Palentinos en Cantabria
El acceso por carretera a Berzosilla, enclavado en el valle de Valderredible, no es nada fácil
Gonzalo Alcalde Crespo / Berzosilla
Es tal la afición que me ha entrado de ir de pueblo en pueblo que, andando andando, me he salido de la provincia de Palencia, y es que para visitar Berzosilla y las tres pedanías que conforman su término municipal (Báscones de Ebro, Cuíllas del Valle y Olleros de Paredes Rubias) tenía que hacerlo así, no había otro remedio.
Pero aviso a los posibles visitantes que llegar a este enclave palentino instalado en el bello valle cántabro de Valderredible no va a ser nada fácil, sobre todo si lo intentan desde la casi recién inaugurada Autovía Cantabria-La Meseta. Se dice que los antiguos ingenieros de caminos, para diseñar las viejas carreteras, utilizaban un asno local que al conocer la zona les guiaba por donde tenían que hacer la traza. Pero los de ahora, está claro que no sólo no usan al tozudo jumento, sino que, según parece, tan poco hacen uso de su sentido común. Por ello, si quieres acceder a este bello rincón cántabro-castellano de Valderredible, prepárate, porque ni la ayuda por satélite conseguirá llevarte a él.
Las que eran sus entradas naturales han desaparecido en la traza de la nueva autovía, no hay accesos ni indicadores, por lo que si queremos visitar a estos pueblos palentinos enclavados en Cantabria, más vale que busquemos las antiguas rutas, ya sea en la villa palentina de Aguilar de Campoo -y preguntando- o cerca de la población cántabra de Mataporquera. Nunca estas tierras estuvieron más incomunicadas, y eso que hasta épocas relativamente recientes, a través de este majestuoso valle, discurría un camino real del que todavía quedan huellas. Va a ser verdad eso de que las autovías incomunican más que comunican. Hecha esta aclaración y dando por sentado que he conseguido llegar a este enclave palentino de Berzosilla, le comento las vicisitudes a su alcalde, Juan Manuel Díaz, quien me confirma que ya en su día se hicieron alegaciones, pero que la administración 'pasó olímpicamente'. Ahora parece que se ha retomado y se está buscando una solución. Esperemos que así sea.
Con él y con el alcalde pedáneo de Berzosilla, Sergio Fernández, un joven que todos los fines de semana viene de Bilbao para estar en su pueblo, damos una vuelta. Me cuentan los proyectos que quieren llevar a cabo para mejorar la vida de las cuatro poblaciones que conforman el municipio: un depósito regulador del agua, arreglar algunas calles, ampliar el cementerio, y sobre todo, el arreglo de los dos tramos de carretera que unen a estas pequeñas poblaciones palentinas entre sí. Pero es un proyecto que tienen pendiente y que no termina de salir adelante.
Y la verdad es que se nota la diferencia cuando el coche transita por suelo cántabro a cuando lo hace por el palentino. Y esto lo digo yo, porque los dos me reconocen que no se pueden quejar del trato que a su municipio le da la Diputación, pues por ahora les han ayudado en todo lo que han pedido.
Tanto Berzosilla como los tres pueblos que conforman el término municipal conviven en armonía con el resto de las poblaciones 'vallucas', comparten costumbres, formas de vida, un patrimonio natural y artístico extraordinario (románico, rupestre). Y hasta un río que le da nombre al valle, el Ebro (val de ripa Ibri -Valderredible-), así como a uno de estos pueblos palentinos, Báscones de Ebro, pues un buen tramo de su cuenca discurre pegado a él. También existe uno de los puentes más bellos de su cauce, que fue volado durante la Guerra Civil y mandado reconstruir en la posguerra (utilizando como mano de obra a presos políticos) por el entonces ministro de Trabajo, el palentino y falangista José Antonio Girón, por lo que sobre uno de sus ojos todavía puede verse el escudo dePalencia labrado en piedra. |