Cedillo de la Torre

Desde lo alto de la torre

Cedillo de la Torre vincula su futuro a la evolución de la comarca, que se divisa desde lo alto del campanario

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Una estrecha escalera de caracol desgastada por el uso asciende por la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Entre el hueco de las campanas, el paisaje acaba donde alcanza la vista. Los tejados de Campo de San Pedro, Bercimuel o Cilleruelo de San Mamés aparecen ante los ojos desde lo alto de un campanario cuyos orígenes parecen tener una clara misión defensiva.

Ahora la torre, junto a la que se construyó posteriormente la iglesia, forma un atractivo conjunto que le hace merecedor del calificativo de Bien de Interés Cultural. Toda una joya arquitectónica que entremezcla detalles de diferentes estilos, «según dicen porque este pueblo tenía posibilidades económicas suficientes como para permitirse el lujo de adaptar ciertas zonas a las modas que iban surgiendo», apunta el alcalde, Fernando García. Incluso el artesonado de la nave central se llevó a la capilla del Alcázar después de que un fuego asolase la fortaleza en 1862.

No tienen el mismo valor que la iglesia o su esbelta torre, pero los viejos bolos de madera, las medidas de aceite, la antigua caja de caudales del Ayuntamiento, la rueca, el fuelle... que se conservan en el pequeño museo etnográfico ubicado en una de las salas del templo de Cedillo de la Torre son también una auténtica joya que merece la pena contemplar con detenimiento.

Los restos de una calzada medieval, de una conducción de agua desde la sierra de Pradales, el aljibe ‘La Calzada’, el trinquete y las ruinas de la ermita de San Miguel son otros de los atractivos de este pequeño pueblo, que ve en el turismo rural una vía de escape hacia el futuro, aunque Fernando García Moreno tiene claro que la evolución de la localidad está íntimamente ligada al desarrollo de la comarca. «Creo que en el pueblo los proyectos de vida a corto o medio plazo son comarcales, si la comarca no tiene incentivos, está claro que este pueblo podrá mantenerse más o menos, pero no podrá despegar». «La visión que tenemos ahora de población no es tan individualista como se tenía hace unos años, ahora es más de comarca, por eso no la vemos mal», añade el regidor, consciente de que «la regeneración poblacional por nacimiento la vemos muy complicada» ante la escasez de niños, pero optimista con un futuro que «no vemos tan mal. Hemos pasado una etapa con una visión de futuro mucho peor que en la que estamos».

La creación de puestos de trabajo en la comarca Nordeste, la más despoblada de la provincia, sobre todo en los sectores de la construcción y el turismo, alienta las posibilidades de contener el descenso de población, aunque los empresarios se encuentran con el problema de la falta de mano de obra en el medio rural, habituado durante años a emigrar en busca de un empleo.

De regreso

Ahora esa emigración que hace unas décadas aceleró la despoblación del medio rural comienza a pagar su deuda y Cedillo de la Torre ha logrado en unos años incrementar el padrón gracias a quienes, una vez jubilados, regresan al pueblo. El alcalde es consciente de que esta no es la solución para mantener con vida la localidad, pero es la mejor baza que ahora puede jugar, una vez que los gloriosos años en los que la escuela del pueblo tenía sesenta niños de 6 a 14 años son imposibles de alcanzar.

La construcción de nuevas casas navega a buen ritmo, los proyectos se agolpan en el Ayuntamiento y el futuro comienza a verse menos negro en Cedillo de la Torre, que aún debe trabajar duro para dotar al pueblo de servicios básicos como la renovación de la deteriorada red de abastecimiento o el asfaltado de la mitad de sus calles, todavía de arena. «Una vez que se recupere el pueblo y se dote de servicios, podremos pensar en otros proyectos», advierte el alcalde, optimista con el porvenir, pero consciente de las dificultades que supone sacar a flote un pueblo de 120 habitantes. «Nos tienen un poco como al lince ibérico, como especies en peligro de extinción».

Bailes y muchas fiestas

Cedillo de la Torre, con gran tradición festiva, continúa celebrando numerosos festejos durante todo el año

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Siempre ha sido un pueblo en el que se han celebrado casi todas las fiestas, las oficiales y las que suponían algo especial. Incluso recuerdan que antes se festejaban los Carnavales cuando estas fechas no contaban con el beneplácito oficial. Ahora las fiestas también se suceden durante todo el año en Cedillo de la Torre, aunque en menor número y con usos diferentes.

El calendario comienza con Santa Águeda el primer fin de semana de febrero. La fiesta de las mujeres que por la tarde también da cabida a los varones en la merienda. Pero antes las celebraciones son exclusivamente femeninas, con un protagonismo especial para la alcaldesa, la alguacila y la secretaria, que tras la procesión ofrecen al resto los dulces que han preparado.

