Empeño por mantener un patrimonio singular
La localidad conserva el mayor tramo de calzada romana que discurre por la zona
Texto de M. García. Fotografía de M. J. Cachazo.
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La iglesia, de mampostería, es uno de los atractivos de la localidad. |
La recuperación de fuentes, pilones y lavaderos es uno de los aspectos en los que más empeño está poniendo este pequeño pueblo de la comarca de la Tierra del Vino. Entrala guarda un significativo patrimonio cultural y numerosas tradiciones que no se resigna a perder. Una de estas estructuras que el Ayuntamiento de la localidad ha conseguido rehabilitar es la antigua fuente, cuya construcción data del año 1600. «Continúa en funcionamiento, hemos conseguido que el agua siga cayendo por uno de sus caños y también conserva el pilón, donde antiguamente bebía el ganado, aunque evidentemente ahora no se utiliza», explica el alcalde de la localidad, Fernando Gómez Segurado.
Esta mejora continúa la realizada con la restauración del paraje conocido como El Caño de Entrala. Los trabajos han consistido en la sustitución del suelo de la plaza por pizarra de Riofrío, ante la imposibilidad de recuperar la piedra rodada que existía en el lugar. La colocación de nuevas tuberías, el sellado del abrevadero y la limpieza y recuperación del manantial han estado contemplados igualmente en el proyecto. Junto a la carretera de San Marcial, en la plaza se encuentra la iglesia parroquial de Entrala, que es una de las edificaciones más notables del pueblo. Otro de los símbolos significativos de la localidad la constituye una cruz de granito de gran belleza constructiva, que los estudiosos fechan en el siglo XVI, aproximadamente. La cruz se encontraba situada en el cruce de la calzada romana que transcurría entre Mérida y Astorga, en el camino de la Plata, tal y como explica el primer edil del municipio.
Precisamente, la localidad se muestra orgullosa del estado de conservación que presenta esta antigua calzada romana, de la que aseguran «constituye el mayor tramo conservado en toda la zona, ya que de él existen tres kilómetros».
Aunque ubicada en plena Tierra del Vino, en Entrala no se conservan viñedos, puesto que estos cultivos se perdieron tras la concentración parcelaria, allá por los años setenta. En la actualidad sus terrenos albergan siembras de secano y diversas explotaciones ganaderas. Una de las más significativas dispone de dos naves para la cría de pollos, cuya comercialización asciende a las 200.000 aves anuales. La localidad cuenta también con una explotación de porcino.
A pesar de que Entrala es una de las localidades de Tierra del Vino con menos número de habitantes, su cercanía a la capital, de la que la separan ocho kilómetros, han convertido al municipio en una ciudad dormitorio. «Muchos de nuestros habitantes viven aquí, aunque trabajen en Zamora; otros, a pesar de no estar censados en el pueblo porque los servicios los tienen en otras ciudades, también eligen Entrala para fijar su residencia o para pasar temporadas de verano», explica el alcalde del municipio.
De hecho es en la época estival cuando la población de la localidad consigue aumentar significativamente en número. Son también muchos los que participan de sus fiestas patronales. La de mayor tradición tiene lugar el segundo domingo después de Pascua, por lo que recibe el nombre de Pascuilla. El festejo contempla diversas actividades religiosas.
Sin embargo, la más popular en cuanto a participación es la fiesta de Nuestra Señora de La Asunción, que se celebra el 15 de agosto. La cita se recuperó hace algunos años, ya que durante mucho tiempo no se celebraba puesto que coincidía con los antiguos trabajos que los agricultores realizaban en el campo durante los meses de verano, lo que impedía la asistencia de la mayoría de los vecinos del municipio. |