Histórico apasionado
Luis Cuesta, de 83 años, dedica las tardes a leer los libros de historia que tiene en su particular biblioteca
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Luis Cuesta, con un libro en las manos, en la sala que tiene en su casa de Osorno :: LEONOR RAMOS |
LEONOR RAMOS
Cuando llego a su casa está en un cuarto muy luminoso ubicado en la parte superior de la vivienda, en la que pasa largas horas leyendo detenidamente cada uno de los libros que tiene en su biblioteca. Coge sus gafas, elige uno de ellos -el que más le apetezca ese día-, coge lápiz y papel para apuntar aquello que más le llama la atención y se adentra en un mundo por el que siempre ha sentido pasión. Luis Cuesta, de 83 años, ha sido agricultor, pero siempre ha soñado con ser historiador. «Mi trabajo en el campo es como un matrimonio de conveniencia, me tocó trabajar en la agricultura, pero por obligación, porque lo que realmente siempre quise hacer fue estudiar», dice.
Su padre no le dejó estudiar después de la escuela, y eso que siempre fue un gran alumno en la escuela. Tiene una memoria envidiable, tanto, que todavía se acuerda del primer día que fue a la escuela. «Me acuerdo que el maestro me dejó castigado ya el primer día y a día de hoy todavía sigo sin saber el motivo del castigo», recuerda. Al día siguiente, le dijo a su madre que ya no quería ir a la escuela pero por fortuna regresó y ya no le castigaron más. «Mi padre y mi abuelo siempre soñaron con que yo siguiese la tradición de la agricultura y lo consiguieron, pero a mí, jamás me ha gustado», afirma.
Trabajó en el campo pero en sus ratos libres y muchas veces a escondidas dedicaba horas y horas a la historia, a la literatura y también a la etimología. «Me llevaba los libros al campo, y desde que era un niño, todos los días he leído algo, así que cada vez me iba quedando con más detalles», apunta. Si no llevaba los libros, se llevaba un periódico o sino una revista. «Ya tenía vicio por aprender, porque muchas veces hasta comiendo me ponía a leer con el consiguiente cabreo de mi padre», recuerda. Por las noches, si se iba a la cama a las diez no se dormía hasta dos horas más tarde.
«He leído bastante filosofía, poesía, gramática, historia y siempre se me quedaba algo, además siempre he acudido a conferencias y he visto mucho la televisión, pero sólo aquello que daban interesante y no esas chorradas que salen muchas veces», apunta. Siempre que el Ayuntamiento quiere saber algo de la historia de Osorno o a alguien al que explicarle algo más o enseñarle la iglesia del pueblo siempre acuden a Luis. «Hasta los estudiantes muchas veces vienen a mí para preguntarme cosas o para pedirme alguna enciclopedia o libro para sacar la información que necesitan», señala.
Amplia biblioteca
«Tengo una amplia biblioteca, y si llevo unos 60 años de uso de razón, no te haces una idea de la cantidad de libros que han pasado por mis manos y la cantidad de libros que he comprado, aunque otros me los han regalado», asegura. Todavía sigue comprando libros y cuando le pregunto cuál es su libro favorito, le gustan tanto todos, que es incapaz de decirme uno. «Tengo la costumbre de hacer apuntes de lo que leo y luego los paso a limpio y pongo el tema, en qué libro lo he encontrado y en qué página, así cuando quiero recordar algo pues lo tengo más fácil», dice. Y no hay más que ver todos los libros que tiene, porque tiene trozos de papel en aquellas páginas donde ha encontrado lo más interesante.
Ahora, está leyendo el libro 'Las villas romanas en la provincia de Palencia', de Javier Cortes, aunque por sus manos ya han pasado libros del románico palentino, la Biblia, enciclopedias de historia o revistas del 'National Geographic', entre otros. «Muchos piensan que estoy algo chalado porque a mi edad no es normal que siga dedicando tanto tiempo a la lectura, pero es que soy así y me encanta», asegura. Pero no sólo lee, porque es uno de esos vecinos que participa activamente en todo lo que se organiza en Osorno. «En invierno hago el belén, así que dentro de poco me pondré a prepararlo, para ir avanzando», apunta.
Ha pintado; ha hecho a mano el escudo de Osorno; ha leído, ha escuchado mucha música, sobre todo zarzuela, y ha aprendido mucho. Compartir con Luis una hora ha sido como estar disfrutando de uno de esos libros que te enganchan desde la primera línea. No consiguió estudiar, pero ya se ha ganado el título de historiador.
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