Villameriel

Ventanal de Castilla, villa de la luz

Villameriel continúa reivindicando el arreglo de la carretera que une al municipio con Herrera de Pisuerga

Texto y fotografía de José Luis de Román González

Zona recreativa juanto a un manantial de Fuentelavar, en Villameriel.

Alguien definió en cierta ocasión a Villameriel como el ventanal de Castilla por su mirador de Cuesta la Nasa, y como la villa de la luz, habitada por gentes abiertas y acogedoras.

Más de cien años han pasado ya desde estas observaciones, y a buen seguro mantienen hoy su vigencia, aunque Villameriel poco tenga ya que ver con el de 1901, cuando el municipio rondaba las 725 almas, en otros tantos cuerpos que caminaban por calles de tierra, ajenos a la magia duradera del cemento.

Muchos han sido desde entonces los cambios ocurridos en los cinco pueblos de este municipio, sobre todo los que se han llevado a cabo en los últimos veinte años, en los que, a la vez que la población descendía, aumentaban las dotaciones en infraestructuras y servicios.

Hoy Villameriel cuenta, además de un casco urbano bien cuidado, con modernas instalaciones, entre las que destacan su centro sociocultural, el ayuntamiento rehabilitado, el consultorio médico y una espaciosa nave de usos múltiples.

Asimismo, entre las actuaciones más recientes en esta localidad se encuentra la recuperación de los entornos del manantial de Fuentelavar, a las afueras del pueblo, donde ha sido preparada una agradable zona de recreo.

Precisamente, y entre los próximos proyectos del ayuntamiento, figura la instalación de una serie de farolas que alumbren el paseo entre el casco urbano y este espacio de siempre muy frecuentado por los Mirelenses.

Por otro lado, el atrio de la monumental iglesia de Nuestra Señora de la Asunción será igualmente modificado en breve. En este lugar se alzan actualmente las imágenes del Corazón de Jesús y de la Inmaculada, ésta sobre un pilar que fuera el antiguo rollo jurisdiccional de la villa.

Lo que ya está siendo una realidad son las obras de renovación de la red de abastecimiento de agua. Una vez sean terminadas, también será puesto igualmente en marcha el nuevo depósito.

Carretera renovada.

La actividad económica del municipio sereparte entre la agricultura de secano, y varias explotaciones de ovino de cierta entidad, con un número importante de cabezas.

Y entre las necesidades más urgentes, la ya vieja reivindicación de una carretera renovada hacia Herrera, dado que el actual estado del firme es realmente lamentable. «Es el mayor descontento que tenemos en el pueblo, aunque aseguran que 2007 será el año para su arreglo», manifiesta Tarsicio Herrero, alcalde del municipio.

Ventanal de Castilla y villa de la luz. Cualquiera de las dos definiciones le viene bien a este lugar, cien años después.

Debajo de las piedras

La cofradía de Jesús Nazareno concgrega a más de 200 fieles y vecinos de Villameriel

Texto y fotografía de José Luis de Román González.

Imagen de Fran Casmiro Herrero, en la sacristía de la iglesia.

Un cielo oscuro, encapotado y cubierto de nubarrones amenaza lluvia. Anastasio Herrero Santos, subido al tejado de su casa, aprovecha los últimos minutos de luz antes de que anochezca para retejar. Hay que prevenir y evitar las temidas goteras antes de que los rigores del otoño y el invierno acaben por asentarse.

Siguiendo la carretera en dirección a Herrera de Pisuerga, unos metros más adelante, un grupo de mujeres sale del centro sociocultural. Han acabado la clase de electricidad que las monitoras del Ceas de Herrera ofrecen los martes a las integrantes de la asociación de jubilados Cuesta la Nasa. Se proponen dar un paseo antes de llegar a casa, mientras otras compañeras han decidido quedarse en el amplio local que tiene la asociación para jugar una partida de cartas.

Reunidas alrededor del tapete, bajo una partida de brisca, mientras tratan de esconder las señas del juego al adversario, Pilar Salvador, Teresa Puebla, Piedad López y Azucena Álvarez explican que ésta es una de las diversiones que tienen en esta pequeña localidad de la comarca Boedo-Ojeda. «También tenemos otros cursillos de manualidades y de gimnasia que nos da la Federación de Jubilados de Palencia, que además de mantenernos entretenidas nos ayuda a salir de casa y mantenernos unidas», especifican todas. Además, celebran todos sus cumpleaños y participan en otros encuentros vecinales o festivos, «por lo que siempre tenemos algo que hacer».

