Carrión de los Condes

Un cofre de tesoros al lado del río

Carrión de los Condes confía en el turismo y en el desarrollo del polígono industrial como pilares sólidos de su futuro

Texto y fotografía de José Luis de Román González.

Carrión es el centro. En él confluyen y salen los caminos. Es pueblo y ciudad. Con una plaza para el ocio, y otra para trabajar. Carrión es un cofre cargado de tesoros al lado del río.
Con un patrimonio cultural envidiable, del que destacan la iglesia románica de Santiago y el monasterio de San Zoilo, y un entorno cuidado con mimo, se trata de una de las localidades con más gancho de la provincia.
Su calle mayor es a la vez senda para los peregrinos, quienes mientras atraviesan el casco urbano pueden contemplar en primera línea singulares joyas arquitectónicas, al tiempo que disfrutan del encantamiento que provoca este lugar.
Todo ese cúmulo de características ha propiciado un importante desarrollo del sector turístico en el municipio, del que forma parte también la localidad de Torre de los Molinos.

Actualmente, Carrión dispone de hoteles, casas rurales, apartamentos turísticos, hostales y albergues, con la suficiente oferta en cuando a cantidad y calidades como para que el visitante encuentre lo que precisa en cada momento.

El monasterio

Sobresale en este sentido el marco en el que se asienta el Hotel San Zoilo, que ha sabido acondicionar el edificio del monasterio para este fin, manteniendo la identidad de cada uno de los rincones, en especial la de su admirado claustro.

Sin embargo, y una vez encauzada adecuadamente la infraestructura turística, y con intención de mejorarla aún más, desde el ayuntamiento se ha fijado como objetivo prioritario el desarrollo del suelo industrial en Carrión, cuyo polígono ha visto incrementada su superficie en 40.000 metros cuadrados más, y se prevé una nueva ampliación en estos próximos años.

La necesidad de incorporar nuevas empresas al tejido industrial carrionés se plantea así como la salida que conlleve el despegue definitivo de esta zona, dado que el posible desarrollo económico de esta localidad es prácticamente la única baza con la que cuentan muchos de los pueblos de alrededor, donde las expectativas de futuro, ligadas casi exclusivamente a la agricultura, pierden fuerza por momentos.

Las perspectivas para Carrión son bastante esperanzadoras, según afirma su alcalde, Francisco Javier Villafruela, quien confía en que las conversaciones que desde hace dos años se mantienen con una importante empresa den sus frutos a corto plazo, y se garantice con ello la creación de un buen número de puestos de trabajo y el inicio del ansiado desarrollo industrial.

Calidad de vida

Carrión también es calidad de vida. A su ambiente dinámico, al continuo trasiego de peregrinos, a sus zonas de recreo y deportivas, se le suma una intensa actividad cultural desarrollada a lo largo del año.
Un teatro, la Coral Carrionesa, la banda de música, con su escuela, y varias asociaciones son algunos de los pilares en los que se sustenta esa actividad que mueve culturalmente a esta ciudad donde aburrirse no es fácil.

El buen humor de sus habitantes ha quedado puesto de manifiesto no hace mucho con la participación de la localidad en el programa televisivo ‘El Grand Prix’, donde consiguió ganar en la final, lo que ha servido para dar a conocer aún más a Carrión, así como para estrechar lazos entre todo el pueblo.

En cuanto a obras son muchos e interesantes los proyectos previstos para los próximos años. Un nuevo colegio comarcal, un cuartel destacamento de la Guardia Civil de Tráfico, un museo de arte contemporáneo, un centro de fisioterapia... Con todo lo demás, para seguir llenando ese cofre de tesoros al lado del río.

El destino perfecto

Las calles y monumentos de Carrión se plagan estos días de peregrinos de la ruta jacobea

Soraya de las Sías

Dos peregrinos descansan frente a la fuente con la pila bautismal. / S. de las Sías

Carrión es estos días un hervidero de visitantes y peregrinos del Camino de Santiago. Los hay que recorren la ruta jacobea en bicicleta, a caballo o a lomos de un burro, aunque la mayoría lo hace andando y busca en Carrión el destino perfecto para descansar, curar las ampollas y las llagas de los pies y disfrutar del tesoro de monumentos que alberga la localidad, desde las iglesias de Santiago, Santa María o Nuestra Señora del Belén hasta el convento de las Claras o el monasterio de San Zoilo.

Detrás de la experiencia se esconde una vieja promesa, como la del inglés Paul Cooley, que hace años prometió que cuando se jubilara como profesor de la Universidad de Bristol recorrería el camino hasta llegar a Santiago de Compostela. «Siempre había querido pasar esta prueba física y espiritual.
El cansancio comienza a aparecer, pero siempre hay gente nueva que conoces que te da ánimos», señala el peregrino.

