Boadilla de Rioseco

Al amparo de la Virgen

Boadilla intenta que se limpie el Sequillo para prevenir las frecuentes avenidas del río

Texto y fotografía de José Luis de Román González.

Sequillo no deja de ser un nombre original para cualquier corriente con vocación de río. Como si el agua entre sus riberas solamente fuera un espejismo, y la razón de su aridez el motivo para apellidar a las poblaciones que a su vera salen. Una de ellas, Boadilla de Rioseco, parece abundar en la característica de este afluente, que a fuerza de concebir su sequedad ha decidido convertir el cauce de su cuerpo sediento en un manantial de carrizal y barro.
Ése es el verde aspecto que desde el pequeño puente de piedra que da acceso a este pueblo fronterizo se aprecia en el tramo
boadillano del río.

Pero lo de Sequillo es solamente un diminutivo cariñoso. Y si no, que se lo cuenten a las poblaciones que a su paso han tenido que achicar agua cada vez que llueve un poquillo más de lo previsto.

Es ésta una de las preocupaciones del Ayuntamiento de Boadilla de Rioseco, cuya alcaldesa, Milagros García, hace tiempo que tiene solicitada una reunión con la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero, Helena Caballero, para intentar que se limpie el cauce de este río en el tramo que afecta al término palentino. Tramo que, al parecer,
no ha sido dragado desde hace muchos, muchos años, lo cual da lugar a que cualquier chaparrón más animoso de la cuenta dé con el Sequillo en los campos y en la mismísima puerta de la ermita de la Virgen del Amparo, como si anduviera buscando desesperadamente cobijo santo.

Ésta es una de las cuestiones en las que trabaja la corporación municipal, reivindicación que se viene a sumar a la relacionada con el arreglo del trozo de carretera que llega desde Cisneros
y sirve de recibidor al pueblo. Apenas un kilómetro de molestos baches que contrastan con el perfecto asfaltado de todo el resto de la calzada.

Boadilla es un pueblo amplio, con varios barrios, entre los que se levantan dos importantes monumentos. Por un lado, la iglesia parroquial de Santa María, y por otro, la iglesia de El Salvador, que cuenta a su vez con un órgano ibérico que será restaurado en Francia, con lo que podrá entrar en un futuro en la programación de conciertos que cada verano se disfrutan en la provincia de Palencia, y dar así un mayor auge a la actividad cultural que se desarrolla en este pueblo. De excursión

Cada vez que algún vecino
hace intención de utilizar el autobús para bajar a la capital sabe que marcha de excursión.
A las 7.50 horas se sale para
Villalón, donde se espera a que llegue el autobús desde Benavente. Por la tarde, el bus de regreso para de nuevo en Villalón, y allí se coge el que viene de Valladolid con destino a Guardo.

Ésta es otra de las luchas en que se encuentra metida Milagros García, quien considera fundamental la existencia de al menos otra expedición desde Palencia para regresar.

En cuanto a proyectos que llevan camino de ser una realidad para la localidad caben destacar la reconcentración parcelaria y conversión de 685 hectáreas en terrenos de regadío y la construcción de un centro sociocultural en el edificio de las antiguas escuelas del pueblo.

Apostando por permanecer

Las cofradías, el grupo de Manos Unidas y las asociaciones de mujeres y jubilados organizan el programa cultural y social para los vecinos de Boadilla

Texto y fotografía de Soraya de las Sías

No alcanza el nivel de las carreras de caballos de Ascott, en Inglaterra, pero hay dinero en juego y se permite apostar. El primer conjunto caballo-jinete lo conforman el mundo cosmopolita y la llamada conciencia social. El segundo, el medio rural y la tradición religiosa. El enfrentamiento es, cuando menos, arriesgado y conflictivo, por la raquítica bipolaridad en la que queda reducido, pero los vecinos de Boadilla de Rioseco ponen la mano en el fuego. Saben de antemano cuál de los dos ganará la carrera.

Apuestan que cualquier oenegé que organice una campaña y una colecta a favor de un proyecto solidario conseguirá a buen recaudo una buena propina rascando los bolsillos de los boadillanos. Apuestan, sin embargo, que la cantidad nunca será equiparable a la que pueda conseguir un vecino que se proponga recaudar dinero para la patrona.

