Fuentes de Nava

Moza dominguera no quiere lunes

La permanencia de los jóvenes en el pueblo y la implicación de todos los vecinos han logrado mantener el antiguo calendario de fiestas y tradiciones de Fuentes

Texto y fotografía de Soraya de las Sías

Apunta el refrán que moza dominguera no quiere lunes. Si el dicho se aplicaba con razón décadas atrás en una villa de inminente sabor, impronta y modos de vida castellanos, ahora con más propiedad. Las formas de salir y de divertirse han cambiado. En pueblos como Fuentes de Nava, donde la lucha contra la despoblación la encaran los propios jóvenes que han permanecido en el pueblo invirtiendo en nuevas explotaciones agrícolas y ganaderas, es aún más evidente. Han contagiado sus ganas de divertirse, su implicación y su colaboración en la organización de las fiestas al resto de los vecinos y a las asociaciones culturales de la localidad. Juntos han conseguido que el amtiguo calendario festivo de Fuentes de Nava siga en pie en la actualidad, con el consiguiente respeto de las costumbres de sus antepasados.

A diferencia de otras localidades de la comarca o de la provincia palentina, no se espera a la llegada del buen tiempo o a la masiva presencia de vecinos para estar de fiesta. A primeros de año, el 17 de enero, los habitantes celebran San Antón con la tradicional misa y bendición de los animales, con un concurso de engalonamiento de caballos y con un recital de refranes, con el que los propietarios de las mascotas intentan plasmar lo acontecido en la localidad a lo largo del año. La celebración se anima posteriormente con una demostración de las labores de la matanza, que incluye una degustación de productos típicos, como el picadillo y la morcilla.

Otras tradiciones se esconden en celebraciones más sencillas, pero no menos importantes. Se trata de San Marcos, el 25 de abril, con la denominada fiesta de la tortilla. Por la mañana, los niños recorren las casas para recoger lo que los vecinos les quieran ofrecer. Por la tarde, acuden todos a las eras para disfrutar de las tortillas. «Es una celebración que no conlleva excesiva organización. Los vecinos apuestan por su permanencia, acercándola a sus hijos y animándoles a participar», señala la concejal de Cultura y Festejos, Nieves Matía Ortíz.

La forma de salir y divertirse ha cambiado. Pero la esencia de las celebraciones persiste, la resaca sigue siendo la misma y la moza dominguera sigue sin querer los lunes.

La tradicional danza del paloteo para festejar a San Miguel S.S./PALENCIA     Un grupo de niños de Fuentes de Nava baila la danza del paloteo en las fiestas de San Miguel. / El Norte El calendario festivo de Fuentes de Nava no se agota aún con estas citas. Si bien las anteriores recordaban las costumbres de antaño, la del 8 de mayo, en honor a San Miguel, está dedicada e íntimamente ligada al folclore, concretamente a la danza del paloteo. Los protagonistas son los ocho niños danzantes, el botarga y los dulzaineros, que bailan ante la atenta mirada y el aplauso de los vecinos asistentes. « Hay estudios acerca del folclore que señalan que el origen del paloteo era guerrero, pues servía a sus antiguos pobladores para animar a la lucha y celebrar sus victorias. En esta localidad, en cambio, la festividad ha cobrado un marcado carácter religioso, arropado por el calor y la devoción al santo de todos los vecinos», explica la edil de Cultura y Festejos, que además agrega que la principal fiesta para los fuenteros es la que celebran el 28 de agosto en honor a su patrón: San Agustín, en la que destacan las animadas verbenas y el desfile de carrozas y de disfraces que organizan las peñas. «Fuentes ha sido siempre un pueblo muy juerguista y con buen ambiente entre los vecinos. Creo que no hay nadie en la comarca que no conozca las fiestas de Fuentes», agrega Matía. El mar de Tierra de Campos, como se conoce a Fuentes de Nava por su Laguna, completa el programa de entretenimiento y ocio para los turistas y curiosos con otras reuniones más populares. La primera, la que organizan cada año los quintos durante el fin de semana anterior a la Semana Santa. La segunda, el mercado tradicional castellano que se programa para el primer domingo de agosto y con el que el Ayuntamiento ha pretendido apoyar y potenciar la artesanía local y mostrar todos los oficios de antaño a través de la exposición y muestra de aperos que realizan los vecinos.

Morriña en Galicia

Manuel Sánchez promociona su tierra natal desde Mondoñedo, donde es obispo desde hace dos años

Texto y fotografía de Soraya de las Sías

Si hay algo que los gallegos han aprendido a vender y exportar, además de su gastronomía, es el apego a las raíces. La morriña que ellos dicen es ese sentimiento de nostalgia de la tierra natal, un galleguismo que han dejado colar en el vocabulario castellano para que otros aprendan a emular esa conciencia de culto y aprecio a lo propio y original.

