Renedo de la Vega

Macetas y pasos de cebra por las calles

El municipio de Renedo de la Vega desarrollará en breve dos polígonos de viviendas para el asentamiento de población

Texto y fotografía de Soraya de las Sías.

Flores en una de las macetas.

Renedo de la Vega está sembrado demacetas con flores. A pesar de ser un pueblo pequeño, también llaman la atención varios pasos de cebra repartidos por las calles del pueblo. Y no menos curioso es el lavadero de ropa que hay en uno de sus rincones. Lavadero que todavía hoy se utiliza por algunos vecinos, y que no solamente se conserva en Renedo, sino también en Santillán y en Moslares.

Estas tres localidades, junto con Albalá, conforman el municipio donde, así dicen, se cultivan las auténticas alubias que han adquirido fama y renombre en la comarca.

También de Renedo es la empresa Hormigones Saldaña, una de las más importantes en el sector de la construcción en la provincia de Palencia, dado el desarrollo que ha tenido en los últimos años. Quizá el mismo que espera conseguir la fábrica de quesos que comenzará a funcionar próximamente en Moslares de la Vega, con el nombre de Artequesos Castellanos.

Desarrollo que desafortunadamente no tuvo el monasterio cisterciense de Santa María, monumento histórico artístico desde 1931, y del que actualmente únicamente pueden contemplarse en pie las ruinas de dos ábsides, recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue.

El municipio, sensiblemente afectado por el fenómeno de la despoblación, cuenta con la ganadería, de vacuno y ovino, y con la agricultura como actividades principales, con tierras tanto de secano como de regadío. En estas últimas se cultiva en buena parte maíz, entre cuyas plantas aseguran haber visto jabalíes, que bajan a comer las mazorcas.

La rica vega del Carrión les permite a las juntas vecinales del municipio la gestión de más de 160 hectáreas de arbolado, de donde obtienen una de sus fuentes de ingresos más importante.

Por lo que respecta al futuro de Renedo y de las entidades menores dependientes de él, su alcalde, Guillermo Manzano, comenta «la necesidad de urbanizar pequeños polígonos industriales donde puedan establecerse empresas que bien podrían dedicarse a la transformación de los productos de la zona».

Por otro lado, se piensa en la creación de polígonos de viviendas como otra de las medidas que ayude al asentamiento de población. En estos momentos ya hay dos proyectos en marcha, uno en Santillán y otro en Moslares, en cuyas parcelas está prevista la instalación de varias casas prefabricadas.

Es cierto. Renedo de la Vega está sembrado de pasos de cebra y de macetas con flores.

Locos por vivir en el campo

Francisco y Angelique han apostado por adquirir una parcela en Moslares paraconstruir su casa

Texto y fotografía de Soraya de las Sías.

Renedo de la Vega está sembrado demacetas con flores. A pesar de ser un pueblo pequeño, también llaman la atención varios pasos de cebra repartidos por las calles del pueblo. Y no menos curioso es el lavadero de ropa que hay en uno de sus rincones. Lavadero que todavía hoy se utiliza por algunos vecinos, y que no solamente se conserva en Renedo, sino también en Santillán y en Moslares.

Estas tres localidades, junto con Albalá, conforman el municipio donde, así dicen, se cultivan las auténticas alubias que han adquirido fama y renombre en la comarca.

También de Renedo es la empresa Hormigones Saldaña, una de las más importantes en el sector de la construcción en la provincia de Palencia, dado el desarrollo que ha tenido en los últimos años. Quizá el mismo que espera conseguir la fábrica de quesos que comenzará a funcionar próximamente en Moslares de la Vega, con el nombre de Artequesos Castellanos.

Desarrollo que desafortunadamente no tuvo el monasterio cisterciense de Santa María, monumento histórico artístico desde 1931, y del que actualmente únicamente pueden contemplarse en pie las ruinas de dos ábsides, recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue.

El municipio, sensiblemente afectado por el fenómeno de la despoblación, cuenta con la ganadería, de vacuno y ovino, y con la agricultura como actividades principales, con tierras tanto de secano como de regadío. En estas últimas se cultiva en buena parte maíz, entre cuyas plantas aseguran haber visto jabalíes, que bajan a comer las mazorcas.

La rica vega del Carrión les permite a las juntas vecinales del municipio la gestión de más de 160 hectáreas de arbolado, de donde obtienen una de sus fuentes de ingresos más importante.

