Cerezo de Arriba

Una señal en la carretera

Cerezo de Arriba reclama mayor señalización que indique cómo llegar al pueblo, de camino hacia la estación de esquí de La Pinilla

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Próximo a su vecino pueblo de similar nombre, Cerezo de Arriba reclama mayor señalización para llegar a la localidad. «Es lamentable que en la N-I, dirección Burgos y Madrid, no esté indicado que el primer pueblo que hay en la salida a la N-110 es Cerezo de Arriba», exclama el alcalde, Pedro Rojo Núñez, que no se cansa de reclamar que el nombre del municipio aparezca en las señales y así acabe con la confusión que sufren muchos viajeros para llegar a Cerezo de Arriba. «Vienen muchos diciendo que no está indicado», afirma el regidor.

Y es que Cerezo de Arriba es una de las vías para acceder a la estación de esquí de La Pinilla, a unos ocho kilómetros del pueblo y enclavada en su término municipal, al que también pertenecen los apartamentos próximos a la estación invernal que se gestionan de manera independiente del Ayuntamiento.

Además de un reclamo turístico en invierno con sus pistas de esquí y en verano con competiciones y actividades como tirolina o puente tibetano, La Pinilla también es un foco de empleo importante para Cerezo de Arriba y la zona. Esa afluencia de visitantes hace que la hostelería, poco explotada, pueda ser una salida de futuro. Relacionado también con el ocio estaba el proyecto para la construcción de un campo de golf y cerca de trescientas viviendas, con treinta puestos de trabajo, en parte de un monte de utilidad pública que finalmente no salió adelante.

Independientemente del camino que se tome, Pedro Rojo Núñez tiene claro que el objetivo es claro: que el censo siga aumentando como en los últimos años para «dar esa alegría que le falta al pueblo, que en su día, según los libros tenía más de cuatrocientos habitantes. Quiero que venga gente a invertir, a construir, a poner comercios».

Un depósito mayor

Pero el regidor es consciente de que contar con unos servicios básicos adecuados es básico para atraer a nuevos pobladores. Por eso, entre los proyectos figura el asfaltado de calles y construir un nuevo depósito más grande que supla al actual, que se abastece directamente del agua de la sierra, pero con demasiadas fugas, «de cara a la expansión del pueblo». Y es que las previsiones de construcción son buenas y entre los planes figura la urbanización junto a la piscina y en el paraje del Becerro, en la subida a La Pinilla, cerca del depósito, junto a las pozas en las que hace años se lavaba el lino, uno de los principales productos que se cultivaban en Cerezo de Abajo.

Pero antes los cerezanos deben hacer frente a un contratiempo, el arreglo de la ermita de la Virgen de Cerezuelo, en el despoblado del mismo nombre, que unos días antes de la romería a la que los vecinos acuden bailando la jota por el camino, comenzó a derrumbarse. Apuntalada por dentro y con el tejado medio hundido, el templo se encuentra cerrado y a la espera de que la colaboración económica de los vecinos sirva para restaurar la ermita a la que acuden a los cincuenta días de la Pascua de Resurrección para celebrar la romería.

Y en la ermita de San Benito, que comparten con Cerezo de Abajo y Riofrío de Riaza, también celebran otra fiesta. San Juan, San Roque y el 8 de septiembre son otras de las fechas marcadas en rojo en el calendario cerezano, que con el final del verano comienza a despedirse de los numerosos veraneantes que llegan al pueblo –los fines de semana pueden alcanzarse las seiscientas personas– atraídos en parte por el arraigo, por la piscina y por el paisaje que se puede disfrutar en esta localidad a los pies de la sierra.

Emotivo regreso

Cerezo de Arriba celebrará de forma especial la vuelta de la Virgen de Cerezuelo a su ermita

Texto y fotografías de Isabel Jimeno.

Romería de la Virgen del Cerezuelo. / El Norte

Todavía no está definida, pero seguro que habrá alguna sorpresa. La ocasión lo merece y ha de recordarse. Y es que en las fiestas mayores de la Virgen del Cerezuelo, del 8 al 10 de septiembre, serán además unas fiestas especiales porque la imagen de la virgen volverá a su templo, la ermita ubicada fuera del pueblo y de la que tuvo que salir precipitadamente hace dos años unos días antes de las fiestas, cuando se detectó que el tejado estaba a punto de hundirse. La Junta de Castilla y León ha asumido la reparación y está previsto que para septiembre estén concluidos los trabajos, con lo que la imagen de la patrona podrá volver a su morada y la fiesta se celebrará como antes.
Y es que en las dos últimas ocasionas ha tenido que sufrir alguna modificación, con la procesión por las calles del pueblo en lugar de recorrer bailando la jota entre la iglesia y la ermita de la Virgen de Cerezuelo para volver a depositar a la patrona en el trono del que sale una semana antes para ser venerada durante ese tiempo en la iglesia. Al igual que en el 2004, la procesión se animó con la avioneta que esparció pétalos de flores por encima del pueblo, este año el alcalde, Pedro Rojo, avanza que también habrá alguna sorpresa.