Los alemanes Adolf Homans y Jon Heynse sabían que el camino era la gran oportunidad que tenían de reencontrarse después de varios años sin establecer contacto. «Éramos amigos desde la infancia, pero hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Ahora estamos juntos recorriendo el Camino de Santiago, conociendo a gente diferente, de otras culturas y con otras mentalidades y afianzando nuestra amistad», señalan.

Hay tantas historias como protagonistas y viajeros, pero en todas ellas confluye la misma sensación de satisfacción por ver cumplidos sus sueños y metas personales. «Mi marido superó una enfermedad muy grave. He rezado mucho para que saliera bien de las múltiples operaciones y prometí que una vez que su estado físico lo permitiera llegaríamos hasta Santiago de Compostela para agradecer al Apóstol Santiago lo que había hecho por nosotros», explica la malagueña Adela González, junto a su marido Juan Valverde.

En el camino se encuentran, comparten experiencias y forjan una amistad que se prolonga durante años. Carrión les concede la gran oportunidad de volver a juntarse, y es que la localidad les ofrece, además de sus tesoros arquitectónicos, un complejo sector de hostelería y comercio, con hoteles, casas rurales, apartamentos turísticos, hostales, albergues y un sinfín de comercios de alimentación o regalos que viven del turismo y de los peregrinos.

El año pasado, la oficina de turismo municipal atendió más de 22.000 consultas de viajeros. A esta cifra hay que sumar otros muchos visitantes, ya que este centro no permanece abierto todos los días y no todos los viajeros pasan por las instalaciones. «Está claro que el turismo es un complemento fundamental en el que hay que trabajar continuamente en la mejora de las infraestructuras y servicios para seguir progresando», señala el alcalde de Carrión, Javier Villafruela, que además matiza que hay otros proyectos, como la ampliación del polígono industrial, «para atraer trabajo y asentar población».

Todo sea porque Carrión se convierta en el destino perfecto de peregrinos, visitantes y de nuevos pobladores atraídos por el futuro de la localidad.

Promotores culturales

Carrión recibe el legado de la familia Sarabia, creadora del teatro, para configurar actividades sociales y lúdicas

Soraya de las Sías

Predisposición. Quizás sea ésta la palabra más adecuada para definir la relación que Carrión de los Condes mantiene con la cultura. Influjo de los peregrinos. Tal vez la variedad de gentes que confluyen en la localidad gracias a la ruta jacobea haga también que las puertas estén abiertas a todo tipo de iniciativas de rédito social. Tradición. Sobre la que probablemente se asienta este círculo lingüístico que presenta al municipio carrionés como el único en la provincia palentina, además de la capital, que cuenta en la actualidad con un reducto teatral.

Porque mucha culpa de esa predisposición inicial a la cultura que hoy tiene Carrión recae sobre la familia Sarabia, promotora del teatro, que surgió de la iniciativa del comerciante Serapio Sarabia Trigueros, propietario de un importante local de ultramarinos y de un almacén de vinos y piensos. «Fue siempre una persona muy avispada e inteligente. Gran parte de su fortuna la hizo durante la Primera Guerra Mundial, exportando al extranjero todo tipo de productos, desde colchones o esponjas hasta herraduras», explica Mari Sarabia, nieta de Serapio, que matiza que el teatro fue inaugurado el 21 de septiembre de 1927 con la actuación de la prestigiosa compañía Rambal, que puso en escena la obra ‘La Pasión de Cristo’, para la que el público pagó el respetable precio de 4,5 pesetas por butaca.

Por aquel tiempo, ya había otro teatro en Carrión, pero la nobleza y solemnidad que destilaba el Sarabia se fueron imponiendo entre el público, que empezó a asistir a las primeras proyecciones cinematográficas, todavía en cine mudo.

« Se fue alternando esta actividad con espectáculos de variedades, con las mejores compañías, con los mejores artistas, como Antonio Molina, que tuvo mucho éxito», rememora José Sarabia –nieto de Serapio y hermano de Mari–, uno de los últimos familiares que se encargó de mantener abierto el teatro hasta 1983, cuando fue cerrado.

Construir pisos

La crisis del cine –vinculada a la mejora en la programación televisiva con la entrada en 1989 de las cadenas privadas y al boom del vídeo– hicieron que el teatro pasara lamentablemente a un segundo plano. «En realidad era como otro negocio cualquiera. Los ingresos mermaban, pero los gastos eran los mismos, había que mantener las instalaciones en condiciones y había que pagar a todo el personal: acomodadores,maquinista, taquilleras, etcetera. No era rentable y no quedó otro remedio que dejar el negocio», señala José.
Tras el cierre, hubo quien se interesó por la compra del teatro, enclavado en el centro de la localidad, con la intención de demoler el inmueble y construir pisos. Pero la familia Sarabia se opuso de manera rotunda. «Para cualquier vecino de Carrión y de la zona hubiera sido muy triste el derribo del teatro, ¡imagínate para nosotros, que habíamos crecido allí!. Por eso nos negamos, porque aquellas paredes escondían algo más que butacas y un escenario. Eran parte de nuestra vida, de nuestros recuerdos, de aquellos revuelos que se formaban con cada estreno, de aquellas funciones magistrales, del ambigú.