Una particular y sutil partida que, al mismo tiempo, demuestra la devoción que hay en esta localidad terracampina por la Virgen del Amparo. El fervor ha hecho que las obras de reparación de la ermita de la virgen hayan sido costeadas por los vecinos, seguros de la protección que les ofrece la patrona ante cualquier desgracia. «Da igual que seas natural de Boadilla o que lleves viviendo en el pueblo tan solo unos años, es algo especial que te atrapa y engancha», señala la alcaldesa, Milagros García García.

De la media docena de cofradías que hay en la localidad, la más relevante es precisamente la de la Virgen del Amparo. También hay una fundación benéfica que lleva su nombre y que ahora está inmersa en el proyecto de reparación del órgano ibérico de la iglesia de El Salvador.

Los boadillanos sabían de antemano que su devoción ganaría esta apuesta. No obstante, son conscientes de que el tándem formado por la agilidad del medio rural y la fuerza de la tradición religiosa no va a conseguir ganar todas las carreras. La combinación necesita otros elementos imprescindibles, desde la mejora de servicios o infraestructuras, como la carretera o el cauce del río, hasta lograr empleo para los jóvenes. Entretanto, apuestan por permanecer.

Una hora de entretenimiento, reunión y creación artística S.S./PALENCIA     Integrantes de la asociación Doña Berenguela durante una reunión ordinaria. / SORAYA de las Sías Al margen de la tradición religiosa y de las cofradías, Boadilla de Rioseco alberga otros colectivos y asociaciones por los que gira la actividad cultural y social de la localidad. La asociación de pensionistas y jubilados Virgen del Rosario se constituyó hace apenas cuatro años, pero hoy agrupa a una treintena de socios, que participan en cursillos de manualidades o en clases de gimnasia. Con mucha más trayectoria cuenta la asociación de mujeres Virgen del Amparo. Desde hace 18 años sus socias participan en cursos y seminarios programados por los centros de acción social (Ceas) o por la Federación de la Mujer Rural. Uno de los últimos talleres en los que han participado es el de tapicería, en el que han rehabilitado y tapizado seis sillones de las dos iglesias que hay en la localidad: El Salvador y Santa María. «Este tipo de actividades no solo nos mantienen entretenidas, sino que además contribuyen a mejorar algunas cosas, en este caso el mobiliario de los templos», explica la alcaldesa, Milagros García. Junto a estas dos asociaciones, hay otro colectivo más: el de Manos Unidas, que se reúne semanalmente para realizar talleres de costura, cuyas piezas después contribuyen posteriormente a financiar y costear proyectos de mejora para las personas más afectadas por la pobreza en el mundo. En ocasiones, se reúnen en las antiguas escuelas, ya que es el edificio más amplio, donde se pueden exponer los trabajos realizados por las integrantes de la asociación de jubilados: desde cuadros o espejos hasta tejas, ollas y botellas decoradas. «Otros años hemos hecho cursos de cocina y repostería y nos gustaría repetir». Es la opinión generalizada de Encarna, Teresa, Carmen, Nina, Pilar o Lucía, algunas de las integrantes del colectivo.

Con corbata negra

El descenso de población ha mermado la actividad de las cofradías de Boadilla

Texto de Soraya de las Sías

Aseguran que hay devoción a la patrona, la Virgen del Amparo, pero que la presencia de dos iglesias –Santa María y El Salvador–, y de una ermita, se debe más a la actividad social y cultural que antaño registraba Boadilla de Rioseco, cuando tenía más habitantes, que a los favores del fervor y sentir religioso.

La sangrante pérdida de población explica en buena medida la desaparición de algunas cofradías o la inactividad que registran otras, y es que las defunciones y la emigración también ha repercutido en estos grupos. De las siete cofradías y pendones que existían antaño, apenas sobreviven cuatro, entre las que destacan la de las Ánimas –que celebran su fiesta en noviembre con el tradicional reparto de castañas y una mortera de madera–, la de la Virgen del Amparo y la de la Virgen de los Remedios, que es la que aglutina a mayor número de cofrades.

