Bercimuel

A por agua de la fuente

Bercimuel confía en que el proyecto para construir un centro de conducción avanzada permita asentar población

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

La agricultura y la ganadería, pilares básicos sobre los que se asienta la economía de buena parte del medio rural, no atraviesan su mejor momento y desde hace tiempo ya no sirven para mantener a casi todo el pueblo, como ocurría hace años. Lo que antes cultivaban entre varios agricultores, ahora, gracias a las modernas maquinarias, lo trabaja una sola persona. Con este panorama y ante la falta de otras salidas laborales, la emigración hacia núcleos industrializados azota con fuerza buena parte de los pueblos de la provincia. Por eso, buscar alternativas creen puestos de trabajo que ayuden a asentar población es uno de los objetivos prioritarios de muchos Ayuntamiento, que asisten con preocupación e impotencia al éxodo de sus jóvenes.

Con menos de noventa habitantes, Bercimuel es uno de esos pueblos que padece esta situación. «La gente joven, desgraciadamente, no se queda a vivir porque no hay puestos de trabajo», lamenta el alcalde, Jesús Ángel Martín Ramos, que espera que los proyectos privados en marcha sirvan de aliciente para que los jóvenes no emigren.

La avanzada construcción de un gran centro de turismo rural es una de esas iniciativas que están llamadas a marcar un punto de inflexión en el devenir de Bercimuel. Junto a ella, el proyecto para la construcción en la localidad de un centro de conducción avanzada, dirigida al perfeccionamiento de profesionales de volante. «De entrada serían entre siete u ocho puestos de trabajo», subraya el regidor, deseoso de que el proyecto se haga realidad y ayude a dar otra vida al pueblo.

Otro motivo de alegría es la construcción de once viviendas, «teniendo en cuenta que se hace una cada dos años», aunque muchas sean de segunda residencia. Y es que durante los fines de semana y en verano el ambiente es totalmente diferente en Bercimuel. Nada tiene que ver con ese pueblo del invierno. Con la llegada del viernes, sobre todo en verano, la localidad se transforma y llega a alcanzar los quinientos habitantes, una cifra considerable, si se tiene en cuenta que el censo no llega a los noventa habitantes.

Por los campos de fútbol

Quienes un día salieron del pueblo, no se olvidan de Bercimuel y regresan a él en cuanto tienen ocasión. Y también en cuanto pueden lucen el nombre del municipio allí por donde van. Con una pancarta que reza Bercimuel. Segovia. Ala Madrid , un grupo de aficionados del Real Madrid recorre los campos españoles y europeos dando a conocer el nombre de la localidad segoviana. Todo un motivo de orgullo para sus habitantes, acostumbrados a ver el nombre de su pueblo en televisión mientras ven un partido retransmitido desde Inglaterra, Francia, Italia o Alemania.

A la espera de que las iniciativas en marcha se lleven a cabo, el día a día continúa en Bercimuel, este año sin la alegría de ver correr el agua por el río Campillo, al que la sequía ha secado. Mejor suerte corre la fuente con agua de manantial, todo un símbolo de la localidad, que, aunque con menor intensidad, sigue manando y a ella acuden a diario los vecinos del pueblo para coger el agua de consumo. Y la encina, como lo ha hecho durante decenas de años, sigue dando sombra junto a las casas. 

De una comida a una gran velada

La peña Los Gurrieros, la única de Bercimuel, organiza las multitudinarias fiestas del verano

Texto de Isabel Jimeno y fotografías de El Norte

La agricultura y la ganadería, pilares básicos sobre los que se asienta la economía de buena parte del medio rural, no atraviesan su mejor momento y desde hace tiempo ya no sirven para mantener a casi todo el pueblo, como ocurría hace años. Lo que antes cultivaban entre varios agricultores, ahora, gracias a las modernas maquinarias, lo trabaja una sola persona. Con este panorama y ante la falta de otras salidas laborales, la emigración hacia núcleos industrializados azota con fuerza buena parte de los pueblos de la provincia. Por eso, buscar alternativas creen puestos de trabajo que ayuden a asentar población es uno de los objetivos prioritarios de muchos Ayuntamiento, que asisten con preocupación e impotencia al éxodo de sus jóvenes.

