Tierra de bodegas y buen vino
Venialbo tiene en proyecto la creación de un centro social y el acondicionamiento de una playa fluvial
Texto de M. García. Fotografía de M. J. Cachazo.
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Una calle de la localidad, situada en la comarca de Tierra del Vino.
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La agricultura y la ganadería constituyen las principales fuentes económicas de este pueblo de la comarca de Tierra del Vino. Famosas son las bodegas y los caldos que se producen en esta localidad zamorana, integrada dentro de la Denominación de Origen Toro.
De hecho, el auge de este sector ha suscitado el interés de varios emprendedores que han invertido en la construcción de nuevas bodegas, desde las que se pretende seguir comercializando el vino de la zona. No obstante, desde la Alcaldía de Venialbo se apunta la posibilidad de ampliar las perspectivas económicas del pueblo a través de un proyecto de energías, «que todavía se encuentra en estudio, por lo que es pronto para adelantar nada», explica el munícipe, Raimundo Hernández González.
Venialbo cuenta con un censo de poco más de medio millar de habitantes, compuesto en su mayoría por población de edad avanzada. Razón por la que algunos de los proyectos municipales de este pueblo se dirigen a este sector . «Queremos rehabilitar unas aulas, como centro social, para que puedan utilizarlas la gente mayor como centro de ocio y reunión», subraya el alcalde de la localidad.
Venialbo tampoco es ajeno al problema de la despoblación, a pesar de encontrarse a poco más de veinte kilómetros de la capital. Uno de los servicios en los que más pronto se ha dejado notar este problema es en el educativo. El colegio del municipio llegó a alcanzar las 60 matrículas, mientras que en los últimos años el número de escolares ha descendido hasta la veintena.
También el sector hostelero ha visto mermada su capacidad, ya que tan solo permanece abierto un bar, de los tres que llegó a tener el municipio, aunque durante las fiestas patronales se mantiene abierto un establecimiento, de forma temporal, para dar servicio a los cientos de visitantes que se acercan hasta la localidad para disfrutar de sus celebraciones. En este pueblo de la Tierra del Vino, de gran tradición taurina, los vecinos honran a la Virgen de la Asunción y a San Roque, del 14 al 17 de agosto.
Su cartel de fiestas lo completan con verbenas, juegos infantiles y otras actividades culturales. Los actos religiosos tienen como escenario el templo parroquial, el edificio más significativo y antiguo de la localidad. Aunque los estudios fechan su construcción en el siglo XII, de esta época solo se conservan los sillares.
La iglesia es de una sola nave rectangular, con cabecera polígonal y una serie de capillas laterales. Su torre y su portada son de esilo románico y también destaca su retablo, del siglo XVI, y recientemente restaurado. En él pueden admirarse distintos relieves tallados en madera de nogal.
Pradera de 400 hectáreas
En el aspecto natural, Venialbo se muestra mucho orgulloso de su pradera, de unas 400 hectáreas, donde se celebran todos los años los encierros. También destaca la zona, denominada la poza, un lugar con mucha agua que desemboca en el arroyo Talanda. El Ayuntamiento se ha propuesto ahora ponerla en valor y reconducir este agua para crear una playa fluvial.
«Creemos que este proyecto puede salir adelante, porque nos gustaría dotar al pueblo de una zona de baño propia y construir una piscina es más complicado, puesto que supone un gran desembolso económico tanto para abrirla como para mantenerla durante todo el año», explica el alcalde de Venialbo, Raimundo Hernández González.
El equipo de Gobierno municipal trabaja también en la remodelación de la Casa Consistorial, donde ya se han iniciado las obras de la primera fase. |