Por lo que respecta al futuro de Renedo y de las entidades menores dependientes de él, su alcalde, Guillermo Manzano, comenta «la necesidad de urbanizar pequeños polígonos industriales donde puedan establecerse empresas que bien podrían dedicarse a la transformación de los productos de la zona».

Por otro lado, se piensa en la creación de polígonos de viviendas como otra de las medidas que ayude al asentamiento de población. En estos momentos ya hay dos proyectos en marcha, uno en Santillán y otro en Moslares, en cuyas parcelas está prevista la instalación de varias casas prefabricadas.

Es cierto. Renedo de la Vega está sembrado de pasos de cebra y de macetas con flores.

Colmenares ofrece al viajero arte románico y casas blasonadas S.S./PALENCIA   Factoría de Artequesos Castellanos en Moslares.   Aunque su apellido sea Ojeda, la estética de Colmenares es aún de zona de montaña, con calles empinadas y resbaladizas por la humedad, con prados verdes, una explotación de vacuno a la entrada, unas cuantas gallinas merodeando por las calles, y unos riscos y peñascos con formas singulares que dan la bienvenida. Sin embargo, quizás no sea esta estampa la que más llame la atención. Su riqueza monumental o artística y su arquitectura civil o popular merecen una mención. La iglesia parroquial de San Fructuoso Mártir alberga en su interior una de las joyas del románico de la provincia: una pila bautismal con figuras en relieve que representan en varias escenas el ritual católico del Bautismo y de la Resurrección. El paseo se completa por el casco urbano, admirando casonas de hidalgos de los siglos XVI y XVII que lucen escudos de armas de familias y mayorazgos.

Tesoros escondidos

El Ayuntamiento de Renedo editará un libro sobre el onasterio para repartirlo entre los vecinos

Soraya de las Sías.

Cristo del Amparo, en la iglesia de Moslares de la Vega. / S. S.

En un sencillo tablón de anuncios que hay colgado en el pórtico de la iglesia de Moslares, el curioso se topa con el horario de las misas y con el balance de ingresos y gastos de la cofradía, que, dicho sea de paso, goza de tener las cuentas bastante claras. Amén de saneadas.

Entre las sumas y las restas se cuela una cifra: 140 euros. Es la cantidad que llegan a sufragar algunos fieles y devotos el día de la fiesta por portar a hombros una magnífica talla del siglo XVIII del Santo Cristo del Amparo, a quien todos, casi como costumbre, confiesan gran devoción.

En Renedo, en cambio, las muestras de fervor y religiosidad van dirigidas a San Torcuato, a quien los vecinos veneran el 15 de mayo con el respaldo de la tradición oral que dice que en su iglesia guardan con celo y mimo sus reliquias.

La sospecha de exageración y ficción que siempre ronda sobre los relatos que se trasmiten de generación en generación hacen que el viajero desconfíe. No pone en tela de juicio las palabras de sus informadores, pero tampoco se atreve a poner la mano en el fuego por tales aseveraciones.

Un paseo por los estantes de la biblioteca y la consulta a varios libros de arte, suficientes para disipar sus dudas. Más después de echar un vistazo al ‘Catálogo Monumental’, de Rafael Navarro, y comprobar a través de la lectura que no sólo el templo parroquial de San Martín conserva un relicario de urna de cristal y plata donde se guarda el antebrazo y la mano derecha de San Torcuato, sino que el mismo relicario perteneció con anterioridad al monasterio de Santa María de la Vega, situado a varios kilómetros del casco urbano, junto a la carretera.

La conexión de datos genera confianza y seguridad para seguir indagando sobre los tesoros patrimoniales que, si bien, no están ocultos, sí muy bien disimulados y poco promocionados. «El monasterio cisterciense de Santa María de la Vega, de propiedad privada, es una de las joyas del románicomudéjar de la provincia. Es una lástima el estado en de abandono y ruina en el que se encuentra, salvándose únicamente el ábside», lamenta el alcalde, Guillermo Manzano Niño, que considera urgente emprender entre los vecinos una campaña de sensibilización de la importancia que arrastra la conservación y el cuidado del legado arquitectónico y artístico que dejaron los antepasados. «Los datos que existen sobre la historia del cenobio son muy escasos, se reducen a un artículo de Damián Yáñez Neira y poco más. Aún así, queremos recopilar todo el material posible para editar un libro y repartir más de cien ejemplares entre las familias empadronadas en el municipio », anuncia el regidor.