Con menos de noventa habitantes, Bercimuel es uno de esos pueblos que padece esta situación. «La gente joven, desgraciadamente, no se queda a vivir porque no hay puestos de trabajo», lamenta el alcalde, Jesús Ángel Martín Ramos, que espera que los proyectos privados en marcha sirvan de aliciente para que los jóvenes no emigren.

La avanzada construcción de un gran centro de turismo rural es una de esas iniciativas que están llamadas a marcar un punto de inflexión en el devenir de Bercimuel. Junto a ella, el proyecto para la construcción en la localidad de un centro de conducción avanzada, dirigida al perfeccionamiento de profesionales de volante. «De entrada serían entre siete u ocho puestos de trabajo», subraya el regidor, deseoso de que el proyecto se haga realidad y ayude a dar otra vida al pueblo.

Otro motivo de alegría es la construcción de once viviendas, «teniendo en cuenta que se hace una cada dos años», aunque muchas sean de segunda residencia. Y es que durante los fines de semana y en verano el ambiente es totalmente diferente en Bercimuel. Nada tiene que ver con ese pueblo del invierno. Con la llegada del viernes, sobre todo en verano, la localidad se transforma y llega a alcanzar los quinientos habitantes, una cifra considerable, si se tiene en cuenta que el censo no llega a los noventa habitantes.

Por los campos de fútbol

Quienes un día salieron del pueblo, no se olvidan de Bercimuel y regresan a él en cuanto tienen ocasión. Y también en cuanto pueden lucen el nombre del municipio allí por donde van. Con una pancarta que reza Bercimuel. Segovia. Ala Madrid , un grupo de aficionados del Real Madrid recorre los campos españoles y europeos dando a conocer el nombre de la localidad segoviana. Todo un motivo de orgullo para sus habitantes, acostumbrados a ver el nombre de su pueblo en televisión mientras ven un partido retransmitido desde Inglaterra, Francia, Italia o Alemania.

A la espera de que las iniciativas en marcha se lleven a cabo, el día a día continúa en Bercimuel, este año sin la alegría de ver correr el agua por el río Campillo, al que la sequía ha secado. Mejor suerte corre la fuente con agua de manantial, todo un símbolo de la localidad, que, aunque con menor intensidad, sigue manando y a ella acuden a diario los vecinos del pueblo para coger el agua de consumo. Y la encina, como lo ha hecho durante decenas de años, sigue dando sombra junto a las casas. 

El campeonato de lanzamiento de boina pone a prueba a los vecinos     Participantes en una de las ediciones del campeonato de lanzamiento de boinas Más vale maña que fuerza, como dice el refrán, y, sobre todo, mucha pericia para hacerse con la victoria de este curioso campeonato. Único en la comarca, es digno de ver. Y es que entre carreras de bicis o de sacos que se prodigan por los festejos de la provincia, en Bercimuel decidieron ser originales y desde hace 1994 organizan el Campeonato Nacional de Lanzamiento de Boina. Es, sin duda, una de las actividades más curiosas de la semana cultural que anticipa la llegada de las fiestas del verano. Y este año la cita no podía faltar en el programa y, de nuevo, la peña Los Gurrieros, encargada de organizar los actos, ya ha incluido la competición en el cartel de este año para el próximo 16 de agosto. Doce años han pasado desde aquella primera edición. Doce ediciones de anécdotas, cambios de reglas, participantes y hasta de ubicación, pasando de unos inicios en la plaza a las eras para regresar de nuevo al ágora desde hace cuatro años. Ataviados como manda el reglamento –camiseta blanca, chaleco ‘gurriero’ negro y pañoleta de la peña Los Gurrieros–, los participantes se disponen en tandas de cuatro tras la línea trazada en el suelo para lanzar la boina. Por delante, tres intentos para lograr el mejor lanzamiento. Situando la boina boca arriba o boca abajo, normalmente tirando como si de un platillo volante se tratara, los concursantes lanzan las cuatro boinas, con unas características de peso y tamaño idénticos para que nadie parta con ventaja en esta curiosa prueba.

Referente al volante

Bercimuel contará con un centro de perfeccionamiento para conductores novedoso

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Dicen que en el pueblo «todo el mundo está encantadísimo». Y es que después de años de éxodo, de gentes saliendo a otros lugares en busca de trabajo, en Bercimuel se ha instalado una empresa que generará un bueno número empleos para una localidad de apenas ochenta habitantes. «Por el momento ya son catorce puestos de trabajo, que ya es importante», destaca el alcalde, Jesús Ángel Martín Ramos.

