Autodidacta con maña
Los vecinos de Ribas y de la comarca conocen a Próculo Alonso por sus labores de artesanía
Soraya de las Sías
Apenas pudo ir a la escuela porque tuvo que arrimar el hombro en casa, cuando las cosas no pintaban tan bien como ahora. Fue en el campo, con siete años, trabajando de zagal con un rebaño de ovejas, donde aprendió solo y por su cuenta a leer y escribir, poco antes de quedarse tuerto, tras clavarse por accidente una navaja en su ojo izquierdo.
Poco más cabe decir para demostrar el esfuerzo y el tesón con los que Próculo Alonso –natural de Fuentes de Nava y residente desde hace sesenta años en Ribas de Campos– salvó entonces los obstáculos que la vida le puso por delante. Una conversación con este jubilado de 75 años bastará, sin embargo, para conocer otras facetas suyas como artista autodidacta y aprendiz de numerosos oficios, que no dejan de describirle como un luchador humilde y honrado del medio rural.
Pastor, primero, y trabajador de la fábrica de cerámica y ladrillos y de la azucarera de Monzón, después, Próculo engordaba su currículum laboral mientras buscaba ratos libres para dedicarse a su mayor afición: la artesanía.
Recordaba los consejos que en la infancia le ofreció su madre, Juliana Sahagún, de oficio silletera, para trenzar mejor las cañas de las espadañas o los carrizos con los que elaboraba los asientos de las sillas o las esteras, labores artesanales por las que era conocido en Ribas y en la zona. «Lo hacía en mis ratos libres. Luego, los fines de semana salía con la moto a vender las esteras por los pueblos de la zona o a recoger encargos», señala Próculo, que explica que hace décadas que no se dedica a esta actividad. «A medida que aparecían muebles nuevos, los asientos de caña para las viejas sillas de madera ya no se demandaban. A medida que se asfaltaban las calles, las esteras se dejaban de usar», agrega Alonso.
No obstante, hoy en día realiza algún que otro encargo para familiares o amigos, pero asegura que los menos. Prefiere entretenerse tallando cucharas de madera o trenzando cestas de mimbre, además de dedicarse al cuidado de la huerta y de sus gallinas. «Muchas veces dice que ya no hace más, pero al final pica. No puede estar quieto mirando, es muy activo», dice su esposa, Felisa del Campo, que se ha convertido en su fiel ayudante de faenas. «Nos vamos juntos en verano a cortar las espadañas y carrizos a los arroyos. Los limpiamos, los extendemos en las eras para que se sequen y los almacenamos en la panera hasta que nos hagan falta», agrega Felisa, a quien también la conocen en Ribas, pero por su cargo de presidenta de la asociación de jubilados San Lorenzo, que funciona desde hace seis años.
El colectivo congrega a 70 socios, que se reúnen en las antiguas escuelas tres días a la semana para participar en cursos de gimnasia, manualidades o costura y en clases de entrenamiento de la memoria. «Si no fuera por todo esto, el pueblo estaría más decaído», agrega Del Campo.
Como en otros rincones de la provincia, los jóvenes emigran y los pocos que quedan son mayores, dinámicos, eso sí. Porque de igual modo que Próculo hace sillas, cucharas y cestas, Vicente Ibarra talla carros de madera e iglesias en miniatura. Un pueblo de jubilados con tiempo libre, de autodidactas con maña.
PATRIMONIO ARTÍSTICO
La construcción del Canal de Castilla comenzó en 1753 en Calahorra de Ribas
El 16 de julio de 1753 el ingeniero Carlos Lemaur, el marino Antonio de Ulloa y centenares de peones y campesinos comenzaron las obras de construcción del Canal de Castilla en Calahorra de Ribas, en el término de Ribas de Campos. Un monolito conmemorativo, la espadaña del antiguo monasterio que sirvió entonces de guía para trazar el trayecto del canal y los restos del antiguo molino y batán son los únicos reductos que recuerdan la relevancia que hace dos siglos tuvo esta ruta fluvial para la economía de la zona.
Aún así, el impresionante salto de las tres esclusas invita a visitar este punto del canal, donde se juntan el ramal del Norte con el ramal de Campos.
PATRIMONIO
La iglesia y el monasterio
El recorrido comienza por la iglesia parroquial de San Martín de Tours, de advocación jacobea, que fue edificada en el siglo XIII, aunque alberga reformas posteriores. En la vega del río Carrión, ávido de una rehabilitación integral, se encuentra el monasterio de Santa Cruz de la Zarza, que fundó Alfonso VIII en el siglo XII. / s. s.
TRADICIONES
El arribo de las santas reliquias
Ribas celebra el 4 de agosto la fiesta de las Santas Reliquias, «una tradición intocable», dice la alcaldesa. El día anterior tiene lugar en la plaza el reparto de pan, vino y queso. La familia de Petra Fernández es desde hace décadas la encargada de partir el pan y los cien kilos de queso que se dan a lugareños y vecinos de la comarca. / s. s.
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