Los emigrantes que un día buscaron su futuro lejos del núcleo rural y familiar lo saben. Lo han experimentado a la fuerza, de forma casi lógica. Y es que la distancia emocional trae al presente el recuerdo vivo del pasado, que obliga siempre a regresar.

Un sobresalto de añoranza que ha vivido Manuel Sánchez Monge, actual obispo de Mondoñedo-Ferrol. Salió de su pueblo, Fuentes de Nava, con 11 años para ingresar en el Seminario de Palencia y posteriormente cursar los estudios eclesiásticos. En agosto de 1970 fue ordenado sacerdote y, tras un año como coadjutor en la parroquia de San Lázaro de la capital y otro como formador en el Seminario Mayor, se marchó a la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma para cursar la licenciatura. A su regreso, fue nombrado delegado diocesano de Medios de Comunicación Social, para pasar más tarde a ser vicario general de Palencia y canónigo de la catedral.
Durante esta trayectoria y en la actualidad, Sánchez Monge asegura que Fuentes siempre está presente, haciendo un hueco en las vacaciones de Navidad, de Pascua y de verano para pasar con su familia y sus amigos. «Estoy orgulloso de mi pueblo, del patrimonio artístico y del folclore y las tradiciones, desde los refranes con chispa de San Antón y el reparto de picadillo y morcilla hasta la danza del paloteo de San Miguel o las muestras de devoción al patrono, San Agustín», agrega el prelado.

Es rotundo al afirmar que su vida no se entendería sin el referente de Fuentes de Nava, «allí nazco a la fe cristiana, allí me ordena sacerdote el Obispo Anastasio Granados y allí están mis mejores recuerdos». Se siente estrechamente unido a sus paisanos, más aún, matiza, después de comprobar los gestos de afecto que éstos le han brindado en momentos difíciles, como la muerte de sus padres, y otros de alegría, como su ordenación episcopal en Mondoñedo en 2005. «Fue algo muy emotivo. Jóvenes y mayores, se habían pegado el madrugón y habían viajado varias horas para acompañarme en un día tan importante. Siempre tendré que agradecerles este gesto», manifiesta Sánchez Monge.

Un agradecimiento que los fuenteros recogen y plasman en cada uno de sus comentarios. «Es alguien muy querido y muy respetado, aunque con el afán de responder a su espontaneidad y naturalidad, se le siga llamando Manolo», señala la concejal de Cultura, Nieves Matía Ortiz, quien destaca el orgullo que sintieron los vecinos durante las pasadas fiestas de San Agustín, cuando Manuel Sánchez Monge ofició su primera misa en el pueblo ejerciendo su nuevo cargo de prelado.

Y mientras ellos lo recuerdan, él consigue pasar la morriña convertido en ‘guía turística’ en La Coruña, promocionando Fuentes y la provincia de Palencia, con las iglesias románicas como principal estrella del patrimonio.

La reforma de su estrella

La Junta rehabilitará con 328.000 euros la torre de la iglesia de San Pedro, de 65 metros de altura

Eduardo Plaza

Pocos pueblos pueden ofrecer al visitante lo que atesora Fuentes de Nava, tanto a nivel cultural como medioambiental. Aunque muchos no lo entendieron en su momento, la apuesta por la recuperación de la laguna ha convertido a Fuentes en una parada obligatoria para los cada vez más numerosos amantes de la naturaleza. Y aunque el Ayuntamiento es consciente de que este turismo

no es la panacea, resulta un buen complemento para la economía fuentera, cuya base sigue siendo agraria y ganadera, aunque cada vez menos.

En este sentido, Fuentes de Nava está inmerso en pleno proceso de reconcentración parcelaria para regadío, aunque no todos los propietarios ven viable esta posibilidad. Por otro lado, existen dos cooperativas textiles que atisban un futuro incierto.

Volviendo a su riqueza cultural, cabe señalar la necesaria remodelación que va a acoger la torre de la iglesia de San Pedro. La conocida como 'Estrella de Campos' fue construida en el siglo XVI y tiene 65 metros de altura. Sin embargo, su estado no es el idóneo, por lo que va a recibir una inversión de 328.000 euros de la Junta de Castilla y León. Algo que de momento no podrá experimentar la iglesia de Santa María, declarada Bien de Interés Cultural, lo que paradójicamente retrasa su rehabilitación.