De tantas cosas...», confiesa Mari Sarabia con nostalgia.
La solución llegó poco después, cuando el teatro fue adquirido por 17 millones de las antiguas pesetas por el consistorio carrionés, cuyo alcalde por entonces, Francisco Molina, manifestó su clara intención de rehabilitarlo y de realizar en él una programación cultural estable gestionada desde la Concejalía de Cultura. Le siguió al frente de la Alcaldía José Ramón Blanco, por el PP, que, circunstancias de la vida, sabía qué era eso del teatro y tenía una idea clara de lo que se podía hacer con el Sarabia, sobre todo porque estaba casado con Mari Sarabia, que se había criado entre bambalinas, actores y escenarios.

Su empeño, según asegura él mismo, no fue otro que devolver al teatro todo su esplendor a través de la rehabilitación del edificio y del diseño de un programa teatral ambicioso. «Tuvimos que luchar mucho con las administraciones para conseguir subvenciones por casi 20 millones de pesetas, pero lo conseguimos. Así, en 1994, tras las pertinentes reformas, el Sarabia fue nuevamante inaugurado con la presencia del presidente de la Junta, Juan José Lucas, y la puesta en escena de ‘Carcajada salvaje’, protagonizada por Charo López. Fue un gran éxito», señala Blanco.
A sabiendas de que no corren tiempos para el teatro ni la lírica, reconocen los tres que el Ayuntamiento ha sabido hacer del Sarabia un verdadero eje de la vida cultural de la localidad y de la comarca. «Saben que hemos conseguido que Carrión forme parte de la red de teatros de Castilla y León, que sea un referente de primera línea en cultura, con grandes compañías y actores, que se hagan concursos como el del Camino de Santiago, con gran aceptación, y todo tipo de eventos culturales y musicales. Pero también saben que buena parte es gracias a su legado», concluye el actual alcalde, Javier Villafruela.

Potenciar sus recursos

Una empresa de reciclaje de residuos y la apertura de un área de servicio en la autovía León-Burgos crearán más de sesenta empleos

Eduardo Plaza

La plaza del, Ayuntamiento es un lugar de reunióm y encuentro para los carrioneses

Hace quince días, una alfombra floral de un kilómetro y medio llenó las calles de Carrión de miles de vecinos y visitantes atraídos por el Corpus, fiesta que estrenaba este año su declaración de Interés Turístico Regional. El éxito de esta tradición es un ejemplo de lo que los carrioneses son capaces de conseguir con su esfuerzo. También el Ayuntamiento apuesta por estas celebraciones, junto a la consolidación de las Ferias de Antigüedades, Maquinaria Agrícola y Turismo, que hacen de esta localidad una referencia en la provincia.

Estas citas suponen un complemento al turismo cultural que de por sí atrae Carrión y que supone una de sus principales fuentes de riqueza. En este sentido, el Consistorio -que espera inaugurar en agosto el nuevo centro de información- pretende potenciar mucho más sus recursos.

Es el caso de la ribera del Carrión a su paso por la villa jacobea. El Ayuntamiento está estudiando las posibilidades que ofrece y una de ellas podría ser la creación de un parque recreativo para niños y mayores en los que la filosofía del agua y la imaginación configurarían la base del proyecto, según explica el alcalde, Francisco Javier Villafruela.
Esta iniciativa conllevaría una elevada inversión que requeriría la implicación de instituciones y otras entidades. Cerca del río, en lo alto, se sitúa la iglesia de Nuestra Señora de Belén, que necesita una intervención para que no corra peligro. Por ello, la idea del Ayuntamiento es instar a la Junta y a la Confederación Hidrográfica del Duero a proyectar una recuperación integral que además de beneficiar el templo, potencie sus entornos naturales.
En cuanto al desarrollo industrial, la próxima instalación de una empresa de valoración y reciclaje de residuos, que tiene previsto crear más de 40 trabajos directos y otros tantos indirectos, supondrá para la zona un importante incentivo. El único inconveniente en esta materia es que Carrión se ha quedado casi sin suelo industrial, pero el Ayuntamiento ya está trabajando para ampliar el polígono. Otra gran noticia es la construcción de un área de servicio en la autovía León-Burgos, a la altura de Carrión, que podría estar en año y medio o dos y crearía una veintena de empleos.

