Revitalizar el patrimonio histórico
Pozoantiguo rehabilita uno de sus templos para convertirlo en un museo de artesanía y agricultura
Texto de M. García. Fotografía de M. J. Cachazo.
La conservación de su tradición religiosa y la recuperación de su abundante patrimonio artístico centran buena parte de las actividades de Pozoantiguo. La localidad contó en el pasado con siete iglesias, una de ellas, la de San Juan Bautista, fue víctima de un incendio, quedando en pie tan solo los muros de cerramiento.
En la actualidad el pueblo conserva dos iglesias en pie, una de ellas es la de San Salvador, pertenece al obispado, y alberga los oficios religiosos de la localidad. Fue construida en el siglo XVIII, dispone de una sola nave, con la capilla mayor cuadrada. Destaca su retablo mayor, así como una imagen del Ángel Custodio.
El segundo templo ha recibido recientemente una subvención de algo más de 260.000 euros para su recuperación. El edificio se encontraba en mal estado y la intención del pueblo es llevar a cabo su completa rehabilitación.
Una vez recuperado, la localidad baraja diferentes posibilidades de uso. «Nos gustaría que esta iglesia sirviera de museo de agricultura o artesanía, aunque todavía estamos estudiando el tema ya que también necesitaríamos invertir para poder tener una exposición permanente digna», explica el alcalde de Pozoantiguo, Manuel Álvarez Fuentefría.
Otro de los edificios que desde el Ayuntamiento se está poniendo en valor es el que ocupaba la antigua escuela. Dada la baja natalidad que sufre el pueblo, el colegio cerró hace algunos años y ahora las instalaciones se utilizan como centro de usos múltiples.
De hecho ya se han realizado en él diversos cursos de cocina y gimnasia de mantenimiento. Además, la localidad desarrolla actividades dirigidas a los más pequeños.
El envejecimiento poblacional que sufre Pozoantiguo, como muchos otros municipios de la zona, requiere de servicios destinados a los mayores. El pueblo dispone para la atención de los ancianos de dos residencias privadas, así como de un hogar de jubilados, que sirve de centro de reunión para jugar a las cartas y compartir unas horas de conversación. La población en edad laboral de Pozoantiguo se dedica casi en exclusiva a la agricultura, tanto de secano como de regadío, y a la explotación ganadera, centrada en el vacuno y el ovino. Una labor que se realiza de forma mecanizada, en la mayoría de los casos. A pesar de que estos sectores económicos consiguen fijar habitantes en el pueblo, también son muchos los que optan por residir fuera para completar sus estudios y trabajar en otras actividades.
« Nos gustaría que la gente del pueblo residiera aquí, pero Toro queda muy cerca y muchos trabajan allí», explica el alcalde del municipio. A pesar de esta dificultad, Pozoantiguo aumenta su población durante los meses de verano, y también los fines de semana.
Buena comunicación
La localidad posee una comunicación aceptable con la capital y también con Valladolid, de la que se encuentra a pocos kilómetros, una situación que hace que algunas familias escojan el pueblo para comprar una casa y pasar allí sus vacaciones. Pozoantiguo cuenta con parajes tan hermosos como el bosque de Adalia, por donde pasa el río del mismo nombre. En su paisaje predominan los cereales y el girasol. A pesar de no contar con alojamientos de turismo rural, el pueblo dispone de numerosos atractivos para el visitante. En la localidad pueden encontrarse restos de placas visigodas. Sus casas, sus colores y sus calles ofrecen una singularidad especial que hacen de Pozoantiguo un «remanso de paz», explica el edil del pueblo. |