El hecho de que todos sepan el lugar privilegiado que ocupa en la historia no tan lejana este monasterio y sus templos parroquiales será fundamental para que contribuyan a promocionarlo en conjunto y mostrarlo con orgullo. Servirá también para que se pregunten por qué un día no actuaron frente al expolio, permitiendo que piedras e hitos del pasado luzcan a lo lejos, en el Museo Hispánico de Nueva York.

Ideas que pueden ser realidad

El Ayuntamiento trabaja con el fin de crear un polígono industrial

EDUARDO PLAZA | RENEDO DE LA VEGA

Aula del Consistorio de Renedo que albergará el nuevo telecentro.

Entre panochas

Las abundantes extensiones de cultivos de maíz de Renedo de la Vega hacen pensar al visitante que se encuentra en Asturias o Galicia

GONZALO ALCALDE CRESPO

Renedo es de la Vega y está en plena vega del río Carrión, casi a medio camino entre la villa de Saldaña y su homónima ciudad de los Condes. Tres poblaciones más conforman su amplio término municipal: Albalá de la Vega, Moslares de la Vega y Santillán de la Vega. Por allí se cultiva de todo, pero llamará especialmente la atención del visitante las abundantes extensiones de cultivos de maíz, lo que hace creer a más de uno que está más en Galicia o Asturias que en estas tierras interiores de la meseta.

Andan ya las panochas o mazorcas en sazón. Mucho no tardarán en ser recolectadas, por lo que antes de que esto ocurra, tiro una foto para inmortalizarlas. Esta gramínea -junto con el trigo, el arroz y el mijo- es la que sigue calmando las carencias del mundo hambriento, aunque el maíz que se siembra por esta vega saldañesa es para alimentar al ganado, por lo que de una forma indirecta también la consumiremos los humanos -si como yo, son ustedes carnívoros-. Y es que de la planta del maíz, como del cerdo, se aprovecha todo.

Tiempos hubo en los que con sus cañas y hojas se confeccionaban cestos, cuerdas, esteras, muñecas, cubiertas para tejados y hasta el relleno para los jergones, que eran los colchones de los pobres que no podían hacerlos de borra o lana, aunque me dicen que se dormía en ellos tan ricamente.

Renedo de la Vega goza de un agradable caserío, en cuya trama urbana existe hasta una calle de la Alegría, y donde se estructuran algunas pequeñas plazuelas decoradas con fuentes que adornan, pero no dan agua. En el centro, se localiza su iglesia parroquial de San Martín de Tours, en la que está claro que el templo que hoy vemos nada tiene que ver con el anterior que allí existió, que seguramente era románico, como lo recuerda su arco triunfal de medio punto y la cúpula rebajada del presbiterio. Tiene dos naves y en una de ellas se conserva un buen artesonado de madera.

Aparte de los tres retablos barrocos que hoy podemos admirar -entre los que destaca el del altar mayor-, hay que hacer referencia a su excelente cruz parroquial de plata repujada, fechada en el siglo XVI. Y también al relicario con urna de cristal y plata, donde se presenta el antebrazo y la mano derecha de San Torcuato, discípulo de Santiago Apóstol, que parece que pertenecieron al relativamente próximo monasterio de Santa María de la Vega.

Monasterio

Hoy, estas ruinas venerables del monasterio de Santa María de la Vega no las podrán visitar ni aunque lo intenten, pues allí hay una cadena que impide el paso hasta él, y unos perros cancerberos que te disuaden aún más.

De todas formas, para satisfacer su curiosidad, les diré que de lo que fue este conjunto monacal tan sólo se mantienen en pie las dignas ruinas de dos de sus tres ábsides que conformaban la cabecera de su iglesia románico-mudéjar, pues se fundó en el siglo XIII.

Los monjes que durante casi seis siglos lo habitaron eran cistercienses venidos del monasterio también palentino y terracampino de Santa María de Benavides. Lo poco que hoy allí veremos es lo que escasamente ha sobrevivido a la expoliación a que fue sometido el lugar en la retirada de las tropas francesas en la Guerra de la Independencia (1813) y a la posterior desamortización de Mendizábal (1835), que facilitó que el conjunto monacal pasase a manos privadas, las cuales terminaron de expoliar lo poco y bueno que todavía allí quedaba, y mucho de ello se puede ver hoy en el Museo Hispánico de Nueva York.

Tan sólo en el Museo de Palencia hoy puede verse uno de los sepulcros medievales que allí se alojaban, lo que nos permitirá hacernos una idea de las obras de arte que acogió este antiguo cenobio de la vega saldañesa.