En marzo o abril, la Semana Santa sigue siendo una fecha especial, pero ya no tiene tantos actos como antes y el fervor se ha perdido un poco. La falta de sacerdotes para oficiar todos los actos también ha influido a la hora de deslucir unos días que antes tenían gran repercusión en la zona para ver procesionar al Cristo del Crucero, al Cristo Yacente el Viernes Santo, oir la Salve o la emotiva y peculiar canción que sonaba el Sábado Santo. Todavía siguen siendo días destacados, pero han perdido parte de la esencia de antaño.

En mayo, la junta agropecuaria local celebra con un vino para todos los vecinos San Isidro. Y en julio, la Virgen del Carmen ha vuelto a ser honrada ente año tras unos sin celebraciones en la fiesta que, en principio, fue de los quintos y luego pasaron a organizar los jóvenes.

Ya en agosto llegan las fiestas mayores, la de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque. Tras la semana cultural previa, las dianas, la ofrenda floral y alguna actuación marcan la víspera, que da pie al día grande, el 15. La dulzaina y el tamboril recorren las calles en busca de la corporación, que se adentra en la iglesia para la Eucaristía y la posterior procesión. Y por la noche, dos veladas. Primero una en torno a las diez de la noche con bailes de salón para los mayores y luego otra hasta altas horas de la madrugada dirigida a los más jóvenes.

Y es que el baile es una parte importante de las fiestas en Cedillo de la Torre, que en sustitución de los bailes con traje regional con que hace años se ataviaban los cedillanos para acudir a la procesión de San Roque, el 16 de agosto, ahora ofrece un baile-vermú en la plaza tras la misa al que alguno, desafiando las elevadas temperaturas de esas fechas, también se atreve a ir con manteo. Para poner el punto y final a los festejos, otra velada.

Asociación
Además de fiestas, la asociación cultural San Juan se encarga de mantener la actividad el resto del año, en colaboración con el Ayuntamiento. La semana cultural previa a las fiestas patronales, las actuaciones de Navidad, colaborar en la fiesta de Santa Águeda, celebrar el día del árbol, limpiar zonas del pueblo, llevar a cabo plantaciones y organizar alguna excursión entra dentro de las actividades del colectivo que ahora cuenta con unos ochenta socios, pero que en sus años más gloriosos llegó hasta los 350.

El museo etnográfico muestra piezas de la historia del pueblo Isabel Jimeno.     Algunas piezas que se pueden observar en el museo etnográfico de Cedillo de la Torre. / Isabel jimeno Es toda una joya por fuera y también por dentro. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cuya torre, con un origen claramente defensivo sobre el que posteriormente se construyó el resto del templo, merece el calificativo de Bien de Interés Cultural, también esconde otro tesoro en su interior: el museo etnológico. Gente con iniciativa y ganas de trabajar y el apoyo de los sacerdotes que hace diez años había en Cedillo de la Torre impulsaron el proyecto, llevado a cabo a través de la Asociación Centro Histórico. Primero, se habilitó el local en una de las salas del templo con trabajo y apoyo económico de particulares, empresas y administraciones, y después se llenó con un sin fin de curiosos objetos que repasan la historia del municipio. Donaciones, cesiones u objetos de la propia iglesia componen este regreso al pasado que no tardó en completarse gracias a la colaboración de los cedillanos. Unas telas funerarias, restos de cerámicas celtibéricas y romanas encontradas en el término municipal y hachas y puntas de lanzas de la Prehistoria suponen los objetos más antiguos que se pueden contemplar en el museo etnológico de Cedillo de la Torre. Junto a ellos, otros curiosos objetos. Para los pequeños quizá desconocidos y para los más mayores una excusa para la nostalgia. Aperos de labranza, la vieja caja de caudales del Ayuntamiento, herramientas para tejer, material de escuela como pupitres, estuches o plumas, pesos y medidas de la vieja tienda, unos viejos bolos de madera y atuendos de la indumentaria de los antepasados decoran las paredes y vitrinas de este completo espacio que hace echar la vista al pasado. Y además de su bella y esbelta torre o el museo, Cedillo de la Torre también ofrece la posibilidad de contemplar un trinquete (viejo frontón) muy bien conservado, restos arqueológicos celtibéricos y visigodos, las ruinas de la ermita de San Juan –única en la provincia por su orientación y ubicación– y de la de San Miguel o pasear entre la tranquilidad que se respira en el monte de encinas, quejigos y sabinas.

Un recuerdo imborrable

Cedillo de la Torre, con gran tradición festiva, continúa celebrando numerosos festejos durante todo el año

Isabel Jimeno.

Es un orgullo para todos los cedillanos. Declarada Monumento Histórico Artístico, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es uno de los mayores tesoros que conserva Cedillo de la Torre, y eso que ha perdido parte del encanto que tuvo en el pasado. Aún así, luce esbelta entre el caserío de la localidad, sobre el que sobresale su espigada torre con un origen claramente defensivo junto a la que, al parecer, se construyó adosado el templo.

Y es que la torre constituye un privilegiado mirador desde el que contemplar y, en otro tiempo pasado, vigilar, el entorno de Cedillo de la Torre. Hoy es una de las más altas de la provincia de Segovia, pero llegó incluso a tener más altura.