En cuanto a la arquitectura civil, cabe destacar la catalogación de su casco urbano -junto a los de Becerril, Paredes y Cisneros- como Área de Rehabilitación Integral. De esta forma, la Junta subvencionará la restauración de más de un centenar de casas y diferentes espacios públicos.

Por último, es de reseñar la mejora de las comunicaciones con la localidad mediante las próximas actuaciones en las carreteras que unen Monzón con Villarramiel pasando por Fuentes, y ésta con Paredes de Nava.

Todo un mar natural y cultural

La laguna de Fuentes demuestra que conviven la conservación de las aves y los usos tradicionales

Gonzalo Crespo Alcalde

Quien venga a visitar esta importante villa palentina y terracampina de Fuentes de Nava, cuatro cosas encontrará allí que no debe perderse. Casi sin haber llegado a ella, el humedal o laguna de La Nava, y ya cuando esté dentro de la villa, su centro de visitantes, la imponente torre campanario de la iglesia de San Pedro y, por último, los bellos artesonados de la de Santa María.

La primera de nuestras propuestas es casi ineludible, pues entres por donde entres en Fuentes, te toparás con la balsa de la laguna, que en otro tiempo se conoció como el mar de Campos. La superficie inundada tiene en la actualidad una extensión de 307 hectáreas, dividida en dos partes iguales por la carretera que une Mazariegos con Fuentes de Nava y donde se mantienen dos regímenes de uso. Una de las mitades se destina exclusivamente a la conservación de las aves migratorias, y la otra se aprovecha conjuntamente con los ganaderos de Fuentes de Nava, demostrando que la conservación y los usos tradicionales pueden convivir perfectamente en armonía.

Este espacio natural de la laguna de la Nava es uno de los más importantes -desde el punto de vista faunístico- con los que cuenta Castilla y León, pues en él se han catalogado 253 especies de vertebrados, de los que 221 son aves, que suponen algo más del 41% de las especies de aves que pueblan España.
De octubre a marzo, acoge abundantísimos contingentes de anátidas, que llegan a alcanzar los 20.000 ejemplares, entre los que destacan la especie de ánsar común -con concentraciones máximas de hasta 10.000-, así como otras muchas especies de patos: azulones, cercetas, silbones o cucharas.

Todo esto y mucho más, lo verás y te será explicado amablemente en el centro de visitantes de la laguna, que se localiza en el centro del casco urbano de Fuentes de Nava, instalado en una casona solariega del siglo XVII, donde en seis salas se exponen todos los aspectos importantes de este conjunto lagunar terracampino.

Pero la que fuera conocida hasta épocas relativamente recientes como Fuentes de Don Bermudo todavía ofrece más. Deja de haber sido un solar que desde los más remotos tiempos prehistóricos ya estuvo habitado, por lo que por allí aparecen de vez en cuando vestigios de la Edad de Bronce, romanos y medievales. Por todo su casco urbano veremos excelentes ejemplos de arquitectura señorial y popular, a los que se unen las imponentes fábricas templarias de sus iglesias de San Pedro y Santa María.

La primera de ellas -con su imponente torre campanario de 65 metros de altura y conocida popularmente como la 'linterna de Campos'- ha sido recientemente restaurada, por lo que se espera que no vuelvan las cigüeñas. Para ello, se han instalado inhibidores, que en el pueblo esperan que surtan el efecto deseado.
La de Santa María o de Nuestra Señora del Pozo Bueno conserva en su interior un majestuoso artesonado mudéjar policromado, catalogado como uno de los más importantes de toda la región por su calidad y conservación. A él se une su retablo mayor, del siglo XVIII, con una bellísima Asunción de Alejo de Vahía, un Cristo gótico y un reconocido ejemplar de órgano ibérico.

De todo esto está sencillamente orgulloso su alcalde, Jesús Gutiérrez Matía, un hombre joven que lleva varios mandatos luchando y partiéndose el pecho por convertir a su pueblo en un lugar donde perfectamente se pueda vivir. Él y su familia así lo creen y lo practican.

En los últimos años se han construido en Fuentes dos grupos de viviendas de protección oficial, y se espera edificar otro más, porque su alcalde mantiene que «sólo se fija población proporcionando vivienda y trabajo». Por ello, el Ayuntamiento está desarrollando otro proyecto para crear una nave polivalente para acoger actividades relacionadas con empresas alimentarias. La intención es formar a algunas mujeres en trabajos relacionados con la bollería y repostería. En este proyecto también están implicados el Centro del Cereal (Cetece) y el Consorcio de Tierras del Renacimiento.