Una de esas reuniones es la que tiene lugar todos los años el 15 de agosto, en plenas fiestas de Nuestra Señora, para elegir al hermano mayor y secretario de la cofradía de Jesús de Nazareno, cargos que este año han recaído en Pedro Herrero Ortega y en Ángeles Gregorio de la Parte, respectivamente. «Hay mucha devoción a Jesús Nazareno. Parece que los cofrades salen de debajo de las piedras, y es que hay 220 hermanos que viven con enorme fe y arraigo la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, cuando se saca a Jesús en procesión por las calles», señala el alcalde de Villameriel, Tarsicio Herrero Ortega, que además recuerda que el fundador de esta cofradía es el obispo Casimiro Herrero, de Nueva Cáceres, Filipinas.

Muestra de la actividad de la cofradía y del fervor de los fieles es el mimo con el que conservan en la iglesia parroquial la figura de Jesús de Nazareno, las andas con las que le sacan en procesión y el cuadro de Fray Casimiro, en el interior de la sacristía. «Las mujeres se encargan de la limpieza y el mantenimiento de la iglesia y está perfectamente atendida. Ahora lo que queremos es rehabilitar el atrio y la entrada, que están algo deteriorados», agrega el regidor.

No es ésta la única obra que el Ayuntamiento quiere poner en marcha en la localidad, ya que también pretende llevar a cabo la pavimentación de varias calles, la instalación de una antena para teléfonos móviles en la Cuesta la Nasa y seguir insistiendo en el necesario arreglo de la carretera que une Herrera con Villanuño de Valdavia, ya que aseguran que llevan prometiendo su reforma casi diez años y allí no se ha visto ninguna mejora.

Amigos virtuales

La joven Iratxe Martín ha creado una página web de Villameriel, el pueblo del que procede su familia

Texto y fotografía de Soraya de las Sías.

Iratxe Martín Alda, a la izquierda, posa con otros jóvenes durante las fiestas patronales de Jesús Nazareno de años anteriores. / EL NORTE

Pasado mañana habrá transcurrido un mes de la celebración de las fiestas de Jesús Nazareno de Villameriel. A pesar del tiempo, todavía sobrevive por el pueblo algún cartel con el programa de actividades que organizó el Ayuntamiento con la colaboración de los vecinos y de los integrantes de la peña El caso II.

Echando un vistazo se comprueba que junto al anuncio de la hora de las procesiones, los concursos, los juegos autóctonos, el bingo, las representaciones teatrales o las verbenas, se anima a todos los vecinos, especialmente a los más jóvenes –por eso de ser los que más enganchados están a las nuevas tecnologías–, a visitar la página web del pueblo: www.villameriel.ya.st, creada por la joven de 29 años de Vitoria-Gasteiz Iratxe Martín Alda.

La puso en marcha el 19 de septiembre del 2002 para dar a conocer y promocionar el pueblo del que procede su familia paterna y en el que ella disfrutó de las aventuras de la niñez durante los fines de semana y las vacaciones escolares. «Con la página he conseguido mantener vivo el contacto con el pueblo, al que sigo acudiendo siempre que puedo, siempre que el trabajo me lo permite. Hace años me escribía cartas con aquellos niños con los que jugaba de pequeña, pero ahora tengo la posibilidad de agilizar las comunicaciones y de compartir fotografías o incluso de comentar algunos de los últimos acontecimientos, como la puesta en funcionamiento de las antenas de telefonía móvil que se instalaron a principios de verano», señala.

El tránsito de internautas y, por ende, el volumen de información, fueron creciendo con el paso del tiempo, obligándole a modificar la distribución de los contenidos. El acceso claro, rápido y sencillo que pergeñó en hipervínculos le hizo merecedora en el 2003 del premio a la página de Internet del medio rural con mejor diseño que otorgaba el grupo de acción local Adri Páramos y Valles.

Aquel galardón reconocía la intensa labor realizada para colgar en la red de redes información detallada sobre la situación geográfica de Villameriel –enclavado en la comarca Boedo-Ojeda–, sobre su historia y una extensa galería fotográfica con imágenes de las fiestas y de las costumbres más arraigadas. «He de agradecer la implicación y colaboración de algunos vecinos y amigos. Daniel García me pasó datos de la historia. Mi tío Jesús me facilitó copias de libros antiguos y Santiago Herrero, el hermano del alcalde, me hizo llegar algunos apuntes históricos que está recopilando para la publicación de su próximo libro. Localicé, además, artículos y estadísticas que podían servir para un mayor conocimiento de la localidad», explica la joven, que se ha marcado como meta aumentar el número de fotografías antiguas, «de esas que se guardan en las casas y que nos trasmiten muchas cosas de ayer, de cómo eran las familias, cómo se vestía o cómo era el casco urbano antaño», agrega.

Desde Argentina

Entre los usuarios que han visitado su página se encuentra alguien de Argentina que dice anclar sus raíces en Villameriel y que se ha interesado por saber un poco más del pueblo del que un día escuchó hablar. Quizás también hicieran clic algunas de las familias de fuera que han adquirido este año solares y viejas casas para construir una casa donde disfrutar tranquilamente de las vacaciones. Quien sabe.