Según cuentan, hace años parte de la torre se hundió. «Dicen que con la piedra que quitaron hicieron una casa. Fíjate si era alta», apunta Aurora, una veterana cedillana que siempre escuchó hablar de la historia pasada de la iglesia, esa que ha vivido mil y un avatares e intervenciones que le confieren el aspecto actual. Templo de origen románico, con el paso del tiempo fue incorporando elementos de otros estilos hasta llegar al barroco del siglo XVIII, época de la que cuenta con varios retablos, mientras que las capillas laterales son de traza gótica.

En 1950

También elementos mudéjares llegaron a decorar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción hasta no hace mucho tiempo. De hecho, en el pueblo, los más veteranos no olvidan el momento en que su templo quedó desprovisto de una de sus mayores joyas: el artesonado mudéjar.

«¡ Cómo no me voy a acordar! No se me olvidará», exclama Aurora. «Vinieron los militares a por ello», añade esta cedillana, que guarda en su memoria aquellos días. Y es que los vecinos de Cedillo de la Torre no olvidan y, en parte, tampoco perdonan, cómo hace más de medio siglo el bello artesonado dejó de adornar la iglesia de su pueblo.

Ahora, sólo les queda presumir cada vez que van al Alcázar de Segovia de que el artesonado que desde 1950 luce la Capilla Real de la fortaleza –que sufrió un incendió en 1862 que acabó con sus techumbres- es el que durante siglos estuvo en la iglesia de Cedillo de la Torre.

Un verano muy cultural

Además de las fiestas, los vecinos acaban de disfrutar de variadas actividades

MÓNICA RICO

Con la llegada del verano y especialmente del mes de agosto, los municipios de toda la provincia se llenan de vida. Este también es el caso de Cedillo de la Torre, que ve aumentar su población y sus actividades, con el desarrollo de la semana cultural y las fiestas patronales, que se han desarrollado desde el sábado 7 de agosto hasta el pasado lunes día 16 y aún continuarán el día 28 de este mismo mes, fecha en la que se ha programado una excursión a la localidad zamorana de Toro.

El deporte ha jugado un papel importante durante estas jornadas, en las que se han desarrollado campeonatos de frontenis, de badminton o de ping pong.
Los más pequeños han tenido su espacio también a través de talleres, como el de barro o el de pintura de sus propias zapatillas, que consiguieron la diversión y la creatividad de los niños de la localidad.

Ellos mismos también pudieron disfrutar mediante una excursión en bicicleta, con merienda en la cueva de la hoz, juegos infantiles durante distintas jornadas y otra llena de actividades hinchables para su diversión.

Campeonatos de brisca, bolos, rana, mus o chita hicieron recordar a muchos los juegos de antes, mezclando tradición y actualidad. Además, también durante varios días se realizaron juegos para mayores, como las sillas, la escoba, la comba o el pañuelo.

La víspera de las fiestas, el pasado sábado, también fue una jornada muy animada, especialmente durante la noche, tras la entrega de premios de los torneos. La música comenzó con baile de charanga en la plaza, y continuó con el festival 'Ovejorock 2010' que contó con la participación de diversos grupos que llenaron las calles del mejor rock hasta altas horas de la madrugada.

Las jornadas del domingo y lunes, dedicadas a Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, fueron las que albergaron los actos litúrgicos, como misas y procesiones, aunque en estos días tampoco faltó la música, animando tanto el vermú como la tarde y las veladas.

La programación del mes de agosto se completa con un viaje a conocer la zamorana ciudad de Toro y los alrededores del río Duero.

A pesar que en agosto parece producirse un parón en la actividad diaria, las obras, mejoras y servicios continúan. La última actualidad del municipio pasa por el nuevo equipamiento con el que se ha dotado al Centro Social, donde muchos de los habitantes del municipio pasan su tiempo de ocio durante todo el año, por lo que la iniciativa pretende dar un mejor servicio a los ciudadanos.

Ahora el Centro Social de Cedillo de la Torre es más accesible, ya que en la plaza Mayor se ha instalado una rampa, para que las personas con dificultades también puedan disfrutar de las instalaciones. Continuando con las mejoras de accesibilidad, se han acondicionado los baños para que puedan ser utilizados por personas con minusvalías. También se han realizado mejoras en lo que respecta al servicio de calefacción, al del agua corriente y el suelo.
El nuevo equipamiento incluye distintos aparatos de gimnasia, como bicicletas o andadores, con el fin de no descuidar a todos los vecinos y que las personas mayores también puedan disfrutar de las instalaciones realizando sus ejercicios.

En los últimos meses también cabe destacar el cambio del alumbrado público y la instalación de nuevas farolas con luminarias de bajo consumo. A ello hay que sumar que en los últimos años se ha llevado a cabo una amplia renovación de redes en el municipio, así como el acondicionamiento del pavimentado de gran parte del municipio. Entre las últimas obras de este tipo destacar las que se han llevado a cabo en la plaza Mayor y en la del Pez.