La construcción de Centro de Perfeccionamiento de Bercimuel ha revolucionado la vida en este municipio del nordeste segoviano, donde sus gentes están encantadas al ver que se respira «más vida» y que nuevos proyectos llegan para alentar un futuro más prometedor.
Después de meses oyendo hablar de la iniciativa, el otoño pasado comenzaron las obras, aunque al menos hasta el próximo invierno no comenzará a funcionar esta novedosa infraestructura con unas características que la hacen única en la provincia de Segovia e incluso en la Península.

Más viviendas

Todavía no ha empezado a funcionar, pero se empieza a notar en la vida del pueblo. «Ya se ha hecho alguna vivienda por esto», destaca el regidor, quien confía en que cuando se ponga en marcha dé aún más vida al pueblo y se conozca el nombre de Bercimuel por este proyecto destinado al perfeccionamiento de las técnicas de conducción con todo tipo de vehículos.

Además de escuela, también contará con pistas de una educación vial, otra de asfalto, una deslizante y otra de tierra además de diversos circuitos para pruebas o quads. Todo sobre una superficie de diecisiete hectáreas. 170.000 metros cuadrados destinados al mundo del motor y el perfeccionamiento de la conducción ubicadas en una parcela municipal que el Ayuntamiento ha cedido a la empresa por 75 años con el objetivo de que la nueva infraestructura dinamice la vida de este pueblo y ofrezca a sus gentes otras alternativas laborales a la tradicional agricultura y ganadería que sustenta la economía de Bercimuel.

Pasado histórico

Bercimuel llegó a ser cabeza de un ochavo de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda

ELENA RUBIO ARAGONESES

Bercimuel es una localidad que tiene una larga historia a sus espaldas porque los primeros repobladores ya se asentaron por estos pagos hace siglos. No es de extrañar que en las cercanías del actual núcleo se hayan hallado cerámicas pintadas de la Edad del Hierro así como bronces romanos. Estas últimas piezas se creen que pueden proceder de alguna villa romana con necrópolis.

Por desgracia, de este asentamiento hoy no queda nada y tampoco se tiene ninguna referencia escrita ya que la cita más antigua que existe sobre Bercimuel es en el año 1247 cuando se llamaba 'Verzemuel', una denominación que con el paso de los años fue variando poco a poco hasta que en 1591 se escribiese con el nombre de 'Berzimuelle', cuando era cabeza de un ochavo de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

Quizás en aquella época de pujanza se iniciaron las obras de la iglesia de Santo Tomás Apóstol, un templo de origen románico reformado en los siglos posteriores. De su estructura original conserva la cabecera y parte del pórtico ya que conserva la portada y una cornisa con canecillos. De época románica también es la pila bautismal, que como otras de la comarca, tiene forma de cáliz de flor. Sin embargo, la pieza de Bercimuel es especial ya que sus pétalos ascienden con una especie de ángulo inclinado y se cierran con arquillos de medio punto.

En el interior del templo también destacan las pinturas del retablo de San Juan, fechadas en el siglo XVI y un cristo de estilo gótico tardío, que es la mejor muestra de escultura del templo. En cuanto a los retablos, de estilo barroco, son dignos de mención los que albergan la imagen de San Antón, el de la Virgen del Rosario y el retablo mayor.

Éste último es de color dorado y posee tres calles. En la central se encuentra el sagrario, el expositor en forma de templete y la hornacina, con una imagen moderna del titular. Se remata con dos ángeles sosteniendo una corona. Al fondo de la iglesia también destaca el coro con una balaustrada de madera bellamente tallada. Exteriormente, lo que más impacta del templo es el campanario en forma de espadaña.

Un juncar suave

La primera vez que se menciona a la localidad es a mediados del siglo XIII, cuando se la denomina como 'Verzemuel', un término, el de 'Verze', que se refiere a una pradera con berceos. En algunas zonas los berceos se refieren a las plantas que suelen crecer en lugares húmedos, como la zona en la que se localiza Bercimuel. El final de la palabra, 'muel' hace referencia a algo blando o suave. Por tanto, el nombre de este pueblo segoviano puede hacer referencia a una pradera o un juncar bueno para el ganado ya que literalmente se podría traducir como 'los juncos suaves'.