En cualquier caso, su rincón virtual se ha convertido en lugar de encuentro de unos y de otros, sobre todo de los jóvenes que se han visto obligados a emigrar y que, como ella, echan en falta los buenos tiempos vividos. «Es una pena que tanta gente se haya tenido que marchar. Por ejemplo, mi padre es el tercero de seis hermanos, de los que tan solo uno,mi tío Luis, se ha quedado en el pueblo. Todos salieron para labrarse un futuro mejor», lamenta Iratxe, que considera que las administraciones deberían implicarse más en el futuro sostenible del medio rural y en la lucha contra la despoblación. «Quizás otorgando más ayudas a los que decidan permanecer en el campo y la ganadería, facilitando mejores condiciones de trabajo o favoreciendo la instalación de empresas», añade.

Es consciente de que no posee la solución definitiva al problema, pero ha querido aportar su propio granito de arena. Tal vez así, animando a conocer Villameriel, a su gente –«sencilla, acogedora, siempre dispuesta a charlar un rato»–, sus tradiciones o esa novedosa galería etnográfica que se está poniendo en marcha, alguien piense que es un buen lugar donde vivir o al menos donde disfrutar de un descanso vacacional.

Tierras intermedias

Villameriel se enclava en un territorio ideal para el senderismo y el paseo en bicicleta

GONZALO ALCALDE CRESPO

Como los satélites han anunciado lluvias, por estos campos de Dios y de la PAC veo tractores solitarios que, seguidos de una estela de polvo, van pintando de color sepia los paisajes que hasta hace poco eran dorados de rastrojeras. La otoñada ya está instalada en el paisaje boscoso que rodea a Villameriel y a las cuatro pedanías que conforman la demarcación de su término municipal: Cembrero, San Martín del Monte, Santa Cruz del Monte y Villorquite de Herrera. Cinco pequeñas poblaciones que entre todas no llegan a juntar los doscientos habitantes, pero cuyos entornos naturales son algunos de los más auténticos que por estas tierras se pueden disfrutar. Por allí sobreviven montes de mata de roble casi impenetrables, bosques con pinos de gran porte y alamedas y choperas que en esta época del año se visten con sus mejores colores, para darnos gusto a los fotógrafos y a los pintores.

Son éstas tierras intermedias entre la Tierra de Campos y las comarcas naturales de La Valdavia y el Boedo. Ideales para los amigos del senderismo y para recorrer sus interminables y bien compactados caminos en bicicleta de montaña. Desde sus puntos más altos se dominan algunas de las mejores panorámicas de la Montaña Palentina, así como de la vecina serranía burgalesa de Peña Amaya.

Dicen los que entienden de estas cosas que Villameriel encuentra el origen de su nombre en la onomástica visigoda, al hacer referencia su apelativo a un posible repoblador que atendiese al nombre de Meriel. No habremos entrado en el pueblo y ya desde la carretera veremos que sobre el caserío destaca su iglesia parroquial de la Asunción, un altivo edificio de tres naves separadas por pilares, que a su vez soportan bóvedas de arista, crucería y cañón con lunetos.

La torre, como toda la fábrica del edificio, es de piedra, estando edificada en dos cuerpos. El pórtico de acceso es renacentista, adornado con esculturas de la Anunciación, acompañada por dos medallones de San Pedro, San Pablo, Padre Eterno y la Asunción. Por allí también hay dragones, arpías y gárgolas, así como dos imponentes columnas en el atrio, sobre cada una de las cuales se instala una imagen de la Virgen y otra del Corazón de Jesús. Varios y buenos retablos barrocos y rococós repartidos por la iglesia conforman su patrimonio sacro, destacando los bajorrelieves de los cuatro Evangelistas aprovechados de un retablo del siglo XVI, y una Piedad de la misma época.

Si nos damos una vuelta por las pedanías de su término, veremos que Cembrero es un pequeño lugar a medio camino entre Villameriel y Calahorra de Boedo. La iglesia parroquial de San Tirso se instala encastillada sobre una loma, desde donde domina el escueto caserío. En origen este templo era románico, aunque algunos elementos de su fábrica nos retrotraen a época gótica. La portada del templo es románica, con arquivoltas de medias cañas y baquetones alternantes. Dentro de la iglesia se conserva una pila bautismal románica decorada tan solo con una figura femenina, que se rodea con un rectángulo excavado.

El pequeño lugar de San Martín del Monte tiene su iglesia neoclásica dedicada al santo homónimo, dentro de la cual destaca su retablo mayor que se fecha en el siglo XVII, y que se adorna con una imagen de la Virgen del Rosario. De Villorquite de Herrera y Santa Cruz del Monte son famosas sus cruces parroquiales, siendo la más antigua la de Santa Cruz, del siglo XIII, de cobre dorado y piedras pulidas, que pudo verse en la exposición de Las Edades del Hombre de Palencia, en 1999, y que se cree que era originaria de una antigua ermita, conocida popularmente como 'La Ermitilla'.