Aldealengua de Santa María

Cimientos de piedra para consolidar el futuro

Aldealengua de Santa María intenta aprovechar su enclave cercano a núcleos más conocidos para potenciar el turismo

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

A medio camino entre las villas medievales de Ayllón y Maderuelo, pegado al pantano de Linares y al borde del Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, que también baña su término, Aldealengua de Santa María intenta explotar su estratégico enclave para hacer el turismo rural un medio de vida que asegure la pervivencia del pueblo.

El sector comienza a despegar con una casa rural en marcha, una posada rural en construcción y el proyecto para la construcción de un centro de turismo rural. «No es que el turismo sea el futuro, sino que la gente quiere salir de Madrid y se intenta apoyar eso», apunta la alcaldesa, Justa Lucía de Marcos Arranz, que hace seis años salió de la capital y ya ha fijado su residencia en Aldealengua de Santa María.

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y las alamedas y choperas junto al río Riaza son dos de los principales atractivos de este pueblo construido en piedra. La pintura y el cemento comienzan a despegarse de las fachadas, que recuperan su aspecto original, y las nuevas construcciones se muestran respetuosas con las antiguas, haciendo de Aldealengua de Santa María un pueblo de piedra.

Pero en la localidad son conscientes de que el futuro no depende solo de sus iniciativas, sino que la clave del éxito radica en ofrecer un producto que también englobe otros productos del entorno. «Las zonas tan alejadas y tan despobladas no debemos defendernos un municipio solo», advierte la regidor, consciente de que «las instalaciones de turismo rural que hay aquí no venden solo el pueblo, sino que también ofrecen Maderuelo, que está aquí al lado, Ayllón, el Parque Natural de las Hoces del Río Riaza y el Duratón; y también se ofertan cosas de Soria, Burgos y Guadalajara, la ruta de los vinos de Aranda de Duero…». Y es que su privilegiado enclave, cercano de otros lugares también atractivos de cara al turismo, y la tranquilidad de un pueblo de menos de cien habitantes, hacen que Aldealengua de Santa María tenga buenas expectativas para que el turismo rural se convierta en un nuevo pilar económico.

Trabajo y habitantes

Por ahora, las tradicionales agricultura y ganadería, todavía presentes, han dejado paso a la construcción, la principal base de la economía del municipio. Es en este sector donde se ofrecen puestos de trabajo a los jóvenes interesados en trasladarse a vivir a Aldealengua de Santa María, que ya trabaja en la rehabilitación de edificios en desuso como la antigua casa de la maestra o las escuelas para su conversión en viviendas de alquiler para parejas jóvenes, preferiblemente con niños, que ayuden a incrementar el padrón.

Por ahora la iniciativa está dando resultado y en el último año el censo ha experimentado un ligero incremento, sobre todo gracias a la llegada de inmigrantes con hijos que además contribuyen a aumentar la población infantil, que ya comienza a crecer en Aldealengua de Santa María.

Días de alegría

Una sardinada en el soto pone mañana fin a las fiestas de Aldealengua de Santa María en honor de San Roque

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Comienzan las celebraciones y no paran. De hecho, hoy es la jornada central de las fiestas en Aldealengua de Santa María. Primero San Roque el 16 de agosto, después San Roquillo un día después y para finalizar, el 18, otro día de fiesta que en el pueblo denominan ‘el perrillo’. Así, tres días de fiesta continuos en los que las tranquilas calles de la localidad se llenan de gente y alboroto.
El sonido de las dianas y pasacalles anunció ayer que comienzan los días grandes en Aldelengua de Santa María. Después, momento para honrar al patrón, San Roque, que tras la Eucaristía salió en procesión por las calles del pueblo. Juegos por la tarde y después el primer pase de la orquesta para abrir apetito antes de cenar. Con el estómago lleno y una vez repuestas las energías para poder aguantar, otra vez comenzaron los acordes del grupo musical, que se prolongaron hasta esta madrugada.
Hoy Aldealengua de Santa María también se ha despertado con aroma de fiesta. Por la tarde, la actividad se trasladará al Soto para disfrutar con los talleres de arcilla, reciclado de papel o manipulado del barro que desde hace unos años contrata el Ayuntamiento para animar la jornada por San Roquillo, antes de la nueva velada.
Ya mañana llega el momento de la despedida con una jornada de convivencia por la tarde. En el Soto, junto al río que surca el término, a la agradable sombra que proporcionan los árboles, los vecinos se reúnen para degustar las sardinas asadas que ofrece el Ayuntamiento. Aunque es el Consistorio el encargado de organizar la multitudinaria merienda, los vecinos también colaboran para sufragar los gastos con el donativo que dos días antes entregaron durante el pasacalles musical que anunció que Aldelengua de Santa María está de fiesta.
El sonido de la dulzaina anima la agradable estancia. De grupo en grupo de amigos o familiares, la música se va trasladando por el Soto para acompañar a las cerca de doscientas personas que allí se congregan en la degustación de las típicas sardinas. Después, las conversaciones. Y es que una cierta tristeza ronda sobre las cabezas de los vecinos al ver que las fiestas tocan a su fin.
Sagrado Corazón
Es el punto y final a las fiestas mayores, aunque estas no son las únicas que se celebran en Aldealengua de Santa María, que el último fin de semana de junio hacen posible que otra vez el gentío regrese con motivo de las fiestas del Sagrado Corazón, con algo menos de actividad que las de agosto.

