Un pueblo para el retiro
Fuentesecas ha cedido los retablos de su iglesia a la localidad de Toro a cambio de la conservación del templo
Texto de M. García. Fotografía de M. J. Cachazo.
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Parque infantil y, al fondo, la ermita del Humilladero. |
Hace dos décadas que Fuentesecas no registra ningún nuevo nacimiento en el municipio, mientras la población adulta soporta el problema del envejecimiento, que hace muy difícil el relevo generacional que tanto necesita esta localidad de Tierra del Pan. Si se hecha un vistazo a su censo, que no llega al centenar de habitantes, se puede apreciar que apenas son una docena los vecinos de Fuentesecas menores de 65 años, lo que agrava la situación planteada.
Con una población mayoritariamente compuesta por pensionistas, los adultos en edad laboral concentran su actividad en torno a la agricultura de secano, especialmente en el cultivo de trigo y cebada, y la ganadería.
Aunque el pueblo disponía hasta hace poco de un comercio, donde los vecinos podían adquirir los alimentos de primera necesidad, con la jubilación de su dueño los habitantes del municipio se han visto abocados a recurrir a la venta ambulante o a desplazarse a localidades cercanas como Toro para realizar sus compras. Al menos, se congratula el alcalde de la localidad, Aurelio Castro Martín, «las carreteras que nos comunican con Toro se encuentran en bastante buen estado».
El pueblo no tiene necesidad de utilizar transporte escolar, ya que su vecina más joven es ya universitaria y cursa sus estudios lejos del municipio. Sí cuentan con consultorio médico propio y con el trabajo de un facultativo que se desplaza hasta la localidad dos veces por semana.
Esta situación repercute también en la conservación del rico patrimonio histórico-artístico de la localidad. Su edificio más singular es la iglesia de San Esteban, situada en un alto. Es una obra de principios del siglo XVI, cuenta con una sola nave y una capilla mayor cuadrangular. La torre es posterior, lo mismo que la portada sur, posiblemente del siglo XVII. Del siglo XII solo se conserva una piedra del altar. Además, la torre sirvió como observatorio metereológico en el siglo XIX.
La ubicación del templo, fuera del casco urbano del pueblo, ha sido aprovechada por saqueadores, que han expoliado buena parte de las reliquias de sus retablos. Esta situación, junto con la imposibilidad del Ayuntamiento para hacerse cargo de los costes que supone la rehabilitación del edificio, ha llevado a la institución a formalizar un acuerdo con el conservador José Navarro Talegón por el que el municipio cede los retablos de la iglesia, a cambio del retejado y la recuperación del templo.
Según explica el alcalde de Fuentesecas, Aurelio Castro Martín, «ya hay tres retablos de esta iglesia en Toro, mientras que otros dos siguen estando aquí. Era la única forma de poder conservar el edificio”.
Además de esta iglesia el pueblo dispone de la ermita El Humilladero, de una sola nave y sin un estilo definido, que se encuentra «muy deteriorada», razón por la que se construyó una nueva, donde se celebran los distintos oficios religiosos de la localidad.
Dos asociaciones
A pesar de la situación planteada, los habitantes de Fuentesecas sí conservan intacto su interés por el asociacionismo cultural y la preservación de sus fiestas populares y tradicionales. El municipio cuenta con dos colectivos, que agrupan a la mayoría de los vecinos. Uno está formada por jubilados y el otro por las mujeres del pueblo, muy interesadas en realizar diferentes cursos, enfocados a las manualidades, la pintura o la gimnasia de mantenimiento.
En el ámbito de las festividades, Fuentesecas celebra Nuestra Señora, el primer fin de semana de agosto, fechas en que se incrementa la población de este pequeño municipio. |