Otra teoría es la que se basa en la terminación del nombre ya que con el tiempo el nombre de Bercimuel derivó a la denominación de 'Berzimuelle'. Esa pérdida de la vocal final hace que los algunos estudiosos aseguren que se deba a que la localidad había una importante población mozárabe. Otros señalan que 'Verzemuel' era la manera mozárabe por la que se llamaba a los cristianos convertidos al islam durante la invasión musulmana.

Piezas ligadas a la historia

Bercimuel acogió una exposición de maquinaria agrícola clásica

MÓNICA RICO

Asistentes a la exposición de maquinaria observan los vehículos. :: M. RICO

La pequeña localidad de Bercimuel se ha convertido en referente del motor clásico en lo que a vehículos agrícolas se refiere, gracias a la iniciativa de la Asociación Española de Amigos de la Maquinaria agrícola, que con el patrocinio y colaboración de instituciones y particulares celebró en la localidad hace unos meses la primera exposición de maquinaria del nordeste de Segovia, con demostración de arada clásica.

Decenas de tractores de distintas marcas, modelos y edades se dieron cita en la localidad e hicieron las delicias de los aficionados al mundo del tractor, de los agricultores y de muchos curiosos que se acercaron a disfrutar de estas joyas que consiguieron que nuestros antepasados tomaran un respiro junto con sus animales y consiguieran que los trabajos del campo se hiciesen más ligeros.

Tractores y maquinaria clásica, de marcas que hoy nos suenan extrañas, como Bolinder Munktell, nombre que es posible que sólo recuerden los más mayores o los más expertos en maquinaria, u otros tan conocidos popularmente como 'el Barreiros', hicieron las delicias de todos los asistentes. En total, se dieron cita más de una treintena de máquinas, algunas de lo más curioso, y la mayoría de ellos sin cabina, un adelanto que se fue perfeccionando y cuyo avance también se pudo disfrutar en esta exposición, que se completó con los últimos modelos de tractores de las mejores marcas de la actualidad.

Aunque la iniciativa partió de Carlos Sanz, un agricultor del municipio apasionado por el coleccionismo del tractor clásico, que mostró algunos de su propiedad en esta exposición, a la cita también llegaron máquinas de distintos puntos de la geografía española, como Navarra, La Rioja, Burgos, Soria o Toledo. Para algunos no era su primer gran viaje, pues ya habían participado en 2009 en la realización del camino de Santiago, a través de otra iniciativa de la Asociación Española de Amigos de la Maquinaria Agrícola.

La iniciativa que nació este año en Bercimuel pretende tener carácter de continuidad y convertirse en un referente expositivo dentro de la maquinaria y los clásicos del mundo del motor agrícola, lo que posteriormente podría incluso llevar a la puesta en marcha de un museo sobre la maquinaria agrícola clásica en el municipio.

Un primer éxito

Sin duda el comienzo de la iniciativa fue todo un éxito, tanto por la asistencia de público, que disfrutó de estas joyas del pasado, como de los propietarios, que no pararon de explicar algunos de los secretos de sus máquinas, e incluso arrancar los tractores y conducirlos unos metros por la zona, para que los curiosos pudieran observar cómo era su funcionamiento, a la vez que demostraban el mimo y cuidado que sus dueños otorgan a estas bellezas que ya son parte de la historia.

Para completar la jornada, la exposición tuvo otros alicientes, como la realización de un surco de apertura para inaugurar el certamen, un aperitivo con productos de la zona o la demostración de 'arada con tiro de sangre', que es como se denomina al arado realizado por animales.

La primera exposición de maquinaria del nordeste de Segovia concluyó con una jornada de puertas abiertas en el Centro de Perfeccionamiento de Bercimuel, una escuela de conducción dirigida por el piloto Jaime Sornosa 'Correcaminos', que lleva varios años con sus instalaciones en el municipio y que a través de sus distintos cursos ha conseguido servir de pequeño motor económico para el municipio.

El circuito de velocidad fue recorrido por los tractores poniendo el punto y final a esta cita, que dio a conocer entre los aficionados al motor la pequeña localidad.