'Sopillas' de fiesta

El Ayuntamiento de Aldealengua daba vino en los 'Cabildos' que hacían en San Isidro y la Pascua

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

El vino era un elemento fundamental en las celebraciones de antes en este pueblo segoviano. Junto a la música, que tampoco falta en Aldealengua de Santa María de la mano de 'Los Cabreras', la familia de dulzaineros naturales del municipio muy conocidos en toda la zona que animaban las celebraciones de su pueblo y de otros muchos de alrededor.

Impulsados por la ya desaparecida Hermandad de la Vera Cruz, integrada por la mayoría de los agricultores de este municipio de nordeste de la provincia de Segovia, en Aldealengua de Santa María celebraban hace años los conocidos como 'Cabildos'. Así llamaban a la reunión que al final de la tarde congregaba a los hombres del pueblo en el salón del Ayuntamiento.

Era la particular forma que tenían en la localidad de celebrar días significativos como San Isidro Labrador y, sobre todo, las Pascuas. Una vez acabadas las tareas en el campo, con las últimas horas de luz, los varones del pueblo acudían cada uno con su merienda a celebrar el 'cabildo' en el local de la Casa Consistorial. Y allí, el Ayuntamiento les servía todo el vino que quisieran para celebrar estas fechas señaladas.

Hermandad

Pero con el fin de la Hermandad de la Ver Cruz y el descenso y envejecimiento de población, se fue perdiendo esta tradición que los más veteranos del lugar recuerdan.

Tampoco faltaba el vino en el resto de fiestas y en las bodas. Y es que estaba muy arraigada la costumbre de comer 'sopillas', como así llaman en Aldealengua de Santa María a la torta sobada que mojaban en vino.

Aunque ya no es tan habitual como antes, todavía el día de San Roquillo, el 17 de agosto, las 'sopillas' animan la fiesta. E incluso hay quien se resiste a olvidar aquellos usos de tiempos pasados y, de vez en cuando, se sigue haciéndose sus 'sopillas'. «Yo todavía me lo echo», comenta Fernando. «Y con el pan duro, mejor», añade Serafín, otro de los vecinos de Aldealengua de Santa María que recuerda lo bueno que sabía siempre degustar esta preparación reservada a las fiestas.

Habitantes de otros lugares

Aldealengua de Santa María alquilará dos casas municipales a jóvenes que se asienten en este municipio con un elevado índice de extranjeros

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

«Lo primero que te preguntan cuando vas a pedir es cuántos censados tienes y ya te han hecho polvo», lamenta Ángel Miguel Asenjo. Y es que aunque en los últimos años la población logra mantenerse, lo cierto es que el número de habitantes de Aldealengua de Santa María continúa siendo bajo. Menos de un centenar de personas integran el padrón de esta pequeña localidad del nordeste. La progresiva llegada de extranjeros ha contribuido en buena medida a estabilizar las cifras de población. De hecho, aunque en términos absolutos los números son bajos, Aldealengua de Santa María es uno de los pueblos de Segovia con mayor porcentaje de foráneos entre sus habitantes. Cerca del 30% proceden de otros países.

Aunque la media de edad de la población que vive en el municipio es elevada, la cuantía de menores también es importante. Una docena de escolares cogen cada día el transporte para ir a clase a la cercana Ayllón, y es que hace años que el colegio cerró sus puertas en este pueblo, aunque últimamente la presencia de niños se ha incrementado gracias a la llegada de los pequeños de otros países y también a los hijos de los matrimonios jóvenes que se quedan a vivir en un pueblo que, poco a poco, va recuperando su aspecto tradicional de fachadas de piedra.

