Con corbata negra
El descenso de población ha mermado la actividad de las cofradías de Boadilla
Texto de Soraya de las Sías
Aseguran que hay devoción a la patrona, la Virgen del Amparo, pero que la presencia de dos iglesias –Santa María y El Salvador–, y de una ermita, se debe más a la actividad social y cultural que antaño registraba Boadilla de Rioseco, cuando tenía más habitantes, que a los favores del fervor y sentir religioso.
La sangrante pérdida de población explica en buena medida la desaparición de algunas cofradías o la inactividad que registran otras, y es que las defunciones y la emigración también ha repercutido en estos grupos. De las siete cofradías y pendones que existían antaño, apenas sobreviven cuatro, entre las que destacan la de las Ánimas –que celebran su fiesta en noviembre con el tradicional reparto de castañas y una mortera de madera–, la de la Virgen del Amparo y la de la Virgen de los Remedios, que es la que aglutina a mayor número de cofrades.
Esta cofradía, también denominada de los pastores, celebra su fiesta el fin de semana posterior a los festejos patronales, que son el 8 de septiembre. Entre sus normas estatutarias fijadas hace décadas se establece que todo aquel varón que quiera ingresar en la sociedad religiosa deberá ser pastor o descendiente de un cofrade. Mientras, para las mujeres lo estipulado es que basta con que un hermano proponga su ingreso, aunque también se especifica que no gozarán de los mismos derechos que los hombres. «Esto nos trae siempre de cabeza. En la cofradía hay mujeres que pagan cada año su aportación económica, pero después no pueden participar en ciertas ceremonias. No es justo, son normas de tiempo atrás, pero lo lógico es que haya paridad e igualdad», señala la alcaldesa, Milagros García García.
Los estatutos esconden otras curiosidades, como que los hermanos están obligados a acudir a los cultos religiosos los tres días que celebran su fiesta. «Es más, las normas dicen que el sábado y el lunes, que es misa de difuntos, hay que acudir con una corbata negra. Si no se cumple, hay una multa que pagar», apunta Manuel Cuevas Alonso, que matiza que alguna persona se ha salido de la organización por no sufragar el coste del castigo.
Cada año se renuevan los cargos de la cofradía y se eligen a las personas encargadas de portar a hombros la talla de la Virgen durante la procesión o los que, en caso de fallecimiento de un hermano, tendrán que llevar el féretro en su funeral. Las normas hacen que nada escape a la espontaneidad o la casualidad.
El futuro de la cofradía parece estar asegurado a corto plazo, pues una gran parte de los cofrades son jóvenes a los que se les ha inculcado el respeto a las tradiciones locales. «La sociedad actual ha cambiado mucho, pero queremos que esta costumbre siga adelante. Ya no se celebran las grandes fiestas de antaño, que llegaban a ser más importantes que las celebraciones patronales, pero nos mantenemos en el calendario festivo. La cofradía ya no tiene el rebaño de ovejas que antes gestionaba, pero mantiene otras propiedades y costumbres, como las apuestas o remates, además del sentimiento de orgullo de los cofrades y el compromiso de permanencia», concluye Cuevas Alonso.
PATRIMONIO ARTÍSTICO
Dos iglesias, una ermita y el antiguo monasterio de Benavides
El casco urbano de Boadilla de Rioseco ofrece al visitante una ruta de tres templos: la ermita de la Virgen del Amparo, la iglesia de Santa María y la de El Salvador, que posiblemente en épocas anteriores estuviera advocada a los Santos Justo y Pastor. En el interior de este templo, construido a mediados del siglo XVI, destacan los retablos de estilo barroco. En la localidad terracampina se ubicó también el Real Monasterio de Santa María de Benavides o de ‘valle viridi’, como apunta Alcalde Crespo. Fue fundado a finales del siglo XII y estaba regido por monjes bernardos. A este monasterio pertenecieron por donación muchas villas de la comarca.
TRADICIONES
Romería a la ermita
Cada 7 de septiembre, los boadillanos se trasladan en procesión con la talla de San Isidro hasta la ermita, a las afueras del pueblo, y traen a la Virgen del Amparo a la iglesia de El Salvador para que esté presente en los principales actos religiosos que se desarrollan en su honor. Dos días después, se devuelve a su templo. / s. s.
COLECTIVOS
Actividades para dinamizar
Además de las asociaciones de jubilados y de mujeres Virgen del Rosario y Virgen del Amparo, respectivamente, hay un colectivo de Manos Unidas que se reúne semanalmente en un taller de costura. Elaboran todo tipo de prendas y adornos que después venden para financiar proyectos de ayuda con el Tercer Mundo. / s. s.
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