuerdo que todos los años el día del Corpus también suben, pero bailando, los danzantes de Cevico, acompañados de redobles y dulzainas.

Cuando llego allí con la lengua fuera, me entero de que se está celebrando una misa mayor, pues se despide como párroco de la villa Elpidio Ruiz, un hombre al que conozco y respeto desde hace años. Un cura y poeta, cuya sensibilidad no se ha quedado sólo en la espiritualidad religiosa de su vocación pastoral, sino que ha descendido hasta lo más recóndito del alma y sustancia humana. Léanle los que no le hayan leído, pues ya verán como por sus versos se intuyen las voces ya apagadas de Fray Luis de León, Sor Juana Inés de la Cruz, además de Alexandre, DŽOrs, Unamuno y otros que me callo.

Cuando acaba el acto religioso y cariñoso al que ha acudido toda su feligresía, me entrevisto con él. Elpidio agradece mi presencia, aunque le digo que ha sido casualidad y sorpresa, pues no creía que reuniese ya los años para jubilarse. Me confirma que ha estado 35 años ejerciendo su labor sacerdotal, y que en ellos ha bautizado a más de 300 criaturas, ha casado a 150 parejas y ha enterrado -y eso es lo más triste- a 400 personas.

Le pregunto qué va hacer a partir de ahora, y me dice que ordenar sus escritos, publicar algunas cosas que tiene pendientes, y colaborar todo lo que pueda con los compañeros párrocos de la zona.

El alcalde de Cevico, Eliseo Trejo Fombellida, que está presente en la entrevista, me confirma que le han dedicado un concierto homenaje en el que intervendrá el soberbio órgano barroco con que cuenta -entre otras importantes obras de arte- esta parroquia de San Martín de Cevico, en cuya perseverancia para su restauración mucho ha tenido que ver este entrañable cerrateño, cura párroco y buen poeta. «Estoy cavando a solas / esta tierra empapada de recuerdos...» (de 'En desnudez de espigas', de Elpidio Ruiz Herrero).