Conseguir más población es uno de los objetivos del Ayuntamiento, que pretende recuperar dos casas municipales para ponerlas en alquiler «para que vengan jóvenes». Pero las obras se harán, como todas, «cuando haya dinero», apunta el regidor. Y es que la falta de recursos condiciona la ejecución de otrasiniciativas, como el arreglo de los caminos rurales, un paseo para que caminen los vecinos o instalar un sistema de depuración de las aguas que vierten al río Riaza. Limpiar y encauzar el río es otro de los proyectos. Lo que sí se hará porque ya cuentan con la subvención necesaria es acometer una nueva fase más de la renovación de la vieja red de abastecimiento de uralita y plomo por otra de mejores materiales que acabe con las fugas.

A la vez se van haciendo obras que ayudan a mejorar la imagen de Aldealegua, como reformar los parques, poner más plantas u ordenar la numeración de las casas.

Poner una antena de telefonía móvil que mejore la cobertura es otra de las actuaciones que se llevará a cabo. También está mejorando la comunicación por fijo, gracias a la sustitución de la vieja tecnología TRAC por otra inalámbrica. Ha experimentado mejorías el transporte gracias al servicio a la demanda, casi la única manera de salir del pueblo sin vehículo privado, pues sólo hay un servicio que conecta con Madrid «pero hay que llamar y te ponen pegas», lamenta una vecina.

Tradiciones y tranquilidad

Aldealengua de Santa María conserva en sus calles numerosos ejemplos de construcciones tradicionales

ELENA RUBIO ARAGONESES

Vista de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y de parte del caserío. / ELENA RUBIO

En el nordeste de la provincia, haciendo frontera con la provincia de Soria, se encuentra Aldealengua de Santa María. Una localidad que se localiza a pie de la carretera C-114 pero cuyas casas se extienden poco a poco subiendo un pequeño otero situado a unos 1.000 metros de altitud. Precisamente en la parte más alta del municipio se encuentra la iglesia dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. Se trata de un templo de origen románico de una sola nave rematado con cabecera cuadrangular, con torre y pórtico adosados en el lado sur. Destaca la decoración escultórica de sus canecillos y capiteles, en donde se puede contemplar una lucha de leones y extrañas sirenas-pájaro. En la portada románica se pueden ver tres arquivoltas. La interior está decorada con flores de cuatro pétalos mientras que en la exterior se pueden ver motivos vegetales.

Ya en el interior de la nave, es digno de mencionar el retablo mayor barroco y dorado, obra de Antonio Martín. Consta de tres calles en las que se pueden admirar las imágenes de San Antonio de Padua y de San Francisco. En el retablo también es curioso ver una puerta que da acceso a la sacristía, parte de la iglesia que está cubierta con una cúpula que se hizo en 1861 por Domingo Lobo.

Pero el patrimonio de Aldealengua de Santa María no sólo es religioso, sino que este municipio cuenta con el encanto de que en muchas de sus calles se conservan construcciones tradicionales, es decir, de piedra. Dar un paseo por el pueblo es descubrir estas viviendas en cuya parte superior todavía se pueden observar con mucha facilidad las vigas de madera y los adobes que se empleaban para elaborarlas. Y es que la piedra, el adobe y la madera eran los elementos básicos que se utilizaban en la zona para construir tanto casas como molinos.

Molinos

En uno de los caminos de la localidad todavía hoy se pueden encontrar las ruinas del conocido como Molino del Vado, mientras que en el primer camino pasado el puente de Riaza, a la derecha en dirección a Aldealengua, el visitante se encuentra los restos del Molino Serna.
Probablemente, ambos edificios fueron construidos en el siglo XVIII. Por aquel entonces, ya hablaba de ellos el Marqués de la Ensenada. Uno de estos molinos era propiedad de Diego Bermúdez, vecino de la villa de Peñaranda de Duero, a quien le producía diecisiete mil ochocientos ocho reales, incluidos los mil doscientos que se le pagaban al molinero. El otro pertenecía al Monasterio de la Vid, de la Orden de los Premostratenses, a quien producía mil ciento veinte reales.

Unos molinos que se movían gracias a la fuerza del agua del río Riaza. Precisamente en sus riberas, se pueden disfrutar de acogedores parajes que conforman sus bosques. Un paraje de cuento, con la sierra al fondo, que ha llamado la atención a muchos turistas que acuden a la localidad para encontrar paz y tranquilidad cerca de grandes localidades como Maderuelo y Ayllón. No es de extrañar que en la localidad existan varios establecimientos de turismo rural.