El mejor guía turístico
Juan Martínez Salomón A sus 73 años, conserva en su memoria el tiempo en que fue alcalde y juez de paz de Cardeñosa
LEONOR RAMOS
Lo más recomendable cuando somos viajeros es disponer de un plano del lugar que vamos a visitar, y mejor aún de un buen guía que sepa desvelarte lo más llamativo de la zona, un enamorado de su pueblo que te cuente sus historias más ocultas hasta con los ojos cerrados. Y siempre con pasión.
La localidad terracampina de Cardeñosa de Volpejera tiene la suerte de contar con Juan Martínez Salomón, un vecino de 73 años que bien puede hacer el papel de profesor de historia y relatarte las crónicas de su pasado, el papel de de un buen anfitrión ofreciéndote el vino cosechado hace unos años o simplemente el papel de un vecino que ante todo adora a su pueblo.
Juan me espera en la plaza acompañado de algunos vecinos de Cardeñosa y de varios perros, esos perros que nunca faltan en muchos pueblos. Nos acercamos al conocido frontón, situado junto a la iglesia, la pieza mejor conservada del municipio. Y allí recuerda la cantidad de partidos que jugaban antes los vecinos en el frontón. «En verano era cuando menos jugábamos porque hacía un calor que quemaba», rememora entre risas, y añade: «Ahora se sigue jugando, pero con muchos cambios, la mano se ha cambiado por la raqueta y los mayores hemos dado paso a los jóvenes, porque nosotros ya no podemos ir detrás de la pelota como lo hacíamos antes», se lamenta con cierta nostalgia.
Pero la pelota no ha sido su única pasión de niño. El campo y todo lo que conlleva también lo han sido. Asegura ser agricultor por los cuatro costados.«Mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos y hasta mis tatarabuelos se han dedicado siempre al campo», cuenta con orgullo. Dejó de estudiar muy joven, y aunque a sus padres no les hizo mucha gracia, se lo permitieron. «Yo estaba interno en el colegio La Salle de Palencia, y allí me aburría, porque no podía jugar, ni salir, ni hacer nada. Así que aprovechando una vez que caí enfermo, volví a casa y abandoné el colegio», relata. No le gustaba estudiar, pero siempre ha sentido pasión por la historia. Una pasión que no le deja descansar, porque continuamente está intentando descubrir hechos e historias de Cardeñosa de Volpejera. Un tío suyo era historiador, y es gracias a él por el que Juan siente ahora tanto interés por su pueblo. «Puede que hasta el actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tenga relación con la localidad. No es una idea disparatada, porque estamos muy cerca de León, y el apellido Zapatero es relevante en el pueblo, y quizás el presidente tenga también alguna relación con la familia del ministro Zapatero de Cisneros», afirma.
Juan todavía conserva en su poder publicaciones muy antiguas de los precios del trigo, de la uva, de la remolacha…, datos que le sirven ahora para comparar la vida de antes y la de ahora. En la casa de Juan nunca faltó de nada, él ha sido hijo único y siempre convivió con sirvientas y obreros que trabajaban para su padre durante todo el año. En Cardeñosa de Volpejera hubo hasta diez sirvientes y 27 obreros repartidos por distintas casas, símbolo de la pujanza que mantenía el pueblo.
Pero el tiempo ha pasado en la mirada de Juan y también ha transcurrido para el pueblo. Todavía quedan casas de grandes dimensiones de adobe, se mantienen las bodegas -«aunque poco a poco van desapareciendo», apunta Juan con pena-, y todavía quedan también en pie y en uso los palomares tradicionales.
Los pichones y los capones que todavía se crían en el pueblo son, según afirma Juan, los mejores alimentos de nuestra tierra. «Yo nunca he probado manjares tan exquisitos», señala con contundencia. Manjares que antes nunca faltaban en las mesas de Cardeñosa de Volpejera, sobre todo en las fiestas del pueblo, en San Juan, el 24 de junio, y también en Santa Isabel, el 2 julio, aunque esta última festividad se ha trasladado al último sábado del mes de junio.
En el particular libro de su vida, Juan Martínez Salomón también apunta las historias y las vivencias de aquellos tres mandatos en los que fue el alcalde del pueblo, y posteriormente, juez de paz. Muchos hechos y numerosas anécdotas que sigue recordando para que su pueblo no quede en el olvido y perviva en su Tierra de Campos.
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