Pero estas fiestas, en las que no faltan las orquestas y el pregón inaugural, no son las únicas que llenan de alegría las calles de Cerezo de Arriba, que tiene muchos días marcados en rojo en su calendario particular.

Y es que todavía se está recuperando de la romería de San Benito cuando ya se acerca San Roque, el 16 de agosto, una fiesta menor, pero en la que no falta la misa en la ermita dedicada al santo y la procesión.
El pasado sábado, siempre coincidiendo con el más próximo al 11 de julio, los cerezanos volvieron a subir a la ermita de San Benito, compartida con Cerezo de Abajo y Riofrío de Riaza, para celebrar su fiesta a casi diez kilómetros del pueblo, en dirección a la estación de esquí de La Pinilla, a la que sus antepasados acudían incluso andando o en caballeriza. Hoy muchos se acercan en su vehículo para compartir la misa, la procesión por la pradera y la subasta de los palos de las andas con la que obtener fondos para mantener el templo y sus alrededores, en los que los cerezanos comparten una comida campestre antes del rosario que marca la hora de acercarse un poco a Cerezo de Abajo.
La fiesta se traslada por la tarde a la pradera de Navalcubillo, más próxima al pueblo, donde el sonido de la dulzaina y el tamboril continúa para ambientar la merienda.

Un mes antes, a los cincuenta días de la Pascua, otra fiesta en Cerezo de Arriba, la romería de la Virgen de Cerezuelo, que este año, debido a las obras de la ermita tuvo que celebrarse también en el pueblo en lugar de bajar bailando hasta el templo de la patrona por la que los cerezanos sienten especial devoción.
San Isidro, el 15 de mayo, y San Juan, el 24 de junio, también son otras fechas importantes y muy arraigadas en el municipio. Desde hace un par de años, esta última se ha potenciado y comienza la noche anterior con la imprescindible hoguera, una gran cena para todos y la ‘ronda’ (una corona maciza de flores) que se coloca sobre la pequeña imagen del santo que hay a la puerta de iglesia.

Futuro en blanco

Cerezo de Arriba reclama apoyo para la estación de esquí de La Pinilla, uno de los motores económicos de la zona

Texto y fotografías de Isabel Jimeno

Este año están de enhorabuena en Cerezo de Arriba. En los siete primeros meses del año han nacido dos niños. La cifra no es alta, pero para un pueblo como éste, suficiente motivo de alegría. Con una población envejecida, la llegada de nuevas generaciones es un aliento de esperanza en esta localidad del pie de la sierra. «No es que haya muchos niños, pero bueno», apunta el alcalde, Félix Pérez, quien echa en falta más jóvenes en el pueblo. «No hay trabajo», justifica el regidor de esta localidad tradicionalmente agrícola y, sobre todo, ganadera, que mira con preocupación el mal momento que atraviesa la estación de esquí de La Pinilla, uno de los pilares fundamentales de la actividad, después de dos malas temporadas invernales.
Aunque gestionada por el Ayuntamiento de Riaza, está en el término de Cerezo de Arriba y los trabajadores son gente del entorno. «Es el motor de la zona», advierte el alcalde, quien reclama el apoyo de otras administraciones como la Junta y la Diputación para que siga en marcha. «Si se llega a cerrar, no sé si se volverá a abrir», lamenta Félix Pérez, quien advierte de que la estación de esquí no es sólo el negocio en torno al deporte de invierno, si no que a lo largo de todo el año genera mucha más actividad, sobre todo hostelera, que redunda en beneficio de toda la comarca.
Precisamente vinculado a este sector, el turístico, está uno de los proyectos que trata de sacar adelante el Ayuntamiento, que busca financiación para rehabilitar la vieja Casa Consistorial, en la que también estuvieron las antiguas escuelas y las casas de los maestros, como centro de turismo rural. Un edificio grande en el centro del pueblo que serviría para generar más actividad en Cerezo de Abajo.
Continuar la pavimentación de calles y acabar «lo poco que queda, a ver si puede ser este año» de la renovación de la red de abastecimiento son otros de los proyectos en los que trabaja el Ayuntamiento, después de que este ejercicio se pusiese en marcha el tercer depósito que garantiza el suministro a la población.
A la vez, el Consistorio sigue luchando porque la banda ancha llegue al pueblo. Y es que pese a que «nos dicen que ya está, no llega el ADSL. Y ahí andamos, peleándonos con ellos», lamenta el alcalde de Cerezo de Arriba.