El otro eje que fija población es la vivienda. Sobre ello, hay que apuntar la conversión de las antiguas casas de los maestros en once viviendas sociales, así como la construcción, más a largo plazo, de otras veinte viviendas de protección oficial. De esta forma, también se fomentaría el nacimiento de nuevos carrioneses que previsiblemente podrían disfrutar de la guardería infantil prometida recientemente para Carrión por Juan Vicente Herrera.

Un hito en el camino

Carrión de los Condes, que perteneció a los Banu Gómez, llegó a enfrentarse con Almanzor al romper García Gómez los pactos que con él mantenía

GONZALO ALCALDE CRESPO | CARRIÓN DE LOS CONDES

Un grupo de moteros-peregrinos circula por la calle de Santa María. / FOTOS DE GONZALO ALCALDE CRESPO

Puedo asegurarles que cuando llegué a Carrión de los Condes aquello parecía la T4 de Barajas, ya que la población estaba tomada por gentes llegadas de los puntos más distantes del globo. Por allí había peregrinos checos, alemanes, norteamericanos, orientales (de vaya usted a saber dónde), y hasta un grupo de moteros ingleses que, haciendo el menor ruido posible, transitaban con sus llamativas motocicletas Harley-Davidson por la vieja rúa de Santa María, camino de la Plaza Mayor.

En una terraza de la plazuela del Marqués de Santillana, también me encontré con un grupo de suizos a los que había conocido un día antes en Villalcázar de Sirga. Iban acompañados de un joven guía madrileño (estudiante de Económicas), que me aseguró que sus tutelados estaban maravillados del patrimonio artístico que atesoraba nuestra tierra.

Así, aunque tan sólo tenían pensado dedicar un día al tramo del Camino de Santiago que pasa por Palencia, ya iban por el tercero, pues como se habían enterado de que estaba abierta la villa romana de La Olmeda, decidieron quedarse un día más para poder visitarla.

Uno de los suizos peregrinos, que chamullaba un italiano castellanizado, me felicitó -no se porqué- por lo bien que se come por la tierra, aunque se quejaba de la «picardía de los mesoneros». Me decía que «aunque en los carteles ponen menú del peregrino a nueve euros, si luego pides un café, te cobran doce», así que no se explicaba por qué salía mas caro tomar una infusión que un buen plato de alubias, «eso no es serio, es italiano». Yo le dije que bueno, que no era tan grave, que él era suizo y bien podía pagarlo. Me dijo que sí, que era suizo, pero que no era ni banquero, ni relojero, pues trabajaba en una empresa de servicio de comidas, por lo que le costaba ganar el dinero igual que a todo el mundo. Amigo, por lo que se ve, la crisis económica también ha llegado a Suiza... ¡Pues estamos aviados!

Me despedí de los helvéticos deseándoles que tuviesen un buen viaje, pues seguían 'camino' hasta León, punto final por este año del recorrido que por etapas venían haciendo desde hacía ya cinco años por el Camino de Santiago, y me fui a dar una vuelta por Carrión de los Condes para poderles contar lo que por allí se puede ver, que es mucho, bueno y variado. Pretender resumírselo casi será una pedantería, pero lo voy a intentar.

Plaza Mayor y Ayuntamiento de Carrión.Iglesia de Torre de los Molinos desde el parque.

Sepan que, como ya decíamos hace unas semanas, cuando visitamos la 'ciudad' de Dueñas, también Carrión de los Condes ostenta tal título. Por lo tanto, si esta sección se titula 'De pueblo en pueblo', claro queda que no tenía ni que haber hablado de ella, pero no lo voy a dejar ahora que llevo medio reportaje escrito.
A esta 'ciudad de los Condes' se la identifica con la antigua ciudad de Lacóbriga, citada en los itinerarios romanos, pues estuvo implicada en las guerras sertorianas del siglo I antes de nuestra era. Fue cabecera de una de las merindades menores de Castilla y actualmente es partido judicial de la provincia de Palencia.

Durante los más oscuros siglos de la Edad Media, Carrión perteneció a toda una saga de condes conocidos por los cronistas musulmanes como los Banu Gómez, entre los que sobresalió García Gómez, que se llegó a enfrentar a Almanzor, al romper este conde los pactos que con él mantenía. Al actual término municipal de Carrión también pertenece el lugar de Torre de los Molinos, distante poco más de seis kilómetros de la villa.

¿Que qué se puede ver en Carrión de los Condes? Pues de todo, y entre todo ello la iglesia de Santa María de las Victorias, que es románica desde el siglo X; la de Santiago el Mayor; el Hospital de la Herrada; Nuestra Señora de Belén; la de San Andrés Apóstol; San Julián, los monasterios de Santa Clara y de San Zoilo, con un imponente claustro plateresco, y en la pequeña pedanía de Torre de los Molinos, la rural iglesia parroquial de San Miguel, que se localiza entre sus dos barrios.