Presumir de historia
Sotobañado y asegura que cuenta con la primera alcaldesa de España, en 1930
Texto y fotografía de Soraya de las Sías.
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Imagen de Amparo Mata, primera alcaldesa de España, que se guarda en el Ayuntamiento de Sotobañado. |
La lucha contra la despoblación en el medio rural no es fácil para nadie, ni para una pequeña localidad con apenas cuarenta habitantes ni para otra que multiplique esta población. Sin embargo, es casi seguro que la segunda guarde más ases bajo la manga y más posibilidad de alargar el adiós y mantener la esperanza de que la situación aún puede cambiar.
Es lo que sucede en Sotobañado, centro neurálgico del valle del Boedo, donde a pesar del descenso de población sufrido en los últimos años aún se mantienen negocios y actividades más allá de la agricultura y la ganadería, que permiten seguir pensando en la localidad como centro de referencia de la comarca. No en vano, cuenta en la actualidad con servicios fundamentales como médico o farmacia, además de panadería, carnicería y tienda de ultramarinos, por no decir almacén y seleccionadora de cereales además de talleres de maquinaria agrícola o fontanería.
Esta diversidad de actividades no es sin embargo nada nuevo, ya que viene de lejos, de siglos atrás, cuando a falta de un sistema de infraestructuras y comunicaciones como las actuales, los pequeños municipios y cabeceras contaban con un comercio pujante. Así, Sotobañado contaba con una importante industria textil, con tejedores,aprendices cardadores que se encargaban de elaborar los paños milenos y blanquetas que tenían tanto éxito en los mercados que los domingos se celebraban en la plaza, bajo los soportales.
Se puede decir incluso que alrededor de esta industria surgieron negocios o se potenciaron otros ya existentes, como las fábricas de harinas y piensos, el molino de 'loilos', la central eléctrica, la tejera y la fábrica de chocolate, además de un sinfín de pequeños comercios destinados a la alimentación. «Había albarderos, cacharreros, sastres y modistas, quincallerías, abacerías y otros negocios, como tabernas y posadas, además de un centro de sementales de equino, la famosa 'parada' que decían todos, adonde llegaban labradores de toda la comarca, desde Saldaña o desde la Peña Amaya, para que los sementales cubrieran a las yeguas», explica el alcalde de Sotobañado, Santiago Abia Blanco.
Estos oficios y establecimientos daban a conocer Sotobañado, como también lo hacía la familia de los almendreros por todas las fiestas que recorrían. Son Aniceto y Dionisio, los 'Carraca', un apodo que así les colocaron y otorgaron por el ruido y escandalera que siempre formaban a su llegada a los pueblos, colocando el bote y las almendras, amenizando las celebraciones siempre con guasa, siempre con buen humor.
Carácter y genio
Por todo ello, Sotobañado puede hacer alarde de un pasado relevante, de un centro y referente en el valle del Boedo. Pero la localidad aún guarda algo más de lo que puede presumir: el hecho de contar con la primera alcaldesa de España, Amparo Mata Pérez, regidora en 1930, en el mandato de Bereguer, antes de la República.
En una entrevista concedida al NORTE DE CASTILLA en el año 1967, Amparo recordaba su etapa de alcaldesa, cuando la localidad contaba con 700 habitantes y cuando animada por la familia se presentó a la Alcaldía. «Yo trabajaba con mi padre en la confitería y chocolatería y con mi madre en la posada, así que trabajo no me faltaba. Pero me decían que tenía genio y carácter para el cargo, aunque fuera mujer», decía Amparo Mata en aquella entrevista de la sección Tres Minutos, en la que además destacaba su carácter valiente durante el mandato y los años posteriores de la República.
Un ejemplo a tener en cuenta y del que se puede hacer gala en el recuerdo de la historia de Sotobañado.
Las mujeres aprenden a decorar y restaurar muebles en un curso
S.S./PALENCIA
Muestra del movimiento y actividad social y cultural que hay en Sotobañado y Priorato son los grupos y asociaciones existentes, entre las que destaca la de mujeres, que durante estos días participan en un curso de decoración y restauración de muebles promovido por la organización agraria Asaja.
Reunidas en el edificio de las antiguas escuelas, en la plaza de la localidad, las vecinas aprenden a restaurar antiguos cofres de madera, lavabos de pie, sillas o incluso figuras de escayola.
Es una de las actividades que las mantiene entretenidas, aseguran las participantes en el cursillo, que además destacan que es una posibilidad de recuperar viejos muebles de las casas de antes, renovarlos y concederlos un nuevo uso antes de que lleguen a formar parte de los trastos de un desván.
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