Esta cofradía, también denominada de los pastores, celebra su fiesta el fin de semana posterior a los festejos patronales, que son el 8 de septiembre. Entre sus normas estatutarias fijadas hace décadas se establece que todo aquel varón que quiera ingresar en la sociedad religiosa deberá ser pastor o descendiente de un cofrade. Mientras, para las mujeres lo estipulado es que basta con que un hermano proponga su ingreso, aunque también se especifica que no gozarán de los mismos derechos que los hombres. «Esto nos trae siempre de cabeza. En la cofradía hay mujeres que pagan cada año su aportación económica, pero después no pueden participar en ciertas ceremonias. No es justo, son normas de tiempo atrás, pero lo lógico es que haya paridad e igualdad», señala la alcaldesa, Milagros García García.
Los estatutos esconden otras curiosidades, como que los hermanos están obligados a acudir a los cultos religiosos los tres días que celebran su fiesta. «Es más, las normas dicen que el sábado y el lunes, que es misa de difuntos, hay que acudir con una corbata negra. Si no se cumple, hay una multa que pagar», apunta Manuel Cuevas Alonso, que matiza que alguna persona se ha salido de la organización por no sufragar el coste del castigo.

Cada año se renuevan los cargos de la cofradía y se eligen a las personas encargadas de portar a hombros la talla de la Virgen durante la procesión o los que, en caso de fallecimiento de un hermano, tendrán que llevar el féretro en su funeral. Las normas hacen que nada escape a la espontaneidad o la casualidad.
El futuro de la cofradía parece estar asegurado a corto plazo, pues una gran parte de los cofrades son jóvenes a los que se les ha inculcado el respeto a las tradiciones locales. «La sociedad actual ha cambiado mucho, pero queremos que esta costumbre siga adelante. Ya no se celebran las grandes fiestas de antaño, que llegaban a ser más importantes que las celebraciones patronales, pero nos mantenemos en el calendario festivo. La cofradía ya no tiene el rebaño de ovejas que antes gestionaba, pero mantiene otras propiedades y costumbres, como las apuestas o remates, además del sentimiento de orgullo de los cofrades y el compromiso de permanencia», concluye Cuevas Alonso.

50 kilómetros muy distantes

Los vecinos de Boadilla demandan que se amplíen los horarios de autobuses para poder desplazarse hasta la capital con más facilidad

Eduardo Plaza

Imponente aspecto que ofrece la iglesia de Santa María, en Boadilla de Rioseco. / E. PLAZA

Cincuenta kilómetros separan a Boadilla de Rioseco de la capital palentina. Sin embargo, la distancia se hace mucho mayor para numerosos vecinos boadillanos cuando tienen que desplazarse hasta Palencia. La razón no es otra que la mala combinación de autobuses entre ambos puntos.

Y es que un boadillano que no pueda viajar en coche particular y tenga consulta médica a primera hora de la mañana en el Hospital Río Carrión, no podrá llegar a tiempo si coge el primer autocar que sale de Boadilla a las 7.50 horas, porque en Villalón tiene que esperar al que viene de Benavente, con lo que el tiempo se prolonga. En muchos de estos casos, los vecinos de Boadilla de Rioseco, sobre todo personas mayores, se ven obligados a desplazarse el día anterior hasta Palencia al domicilio de algún hijo o familiar para poder llegar a tiempo a consulta.

Se trata de una de las principales demandas de la alcaldesa, Milagros García, ya que lo considera uno de los servicios necesarios para fijar población.

En el centro sociocultural

Los habitantes de Boadilla se encuentran asociados en sendos colectivos de mujeres y jubilados que realizan talleres y otras actividades en el centro sociocultural creado en las antiguas escuelas.

También destaca la labor desinteresada de un grupo de mujeres que colabora con Manos Unidas, que se reúne todos los jueves para intercambiar ideas y trabajar en la confección de diversas prendas con las que se organiza una exposición cada dos años para recaudar fondos. Además, este centro sirve para la celebración de otros eventos y acoge reuniones de todo tipo de colectivos, entre ellos, la Sociedad de Cazadores.

En materia de proyectos, el Ayuntamiento tiene la intención de reformar totalmente la Casa Consistorial debido a su deficiente estado. La actuación consistiría en destinar la planta baja al consultorio médico y la de arriba, a la parte administrativa del Ayuntamiento, donde se ubicaría el salón de actos y el archivo histórico. Esta remodelación tendría en cuenta las adaptaciones necesarias para el uso de las personas con discapacidad, entre las que se incluiría un ascensor.

Para hacer frente a esta inversión, valorada en unos 120.000 euros, la alcaldesa boadillana ha solicitado una reunión con el delegado territorial de la Junta, José María Hernández, con el fin de recabar su colaboración. Además, el Consistorio espera contar con el dinero que saque de la venta de la antigua casa del médico, que será sacada a subasta pública.

Todo ello para que los boadillanos puedan disfrutar de unos servicios municipales acordes a los tiempos que corren.