Un luchador de adopción
Tomás Ángel Viciosa ha promovido un taller de eliminación de barreras en Saldaña, donde participa en actividades culturales y sociales
Soraya de las Sías
Algunos le conocen por el trabajo que desempeñó como administrativo en el surtidor y la cerámica, un balcón privilegiado desde donde asegura que vivía en vivo y en directo el trasiego de los viejos mercados semanales y aquellos regateos que protagonizaban los ganaderos con los tratantes por el precio de las reses.
Otros han oído hablar de sus dotes como orador y han podido presenciar algunas de sus intervenciones públicas, como la que ofreció hace dos años en la fiesta navideña organizada por la asociación de jubilados o como la que tuvo lugar en el santuario de la Virgen del Valle en el 2005 –año en el que se festejaba el 75 aniversario de la coronación de la patrona–, cuando hizo de pregonero, ensalzando los valores de la comarca.
Los hay que saben de su labor solidaria, de su faceta como socio de la oenegé Amico, participando en actividades como la marcha solidaria para recaudar fondos y financiar los proyectos de ayuda a la infancia que los misioneros oblatos emprenden en diferentes países de Latinoamerica.
A falta de ofrecer otros datos acerca de su persona y de su trayectoria, lo que mejor corresponde ahora es preguntar qué saldañés mínimamente unido y vinculado al panorama cultural y social del municipio no conoce a Tomás Ángel Viciosa Diez, nacido en Becerril de Campos pero afincado en la localidad desde hace 54 años. «Vine de niño cuando a mi padre, que era Guardia Civil, le destinaron a esta zona. Tanto tiempo aquí y tantas experiencias hacen sentirme un vecino más, un saldañés más, aunque sea de adopción», señala Tomás Ángel.
Escritor de historia
Aficionado a leer, confiesa que su curiosidad nata no le permite quedarse en una única lectura de los libros. «Siempre hay una interpretación», afirma, porque le gusta rebuscar entre las letras los entresijos de la historia, porque se chifla por revolver las fechas, los lugares y los nombres de los protagonistas para encontrar el significado de cada pasaje y acontecimiento. Este mérito le ha permitido ser colaborador de la revista ‘Ágora 21’ y publicar relatos acerca del pasado local, entre los que se cuela una especie de informe sobre el motivo por el que algunas calles del casco urbano llevan el nombre de personajes como Doña Urraca o Bernardo ‘El Carpio’. «Tengo otros muchos artículos. El último versa sobre los condes de Saldaña, con especial atención al conde García Gómez», señala Viciosa.
Quizás un día, no muy tarde, se pare a estudiar en esta publicación el papel que décadas atrás cumplió el instituto de enseñanza como motor y promotor cultural, involucrando a los alumnos del centro y al resto de los jóvenes a participar en todo tipo de actividades que tuvieran un rédito educativo y un provecho. «Los profesores eran de la zona y conocían las costumbres y tradiciones. Había más jóvenes y menos oportunidades que ahora, pero había más ilusión, más entusiasmo por el pueblo, más vinculación a las raíces», agrega Tomás, que recuerda que su particular aventura como redactor de esta revista, editada por el Ayuntamiento, comenzó con un artículo sobre los proyectos de eliminación de las barreras arquitectónicas.
Aquel texto supuso algo más que un salto en su carrera como escritor aficionado. Fue el motivo perfecto que encontró para buscar apoyos a su causa, para concienciar sobre el derecho que, como persona que padece una enfermedad neuromuscular y que se desplaza desde hace 22 años en silla de ruedas, tiene a disfrutar de un paseo por la localidad sin trampas ni problemas.
Más accesible
«El ánimo que recibí no solo de familiares y amigos, sino también de muchos vecinos, fue lo que me impulsó a dar un paso más en mis reivindicaciones y a plantear seriamente al Ayuntamiento un proyecto de eliminación de barreras. Así, gracias a la colaboración del equipo de gobierno, nació el taller de empleo Saldaña Accesible», explica Viciosa, mientras matiza que con estas obras se ha construido una rampa en el Ayuntamiento, se ha mejorado el acceso a otros edificios públicos y se ha rebajado el bordillo de algunas aceras. «Aún queda mucho por hacer. El reto ahora es arañar un compromiso de los establecimientos para eliminar los banzos o para ensanchar las puertas. He enviado solicitudes a las dos asociaciones de comerciantes y hosteleros. Tan solo queda esperar», concluye Viciosa Diez, a quien su espíritu luchador le sigue llevando a pensar en promover actividades de mejora para Saldaña, su pueblo de adopción.
Atractivos Turísticos
PATRIMONIO HISTÓRICO
Paseo a las ruinas del castillo y las plazas y visita a las iglesias y el santuario del Valle
El casco histórico de Saldaña, declarado Bien de Interés Cultural, se compone de varias plazas porticadas, entre las que destaca la Plaza Vieja, uno de los mejores conjuntos arquitectónicos de plaza castellana, y la del Marqués de la Valdavia, donde se ubica la casa blasonada de los Ossorio. El recorrido continúa con una visita a las ruinas del castillo y a las iglesias.
En la de San Miguel destaca la talla gótica del Cristo del Amparo y el retablo plateresco de la capilla de los Santander-Calderón, presidido por un relieve de la Piedad, que formó parte de la exposición de Las Edades del Hombre. También hay que acudir a la iglesia de San Pedro, con el museo de la villa romana de La Olmeda, y al santuario de la Virgen del Valle.
RELIGIÓN
Romería de la Virgen del Valle
Las fiestas patronales de Saldaña, en honor a la Virgen del Valle, se celebran los días 8 y 9 de septiembre. Miles de vecinos de la comarca acuden a la romería que se organiza hasta el santuario de la patrona, a la que obsequian con muestras de fe y devoción, ofrendas con productos de la zona y los bailes de paloteo y castañuelas.
FIESTAS
Mercados y ferias
Como centro comercial de la zona, Saldaña acoge ferias y mercados todo el año. La cita comienza en febrero con la feria de Las Candelas, de maquinaria agrícola, y continúa en marzo, con la de San José, dedicada a la caza y pesca. En mayo tiene lugar la feria de ganadería, y en diciembre, la de Santa Úrsula, para promocionar la alubia.
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