Coleccionista de ayeres
José Luis Calvo colecciona objetos religiosos y antiguos periódicos con la intención de abrir un museo en Lobera
Soraya de las Sías.
Su curriculum académico no se ciñe exclusivamente a sus estudios de Geografía e Historia. La licenciatura no camina sola. A ella se unen nociones de arte y conocimientos adquiridos a lo largo de su carrera eclesiástica, como sacerdote titular de varias parroquias en la provincia y en la capital, hace años, y como delegado diocesano de Patrimonio de Palencia, en la actualidad. No en vano su afán historiador, su pasión por el arte y su preocupación por el legado artístico han confluido en una relación de necesaria simbiosis, conformando el caldo de cultivo propicio y oportuno para que José Luis Calvo Calleja desarrolle su faceta como ojeador del pasado.
Los vecinos de su pueblo natal, Lobera de la Vega –entidad menor perteneciente al municipio de Pedrosa de la Vega–, conocen esta virtud y aprecian el esfuerzo que está acometiendo para recuperar del olvido los recuerdos y las experiencias de generaciones anteriores. Basta con escuchar los elogios que le regalan por la exposición de fotografías antiguas que el verano pasado organizó en el centro cívico y cultural San Andrés. La muestra ‘Memoria fotográfica del siglo XX en Lobera’ les ofreció la posibilidad de revivir los viejos partidos de fútbol en los que se rifaba un pollo en el descanso, la fiesta en la que se convertía la matanza del cerdo, el sudor que arañaban las faenas del campo y las múltiples anécdotas que escondían las jornadas de pesca de cangrejos y de ranas. «Las instantáneas que prestaron los vecinos servían para rendir homenaje a los antepasados, para descubrir el valor de lo que vivieron y construyeron todos aquéllos que defendieron sus raíces», señala José Luis Calvo Calleja.
Memoria colectiva
Su compromiso con el recuerdo va, sin embargo, más allá de esta exposición. Desde hace cuatro décadas recopila todo tipo de documentos y objetos antiguos que puedan acercar a los jóvenes la memoria colectiva de la zona. El volumen de materiales que acumula es tal que un día la casa familiar se quedó pequeña y se vio obligado a adquirir un antiguo inmueble con la idea de instalar allí en un futuro un museo dedicado a la historia y la religión, con un apartado de hemeroteca y otro de etnografía. «Cada vez conseguía más objetos y más peculiares, y es que me daba pena y verdadera lástima que muchas de esas cosas que nos decían cómo eran y cómo vivían nuestros antepasados se dejaran perder, se retiraran de los desvanes y se tiraran a la basura sin reparo alguno», confiesa . De este modo, comenzó el acopio de velas, estampas, escapularios, medallas, rosarios, bulas, novenas, misales, catecismos, capillas domiciliarias, benditeras, cuadros y grabados con imágenes de santos. «Estos objetos de religiosidad popular son los más numerosos. No sé la cifra concreta que tengo, muchos. Hay algunos muy curiosos, como los detentes con la imagen del Corazón de Jesús que se utilizaban como protección cuando los hombres viajaban o iban a la guerra», explica Calvo Calleja, mientras se detiene a examinar el estado de unos antiguos visillos y pañuelos negros con bordados que las mujeres lucían en sus bodas. Junto a ellos almacena documentos referidos a Lobera, desde una breve reseña biográfica de Andrés Santos de San Pedro, hijo de la localidad que fue obispo, hasta viejos pergaminos en los que se puede comprobar cuántos vecinos podían votar en 1880 en el Ayuntamiento siguiendo un baremo de propiedades que permitía ejercer el derecho al voto únicamente a los más pudientes y acomodados. «He recuperado incluso un testamento del siglo XVIII en el que se dejaba establecido no solo el reparto de los bienes, sino también el tocino del cerdo que tocaba a cada heredero», apunta como dato curioso.
En titulares
Una mención especial requiere la biblioteca y hemeroteca que José Luis ha conseguido formar en estos años, con innumerables portadas de periódicos provinciales, regionales y nacionales que repasan en grandes titulares y fotografías los principales acontecimientos. Desde la noticia de la muerte de Franco en la cabecera de ‘El Correo Español-El Pueblo Vasco’ hasta el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña contado en ‘El País’ o la muerte del padre del Rey recogida en ‘ABC’. «Hay portadas de la Tercera República, de las primeras elecciones democráticas, de la llegada del hombre a la luna o del final del Concilio Vaticano II», agrega el religioso, que señala que hay periódicos extranjeros, propaganda de uno y otro bando de la Guerra Civil, ejemplares de cada una de las constituciones españolas desde 1812 o revistas religiosas, como ‘El Promotor’ o la hoja diocesana ‘Espiga’.
El reto actual de Calvo Calleja es ordenar todo lo recopilado para avanzar en la puesta en marcha del museo de la religión y de la historia fruto de su afán recordatorio como coleccionista de ayeres.
Atractivos Turísticos
PATRIMONIO HISTÓRICO
Recorrido por las iglesias del municipio y por la villa romana de La Olmeda, en Pedrosa
El recorrido por el legado artístico comienza con la visita a las iglesias de Gañinas, Lobera, Pedrosa y Villarrodrigo, templos de ladrillo y mampostería de canto rodado –como casi todos en la comarca– que conservan un patrimonio sacro sin excesivo protagonismo, centrado en retablos neoclásicos. El paseo prosigue después por el mayor atractivo turístico que hay en la comarca: la villa romana de La Olmeda, enclavada en Pedrosa de la Vega. Aunque en la actualidad está en obras, en proceso de rehabilitación, el visitante se puede acercar hasta la iglesia de San Pedro de Saldaña y observar algunos de los restos de mosaicos y vasijas encontrados en la excavación y que se exponen en un museo en este templo.
FIESTAS
Calendario festivo
Los vecinos de Pedrosa festejan a San Martín, el 11 de noviembre. El resto de entidades menores del municipio tiene un calendario festivo propio. En Lobera, la fiesta tiene lugar el 15 de octubre en honor a Santa Teresa, mientras que en Gañinas organizan una misa y procesión el 30 de noviembre, por San Andrés. Por su parte, los vecinos de Villarrodrigo participan el 26 de junio en las celebraciones de San Pelayo.
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